Estudio doctrinal
Experiencias espirituales
Reseña
Nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos y no los ha dejado sin guía. Siempre ha habido buenas personas en todo el mundo que han recibido inspiración del Señor. El Señor ha dicho: “Y el Espíritu da luz a todo hombre que viene al mundo; y el Espíritu ilumina a todo hombre en el mundo que escucha la voz del Espíritu” (Doctrina y Convenios 84:46).
El apóstol Santiago enseñó que todas las personas pueden recibir la guía de Dios: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).
La influencia espiritual comienza con la luz de Cristo, “la luz que existe en todas las cosas, que da vida a todas las cosas” (Doctrina y Convenios 88:13). Dicha influencia se da “a todo hombre […], para que sepa discernir el bien del mal” (Moroni 7:16; véase también Moroni 7:14–19). La luz de Cristo es una poderosa influencia benigna, que en ocasiones se manifiesta como nuestra conciencia.
Además de la luz de Cristo existe el Espíritu Santo, que es un personaje de espíritu y miembro de la Trinidad. El Espíritu Santo enseña y testifica de la verdad y puede fortalecer a todos los que la buscan de manera sincera. El Espíritu Santo y la luz de Cristo guían a las personas a Jesucristo y a Su Evangelio.
Toda persona tiene la capacidad de obtener guía espiritual antes de recibir el bautismo y la confirmación. En el día de Pentecostés, muchas personas que no eran miembros de la iglesia cristiana primitiva sintieron el Espíritu Santo.
A los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se les otorga el don del Espíritu Santo poco después de bautizarse. Este don espiritual hace posible que todo miembro fiel de la Iglesia disfrute la compañía del Espíritu Santo, que representa una bendición y una guía constante.
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