Historia de la Iglesia
El Cuórum de los Doce


“El Cuórum de los Doce”, Temas de historia de la Iglesia

El Cuórum de los Doce

El Cuórum de los Doce

El libro de Efesios enseñaba que la iglesia del Nuevo Testamento estaba edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”1. Los Apóstoles también sirven como parte del fundamento de la Iglesia restaurada en los últimos días. José Smith recibió una revelación en junio de 1829 por la que Oliver Cowdery y David Whitmer debían buscar a doce hombres para ser los discípulos del Señor y “declarar mi evangelio tanto al gentil como al judío”2. Durante los años siguientes las mentes de Cowdery y Whitmer estuvieron “bajo una presión constante para determinar quiénes serían esos Doce” y con frecuencia “acudían al Señor en oración y ayuno” a fin de saber3.

En febrero de 1835 José Smith y los Tres Testigos del Libro de Mormón —Oliver Cowdery, David Whitmer y Martin Harris— seleccionaron a doce hombres para servir como Apóstoles en la Iglesia. Si bien el título de Apóstol se había dado con anterioridad a ciertas personas que desempeñaron tareas de proselitismo en los comienzos de la Iglesia, incluso a Oliver Cowdery y a David Whitmer4, no se llamó a los Doce Apóstoles —según se definía en la revelación de 1829— hasta el año 1835.

José Smith convocó una reunión en Kirtland, Ohio, el 14 de febrero de 1835 para dar reconocimiento a las personas que habían participado en el Campamento de Israel (el Campo de Sion) en 18345. En dicha reunión mandó a Cowdery, Whitmer y Harris que “escogieran a doce hombres de la iglesia como Apóstoles para ir entre toda nación, tribu, lengua y pueblo”6. Después de que la presidencia bendijera a los Tres Testigos, estos —aparentemente después de haber consultado con José Smith— seleccionaron a los siguientes hombres como Apóstoles: Lyman Johnson, Brigham Young, Heber C. Kimball, Orson Hyde, David W. Patten, Luke Johnson, William E. McLellin, John F. Boynton, Orson Pratt, William Smith, Thomas B. Marsh y Parley P. Pratt. Ocho de ellos habían acompañado a José en la expedición del Campamento de Israel y todos habían predicado de manera extensa como misioneros.

En las semanas siguientes los Doce recibieron las bendiciones de la ordenación y un mandado de Oliver Cowdery; además, José Smith les enseñó acerca de su llamamiento. En una reunión que tuvo lugar el 27 de febrero de 1835, José dijo que los Apóstoles tendrían “las llaves de este ministerio, de abrir la puerta del reino de los cielos a todas las naciones y predicar el Evangelio a toda criatura”. Se les conocería como un “sumo consejo viajante” que “presidiría sobre todas las congregaciones de Santos entre los gentiles donde no se hubiera establecido una presidencia”7. Esto significaba que los Doce serían responsables de las congregaciones de la Iglesia que estuvieran alejadas de los centros principales de la Iglesia en Kirtland y Misuri.

En algún momento entre el 1 de marzo y el 1 de mayo de 1835, José Smith también preparó una instrucción sobre el sacerdocio que analizaba la función y las responsabilidades de los Doce. En dicho documento se reiteraba que los Doce tenían jurisdicción sobre las ramas que estuvieran fuera de Kirtland y Misuri, y declaraba que debían actuar “bajo la dirección de la presidencia de la iglesia”. Los Doce eran “iguales en autoridad” a la Primera Presidencia y debían servir como “testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo”8.

Inicialmente los Doce tenían sobre sí una pesada carga de proselitismo, predicando y dirigiendo las congregaciones de Santos de los Últimos Días del este de los Estados Unidos durante el verano de 1835 y luego predicando el Evangelio en Inglaterra a principios de 1837. Para 1841 muchos de los Apóstoles habían vuelto de Inglaterra y en una conferencia de la Iglesia llevada a cabo en agosto se mandó al Cuórum de los Doce que “ocupara su sitio al lado de la Primera Presidencia”9, recibiendo la autoridad para “ayudar con la gestión de los asuntos del reino” no solo en las misiones sino también en Nauvoo10.

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José y Hyrum Smith con varios miembros del Cuórum de los Doce en Nauvoo

Representación artística de José y Hyrum Smith con varios miembros del Cuórum de los Doce en Nauvoo.

Según Orson Hyde, en algún momento de la primera mitad de 1844 José Smith dijo a los Doce que el Señor le había mandado “apresurarse y dar” la investidura a los Apóstoles. Entonces José “nos guio por cada ordenanza del santo sacerdocio” y al terminar, declaró: “Si ahora me matan, ustedes tienen todas las llaves y todas las ordenanzas”. El Profeta prosiguió: “Sobre sus hombros reposa la responsabilidad de guiar a este pueblo, pues el Señor va a permitirme descansar por un tiempo”11.

Después del martirio de José Smith la vasta mayoría de los Santos de Nauvoo sostuvo a Brigham Young como Presidente del Cuórum de los Doce para que dirigiera la Iglesia. Bajo su dirección los Santos terminaron el Templo de Nauvoo antes del éxodo hacia la Gran Cuenca. La sucesión de Brigham Young sentó el precedente de que cuando moría el Presidente de la Iglesia, el Cuórum de los Doce tenía autoridad para liderar bajo la dirección de su presidente. Brigham Young reorganizó la Primera Presidencia en diciembre de 1847, pero los Doce Apóstoles conservaron una función vital en el gobierno de la Iglesia12.

Después de la muerte de Brigham Young y de John Taylor, los Doce Apóstoles gobernaron la Iglesia por unos años antes de que la Primera Presidencia fuese reorganizada. Sin embargo, el presidente Wilford Woodruff aconsejó al Apóstol de mayor antigüedad, Lorenzo Snow, que reorganizase la Primera Presidencia sin dilación alguna. Tras la muerte de Woodruff, Snow organizó la Primera Presidencia en menos de una semana. Del mismo modo, el presidente Snow instó a Joseph F. Smith, que era el siguiente en la sucesión para ser Presidente de la Iglesia, a que “procediera de inmediato” a reorganizar la Primera Presidencia tras su muerte13. El Cuórum de los Doce ha seguido este modelo desde entonces, con el Apóstol de más antigüedad en el puesto —el Presidente de los Doce— llegando a ser el Presidente de la Iglesia.

Desde 1835, año en que se organizó el Cuórum de los Doce, más de un centenar de hombres han prestado servicio como Apóstoles. En la actualidad los Doce siguen sirviendo como testigos especiales de Jesucristo, supervisando las labores misionales de la Iglesia en todo el mundo y deliberando en consejo con la Primera Presidencia para dirigir los asuntos de la Iglesia.