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Expiación de Jesucristo


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Jardín de Getsemaní

Guía para el estudio del Evangelio

Expiación de Jesucristo

El sacrificio de nuestro Salvador y nuestro único camino de regreso al Padre Celestial

Si alguna vez ha estado separado de alguien a quien ama, entonces comprende, de cierta manera, por qué Dios el Padre desea que regresemos y vivamos eternamente con Él. Dios nos ama y envió a Su Hijo Jesucristo para que fuera nuestro Salvador. Jesús vino a la tierra para llevarnos de regreso a Dios.

Jesús lo logró por medio de Su sufrimiento y sacrificio; las Escrituras llaman a esto la expiación de Jesucristo. Mediante Su expiación, Jesús venció todas las consecuencias de la caída de Adán: el dolor y el sufrimiento, así como la muerte física y la espiritual. Él preparó el camino no solo para que regresemos a la presencia de Dios, sino también para llegar a ser como Dios. En ese sentido, Jesús puede acercarnos más a nuestro Padre Celestial de lo que nunca antes hemos estado

estado.

¿Qué es la expiación de Jesucristo?

La expiación del Salvador consiste en Su sufrimiento en Getsemaní y en la cruz, Su muerte y Su resurrección. Mediante ese sufrimiento, Jesucristo tomó sobre Sí todos nuestros dolores, pesares, pecados y la muerte, haciendo posible que regresemos a la presencia de Dios y recibamos la vida eterna.

Reseña del tema: Expiación de Jesucristo

Guías de estudio del Evangelio relacionadas: Jesucristo, Caída de Adán y Eva, Salvación, Plan de Salvación

Sección 1

Necesitamos un Salvador: Jesucristo

Pensar en por qué debemos ser salvos nos puede ayudar a entender cómo Jesucristo nos salva por medio de Su expiación. ¿De qué nos salva Jesús? Dicho de otra manera, ¿qué causa la separación entre nosotros y Dios?

Dios es perfecto, omnipotente e inmortal. Nosotros somos imperfectos, débiles y estamos sujetos a la muerte. Eso es en parte culpa nuestra, el resultado de nuestros pecados y malas decisiones, pero también es el resultado de vivir en un mundo caído. (Para obtener más información sobre ese tema, véase “Caída de Adán y Eva”. Estudiar la Caída lo ayudará a entender el propósito y la necesidad de la expiación de Jesucristo más plenamente).

Mediante Su expiación, Jesucristo puede limpiarnos del pecado y levantarnos de entre los muertos. Él puede darnos “la fuerza para a otro levantar”1. Jesucristo fue escogido por Dios, antes de que el mundo fuera creado, para ser nuestro Salvador (véanse Moisés 4:1–2; Abraham 3:26–27). De hecho, Él era el único que podía serlo.

Algo en qué pensar

  • Si alguien le preguntara: “¿Por qué necesito un Salvador?”, ¿qué le diría? Lea acerca de cómo el presidente Dallin H. Oaks contestó una pregunta similar en su mensaje “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?2. Luego, considere anotar sus sentimientos acerca de lo que Jesucristo ha hecho por usted.

  • El profeta Lehi enseñó que solo podemos morar con Dios por medio de “los méritos, y misericordia, y gracia” de Jesucristo (2 Nefi 2:8). ¿Alguna vez ha pensado en cuáles son esos méritos? ¿Qué tiene Jesucristo que lo convierte en el único que podría ser nuestro Salvador? Medite en esto a medida que lea estos pasajes de las Escrituras: Hebreos 4:15; 2 Nefi 2:6–9; Doctrina y Convenios 20:21–25.

Actividad para aprender con otras personas

  • Tal vez una lección práctica podría ayudarlos a demostrar cuánto necesitamos un Salvador. Por ejemplo, podrían crear un camino lleno de obstáculos y barreras y compararlo con nuestra vida, o tal vez podrían compartir experiencias en las que hubieran estado desamparados o en peligro y necesitaron a alguien para salvarse. (El video “Merced, justicia y amor” [5:36] da un buen ejemplo). Esto podría conducir a una conversación sobre por qué todos necesitamos a Jesucristo para salvarnos.

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Sección 2

Jesucristo venció la muerte por nosotros

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Él ha resucitado

Hay por lo menos una cosa que todas las personas en la tierra tenemos en común: con el tiempo todos moriremos. Jesús heredó de Su madre, María, la capacidad de morir; pero como el Hijo de Dios, también tenía poder sobre la muerte. Se levantó de entre los muertos y al hacerlo rompió las cadenas de la muerte que nos mantenían cautivos a todos. Debido a que Él resucitó, todos nosotros también resucitaremos y llegaremos a ser inmortales (véase 1 Corintios 15:20–22). Esa es una manera en que llegamos a ser más como el Padre Celestial, que tiene un cuerpo glorificado e inmortal.

Algo en qué pensar

  • En el Libro de Mormón, las enseñanzas de Amulek sobre la resurrección cambiaron la vida de Zeezrom. Lea Alma 11:42–46 para aprender lo que le dijo Amulek y medite en cómo el comprender esas verdades podría influir en su vida.

  • La Biblioteca del Evangelio tiene una colección de videos de La Pascua de Resurrección que enseñan acerca de la resurrección de Jesucristo y la esperanza y el gozo que Él nos ofrece. Considere ver uno o más de esos videos. ¿Qué sentimientos tiene por Jesucristo al ver esos videos?

Actividad para aprender con otras personas

  • Muchos profetas han hablado del “aguijón” de la muerte (véanse 1 Corintios 15:55–57; Mosíah 16:7–8; Alma 22:14; Mormón 7:5). ¿Por qué sentimos el efecto de un “aguijón” cuando muere alguien a quien amamos? Hablen acerca de cómo su fe en Jesucristo ablanda el aguijón de la muerte para ustedes.

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Sección 3

Jesucristo venció el pecado por nosotros

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la cruz

La mayoría de nosotros tratamos de ser buenas personas, pero por mucho que nos esforcemos todos hacemos cosas que sabemos que no debemos hacer. Todos pecamos y eso nos impide morar en santidad y pureza en la presencia de Dios; no sería justo (véase Alma 42:12–15). Pero Dios desea que vivamos para siempre en Su presencia, así que con misericordia preparó una vía para que venciéramos los efectos del pecado: envió a Jesucristo a tomar esos pecados sobre Sí. Por lo tanto, todos los que se arrepientan sinceramente pueden ser perdonados y regresar a vivir con nuestro Padre Celestial.

Algo en qué pensar

  • ¿Cómo hace posible el plan de Dios que Jesús pague el castigo por nuestros pecados? Considere estudiar Alma 42:9–27 con esa pregunta en mente. ¿Qué pensamientos e impresiones espirituales recibe?

Actividad para aprender con otras personas

  • Varios himnos testifican del poder de Jesucristo para salvarnos de nuestros pecados. Los himnos sacramentales hacen esto muy bien (véase, por ejemplo, “Mansos, reverentes hoy3 o “Asombro me da4). Podrían considerar cantar o escuchar juntos algunos de sus himnos favoritos. ¿Hay alguna frase en estos himnos que edifique su fe en el Salvador y en Su expiación?

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Sección 4

Jesucristo nos comprende y puede ayudarnos

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una jovencita meditando

Sus experiencias, incluso las más difíciles, son suyas. Es posible que otras personas hayan pasado por cosas similares, pero solo hay una persona que sabe perfectamente cómo se siente usted. Jesucristo “sufri[ó] dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases”. Tomó sobre Sí “los dolores y las enfermedades de su pueblo” (Alma 7:11). ¿Y por qué haría eso? “[A] fin de que según la carne sepa cómo socorrer [o ayudar] a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos” (Alma 7:12). Lo hizo para que usted tuviera a alguien a quien acudir, alguien que entienda, alguien que tenga la capacidad y la fortaleza para ayudar, sin importar qué esté padeciendo (véase Hebreos 4:14–16).

Algo en qué pensar

Actividad para aprender con otras personas

  • ¿Se han preguntado alguna vez qué significaba para el Salvador sufrir “los dolores de toda criatura viviente, tanto hombres como mujeres y niños”? (2 Nefi 9:21). Tal vez podrían intercambiar ideas con otras personas sobre algunos de los dolores que esto incluiría, tales como los dolores físicos y emocionales que han sentido, los que sus seres queridos han sentido y los que tal vez hayan escuchado de otras personas. Su lista nunca estará completa, pero ¿cómo influye su lista parcial en la forma en que leen Alma 7:11–13? ¿De qué manera el saber lo que Jesucristo sufrió afecta a cómo se sienten acerca de Él?

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