Historia de la Iglesia
Utah


“Utah”, Temas de la historia de la Iglesia

“Utah”

Utah

A comienzos de la década de 1840, mientras se preparaban para partir de Nauvoo, Illinois, los Santos de los Últimos Días consideraron varios posibles destinos. A Brigham Young y otros líderes de la Iglesia, la región de la Gran Cuenca, en los alrededores del Gran Lago Salado, a más de 1700 kilómetros al oeste, les parecía el lugar más favorable1. En enero de 1846, Brigham Young declaró que las palabras de los profetas de la antigüedad “nunca se verificarían mientras la Casa del Señor no se estableciese en la cima de los montes” y concluyó diciendo: “Yo sé dónde está el sitio”2. A su llegada al valle del Lago Salado, Wilford Woodruff afirmó que esa era una “tierra de promesa que la mano de Dios reservó como lugar de descanso para los santos y sobre la cual se edificará una porción de Sion”3. Los santos no tardaron en establecer una estaca central en el valle del Lago Salado, con muchos asentamientos menores en las regiones circunvecinas. Esa área llegó a ser el destino final para decenas de miles de conversos que dejaron sus tierras de origen para congregarse en Sion4.

Antes de la llegada de los europeos, la zona central de Utah estaba habitada por varias comunidades de los pueblos uintah, timpanogots, sanpits, pahvant y moanunts. Esos grupos se denominaban a sí mismos nuche (“el pueblo”) y durante siglos vivieron en núcleos familiares y bandas que se sostenían mediante una extensa actividad de caza, recolección de frutos y pesca5. A comienzos del siglo XVII, los misioneros españoles se referían a las bandas nuche como “yutas”, aunque se desconoce la base para tal nombre. A principios del siglo XIX, las personas de habla inglesa se referían a ellos utilizando diversas versiones del término español, llamándolos “utaws”, “yutas”, “eutaw”, “eutahs”, “utes” y “utahn”6. Los oficiales del gobierno de Estados Unidos llamaron “Utah” al territorio en 1850, tal como sucede con otros nombres de sitios que se pensaba que tenían un origen indígena7.

Luego del tratado de 1848 que dio fin a la guerra de Estados Unidos y México, el Congreso de los Estados Unidos dio inicio a un sistema de administración federal de los nuevos territorios cedidos por México a los Estados Unidos. Un proceso de formación de repúblicas o gobiernos provisionales permitió a las poblaciones de habla inglesa, con la aprobación del Congreso, redactar una constitución; trazar linderos divisorios de territorios, condados y ciudades; así como nombrar gobernadores, legisladores, jueces y otros oficiales8.

Los Santos de los Últimos Días ratificaron una constitución en 1849 que reclamaba una vasta área como el provisional Estado de Deseret. Designado así por una palabra del Libro de Mormón que significa abeja obrera, Deseret abarcaba al norte hasta parte del territorio de Oregón, al sur hasta San Diego, California, y al este hasta Colorado9. El gobierno de Utah operó con una legislatura, comisiones de condado y cortes judiciales por poco más de un año, hasta que el Congreso creó el territorio de Utah como parte del Compromiso de 1850. El nuevo territorio reemplazaba al provisional Estado de Deseret, aunque entre 1850 y 1868 el gobierno federal redujo los límites territoriales de Utah en seis ocasiones hasta alcanzar su tamaño actual. Los Santos de los Últimos Días continuaron refiriéndose a su territorio como “Deseret”, un nombre que los líderes del Congreso se rehusaron a considerar oficial10.

Por ser un territorio federal, Utah estuvo gobernada por oficiales nombrados por el gobierno de Estados Unidos. Alcanzar la condición de estado permitiría que hubiera elecciones locales para nombrar a sus oficiales, y concedería que los Santos de los Últimos Días en Utah tuviesen representantes y senadores en el Congreso de los Estados Unidos.

La legislatura territorial llevó a cabo convenciones en 1856, 1862, 1867, 1872 y 1882 para elevar la petición al Congreso para que Deseret (Utah en 1882) fuese admitida como un estado de la Unión. El Congreso rechazó cada una de las peticiones, argumentando en particular la práctica del matrimonio plural como el motivo de tal rechazo. Cuatro años después del Manifiesto de Wilford Woodruff en 1890 que puso fin al matrimonio plural en la Iglesia, el Congreso promulgó la Ley habilitante de Utah, que permitió a sus habitantes establecer un gobierno y una constitución estatales11. Los votantes ratificaron la constitución del estado al año siguiente y en enero de 1896 el presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland, declaró que Utah era un estado de la Unión con plenos derechos.

Entre tanto, los Santos de los Últimos Días continuaban congregándose en Utah y en las regiones circunvecinas. Este recogimiento introdujo nuevos pobladores y nuevas culturas en la región, y el nuevo entorno transformó los estilos de vida de los que allí inmigraban12. Con el aumento de inmigrantes, los estados del oeste de los Estados Unidos experimentaron un auge poblacional, y las Oficinas Generales de la Iglesia resultaron estar ubicadas en una importante encrucijada de comercio, industria e inmigración13.

Notas

  1. Véase Matthew J. Grow, Ronald K. Esplin, Mark Ashurst-McGee, Gerrit J. Dirkmaat y Jeffrey D. Mahas, editores, Council of Fifty, Minutes, March 1844–January 1846, primer tomo de la serie Administrative Records de The Joseph Smith Papers, editado por Ronald K. Esplin, Matthew J. Grow y Matthew C. Godfrey, Salt Lake City: Church Historian’s Press, 2016, págs. 464–465.

  2. Véase Grow y otros, editores, Council of Fifty, Minutes, March 1844–January 1846, págs. 521–522.

  3. Wilford Woodruff journal, July 24, 1847, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City.

  4. Véanse los temas: Asentamientos de los pioneros; Recogimiento de Israel; Emigración.

  5. Véase Donald Callaway, Joel Janetski, Omer C. Stewart, “Ute”, en Warren L. d’Azevedo, editor, Great Basin, tomo XI de Handbook of North American Indians, editado por William C. Sturtevant, Washington, D.C.: Smithsonian Institution, 1986, págs. 336–367.

  6. Ives Goddard, “Synonymy”, en Callaway y otros, “Ute”, Great Basin, págs. 364–365. Véase también el tema: Indígenas estadounidenses.

  7. Véase William Bright, Native American Placenames of the United States, Norman: University of Oklahoma Press, 2004.

  8. Véase Brent M. Rogers, Unpopular Sovereignty: Mormons and the Federal Management of Early Utah Territory, Lincoln: University of Nebraska Press, 2017, págs. 20–21.

  9. H. S. Tanner, A Map of the United States of Mexico, New York: H. S. Tanner, 1850; Brandon S. Plewe, “Deseret and Utah Territory”, en Brandon S. Plewe, editor, Mapping Mormonism: An Atlas of Latter-day Saint History, segunda edición, Provo, Utah: Brigham Young University Press, 2012, págs. 92–93.

  10. Un futuro congresista, Edward Everett, escribió al Presidente de la Cámara, Robert C. Winthrop, pidiéndole “una abundancia de palabras indígenas que sonaran bien” para dar nombre a los territorios “en vez de reconocer esa miserable impostura” de Deseret (carta de Edward Everett a Robert C. Winthrop, 1 de diciembre de 1849, Edward Everett Letters, Za Letter File, Beinecke Rare Book and Manuscript Library, Universidad de Yale; carta de Robert C. Winthrop a Edward Everett, 11 de diciembre de 1849, Edward Everett Papers, 1675–1910, Microfilm Edition, Massachusetts Historical Society). Al principio, los congresistas utilizaron tanto Utah como Deseret por igual, pero luego de unos meses, veladamente dejaron de usar el término Deseret (The Congressional Globe, XXXI Congreso, primera sesión, págs. 94, 99–100, 166–168, 211–213; XXXII Congreso, primera sesión, págs. 1413–1416).

  11. Véase el tema: Manifiesto.

  12. Véanse los temas: Emigración; Recogimiento de Israel.

  13. Véanse los temas: Ferrocarril; Movimiento cooperativo.