Estudio doctrinal
Prejuicios raciales y culturales
Reseña
Todas las personas son hijos e hijas de Dios y forman parte de Su familia divina (véase “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”). Como Sus hijos, todos tenemos potencial divino y un gran valor ante Sus ojos. En las Escrituras se nos enseña que Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos: 17:26) y que “todos son iguales” ante Dios (2 Nefi 26:33). Él no ama a una raza o cultura más que a otra.
La expiación de Jesucristo se extiende a todos los hijos de Dios. El Libro de Mormón enseña que el Señor “invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres” (2 Nefi 26:33). Nuestra condición ante Dios depende de nuestra devoción a Él y a Sus mandamientos, y no del color de nuestra piel, nuestra raza u otros atributos.
Porque somos hijos e hijas de Dios, todos somos hermanos y hermanas. Dios nos ha mandado que nos “am[emos] unos a otros” (Juan 13:34–35). En la parábola del buen samaritano, Jesucristo enseñó que el mandamiento de amar al prójimo va más allá de las diferencias étnicas, culturales y religiosas (véase Lucas 10:25–37). El Señor ejemplificó esta enseñanza y “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38), enseñando y sanando a las personas de todos los orígenes.
Esforzándose por seguir las enseñanzas y el ejemplo del Salvador, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días condena los prejuicios raciales y culturales en todas sus formas. El presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “El Creador de todos nosotros hace un llamado a cada uno de nosotros a abandonar las actitudes de prejuicio contra cualquier grupo de los hijos de Dios. ¡Cualquiera de nosotros que tenga prejuicios hacia otra raza debe arrepentirse!” (véase “El presidente Nelson da un mensaje sobre el racismo y hace un llamado a respetar la dignidad humana”, 1. º de junio de 2020, newsroom.ChurchofJesusChrist.org).
El presidente Nelson también enseñó que los miembros de la Iglesia deben dar “el ejemplo de abandonar las actitudes y acciones de prejuicio”. “Les ruego”, dijo él, “que promuevan el respeto hacia todos los hijos de Dios” (“Que Dios prevalezca”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 94). Cuando comprendemos “la verdadera Paternidad de Dios […], [e]se entendimiento nos inspira con un deseo vehemente de edificar puentes de cooperación en vez de muros de segregación” (véase “Sed uno: Edificar puentes”, Liahona, diciembre de 2018, pág. 51; véase también Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 38.6.14).
El profeta José Smith explicó que alguien que está “lleno del amor de Dios no se conforma con bendecir solamente a su familia, sino que va por todo el mundo, anheloso de bendecir a toda la raza humana” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 351). La Iglesia y sus miembros procuran seguir este principio en todo lo que hacen, incluso compartir el evangelio de Jesucristo con todas las personas, dando la bienvenida a todos para que participen en los servicios de la Iglesia y cuidando de los necesitados.
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“El presidente Nelson da un mensaje sobre el racismo y hace un llamado a respetar la dignidad humana”, Sala de prensa
“Prophet Joins NAACP Leaders in Call for Racial Harmony in America” [El profeta se une a los líderes de la NAACP en un llamado a la armonía racial en Estados Unidos], Newsroom
“‘All Are Equal,’ Prophet Proclaims at ‘Be One’ Celebration” [“Todos somos iguales”, proclama el profeta durante la celebración “Sed uno”], Church News