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Ayuno


“Ayuno”, Temas y preguntas, 2023

Una familia haciendo una oración

Guía para el estudio del Evangelio

Ayuno

Acercarse más a Dios y ayudar a los necesitados

Podría parecer que dejar de alimentarse es pasar hambre, y eso puede ser cierto. Pero cuando no comemos ni bebemos por obediencia a la ley del ayuno, no solo nos saltamos comidas; estamos guardando uno de los mandamientos de Dios que nos ayuda a acercarnos más a Él espiritualmente.

Mediante el ayuno y la oración, dejamos de lado algunas de las cosas de las que dependemos físicamente y elegimos depender de Dios. Lo adoramos y procuramos Sus bendiciones de consuelo, guía y fortaleza. También ayunamos y oramos por los demás cuando están enfermos o necesitan bendiciones específicas. Al aceptar la invitación del Señor de ayunar, nos volvemos más compasivos, más amorosos, más humildes y más dispuestos a servir, es decir, más semejantes a Jesucristo.

¿Qué significa ayunar?

Un día de ayuno, por lo general, implica “orar, abstenerse de ingerir alimentos y bebidas durante un período de veinticuatro horas (si se es físicamente capaz) y dar una ofrenda de ayuno generosa”. Se invita a los Santos de los Últimos Días a ayunar al menos una vez al mes y a contribuir voluntariamente la cantidad de dinero que habrían gastado en alimentos durante su ayuno para ayudar a otras personas necesitadas. Se puede ayunar de manera personal o en grupo. El ayuno es más que “simplemente pasar hambre”; es una manera de “elevar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces en comunión con nuestro Padre Celestial” y buscar Su voluntad y Sus bendiciones.

Reseña del tema: Ayuno

Guías para el estudio del Evangelio relacionadas: Oración, Revelación, Cuidar de los necesitados

Sección 1

Dios estableció la ley del ayuno y las ofrendas de ayuno para bendecir a Sus hijos

Unos hombres jóvenes recogiendo ofrendas de ayuno

El pueblo de Dios vivía la ley del ayuno en la antigüedad (véanse Éxodo 34:28; Ester 4:16; Mateo 6:16–18; Alma 45:1). El Señor también reintrodujo esta ley en nuestros días (véase Doctrina y Convenios 88:76). El ayuno de los Santos de los Últimos Días implica abstenerse de ingerir alimentos y bebidas durante un período de veinticuatro horas, si se es físicamente capaz. Quienes no pueden abstenerse de alimentos y bebidas durante veinticuatro horas pueden decidir cuál sería un ayuno apropiado que los ayude a recordar a Jesucristo.

Los miembros de la Iglesia ayunan juntos con regularidad, por lo general el primer día de reposo de cada mes. También dan voluntariamente una donación monetaria, llamada ofrenda de ayuno, de al menos el mismo valor de las comidas que no consumieron durante su ayuno. Su donación ayuda a proporcionar alimentos, vivienda, ropa y otros artículos básicos para los necesitados. El ayuno también trae bendiciones espirituales. El presidente Dallin H. Oaks enseñó: “El ayunar para asistir al hambriento es un acto de caridad y, cuando se hace con una intención pura, es un festín espiritual”.

Algo en qué pensar

  • Desde la antigüedad, la ley del ayuno ha bendecido a los hijos de Dios. Lea Isaías 58:6–11 para aprender acerca de algunas de esas bendiciones. Luego lea Mateo 25:35–40. ¿Qué enseñan esos versículos acerca de la importancia de ayunar y cuidar de los necesitados? Tal vez podría pensar en estos versículos con espíritu de oración la próxima vez que ayune o haga una ofrenda de ayuno. ¿De qué manera el centrarse en Jesucristo hace que su experiencia con la ley del ayuno sea más significativa?

  • En la Iglesia, cada mes se lleva a cabo una reunión de ayuno y testimonios. Lea Alma 5:45–48 para aprender cómo el ayuno puede fortalecer su testimonio de Jesucristo. Tal vez podría repasar estos versículos antes de la próxima reunión de ayuno y testimonio a la que asista. ¿De qué manera el expresar su testimonio de lo que sabe, cree y siente acerca de Jesucristo podría aportar más propósito a su ayuno?. ¿Cómo podría ayudar a otras personas que estén ayunando? Si lo desea, anote las impresiones espirituales que reciba al escuchar el testimonio de otras personas y luego actúe de acuerdo con ellas.

Actividades para aprender con otras personas

  • El ayuno es un privilegio sagrado que produce milagros. Miren el video “Fast Offerings: Are We Not All Beggars” [Ofrendas de ayuno: ¿No somos todos mendigos?] (solo en inglés) (2:31) y luego hablen sobre cómo la ley del ayuno nos ayuda a cuidar y amar a los demás como lo haría Jesús. También podrían leer o cantar juntos el himno “Tú me has dado muchas bendiciones, Dios”. Hablen de la forma en que el Señor ha sido generoso con ustedes al vivir la ley del ayuno. Hagan una lista o dibujos de los milagros que han experimentado y analicen cómo bendicen su vida.

  • El presidente Henry B. Eyring enseñó: “La ofrenda de ayuno de ustedes hará más que alimentar y vestir cuerpos; sanará y cambiará corazones”. Repasen juntos el mensaje del presidente Eyring titulado “¿No es [este] más bien el ayuno que yo escogí?”. Luego, podrían comentar cómo el dar o recibir ofrendas de ayuno ha sanado y cambiado su corazón. ¿De qué manera esas experiencias han aumentado su amor por los hijos de Dios? ¿Cómo los han ayudado a sentir el amor que el Señor tiene por ustedes?

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Sección 2

El ayuno y la oración nos ayudan a prepararnos para las bendiciones de Dios

Una joven orando

Los Santos de los Últimos Días ayunan por muchas razones. El ayuno es una manera de ayudar a los demás, adorar a Dios y demostrar gratitud por Él (véase Alma 45:1). También podemos ayunar para buscar revelación personal de Dios o para pedirle que bendiga a los enfermos y a los afligidos (véanse Salmo 35:13; Alma 5:46). Por medio del ayuno, podemos obtener fortaleza para resistir las tentaciones y recibir consuelo durante las pruebas (véanse Mateo 4:2–4; Alma 30:1–2). Además, ayunar nos ayuda a ser más humildes, ya que nos recuerda nuestra total dependencia de Dios (véase Salmo 35:13).

El ayuno y la oración van de la mano. El ayuno puede agregar un elemento de sinceridad y compromiso a nuestras oraciones, y la oración transforma nuestro ayuno de una simple abstención de comidas a una verdadera comunión con Dios. Juntos, el ayuno y la oración ejercen un poderoso efecto en nuestra humildad y fe en Cristo (véase Helamán 3:35).

Algo en qué pensar

  • A veces ayunar puede ser difícil, pero también trae muchas bendiciones espirituales. Lea Mateo 4:1–4, incluso la Traducción de José Smith de los versículos 1 y 2, para ver un ejemplo de una ocasión en que Jesucristo ayunó. ¿Por qué era importante para Jesús estar con Dios en ese momento? Considere cómo el ayuno y la oración pueden ayudarlo a acercarse más a Dios. ¿Cómo podría hacer que la oración sea una parte más intencional de su ayuno? Actúe de acuerdo con las impresiones que reciba.

  • El ayuno y la oración pueden ayudarlo a ser un instrumento en las manos del Señor. Lea Alma 17:1–3, 9. ¿Qué bendiciones espirituales recibieron los hijos de Mosíah por ayunar y orar que los ayudaron a llevar a cabo la obra del Señor? ¿Qué puede aprender de su ejemplo al ministrar a los hijos de Dios, cumplir con su llamamiento y compartir el Evangelio?

Actividades para aprender con otras personas

  • En su discurso titulado “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, el presidente Russell M. Nelson compartió una historia de los santos de Samoa, Fiyi, Tahití y Tonga que ayunaron y oraron por un milagro. Lean este relato y luego hablen de los montes, o de los desafíos, de su propia vida (véase Mateo 17:14–21). ¿Qué aprenden de las palabras del presidente Nelson acerca de cómo el ayuno y la oración pueden traer el poder del Señor a su vida? Podrían intercambiar opiniones después de ver imágenes de montes o de hacer una caminata juntos. También podrían hablar de las bendiciones y oportunidades que han recibido al ayunar y orar con fe.

  • Ayunar generalmente significa no comer ni beber, pero también podemos participar en diferentes tipos de ayunos. En la sesión de mujeres de la Conferencia General de octubre de 2018, el presidente Nelson aconsejó: “Las invito a participar en un ayuno de 10 días de redes sociales y de cualquier otro medio de comunicación que les traiga pensamientos negativos e impuros a la mente. Oren para saber qué influencias eliminar durante su ayuno. El efecto de su ayuno de 10 días podría sorprenderlas. ¿Qué notan después de tomarse un descanso de las perspectivas del mundo que han ido dañando su espíritu? ¿Hay algún cambio en lo que ahora desean dedicar su tiempo y energía? ¿Han variado algunas de sus prioridades, aunque sea un poco? Les insto a anotar y a seguir cada una de las impresiones que reciban”. En grupo, hablen sobre algunas cosas de las que podrían ayunar y que podrían estar impidiendo que estén más cerca de Dios. Luego, acepten el desafío del presidente Nelson. Después de su ayuno, analicen cómo la oración guio su experiencia y la forma en que fueron bendecidos por ayunar de esa manera.

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