Seminario
Unidad 32: Día 4, Malaquías 3–4


Unidad 32: Día 4

Malaquías 3–4

Introducción

Jehová habló por medio de Su profeta Malaquías sobre la Segunda Venida y pidió al pueblo que se volviera a Él al pagar los diezmos y las ofrendas. Además indicó el destino que tendrían los inicuos en Su segunda venida y prometió enviar a Elías el Profeta antes del grande y terrible día de Jehová.

Malaquías 3:1–6

Malaquías profetiza concerniente a la segunda venida de Jesucristo

¿Han estado alguna vez en una situación en la que debían estar preparados para algo importante, pero no lo estaban? Escribe algunas palabras o frases que describan lo que sentiste:

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Jesus Christ

Prepararse para la Segunda Venida

En Malaquías 3 se enseña sobre la segunda venida de Jesucristo y algunas formas en las que podemos prepararnos para ella. Lee Malaquías 3:1–2 en busca de frases que describan la Segunda Venida. (En el versículo 1, la frase “el mensajero del convenio” se refiere a Jesucristo).

Las Escrituras son claras en cuanto a que Juan el Bautista era el mensajero que había de preparar el camino para la primera venida del Mesías. El ángel Gabriel anunció su nacimiento y misión al padre de Juan el Bautista (véase Lucas 1:5–25), e Isaías profetizó sobre ello (véase Isaías 40:3), así como lo hizo Malaquías (véase Malaquías 3:1). Su misión entera era preparar a los judíos para recibir al Salvador Jesucristo en cumplimiento de esa profecía (véanse Mateo 3:1–3; Marcos 1:2–3; Lucas 1:5–25; Juan 1:25–32). A Juan el Bautista, al haber sido un precursor, también se le llama un Elías (véase Lucas 1:17). Elías es un título que se da a los precursores, que son personas que anteceden o que preparan el camino para alguien o algo mayor.

Según Malaquías 3:2, ¿por qué debemos estar preparados para la Segunda Venida?

Presta atención a la frase “fuego purificador”, en el versículo 2. Un refinador utiliza el fuego para calentar metales como la plata o el oro hasta que alcanzan el estado líquido. El proceso de calentamiento hace que la escoria, o las impureza, emerjan a la superficie del metal líquido, donde el refinador las retira, depurando así el metal de toda impureza. Para entender mejor la metáfora, lee la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Bruce R. McConkie

“Las llamas ardientes, el calor abrasador, el fuego voraz de la Segunda Venida que destruye a los inicuos también purificará a las personas rectas…

“El fuego consumirá la maldad, el pecado y la escoria de sus almas debido a que merecen soportar el día” (The Millennial Messiah: The Second Coming of the Son of Man, 1982, págs. 543–544).

Observa también la frase “jabón de lavadores”, en Malaquías 3:2. Un lavador es alguien que utiliza jabón para lavar o blanquear telas.

¿Cuáles son algunas de las formas en que Jesucristo es como fuego purificador y jabón de lavadores?

El élder McConkie también enseñó lo siguiente acerca de la profecía de Malaquías: “La antigua palabra promete en referencia a la Segunda Venida: ‘He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí’ (Malaquías 3:1). Juan el Bautista hizo precisamente eso en el meridiano de los tiempos [en la época de Jesús], no obstante, se reservó para Joseph Smith el realizar la obra gloriosa en nuestros días. Él es el mensajero de los últimos días que fue enviado a restaurar el Evangelio, el cual prepara un pueblo para el regreso del Señor” (A New Witness for the Articles of Faith, 1985, pág. 629; véase también D. y C. 45:9).

Gracias a Malaquías 3:1 y lo que el élder McConkie enseñó, aprendemos que el Padre Celestial envió a José Smith a preparar el mundo para la segunda venida de Jesucristo.

  1. Medita la siguiente pregunta y luego escribe la respuesta en el diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué hizo el profeta José Smith a fin de prepararnos para el regreso de Jesucristo?

El profeta José Smith restauró y enseñó la plenitud del evangelio de Jesucristo. Al vivir el evangelio de Jesucristo, se nos puede refinar, purificar y preparar para la Segunda Venida. Medita en qué medida vives el evangelio de Jesucristo y te preparas para la Segunda Venida. ¿Qué puedes hacer a fin de prepararte mejor para el regreso en gloria del Señor?

En Malaquías 3:3–6, Malaquías describe la manera en que el Salvador purificará a los hijos de Leví como fuego de refinador y destruirá a los inicuos en Su segunda venida. Los “hijos de Leví” eran los poseedores del sacerdocio en el antiguo Israel. Esa frase, hoy en día, puede hacer referencia a los poseedores del sacerdocio de la actualidad (véase D. y C. 84:33–34).

Malaquías 3:7–12

Se exhorta a los israelitas a volverse a Jehová al pagar los diezmos y las ofrendas

Imagina que tienes un amigo o familiar cercano que hace algún tiempo ha dejado de guardar los mandamientos y se ha apartado de la Iglesia. La persona ha dicho recientemente que desea volver a la Iglesia, pero que no se siente digna de hacerlo.

¿Qué harías para ayudar a esa persona?

Lee Malaquías 3:7 para conocer la promesa de Jehová a los israelitas que habían quebrantado sus convenios y se habían apartado de Él.

¿Qué principio enseñó el Señor a quienes no guardaban sus convenios?

En el versículo 7 aprendemos que si nos volvemos a Jehová, Él se volverá a nosotros.

  1. Contesta las siguientes preguntas en el diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Qué crees que signifique volverse al Señor?

    2. ¿Qué te enseña el principio sobre volverse al Señor acerca del Padre Celestial y Jesucristo?

También en Malaquías 3:7, ¿qué pregunta dijo el Señor que hacía el pueblo?

En Malaquías 3:8–12 aprendemos una de las formas que el Señor indicó que las personas podían volverse a Él.

Lee Malaquías 3:8–9 y busca las preguntas que se plantean, así como la respuesta del Señor. (Malaquías 3:8–10 es un pasaje de dominio de las Escrituras. Si lo deseas, marca el pasaje de alguna forma particular a fin de poder localizarlo fácilmente).

¿De qué modo habían robado los israelitas a Jehová?

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ancient city scene

Los diezmos se pagaban al sumo sacerdote Melquisedec

Si lo deseas, marca la frase “diezmos y ofrendas”, que está en el versículo 8. La forma en que se han pagado los diezmos y las ofrendas ha cambiado a lo largo de los años. Por ejemplo, Abraham dio la décima parte de todo lo que poseía como diezmo al sumo sacerdote Melquisedec, y las ofrendas eran animales o cultivos que se ofrecían como sacrificio a Jehová. Hoy en día, pagamos la décima parte de nuestro interés (ingresos) como diezmo y donamos el costo de dos comidas o más como ofrendas de ayuno (véanse D. y C. 119:4; Leales a la Fe: Una referencia del Evangelio, 2004, págs. 24–2560–61).

En Malaquías 3:10–12, Jehová invitó a los israelitas a volverse a Él mediante el pago del diezmo. Lee esos versículos en busca de lo que Jehová dijo que Él haría y lo que ellos serían si pagaban sus diezmos y ofrendas. (En la antigüedad, el “devorador” a menudo era algo como las langostas que destruían los cultivos de la gente. ¿Cómo podría cumplirse esa promesa en nuestros días?)

Basándote en lo que has aprendido en Malaquías 3:10–12, completa el siguiente principio: Si nos volvemos a Dios y pagamos nuestros diezmos y ofrendas, el Señor .

Lee la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, y presta atención a los tipos de bendiciones que dijo que provienen de pagar el diezmo:

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Elder David A. Bednar

“Con frecuencia, al enseñar y testificar acerca de la ley del diezmo, hacemos hincapié en las bendiciones temporales inmediatas, dramáticas y fácilmente reconocibles que recibimos; y con seguridad se reciben esas bendiciones. Sin embargo, algunas de las muchas bendiciones que recibimos al obedecer este mandamiento son significativas, pero sutiles. Esas bendiciones se pueden discernir sólo si estamos espiritualmente atentos y somos perceptivos (véase 1 Corintios 2:14 )…

“A veces, es posible que le pidamos a Dios tener éxito y Él nos dé fortaleza física y mental. Quizás supliquemos por prosperidad y recibamos una perspectiva más amplia y más paciencia; o pidamos ser mejores y se nos bendiga con el don de la gracia. Él puede concedernos convicción y confianza al esforzarnos por alcanzar metas dignas; y cuando suplicamos alivio por las dificultades físicas, mentales y espirituales, quizás Él aumente nuestra resolución y capacidad de recuperación.

“Les prometo que, a medida que ustedes y yo observemos y guardemos la ley del diezmo, en verdad se abrirán las ventanas de los cielos y se derramarán bendiciones espirituales y temporales hasta que sobreabunden (véase Malaquías 3:10)” (“Las ventanas de los cielos”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 17–18).

  1. Reflexiona en la manera en que tú o tu familia han sido bendecidos de formas significativas pero sutiles por pagar el diezmo. Anota esas ideas en el diario de estudio de las Escrituras.

Medita en qué medida pagas el diezmo y las ofrendas. Ponte la meta de pagar o seguir pagando el diezmo con fidelidad para que se abran las ventanas de los cielos para ti.

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Dominio de las Escrituras: Malaquías 3:8–10

  1. Para ayudarte a memorizar y conocer a fondo el pasaje, lee Malaquías 3:8–10 varias veces y medita en cómo explicarías la ley del diezmo a alguien que jamás haya oído sobre ella. Considera algunas analogías y experiencias personales que podrías usar para ayudar a alguien a entender mejor ese mandamiento y la forma en que este demuestra nuestro amor por Dios. Escribe un párrafo en el diario de estudio de las Escrituras que explique cómo lo harías.

Malaquías 3:13–18

Jehová explica por qué no es por demás [en vano] servirle

En Malaquías 3:13–18, el Señor se dirigía a dos grupos de personas. Las primeras eran los israelitas que cuestionaban la necesidad de guardar las ordenanzas del Evangelio. Ellos se quejaban de que los soberbios y los inicuos parecían prosperar a pesar de su iniquidad.

Lee Malaquías 3:16–17 para saber cómo se sentían los del segundo grupo de personas hacia Dios. (En ese contexto, la palabra temer significa sentir reverencia y respeto).

Según el versículo 17, ¿qué bendiciones dará Dios a quienes le muestren reverencia y respeto? (Véase también Malaquías 3:17, nota a al pie de página).

Malaquías 4

Malaquías profetiza el porvenir de los inicuos y los rectos en la Segunda Venida

La palabra estopa se refiere al resto del lino que queda tras cosechar el campo. Podría decirse que en cierta forma es como el rastrojo. A menudo, los agricultores queman el rastrojo a fin de preparar el campo para ararlo y sembrarlo de nuevo.

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field of grain

Después que se han cosechado los cultivos, se quema el rastrojo para preparar el campo para ararlo y sembrarlo de nuevo

Lee Malaquías 4:1 para saber a quién comparaba Malaquías con el rastrojo.

¿Qué les ocurrirá a los soberbios y a los que hacen maldad en la Segunda Venida?

Lee Malaquías 4:2–3 para averiguar lo que sucederá con las personas rectas en la segunda venida del Señor. (El “Sol de justicia” [versículo 2] es Jesucristo).

¿Qué promete el Señor a quienes temen (respetan y honran) Su nombre?

Los últimos versículos del Antiguo Testamento contienen la profecía de Malaquías sobre el regreso del profeta Elías antes de la segunda venida de Jesucristo.

Lee Malaquías 4:5–6 para conocer lo que Malaquías dijo que haría Elías el Profeta cuando regresara. (Malaquías 4:5–6 es un pasaje de dominio de las Escrituras. Si lo deseas, marca el pasaje de alguna forma particular a fin de poder localizarlo fácilmente).

Esos versículos de Malaquías te invitan a participar en la obra de historia familiar y del templo. El presidente Joseph Fielding Smith enseñó lo siguiente sobre Malaquías 4:6:

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President Joseph Fielding Smith

“¿Quiénes son los padres mencionados por Malaquías, y quiénes son los hijos? Los padres son nuestros antepasados fallecidos; los que murieron sin el privilegio de recibir el evangelio, pero que han recibido la promesa de que llegaría el tiempo en que ese privilegio les sería concedido. Los hijos son los que ahora viven, que están preparando la información genealógica y que vicariamente están efectuando las ordenanzas en los templos.

“Al tornar el corazón de los hijos a los padres, se pone o planta en el corazón de los hijos el sentimiento y el deseo que los inspirará a buscar los registros de sus difuntos. Además es necesario que se implante en el corazón el deseo y la inspiración. Esto deben tener a fin de poder ir a la Casa del Señor y efectuar la obra necesaria por sus padres que murieron sin el conocimiento del Evangelio, o sin el privilegio de recibir la plenitud del Evangelio” (véase Doctrina de Salvación, comp. de Bruce R. McConkie, 3 tomos, 1979, tomo II, pág. 119).

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Elijah in the Kirtland Temple

Elías el Profeta restauró las llaves para sellar del Sacerdocio de Melquisedec

El profeta José Smith indicó que “la palabra volver que se lee aquí [en Malaquías 4:6] debería traducirse como ligar o sellar” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 504). El 3 de abril de 1836, el profeta Elías se apareció al profeta José Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland y restauró las llaves para sellar del Sacerdocio de Melquisedec (véase D. y C. 110:13–16). Dichas llaves del sacerdocio ligan en unión a las familias a lo largo de toda la eternidad, para así ayudar a cumplir la profecía de Malaquías.

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Dominio de las Escrituras: Malaquías 4:5–6

  1. Para memorizar más fácilmente ese pasaje de dominio de las Escrituras, lee Malaquías 4:5–6 varias veces. Cuando estés bastante confiado de que has memorizado los dos versículos, trata de escribirlos, palabra por palabra, sin mirar las Escrituras. Si omites alguna palabra, lee el pasaje algunas veces más y después intenta escribir los versículos de memoria.

  2. Escribe lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Malaquías 3–4 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: