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Modestia


“Modestia”, Temas y preguntas, 2025

mujeres jóvenes

Reseña

Modestia

La modestia se define como una actitud de decencia y humildad en el lenguaje, la conducta, la forma de vestir y el arreglo personal. Si somos modestos, no tratamos de llamar demasiado la atención, sino que procuramos glorificar a Dios

El lenguaje y la conducta

Nuestro lenguaje y conducta pueden reflejar nuestro carácter. Podemos expresarnos con un lenguaje limpio, positivo, amable y edificante Lo mismo sucede con la forma en que nos dirigimos a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo. Uno de los Diez Mandamientos es que no tomemos el nombre del Señor en vano.

También somos bendecidos cuando tratamos de comportarnos de maneras que elevan y bendicen a quienes nos rodean. Nuestros esfuerzos por ser modestos tanto en palabras como en hechos pueden conducir a recibir más guía y consuelo del Espíritu Santo.

La vestimenta y el arreglo personal

Nuestra apariencia, que incluye la ropa que usamos, también puede reflejar quiénes somos, comunica mensajes sobre nosotros e influye en la forma en que actuamos. Estar bien arreglados y vestidos con modestia puede ayudarnos a propiciar la compañía del Espíritu.

El apóstol Pablo enseñó a los primeros santos: “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros”, y los invitó a “glorifica[r] […] a Dios en [su] cuerpo y en [su] espíritu” Los profetas de los últimos días también nos han aconsejado que vistamos con modestia para honrar nuestro cuerpo como una creación sagrada de Dios. Podemos elegir ser modestos porque sabemos que nuestro cuerpo es un templo y queremos mostrar respeto y amor por él, así como por nuestro Padre, que nos lo dio.

En Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones leemos: “El Padre Celestial desea que nos veamos unos a otros por lo que realmente somos: no solo como cuerpos físicos, sino como Sus amados hijos e hijas con un destino divino” Vestir con modestia, lo que incluye evitar estilos que hagan destacar nuestro cuerpo físico o llamen la atención de forma inapropiada sobre él, puede ayudarnos a vernos a nosotros mismos como hijos de Dios y a centrarnos en las cosas que tienen importancia eterna.

La decisión de ser modestos

Podemos seguir las impresiones del Espíritu para ayudarnos a ser modestos a lo largo de la vida. Si no estamos seguros de si nuestro lenguaje y conducta son modestos, podríamos preguntarnos: “¿Qué señal enviaré a Dios si digo estas palabras o participo en estas actividades?”. Podríamos hacernos una pregunta similar acerca de nuestra vestimenta o arreglo personal: “¿Qué señal estoy enviando a Dios con mi vestimenta o apariencia?” Nuestras respuestas sinceras a esas preguntas pueden llevarnos a hacer cambios importantes en nuestra vida.

Seremos bendecidos si dejamos que la pureza moral y el amor por Dios guíen nuestras decisiones

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