Historia de la Iglesia
Parley P. Pratt


“Parley P. Pratt”, Temas de la historia de la Iglesia

“Parley P. Pratt”

Parley P. Pratt

A finales del verano de 1830, Parley P. Pratt, de 23 años de edad, tuvo por primera vez en sus manos un ejemplar del Libro de Mormón. Oriundo del estado de Nueva York, se había mudado a Ohio pero se sintió espiritualmente inspirado a volver al estado de Nueva York para predicar. El Libro de Mormón le entusiasmó. “Leí todo el día; tener que comer era una molestia, pues no sentía deseos de alimentarme; y cuando llegó la noche, me agobiaba tener que ir a dormir, pues prefería seguir leyendo en lugar de dormir”, escribiría él posteriormente, concluyendo, “y supe y comprendí que el libro era verdadero”1. Él se puso en contacto con unos integrantes de la familia de José Smith y fue bautizado poco después.

Imagen
Parley P. Pratt, vista de perfil

Retrato de Parley P. Pratt, de perfil.

Por cortesía del Departamento de Historia de la Iglesia

Casi inmediatamente después del bautismo de Pratt, José Smith recibió una revelación en la que se llamaba a Pratt para ir a una misión a predicar a los indios o aborígenes de Estados Unidos en la frontera occidental de los Estados Unidos2. Cuando iban de camino, Pratt y sus compañeros se detuvieron cerca de Kirtland, Ohio, para hablar con su antiguo pastor, Sidney Rigdon. Como resultado, más de 100 personas de Kirtland y sus alrededores se unieron prontamente a la Iglesia, entre ellos, Sidney y Phebe Rigdon3. En 1835, Pratt fue llamado a ser uno de los miembros originales del Cuórum de los Doce Apóstoles en los últimos días4. En 1836, sirvió una misión en Canadá que resultó en las conversiones de John Taylor (quien más tarde llegaría a ser Presidente de la Iglesia) y su esposa, Leonora, así como de Mary Fielding, quien se casaría posteriormente con Hyrum Smith y llegaría a ser la madre y abuela de futuros Presidentes de la Iglesia5.

Cuando los Santos de los Últimos Días fueron expulsados del estado de Misuri en 1838–1839, Pratt fue arrestado por su participación en una batalla contra unos habitantes de Misuri y pasó varios meses en prisión en Richmond y Columbia, Misuri, hasta que escapó y se unió al cuerpo principal de los santos en Illinois6. Entre 1839 y 1842, participó en la misión apostólica en Inglaterra, la cual condujo a miles de personas a la conversión. Luego, en 1847, Pratt y John Taylor guiaron una gran compañía de carromatos a través de las praderas hasta el valle de Lago Salado, siguiendo el camino abierto unos meses antes por la compañía de vanguardia.

Pratt tenía la visión de establecer la Iglesia por todo el mundo. A comienzos de la década de 1850, supervisó la obra misional en la extensa Área del Pacífico para la Iglesia y viajó dos veces hasta California para mantener correspondencia con los misioneros en todo el Pacífico. Viajó a Chile, donde estudió español e intentó compartir el Evangelio, llegando a ser, junto con su esposa Phebe y su compañero Rufus Allen, los primeros misioneros en Sudamérica. Le escribió a Brigham Young, sugiriéndole que todos los miembros del Cuórum de los Doce aprendieran otros idiomas para que pudieran llevar el Evangelio al mundo. A su regreso a California, enseñó español a otras personas.

Pratt era un talentoso escritor; escribió libros, folletos, artículos de periódico, poesía e himnos para explicar y defender su fe. En 1837, escribió A Voice of Warning, uno de los libros misionales más populares durante el siglo XIX. Durante su estadía en Inglaterra, fundó un periódico llamado Latter-day Saints’ Millennial Star, del cual fue su editor7. En 1855, publicó Key to the Science of Theology, libro en el que explica la doctrina y la teología de la Iglesia. También escribió una autobiografía que fue publicada después de su muerte.

De joven, Pratt se casó con Thankful Halsey, quien también se convirtió a la Iglesia y lo apoyó en sus diversas misiones hasta su fallecimiento en 1837, cuando daba a luz a su primer hijo, Parley Jr. Luego se casó con una viuda, Mary Ann Frost Stearns, quien lo acompañó en su misión a Inglaterra. Cuando los Pratt regresaron de Inglaterra, les fue presentado el principio del matrimonio plural y ellos lo aceptaron conjuntamente. Pratt se casó con su primera esposa plural en 1843 y en vida se casó con hasta 12 mujeres. Llegó a ser padre de 30 hijos. Sus esposas describieron su vida familiar como generalmente armoniosa y Pratt expresaba su profundo amor por su familia en sus cartas mientras viajaba en misiones.

Su última esposa, Eleanor Jane McComb, se había convertido a la Iglesia cuando vivía en California. Según su relato, su esposo Hector McLean era un alcohólico que abusaba de su familia y, cuando ella se bautizó, él envió a sus tres hijos a Nueva Orleans a vivir con los padres de ella. Por motivo de los abusos de su esposo, ella lo abandonó y se mudó a Salt Lake City. En una época donde no era fácil obtener un divorcio, Eleanor, al igual que muchos otros estadounidenses del siglo XIX en similares circunstancias, consideraba su matrimonio como concluido, aun cuando no estuvieran divorciados legalmente8. Ella se casó con Pratt en noviembre de 1855 y lo acompañó en una misión a los estados del este, esperando poder recuperar a sus hijos de la casa de sus padres. Su padre avisó al esposo del cual ella se había separado acerca de sus intenciones y él convenció a un oficial de Arkansas para que arrestara a Pratt en mayo de 1857. Un juez federal pospuso el caso y posteriormente liberó a Pratt, pero McLean acechó a Pratt y lo asesinó. Los Santos de los Últimos Días se afligieron profundamente por su muerte.

Cuatro años antes de su muerte, Pratt reflexionaba sobre su vida en una carta que envió a un amigo de su juventud. Su fe en el evangelio de Jesucristo había transformado su vida y lo había llevado muy lejos desde su hogar en Nueva York. “En resumen”, escribió, “he sido granjero, siervo, pescador, cavador, mendigo, predicador, autor, editor, senador, comerciante, élder y apóstol de Jesucristo”. Como el misionero que siempre fue, Pratt transmitió a su amigo el mensaje que había compartido con tantas personas a través de su vida: “Escudriña las Escrituras”, obedece el mensaje del Evangelio, bautízate y “ayúdanos a edificar el Reino de Dios y a establecer su rectitud”9.

Temas relacionados: Publicaciones periódicas de la Iglesia, Primeros misioneros, Cuórum de los Doce.