Seminario
Introducción a los libros de 1 y 2 Crónicas


Introducción alos libros de 1 y 2 Crónicas

¿Por qué debemos estudiar estos libros?

Una crónica es un relato de acontecimientos históricos presentados en el mismo orden en que ocurrieron. El estudio de 1 y 2 Crónicas ayudará a los alumnos a entender la historia global del antiguo pueblo de Dios desde Adán hasta la época del rey Ciro de Persia. Aunque 1 y 2 Crónicas presentan en gran medida la misma historia que 1 y 2 Reyes, hay detalles adicionales en Crónicas que arrojan luz en cuanto a los tratos de Jehová con Su pueblo, especialmente durante el gobierno de los reyes.

¿Quién escribió estos libros?

Aunque no se sabe con exactitud quién escribió o compiló los datos históricos de 1 y 2 Crónicas, “los libros contienen varias referencias a las fuentes de las cuales provenía la información; por ejemplo, ‘en los libros del profeta Natán, y en la profecía de Ahías, el silonita, y en las profecías del vidente Iddo’ (2 Crónicas 9:29; 12:15; 13:22; 20:34; 26:22; 32:32; 33:18). Esos pasajes aclaran que, desde los primeros tiempos del reino, escritores (por lo general de orden profético) que vivieron de cerca los acontecimientos descritos registraron la historia de su propio tiempo. Esos registros, junto con [los libros de] Samuel y Reyes, conforman el material a partir del cual se compilaron los libros de Crónicas, eligiendo los recopiladores aquellas porciones que mejor se ajustaban al propósito de su composición” (Bible Dictionary, “Chronicles”).

¿Cuándo y dónde se escribieron?

Se desconoce cuándo y dónde se escribieron los libros de 1 y 2 Crónicas; sin embargo, 2 Crónicas habla del decreto por el cual el rey Ciro de Persia permitió a los judíos regresar a Jerusalén (véase 2 Crónicas 36:22–23). Eso indica que los libros de Crónicas, o por lo menos una parte de ellos, se compilaron en algún momento después del año 537 a. de J.C., cuando el rey Ciro dictó ese decreto. En su origen, 1 y 2 Crónicas eran un solo libro (véase Bible Dictionary, “Chronicles”).

¿Cuáles son algunas de las características distintivas de estos libros?

Aunque los libros de Reyes y Crónicas abarcan gran parte del mismo periodo de la historia israelita, los libros de Crónicas se centran en el Reino del Sur, o Judá, y en general sólo mencionan el Reino del Norte, o Israel, cuando describen la manera en que éste se relacionaba con Judá. Varios detalles que no se encuentran en los libros de Samuel y Reyes se incluyen en Crónicas, tales como la profecía de Elías el Profeta concerniente al inicuo rey Joram (véase 2 Crónicas 21:12–15). “Aunque los acontecimientos seculares no se excluyen [de los libros de 1 y 2 Crónicas], los autores se deleitan mayormente en los aspectos eclesiásticos y religiosos de la historia y en el progreso de la adoración en el templo de Jerusalén” (Bible Dictionary, “Chronicles”).

Bosquejo

1 Crónicas 1–9 Se hace una relación de la genealogía de los patriarcas y de los hijos de Jacob.

1 Crónicas 10–22 Después de morir Saúl, David gobierna como rey sobre todas las tribus de Israel. Lleva el arca del convenio a Jerusalén, que se convierte en la capital del reino. Jehová manda a David que no construya una casa de Jehová, y le promete que su hijo lo hará. El rey David derrota a otras naciones en la batalla y reina en Israel con justicia.

1 Crónicas 23–29 David prepara a su hijo Salomón y a los levitas para que construyan el templo. David muere y Salomón reina.

2 Crónicas 1–9 Jehová bendice al rey Salomón con enorme sabiduría y riqueza. Él construye y dedica el templo de Jerusalén. Jehová se aparece a Salomón y promete bendecir a los israelitas conforme a su obediencia. Tras cuarenta años de reinado, Salomón muere y su hijo Roboam reina.

2 Crónicas 10–35 Diez tribus de Israel se rebelan contra Roboam, y el reino se divide. Las tribus de Judá y Benjamín permanecen en Judá. Muchos reyes gobiernan en el Reino del Sur, o Judá.

2 Crónicas 36 El rey Nabucodonosor de Babilonia captura el Reino del Sur y nombra a Sedequías rey de Jerusalén. Sedequías se rebela y Babilonia destruye Jerusalén y el templo, llevando cautivos a los habitantes que quedan. Después de que el Imperio Persa invade Babilonia, se permite a los judíos regresar y reconstruir el templo.