Biblioteca
Esperanza


“Esperanza”, Temas y preguntas, 2023

Una mujer contemplando el atardecer

Reseña

Esperanza

La esperanza es el anhelo de las bendiciones prometidas de la rectitud y la expectativa segura de que llegarán. En las Escrituras se habla con frecuencia de la esperanza como la anticipación de la vida eterna por medio de la fe en Jesucristo.

A veces se malinterpreta la palabra esperanza. En nuestras conversaciones cotidianas, la palabra a menudo tiene un toque de incertidumbre; por ejemplo, podemos decir que esperamos que cambie el tiempo o que nos visite un amigo. Sin embargo, en el lenguaje del Evangelio, la palabra esperanza es segura, inquebrantable y activa. Los profetas hablan de tener una “firme esperanza” y una “esperanza viva”. El profeta Moroni enseñó: “Los que creen en Dios pueden tener la firme esperanza de un mundo mejor, sí, aun un lugar a la diestra de Dios; y esta esperanza viene por la fe, proporciona un ancla a las almas de los hombres y los hace seguros y firmes, abundando siempre en buenas obras, siendo impulsados a glorificar a Dios”.

Si tenemos esperanza, confiamos en las promesas de Dios. Tenemos la certeza interior de que si hacemos “obras justas” recibiremos nuestro “galardón, sí, la paz en este mundo, y la vida eterna en el mundo venidero”. Mormón enseñó que ese tipo de esperanza procede únicamente de la Expiación de Jesucristo: “Y, ¿qué es lo que habéis de esperar? He aquí, os digo que debéis tener esperanza, por medio de la expiación de Cristo y el poder de su resurrección, en que seréis levantados a vida eterna, y esto por causa de vuestra fe en él, de acuerdo con la promesa”.

Al esforzarnos por vivir el Evangelio, desarrollaremos nuestra capacidad de “abund[ar] en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Nuestra esperanza aumenta al orar y procurar el perdón de Dios. En el Libro de Mormón, un misionero llamado Aarón le aseguró a un rey lamanita: “Si te arrepientes de todos tus pecados y te postras ante Dios e invocas con fe su nombre, creyendo que recibirás, entonces obtendrás la esperanza que deseas”. También adquirimos esperanza al estudiar las Escrituras y seguir sus enseñanzas. El apóstol Pablo enseñó: “Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”.

El principio de la esperanza se extiende hasta las eternidades, pero también puede sostenernos en los desafíos cotidianos de la vida. “Bienaventurado aquel”, dijo el salmista, “cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios”. Con esperanza podemos encontrar gozo en la vida. Podemos tener “paciencia y soport[ar] esas congojas, con una firme esperanza de que algún día descansar[emos] de todas [n]uestras aflicciones”. Podemos “seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna”.

Contenido relacionado