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Embarazo de soltera


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una mujer abraza su vientre de embarazada

Estudio doctrinal

Embarazo de soltera

Reseña

Nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos y es misericordioso con cada uno de nosotros, sean cuales sean nuestras circunstancias (Éxodo 20:6). Él “es rico en misericordia” y nos sostendrá durante nuestras pruebas, problemas y aflicciones (véanse Efesios 2:4 y Alma 36:3). El estar embarazada mientras se es soltera podría ser un momento difícil en la vida de una persona. Cada persona afronta circunstancias singulares y diferentes al afrontar un embarazo sin estar casada. Al decidir cómo proceder, recuerde que el Padre Celestial nunca los abandonará ni a usted ni a su hijo (1 Crónicas 28:20). Él ama a su bebé tanto o más de lo que usted misma lo ama, y desea ayudarlos a ambos. Él se preocupa por ustedes y tiene un plan para ambos; además, ha dicho: “No os dejaré huérfanos” (Juan 14:18).

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¿Qué he de hacer ahora que estoy embarazada?

Primero, recuerde que su Padre Celestial la ama y quiere ayudarla mientras sigue adelante. Nunca es demasiado tarde para buscar Su consejo ni para sentir Su Espíritu al buscar la guía divina. La salud de su bebé es importante; procure atención médica prenatal cuando se halle disponible y busque información sobre los cuidados de la salud durante el embarazo.

¿Con quién puedo hablar?

Al tomar decisiones para su futuro, procure la guía del Padre Celestial mediante la oración y consulte a sus padres, el obispo, los profesionales médicos y otras personas de confianza que deseen brindarle apoyo. Recuerde que no está sola; muchas personas se preocupan por usted y quieren ayudarla conforme sigue adelante con su vida. Además, el obispo puede ofrecerle consejo como su líder del sacerdocio, y también puede ayudar a comenzar el proceso del arrepentimiento, si fuera necesario (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 38.6.19, “Padres solteros que vayan a tener un hijo”).

¿Qué opciones tengo?

Al estar embarazada sin estar casada, tendrá que elegir entre cuatro opciones: el matrimonio, la adopción, la crianza del hijo sin tener cónyuge o el aborto legal (véase Manual General, 38.6.1, “El aborto”, para consultar la explicación de por qué la Iglesia no apoya el aborto, excepto en circunstancias muy excepcionales). Lo que usted decida dependerá de sus circunstancias particulares.

¿Cómo puedo decidir lo que debo hacer?

Recuerde que independientemente de lo que decida para usted y su hijo, algunas personas estarán de acuerdo con sus decisiones, pero otras no lo estarán. La situación de cada persona es diferente, por lo que la respuesta que reciba alguien quizás no sea lo que resulte mejor para otra persona. No obstante, hay algo que es seguro: nadie invertirá tanto tiempo, ni tanto esfuerzo ni tanta consideración con respecto a las circunstancias únicas de su situación como usted y el Señor. Al tomar su decisión, confíe en el consejo divino que reciba del Padre Celestial.

Las Escrituras nos enseñan cómo tomar decisiones por medio del estudio y de la oración: “He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme. Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien” (Doctrina y Convenios 9:7–8).

Estudiar la decisión en la mente significa averiguar la información que se halle disponible en cuanto a cada uno de los desafíos que usted afronte. Considere las siguientes preguntas:

  • ¿Qué consejos le brindan sus padres, el obispo y otras personas de confianza?

  • ¿Cuáles son los pros y los contras, tanto para usted como para su hijo, resultantes de cada decisión posible?

  • Si tuviera que poner las necesidades del bebé por encima de las de todos los demás (incluso de las mías), ¿de qué manera influiría eso en mi decisión?

Estas son solo algunas de las preguntas que quizás desee analizar antes de presentar su decisión ante el Señor a fin de recibir el consejo de Él. Recuerde que Él no puede ayudar a tomar decisiones a menos que usted lo invite a participar en ellas.

¿Resolveré estas dificultades?

Más allá de sus decisiones, el Señor se preocupa por usted y quiere que usted y su hijo tengan éxito y sean felices. Aunque a veces se desanime, recuerde que debe aprender del pasado, y luego dejarlo atrás para poder avanzar hacia el futuro. Si sigue adelante hoy, con la resolución de mantener al Señor siempre presente en sus decisiones, tendrá éxito, sin ninguna duda.

Si conociera a alguien que esté embarazada y no esté casada, ¿cómo puedo prestarle ayuda?

Si busca consejo en cuanto a cómo ministrar a un familiar o un amigo, sepa que el Padre Celestial lo ama y valora su deseo de ayudar. Se requerirá conocimiento e inspiración para ministrar de manera positiva a los padres que no estén casados. Procure obtener conocimiento de numerosas fuentes, entre ellas, de manuales y revistas de la Iglesia y de discursos de conferencia generales, así como también de libros y artículos de especialistas académicos. Busque entendimiento espiritual mediante la oración y mediante bendiciones del sacerdocio. Además, podría consultar al obispo conforme analice el modo en que usted puede ayudar. Es probable que la dádiva más importante que pueda dar sea su amistad constante y escuchar sin juzgar.

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Recursos de aprendizaje

Recursos generales

Padres solteros que vayan a tener un hijo”, Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 38.6.19

Una guía para los padres

¿Cómo podía ella renunciar a él?”, La vida providente

Revistas de la Iglesia

Vicki F. Matsumori, “Tiempo para compartir: ‘Sois templo de Dios’”, Liahona, mayo de 2002

Manuales de estudio

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