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Ataques


“Ataques”, Temas de historia de la Iglesia

“Ataques”

Ataques

A lo largo de las décadas de 1830 y 1840 en Ohio, Misuri e Illinois, los Santos de los Últimos Días sufrieron persecución significativa y acoso a manos de los populachos. Los Santos fueron uno de los muchos grupos que sufrieron ese trato. Las comunidades a menudo usaban tácticas como untar brea y plumas y otras formas de violencia para hacer valer sus propias ideas de justicia cuando ellos no estaban satisfechos con las acciones de los gobiernos y las cortes. En la frontera, sobre todo, muchos de los primeros estadounidenses consideraron estas formas de violencia como actos de patriotismo y autosupervivencia.

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Ilustración de un populacho destruyendo la imprenta de la Iglesia en 1833

Representación de un populacho destruyendo la imprenta de la Iglesia en Independence, Misuri, en 1833.

Los ejemplos más conocidos de la violencia contra los primeros Santos de los Últimos Días incluyen el untado de brea y plumas a líderes prominentes de la Iglesia en Ohio y Misuri; la destrucción de la imprenta de la Iglesia en Independence, Misuri, en 1833; la expulsión de los mormones del condado de Jackson en 1833, del estado de Misuri, en 1838 y 1839, y del estado de Illinois en 1846; y los asesinatos de José y Hyrum Smith en 1844.

¿Cómo justificaban los primeros estadounidenses la violencia del populacho?

La tradición americana de ataques extrajudiciales estaba arraigada en la lucha del país por la independencia. En 1773, por ejemplo, los residentes de Boston planearon y llevaron a cabo un ataque a los oficiales de la Ley del Timbre de 1765, conocido como el Motín del té de Boston. Después de la Revolución de los Estados Unidos, la gente continuó justificando la aplicación violenta de lo que consideraban que era la voluntad de la mayoría. Ya sea en ciudades o pueblos, muchos de los primeros colonizadores americanos alegaban el derecho de tomar la ley en sus propias manos, a menudo contra grupos minoritarios, para preservar su modo de vida. Incluso funcionarios del gobierno solían aceptar estas justificaciones. Daniel Dunklin, quien sirvió como gobernador de Misuri de 1832 a 1836, en el momento en que los Santos fueron expulsados del condado de Jackson, señaló que la “opinión pública puede llegar a ser ley primordial; y … es inútil ir en contra de ella”.1

¿Qué tan organizada era la violencia dirigida a los miembros de la Iglesia?

Tal como otros ataques violentos a principios de los Estados Unidos, la agresión de la multitud contra los mormones era más organizada de lo que la palabra populacho puede sugerir hoy en nuestros días. Los ataques dirigidos a los Santos de los Últimos Días de julio de 1833 en Independence, Misuri, por ejemplo, fueron coordinados por un comité de ciudadanos más prestigiosos del condado, un comité completo con un presidente y secretarios. Antes de destruir la oficina de impresión de W. W. Phelps y poner brea y plumas al obispo Edward Partridge y a otro miembro de la Iglesia, estos líderes de la comunidad se reunieron en un juzgado, redactaron un manifiesto exigiendo que los Santos salieran del condado y se comprometieran a donar, directamente imitando a los que habían firmado la Declaración de Independencia, sus “fortunas de la vida y honores sagrados”, para apoyar la resolución.2

¿Cómo respondieron los Santos de los Últimos Días a los ataques violentos?

En muchos casos, existía una superposición considerable entre el populacho y la milicia local, lo que hacía difícil que los Santos de los Últimos Días recibieran un trato justo bajo la ley.3 De hecho, coroneles de la milicia del condado de Jackson fueron los que desarmaron a los miembros de la Iglesia en 1833 y entonces se quedaron de brazos cruzados mientras que los atacantes vandalizaban las casas y las propiedades de los Santos. En 1838 algunos miembros de la Iglesia recurrieron a ataques para proteger su hogar y tomar represalias contra aquellos que los amenazaban.4 A lo largo de los conflictos en Misuri y durante varios años después, José Smith y otros líderes alentaron a los miembros de la Iglesia a solicitar indemnización del gobierno nacional por sus pérdidas.5

Temas relacionados: Jackson County Violence, Mormon-Missouri War of 1838, Opposition to the Early Church

Notas

  1. Carta de Daniel Dunklin a W. W. Phelps, 18 de julio de 1836, en W, W. Phelps, colección de documentos de Missouri, 1833 a 1837, Biblioteca de historia de la Iglesia, Salt Lake City; véase también Richard Maxwell Brown, Strain of Violence: Historical Studies of American Violence and Vigilantism (Nueva York: Oxford University Press, 1975), págs. 30 a 33; Ronald W. Walker, Richard E. Turley Jr., y Glen M. Leonard, Massacre at Mountain Meadows: An American Tragedy (New York: Oxford University Press, 2008), págs. 8 a 10; Paul A. Gilje, Rioting in America (Bloomington: Indiana University Press, 1996), págs. 1 a 86.

  2. El recuento de los eventos por parte de los Santos se encuentra en “To His Excellency, Daniel Dunklin, Governor of the State of Missouri”, en The Evening and the Morning Star, diciembre de 1833, págs. 228 y 229. Otros colonos de Misuri presentaron su caso en el Jeffersonian Republican, 17 de agosto de 1833; Richard Lyman Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Alfred A. Knopf, 2005), págs. 223 y 224.

  3. Véase la Ley de la milicia de 1792, decreto 1, capítulo 33, 1792; citado en “Peace and Violence among 19th-Century Latter-day Saints”, Ensayos sobre temas del Evangelio, topics.lds.org.

  4. Véase “Peace and Violence among 19th-Century Latter-day Saints”.

  5. Véase Clark V. Johnson, editor, Mormon Redress Petitions: Documents of the 1833–1838 Missouri Conflict (Provo, Utah: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1992).