Historia de la Iglesia
Seminarios e Institutos


Seminarios e Institutos

A fines del siglo XIX, la Iglesia operaba academias en muchos asentamientos de Santos de los Últimos Días, las cuales impartían instrucción tanto religiosa como académica1. Al inicio del siglo XX, un gran número de estudiantes Santos de los Últimos Días comenzaron a asistir a las escuelas públicas. La Mesa Directiva de Educación de la Iglesia, que había administrado las academias desde 1888, comenzó a centrarse en brindar educación religiosa a menores y jóvenes adultos.

Los primeros Seminarios

Como miembro de la presidencia de la Estaca Granite, Joseph F. Merrill esperaba complementar la educación secundaria de los jóvenes de su estaca con instrucción religiosa. Se inspiró en su esposa, Annie Laura Hyde Merrill, quien a menudo enseñaba a sus hijos el Libro de Mormón y las historias bíblicas que había aprendido en la clase de teología de James E. Talmage en la Academia de Salt Lake. Joseph desarrolló el criterio para un Seminario, el cual presentó al consejo escolar local, al superintendente del consejo de educación estatal y a la Primera Presidencia para su aprobación. La Estaca Granite financió la construcción de un edificio de Seminario al frente de la escuela secundaria local y contrató a Thomas J. Yates, miembro del sumo consejo de estaca, para que enseñara las primeras clases sobre la Biblia y la historia de la Iglesia. Las primeras sesiones se abrieron en el otoño de 1912 con un grupo de 70 estudiantes2. El modelo de Merrill inspiró a la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia a abrir Seminarios adicionales adyacentes a otras escuelas.

Imagen
edificio de Seminario

El primer edificio de Seminario, construido frente a la escuela secundaria Granite en Salt Lake City, Utah, alrededor de 1912.

Para el año 1919, se habían abierto trece Seminarios, con una matrícula de alrededor de 1500 estudiantes. Durante la década siguiente, el Sistema Educativo de la Iglesia cambió el enfoque de las academias hacia el desarrollo de estos Seminarios, con maestros y estudiantes organizados en Utah, Idaho y Arizona. Adam S. Bennion fue nombrado Superintendente de las Escuelas de la Iglesia y trabajó para expandir el programa a todas las escuelas donde había suficientes estudiantes Santos de los Últimos Días. También profesionalizó el programa educativo y reclutó a maestros Santos de los Últimos Días con educación universitaria3.

Las escuelas públicas en Utah y otras regiones con muchos estudiantes Santos de los Últimos Días ofrecían programas integrados, lo que permitía que muchos estudiantes asistieran a las clases de Seminario durante el horario escolar. Este arreglo fue objeto de escrutinio por parte de algunas personas que querían trazar una línea divisoria más clara entre el estado y las instituciones religiosas. Las amenazas al programa de Seminario se resolvieron en última instancia mediante una serie de casos escuchados por la Corte Suprema de los Estados Unidos, la cual falló a favor de los programas integrados, pero prohibió la “mezcla excesiva de gobierno con religión”. Durante un tiempo, la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia mantuvo el curso de estudios de Seminario centrado en la Biblia mientras el comisionado y el cuerpo docente trabajaban con los funcionarios estatales para cumplir con los estándares regulados por la corte sobre la separación entre iglesia y estado. Se alentó a los maestros de Seminario a obtener títulos de posgrado y proseguir estudios académicos sobre temas religiosos4.

Los primeros Institutos de Religión

En la década de 1920, los Santos de los Últimos Días que asistían a la Universidad de Idaho en la ciudad de Moscow, Idaho, carecían de instalaciones adecuadas para llevar a cabo reuniones de la Iglesia. En respuesta a ello, la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia desarrolló un programa de apoyo de “Seminarios universitarios”. En 1927, la Primera Presidencia nombró a J. Wyley Sessions para enseñar clases de religión en la Universidad de Idaho y dirigió la construcción de un edificio para el Instituto de Religión de Moscow que servía tanto para la instrucción educativa como para otras reuniones de la Iglesia. En los siguientes 20 años, se abrieron Institutos similares en o cerca de varias instituciones universitarias en Idaho, Utah, California, Wyoming y Arizona. Los consejos estudiantiles crearon varios grupos de apoyo, a veces como alternativas religiosas a las fraternidades y hermandades universitarias, lo que ayudó a aumentar las inscripciones a las clases de Instituto. Originalmente, los profesores de tiempo completo no enseñaban cursos basados en un curso de estudios estandarizado, sino que desarrollaban disertaciones religiosas basadas en su propia experiencia, como profesores en la universidad adyacente5.

Imagen
edificio de la Iglesia

El primer edificio de Instituto de Religión en Moscow, Idaho.

El desarrollo y la expansión de la educación religiosa

En el tiempo en que comenzaron los primeros Institutos de Religión, Estados Unidos fue escenario de varias controversias relacionadas con la ciencia y la religión. El juicio de Scopes en 1925 atrajo la atención nacional sobre el debate en cuanto a si la evolución humana debería enseñarse en las escuelas públicas y si las narrativas bíblicas de la creación deberían tener prioridad sobre las interpretaciones científicas modernas. A raíz de este debate, la Primera Presidencia y la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia tomaron medidas para garantizar que los maestros y el curso de estudios se mantuvieran enfocados en los principios del Evangelio. La Mesa Directiva anunció nuevos procedimientos de contratación para los directores de Instituto, modificó los cursos de estudio para afirmar las enseñanzas de los líderes de la Iglesia y supervisó el balance entre los enfoques seculares y los religiosos en los estudios académicos. En 1938, el presidente J. Reuben Clark, Jr. dio un mensaje a los maestros de Seminario e Instituto sobre “El curso trazado por la Iglesia en la educación”, que enfatizaba el aprendizaje espiritual en todos los niveles educativos y advertía contra la sustitución de la revelación por la secularidad. Su discurso se convirtió en un referente para los educadores de la Iglesia y definió el diseño de los cursos de estudios durante décadas6.

En la década de 1950, la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia exploró un plan para unificar la compleja administración de Seminarios e Institutos. Ernest L. Wilkinson, presidente de la Universidad Brigham Young, propuso consolidar todos los medios de educación religiosa en un solo sistema que brindara beneficios a los maestros, capacitación previa al servicio y un curso de estudios estandarizado. Estos esfuerzos culminaron en el establecimiento del Sistema Educativo de la Iglesia (SEI)7.

Mientras tanto, los esfuerzos para expandir las clases de Seminario más allá de Utah, Idaho y Arizona enfrentaron resistencia por parte de consejos de educación y funcionarios estatales que no estaban dispuestos a incluir el Seminario integrado dentro del horario escolar. Los presidentes de estaca en California, donde la membresía estaba en auge y no existía Seminario integrado, continuaron solicitando apoyo para un programa de Seminario. El éxito de una clase por la mañana temprano en Salt Lake City inspiró al comisionado Franklin L. West a enviar a Ray L. Jones, el director de un Seminario en Utah, a organizar clases similares en California. Jones se mudó a Los Ángeles, donde trabajó con Howard W. Hunter, presidente de la Estaca Pasadena y futuro presidente de la Iglesia, para establecer un consejo regional de educación y ofrecer clases a las 6:00 y a las 6:30 de la mañana. Aunque muchos se mostraron dudosos de que los estudiantes se presentarían tan temprano, la asistencia aumentó rápidamente. Después de siete años, había más de 9000 estudiantes inscritos8.

Los administradores del SEI pronto expandieron el servicio de Seminarios matutinos a las naciones de tribus indígenas estadounidenses, Europa, Australia y Nueva Zelanda. En las décadas de 1960 y 1970, se establecieron Seminarios e Institutos en las islas del Pacífico, el Atlántico norte, el Caribe, el sudeste de Asia, América Central y del Sur y África. El Sistema Educativo de la Iglesia creó planes de estudio estandarizados para los cursos y desarrolló programas diseñados para estudiantes sordos y ciegos. Los programas se expandieron para apoyar la educación en hospitales psiquiátricos y prisiones estatales. Para el año 2020, las inscripciones en Seminarios e Institutos en todo el mundo sobrepasaron las 400 000 y 310 000, respectivamente.9

Temas relacionados: Academias de la Iglesia, Organizaciones de las Mujeres Jóvenes, Organizaciones de los Hombres Jóvenes

Notas

  1. Véase el tema: Academias de la Iglesia.

  2. By Study and Also by Faith: One Hundred Years of Seminaries and Institutes of Religion, Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2015, págs. 34–39.

  3. By Study and Also by Faith, págs. 40, 43–50.

  4. Véase By Study and Also by Faith, págs. 53–56.

  5. Véase By Study and Also by Faith, págs. 63–83, 603.

  6. Véase By Study and Also by Faith, págs. 63, 99–106.

  7. Véase By Study and Also by Faith, págs. 139–141.

  8. Véase By Study and Also by Faith, págs. 120–130; La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, “Early-Morning Seminary Celebrates 60 Years”, Church News, 27 de septiembre de 2010, ChurchofJesusChrist.org/church/news/early-morning-seminary-celebrates-60-years.

  9. Véase “Facts and Statistics: Education”, newsroom.ChurchofJesusChrist.org.