Historia de la Iglesia
Iglesias cristianas de la época de José Smith


“Iglesias cristianas de la época de José Smith”, Temas de la historia de la Iglesia

“Iglesias cristianas de la época de José Smith”

Iglesias cristianas de la época de José Smith

Cuando José Smith oró para saber “cuál de todas las sectas era la verdadera” es probable que tuviera en mente algunas denominaciones protestantes próximas a su pueblo natal1. En un relato describe cómo los metodistas, los presbiterianos y los baptistas contendían por su afiliación, y es probable que haya considerado otros grupos. La diversidad de opciones religiosas se había multiplicado durante el siglo anterior y la mayoría de los estadounidenses eran capaces de distinguir entre las muchas “sectas”.

La mayoría de las iglesias de los Estados Unidos durante la vida de José Smith eran protestantes. Si bien el catolicismo romano se extendió por el país durante las primeras décadas del siglo XIX, solo un número pequeño de católicos se convirtieron en Santos de los Últimos Días. El protestantismo estadounidense, con su colorida variedad y complejidad, era con frecuencia el antecedente religioso de los primeros miembros de la Iglesia.

La reforma europea y las iglesias protestantes

Una serie de quejas contra la iglesia católica durante la Edad Media derivó en una escisión del cristianismo europeo occidental, hoy conocida como la Reforma. Martín Lutero encabezó un primer e influyente movimiento reformista en Alemania a mediados del siglo XVI que adoptó su nombre. Juan Calvino, un joven coetáneo de Lutero, desarrolló una teología meticulosa y trató de implementar sus ideas en una comunidad religiosa en Ginebra, Suiza. Lutero y otros reformadores como Philipp Melanchthon y Huldrych Zwingli elaboraron borradores de creencias llamados “confesiones” que sus seguidores aceptaron como reglas de fe. Otros, incluso los integrantes del movimiento anabaptista, se resistieron a formar parte de esas confesiones.

Los cristianos ingleses habían cultivado tradiciones distintivas durante siglos, pero se separaron dramáticamente del catolicismo romano cuando el Parlamento británico declaró legalmente al monarca Enrique VIII jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra en 1534. La Iglesia de Inglaterra (o Iglesia anglicana) sufrió una serie de movimientos reformistas internos durante los siguientes cien años, generando comunidades como la puritana, la presbiteriana o los cuáqueros, que se separaron del anglicanismo. Esta oleada de divisiones continuó al otro lado del Atlántico cuando los colonos se asentaron en las nuevas tierras de Norteamérica.

La proliferación de iglesias en los albores de los Estados Unidos

El gobierno colonial de la América británica siguió un precedente europeo de respaldar a determinadas iglesias con estatutos oficiales y patrocinándolas con dinero de los impuestos. Las iglesias puritanas congregacionalistas prosperaron bajo estos estatutos y predominaron en las colonias del norte hacia mediados del siglo XVIII. La Iglesia de Inglaterra contaba con grandes números en las colonias centrales, pero cuando la Revolución Estadounidense separó a los patriotas de los leales a la corona británica, los anglicanos de Estados Unidos se distanciaron de la iglesia matriz y adoptaron un nuevo título: la Iglesia episcopaliana.

Las colonias garantizaron una mayor libertad religiosa y algunos movimientos religiosos prosperaron en Norteamérica mientras se estancaban en Europa. Por ejemplo, el movimiento metodista atraía a muchísima más gente en Norteamérica que en su Inglaterra natal; y los cristianos que profesaban el bautismo por inmersión abrieron congregaciones baptistas en Estados Unidos justo cuando el gobierno inglés acababa de enviar a sus equivalentes británicos a prisión.

La oportunidad religiosa creció tras la fundación de los Estados Unidos a finales del siglo XVIII. La Constitución estadounidense, y posteriormente las propias legislaturas de los estados, disolvieron los estatutos de las iglesias patrocinadas por el Estado, abriendo así el camino al florecimiento de muchas alternativas. En particular los metodistas y baptistas aumentaron en número a mediados del siglo XIX, eclipsando a las iglesias congregacionalistas que antes habían sido las más numerosas de Norteamérica.

A veces las iglesias recibían su nombre según fuera su estructura organizativa o su estilo de adoración. Por ejemplo, a veces a los episcopalianos se les llamada la “iglesia elevada” porque hacían hincapié en los rituales más formales y en la jerarquía que la iglesia de Inglaterra había heredado del catolicismo. Por otro lado, los metodistas y los baptistas favorecían el hermanamiento de la “iglesia llana”, haciendo hincapié en la conversión y la experiencia espiritual personal por encima de la autoridad sacerdotal y del ritual. Los cristianos “llanos”, o evangélicos, como se les llamó posteriormente, realizaron aportaciones a muchos movimientos religiosos y sociales, y fueron determinantes en el estímulo de los resurgimientos de los que luego escribiría José Smith en su historia. Dichos resurgimientos tenían por objetivo estimular a todos los cristianos en vez de procurar ganar conversos para un grupo determinado. Este movimiento evangélico, junto con la proliferación de opciones religiosas, derivó en un aumento masivo de la asistencia a las iglesias y de la afiliación religiosa en los Estados Unidos.

Antecedentes religiosos de los primeros miembros de la Iglesia

Entre los primeros Santos de los Últimos Días hubo muchos metodistas, presbiterianos y baptistas, así como algunos congregacionalistas, luteranos, episcopalianos, cuáqueros, tembladores y protestantes sin afiliación religiosa. En Ohio, una comunidad de baptistas reformados buscaba restaurar el cristianismo primitivo según se encuentra en el Nuevo Testamento. Este grupo conoció a los misioneros Santos de los Últimos Días en 1830 y muchos de sus integrantes aceptaron el Libro de Mormón. Otros miembros de este movimiento restaurador formaron una denominación distinta conocida como la Iglesia de Cristo (Discípulos de Cristo).

Si bien los Santos de los Últimos Días renunciaron a seguir en sus anteriores iglesias, llevaron consigo muchas tradiciones y creencias cuando se unieron a los Santos. Este rico trasfondo cristiano contribuyó sustancialmente a la cultura de los albores de la Iglesia.

Temas relacionados: Creencias religiosas de la época de José Smith, Despertares y resurgimientos, Relatos de la Primera Visión de José Smith

Notas

  1. José Smith, “History, 1838–1856, Volume A-1 [23 December 1805–30 August 1834]”, págs. 1–3, josephsmithpapers.org.