Seminario
Lección 132: Jeremías 1-6


Lección 132

Jeremías 1-6

Introducción

Durante el reinado del rey Josías, Dios llamó a Jeremías y le explicó que había sido preordenado para ser profeta a las naciones del mundo y predicar el arrepentimiento al Reino del Sur, o Judá. El pueblo había abandonado a Jehová y adoraba a otros dioses. Jeremías profetizó que los del pueblo de Judá sufrirían a manos de una nación enemiga como castigo por sus pecados.

Sugerencias para la enseñanza

Jeremías 1

Dios llama a Jeremías como profeta para predicar el arrepentimiento al Reino del Sur, o Judá

Antes de la clase, anote en la pizarra la siguiente pregunta: ¿Cuáles son algunas de las cosas que ustedes esperan hacer durante su vida? Invite a los alumnos a anotar sus respuestas a esa pregunta en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras.

Después de darles tiempo suficiente, invite a los alumnos que deseen hacerlo a dar un informe a la clase de lo que escribieron. Pida a los alumnos que piensen si hay tareas específicas que ellos están destinados a desempeñar en su vida. Explique que Dios le reveló a un profeta llamado Jeremías verdades acerca de su misión sobre la Tierra. Invite a los alumnos a buscar en Jeremías 1 verdades que puedan ayudarlos a comprender cuál es su propósito en la Tierra.

Para resumir Jeremías 1:1-3, explique que en el año decimotercero del reinado del rey Josías, que gobernaba el Reino del Sur, o Judá, Jeremías recibió una revelación de Jehová. Invite a un alumno a leer Jeremías 1:4–5 en voz alta. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que Jeremías aprendió acerca de su relación con Dios.

  • ¿Qué aprendió Jeremías acerca de sí mismo y de su relación con Dios?

  • ¿Qué podemos aprender sobre nosotros mismos del hecho de que Dios conociera a Jeremías antes de nacer? (Es posible que los alumnos utilicen otras palabras, pero asegúrese de que comprenden que antes de que naciéramos, nuestro Padre Celestial nos conocía, y existíamos como hijos Suyos, procreados en espíritu).

  • Según el versículo 5, ¿cuándo llamó Jehová a Jeremías para ser profeta?

Explique que la experiencia de Jeremías de ser ordenado antes de nacer se conoce como preordenación. Para ayudar a los alumnos a comprender mejor lo que significa la preordenación, comparta la siguiente declaración:

“La doctrina de la preordenación se aplica a todos los miembros de la Iglesia, no sólo al Salvador y a Sus profetas. Antes de la creación de la tierra, a las mujeres fieles se les dieron ciertas responsabilidades y los varones fieles fueron preordenados a ciertos deberes del sacerdocio. Aunque no recuerdes esa época, ciertamente acordaste cumplir importantes tareas al servicio de tu Padre. Al demostrar que eres digno de hacerlo, tendrás oportunidades de cumplir las asignaciones que allí hayas recibido”(Leales a la fe: Una referencia del Evangelio, 2004, págs. 148).

Escriba en la pizarra la frase Antes de que nacieramos…

  • De acuerdo con lo que han aprendido sobre la preordenación, ¿cómo completarían esa oración? (Es posible que los alumnos utilicen otras palabras, pero deben reconocer la siguiente verdad: Antes de que naciéramos, se nos dieron responsabilidades específicas y tareas que cumplir durante la vida terrenal. Si lo desea, anote esta verdad en la pizarra).

  • ¿Cuáles son algunas de las responsabilidades y tareas que el Señor puede haber ordenado a Sus hijos desempeñar en esta vida?

  • ¿Cómo podemos reconocer las tareas y responsabilidades específicas que debemos llevar a cabo durante la vida terrenal?

En respuesta a la pregunta anterior, los alumnos tal vez hayan mencionado el recibir la bendición patriarcal. Si lo desea, pida a los alumnos que hayan recibido su bendición patriarcal que describan lo que sintieron cuando se enteraron de algunas de las responsabilidades y tareas para las cuales fueron preordenados. (Los alumnos no deben compartir detalles concretos de su bendición patriarcal en una situación pública como lo es una clase de seminario; no obstante, pueden compartir sus sentimientos acerca de sus bendiciones).

Aliente a los alumnos que todavía no hayan recibido su bendición patriarcal a meditar en lo que deben hacer a fin de prepararse para recibirla.

La experiencia número dos de Valor Individual en el folleto El Progreso Personal para las Mujeres Jóvenes, 2009, pág. 30, anima a las jovencitas a aprender cómo prepararse para recibir su bendición patriarcal. Si lo desea, muestre esa experiencia a las jovencitas de la clase.

Invite a un alumno a leer Jeremías 1:6 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber cómo reaccionó Jeremías cuando supo que Dios lo había preordenado para ser profeta.

  • ¿Cómo respondió Jeremías a Jehová?

Invite a algunos alumnos a turnarse para leer Jeremías 1:7-10 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para descubrir cómo prometió Jehová ayudar a Jeremías.

  • ¿Qué promesas concretas habrán sido de mayor consuelo para Jeremías? ¿Cómo le habrán ayudado esas promesas?

  • De acuerdo con el versículo 9, ¿cómo ayudó Jehová a Jeremías a superar su temor de hablar?

  • ¿Qué podemos aprender de esa experiencia acerca de lo que el Señor hará por aquellos a quienes Él llame a Su obra? (Es posible que los alumnos sugieran varios principios, pero asegúrese de que comprenden la siguiente verdad: Cuando Dios nos llama a realizar Su obra, Él nos ayudará a llevar a cabo lo que nos ha pedido).

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de la obra que el Señor nos ha llamado a desempeñar? ¿Cuándo les ha ayudado el Señor a realizar la tarea que Él les ha llamado a cumplir?

Para resumir Jeremías 1:11-16 explique que Jehová le reveló a Jeremías que una nación vendría del norte e impondría juicios sobre el pueblo como consecuencia de las iniquidades de éste.

Pida a los alumnos que se imaginen que están en el lugar del profeta Jeremías, e invítelos a leer Jeremías 1: 17-19 en silencio para determinar otras formas en que Jehová prometió que ayudaría a Jeremías. Pida a los alumnos que analicen con un compañero lo que encuentren.

Jeremías 2-3

Jehová declara la iniquidad de Judá e Israel

Invite a los alumnos a buscar el cuadro “Un vistazo a los reinos de Israel y Judá”, al final de la lección 102, y pídales que busquen “Jeremías”.

  • ¿Quién más estaba predicando en torno a la misma época que Jeremías?

Explique que Jeremías, Lehi, Sofonías y Habacuc eran algunos de los profetas a quienes se mandó que dijeran a los judíos que debían arrepentirse de su iniquidad o serían conquistados por otro pueblo. Para resumir Jeremías 2:1-12 explique que Jehová declaró, por medio de Jeremías, que Su pueblo lo había amado cuando Él lo sacó de Egipto y le dio una tierra prometida. Sin embargo, ahora el pueblo se había descarriado al adorar ídolos, y había profanado la tierra.

Explique que luego Jehová enseñó acerca de la condición espiritual del pueblo, y para ello utilizó la imagen de una cisterna. Lleve a la clase dos recipientes en los que se pueda almacenar agua y asegúrese de que uno tenga un agujero grande en la base. Sostenga ambos recipientes en alto.

  • Si tuvieran que almacenar agua, ¿cuál de ésos sería más útil? ¿Por qué?

Explique que Jehová se refirió a cisternas, o grandes recipientes que contienen agua, cuando enseñó a Jeremías acerca de la debilitada condición espiritual del pueblo. Invite a un alumno a leer Jeremías 2:13 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar los dos males que habían cometido los del pueblo.

  • ¿Cuáles son los dos males que habían cometido los del pueblo?

  • ¿A quién representa “la fuente de aguas vivas”? (A Jesucristo).

  • ¿En qué sentido es Jehová como una “fuente de aguas vivas”?

Explique que las cisternas rotas representaban los dioses falsos que los israelitas habían elegido adorar en lugar de adorar a Jehová.

  • ¿Qué enseñó Jehová acerca de los dioses falsos cuando los comparó con cisternas rotas que no pueden retener agua? (Los dioses falsos no tienen poder para ayudarnos ni para satisfacer nuestras necesidades y deseos).

  • ¿Qué podemos aprender de esa analogía?

Explique que en Jeremías 2:14-3:5 dice que Jehová enseñó que la iniquidad de los del pueblo les traería gran pesar, y que los dioses falsos que habían elegido no los salvarían ni los ayudarían (véase Jeremías 2:28).

Para resumir Jeremías 3:6-11 explique que Jehová comparó los reinos de Israel y Judá con dos hermanas. Una hermana (Judá) veía a la otra (Israel) negarse a escuchar a los profetas y finalmente rechazar al Señor. Como resultado de ese rechazo, los asirios habían destruido el Reino del Norte, o Israel, en el siglo anterior al nacimiento de Jeremías, y el Reino del Sur, o Judá, había sido testigo de ello. Invite a un alumno a leer Jeremías 3:10 en voz alta, y pida a la clase que busque cómo describió Jehová lo que hizo Judá después de la destrucción de Israel.

  • ¿Cómo reaccionó Judá después de ver a Israel sufrir por no volverse a Jehová?

Invite a un alumno a leer Jeremías 3:12 -13, 22 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que Jehová invitó a hacer a Su pueblo. (Si lo desea, explique que la palabra rebeldes se refiere a los que vuelven a la infidelidad, al pecado y a la indolencia).

  • Según el versículo 12, ¿qué pidió Jehová a Su pueblo que hiciera?

  • ¿Qué doctrina del Evangelio implica volverse al Señor a partir de un estado pecaminoso?

  • De acuerdo con el versículo 22, ¿qué prometió Jehová a los que se arrepientan y vengan a Él? (Aunque es posible que los alumnos utilicen otras palabras, asegúrese de que comprenden que si nos arrepentimos y venimos al Señor de todo corazón, Él sanará nuestras rebeliones).

  • ¿Cómo nos sana el Señor y nos ayuda a resistir la tentación?

Para ayudar a los alumnos a sentir la importancia de ese principio, testifique que al volvernos al Señor de todo corazón, Él nos ayudará a cambiar y a no repetir los pecados del pasado. Invite a los alumnos a pensar en pecados en su vida de los que necesiten ser sanados, y aliéntelos a volverse al Señor.

Jeremías 4-6

Judá sufrirá a manos de otra nación por no arrepentirse

Para resumir Jeremías 4-6, explique que Jeremías suplicó a los del pueblo que se arrepintieran, y les advirtió en cuanto a las consecuencias que les sobrevendrían si no se arrepentían. Pida a los alumnos que lean en silencio los encabezamientos de Jeremías 56, así como Jeremías 5:25, para descubrir algunas de esas consecuencias. Invítelos a dar un informe de lo que encuentren.

Explique que, aunque Dios nos ama y desea librarnos del sufrimiento innecesario, traemos sufrimiento sobre nosotros mismos cuando pecamos. Jehová permitió que los israelitas sufrieran muchas de las consecuencias de sus iniquidades (véase Jeremías 2:17; 4:18; 7:19). sin embargo, también prometió que no permitiría que el pueblo fuera completamente destruido (véase Jeremías 5:10, 18).

Imagen
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Dominio de las Escrituras: Jeremías 1:4-5

Para ayudar a los alumnos a memorizar Jeremías 1:4-5, utilice la idea de la carrera de palabras que aparece en el apéndice. Extienda a la clase el desafío de recitar los dos versículos de Jeremías 1:4-5; para ello, cada alumno deberá decir una palabra por turno. Lleve el tiempo que le toma a la clase, y deles varias oportunidades para lograrlo en un tiempo determinado. Si lo desea, repita esa actividad varias veces durante la semana. Cuando los alumnos se hayan familiarizado con los versículos, invítelos a recitar el pasaje en voz alta. Recuerde que una clave para la memorización y el dominio de las Escrituras es la repetición.

Comentarios e información de contexto

Jeremías 1. Jeremías y la iniquidad del pueblo

Jeremías nació en Anatot, en el seno de una familia levita. Su ministerio comenzó durante el año decimotercero del reinado del rey Josías (aproximadamente en el 627 a. de J.C.) y duró más de cuarenta años. (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Jeremías”). Ése fue un periodo de tremenda iniquidad entre los habitantes de Jerusalén, cuando Jehová envió a muchos profetas que advirtieran a Su pueblo, “porque él tenía misericordia de [ellos]… Pero ellos se mofaban de los mensajeros de Dios y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y que no hubo ya remedio” (2 Crónicas 36:15–16). Jeremías predicó junto a otros profetas llamados a advertir a los habitantes de Jerusalén, entre ellos Habacuc, Sofonías y Lehi (véase 1 Nefi 1:4).

A través de los escritos de Lehi y Nefi, en el Libro de Mormón, encontramos otras evidencias del estado de iniquidad del pueblo. Cuando Lehi obedeció al Señor y trató de advertir a los del pueblo en cuanto a la destrucción de Jerusalén, ellos “procuraron también quitarle la vida” (1 Nefi 1:20; véase 1 Nefi 1:18–2:2). Nefi también describió la iniquidad de ellos: “…el Espíritu del Señor pronto cesará de luchar con ellos; porque han rechazado a los profetas y han arrojado a Jeremías en una prisión” (1 Nefi 7:14). El pueblo se había degenerado y había rechazado la compasión de Jehová, la cual Él manifestó al enviar profetas, y por su iniquidad sufrieron las consecuencias sin la protección de Jehová.

Jeremías 1:5. “Te conocí”

José Smith recibió una revelación que puede ayudarnos a comprender mejor la importancia deJeremías 1:5. En Doctrina y Convenios 93:29 aprendemos que “…el hombre fue en el principio con Dios” (véase también D. y. C. 93:23). Por lo tanto, cuando leemos Jeremías 1:5, sabemos que Dios conoció a Jeremías antes de nacer porque, al igual que todos nosotros, Jeremías vivió con Dios antes de esta vida. Podemos confiar en que Dios nos conocía antes de que naciéramos y nos preordenó para una misión terrenal.

Jeremías 1:18-19. “…yo te he puesto en este día como ciudad fortificada”

Esta promesa de Jehová a Su recién comisionado profeta Jeremías ilustra que Él fortificaría y fortalecería a Jeremías ante los violentos ataques de la oposición que éste afrontaría al mandar al pueblo de Jerusalén que se arrepintiera. Los judíos no querían escuchar el llamado de Jeremías al arrepentimiento y sus advertencias de destrucción. La animosidad, la indignación y la ira que los judíos cargaron sobre él podría compararse a una ciudad asediada; sin embargo, la promesa del Señor es segura: “…no te vencerán, porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte” (Jeremías 1:19).

Jeremías 3:22. “…sanaré vuestras rebeliones”

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, confirmó que el Señor desea que nos volvamos a Él, aun cuando hayamos sido desobedientes a Sus mandamientos: “Todo en el Evangelio nos enseña que podemos cambiar si es necesario que lo hagamos, que podemos recibir ayuda si en verdad la deseamos, que podemos ser sanados cualesquiera que hayan sido los problemas del pasado” (“A los hambrientos colmó de bienes”, Liahona, enero de 1997, pág. 77).