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Investidura


“Investidura”, Temas y preguntas, 2023

Una familia frente a un templo

Reseña

Investidura

La investidura es una ceremonia religiosa realizada en los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Está disponible para los miembros adultos de la Iglesia que están preparados para esa experiencia sagrada.

La investidura consta de instrucción, convenios y bendiciones prometidas que ofrecen poder, propósito y protección en la vida diaria. En ella se enseña sobre la creación de la tierra, la caída de Adán y Eva, el plan de redención por medio de Jesucristo y nuestro periplo para volver a la presencia de Dios. La investidura ayuda a quienes la reciben a seguir al Salvador a medida que se esfuerzan por alcanzar “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”, “confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar”. Honrar los convenios de la investidura prepara a los miembros de la Iglesia para entrar en el convenio del matrimonio eterno, lo cual conduce al preciado don de la vida eterna.

En inglés, la palabra investir tiene dos significados relacionados: “conferir un don” y “vestir a alguien”. En 1831, el Señor mandó a los santos que se congregaran en Ohio con la promesa de que “allí os daré mi ley, y allí seréis investidos con poder de lo alto”. En el Templo de Kirtland se administraron partes de la investidura. Desde 1842, la investidura completa se administró a los miembros de la Iglesia en Nauvoo, Illinois. En la actualidad se invita a todos los miembros de la Iglesia a que la reciban.

Por medio de la investidura, los miembros de la Iglesia profundizan su relación de convenio con Dios al prometerle que obedecerán Sus normas de moralidad, integridad y servicio al prójimo. En esa sagrada ceremonia, los miembros de la Iglesia hacen convenio de “guardar la ley de obediencia, la ley de sacrificio, la ley del Evangelio, la ley de castidad y la ley de consagración”. Honrar de manera fiel esas promesas ayuda a que los miembros de la Iglesia lleguen a ser santos por medio de la Expiación de Cristo. La investidura es una de las maneras en las que Dios confiere Su poder sobre Su pueblo del convenio.

El presidente Joseph Fielding Smith dijo lo siguiente acerca del valor de la investidura en nuestra vida diaria:

“Si vamos al templo, levantamos la mano y hacemos convenio de que serviremos al Señor y observaremos Sus mandamientos y nos mantendremos sin mancha del mundo. Si comprendemos lo que hacemos, entonces la investidura nos será por protección durante toda la vida; una protección que no tiene el hombre [o la mujer] que no va al templo.

“He oído decir a mi padre que en los momentos de prueba, en la hora de la tentación, él pensaba en las promesas, en los convenios que había hecho en la Casa del Señor, y que estos eran una protección para él […]. En parte, esas ceremonias son para dicha protección. Nos salvan ahora y nos exaltan en el futuro, si las honramos. Sé que se da esa protección, puesto que yo también la he experimentado, al igual que millares de otras personas que han recordado sus obligaciones”.

Además de esas bendiciones de protección diaria, Brigham Young describió la investidura en términos de su valor tras haber finalizado nuestro trayecto terrenal:

“Vuestra investidura consiste en recibir, en la Casa del Señor, todas las ordenanzas que os son necesarias, después que hayáis salido de esta vida, para permitiros volver a la presencia del Padre, para que los ángeles que están allí de centinelas os dejen pasar, estando vosotros preparados para darles las palabras clave, las señas y los signos pertenecientes al santo sacerdocio, y lograr vuestra exaltación eterna”.

En su primer discurso público como Presidente de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson enseñó acerca del poder de la investidura en términos de nuestra experiencia terrenal y de la preparación para la vida eterna:

“El fin por el que cada uno nos esforzamos es ser investidos con poder en una Casa del Señor, ser sellados como familias, ser fieles a los convenios hechos en el templo que nos hacen merecedores del don más grande de Dios, que es la vida eterna. Las ordenanzas del templo y los convenios que ustedes hagan allí son clave para fortalecer su vida, su matrimonio y su familia, y su habilidad para resistir los ataques del adversario. Su adoración en el templo y el servicio que presten allí por sus antepasados los bendecirá con mayor revelación personal y paz, y los fortalecerá en su compromiso de mantenerse en la senda de los convenios”.

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