“Espíritu Santo”, Temas y preguntas, 2023
Reseña
Espíritu Santo
El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad. Es un personaje de espíritu, sin cuerpo de carne y huesos. A menudo se le llama el Espíritu, el Santo Espíritu, el Espíritu de Dios, el Espíritu del Señor o el Consolador.
Funciones del Espíritu Santo
El Espíritu Santo trabaja en perfecta unión con el Padre Celestial y Jesucristo, y desempeña varias funciones para ayudarnos a vivir en rectitud y recibir las bendiciones del Evangelio.
El Espíritu Santo “da testimonio del Padre y del Hijo”, y revela y enseña “la verdad de todas las cosas”. Únicamente mediante el poder del Espíritu Santo podemos recibir un testimonio seguro del Padre Celestial y de Jesucristo. Su comunicación con nuestro espíritu conlleva mucha más certeza que cualquier comunicación que podamos recibir mediante los sentidos naturales.
Si nos esforzamos por seguir el sendero que lleva a la vida eterna, el Espíritu Santo puede guiarnos en nuestras decisiones y protegernos de los peligros físicos y espirituales.
Mediante Él, podemos recibir dones del Espíritu que nos beneficien a nosotros y también a los que amamos y servimos. Es el Consolador. Así como la dulce voz de un padre amoroso puede calmar el llanto de un niño, los susurros del Espíritu pueden aplacar nuestros temores, acallar las constantes preocupaciones de nuestra vida y consolarnos en la aflicción. El Espíritu Santo nos puede llenar “de esperanza y de amor perfecto” y nos enseña “las cosas apacibles del reino”.
Por medio de Su poder, somos santificados a medida que nos arrepentimos, recibimos las ordenanzas del bautismo y la confirmación, y nos mantenemos fieles a nuestros convenios.
Es el Santo Espíritu de la promesa. En esa función, Él confirma que las ordenanzas del sacerdocio que hemos recibido y los convenios que hemos concertado son aceptables para Dios. Esta aprobación depende de nuestra fidelidad continua.
El don del Espíritu Santo
Todas las personas que buscan sinceramente la verdad pueden sentir la influencia del Espíritu Santo que las guía hacia Jesucristo y Su Evangelio. Sin embargo, la plenitud de las bendiciones que se dan por medio del Espíritu Santo solamente está a disposición de quienes reciban el don del Espíritu Santo y se mantengan dignos.
Después de que una persona se bautiza en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, uno o más poseedores del Sacerdocio de Melquisedec colocan las manos sobre la cabeza de dicha persona y, en una ordenanza sagrada del sacerdocio, la confirman miembro de la Iglesia. Como parte de esa ordenanza, que se llama confirmación, a la persona se le otorga el don del Espíritu Santo.
El don del Espíritu Santo no es lo mismo que la influencia del Espíritu Santo. Antes del bautismo, una persona puede sentir la influencia del Espíritu Santo de vez en cuando y recibir un testimonio de la verdad mediante esa influencia. Después de recibir el don del Espíritu Santo, y si guarda los mandamientos, la persona tiene derecho a la compañía constante de este miembro de la Trinidad.
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