Castidad

La ley de Dios sobre la pureza sexual

La castidad es la ley de Dios para mantener sagrada la intimidad sexual. Esforzarse por ser castos en nuestros pensamientos, palabras y acciones trae muchas bendiciones: espirituales, emocionales y físicas. Nuestros esfuerzos por mantenernos sexualmente puros, y por arrepentirnos y buscar el perdón del Señor si no hemos sido castos, nos brindarán paz y gozo en esta vida y nos prepararán para vivir nuevamente con Dios después de morir.

En muchas partes del mundo, la castidad es subestimada y es común elegir tener relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio. Sin embargo, Dios nos dio la ley de castidad por la misma razón por la que nos ha dado todos los mandamientos: Él nos ama y sabe que vivir los mandamientos nos ayuda a mantenernos a salvo y conduce a la felicidad verdadera y duradera.

¿Qué es la castidad?

La castidad es ser sexualmente puros en nuestros pensamientos, palabras y hechos. Esto incluye abstenerse de cualquier relación sexual prematrimonial y también ser completamente fiel al esposo o esposa durante el matrimonio, tanto física como emocionalmente. Ser casto implica evitar la pornografía u otros contenidos que tengan la intención de despertar sentimientos sexuales. La castidad es un mandamiento de Dios y la obediencia a esa ley es importante para ayudar a prepararnos para entrar en la Casa del Señor. En el templo se nos invita a comprometernos más plenamente por convenio a vivir la ley de castidad.

Reseña del tema: Castidad

Guías para el estudio del Evangelio relacionadas: Albedrío, Vida terrenal, Pornografía, Arrepentimiento

Sección 1

La castidad es una parte vital del plan de Dios

La ley de castidad es una parte esencial del plan de Dios para nuestra salvación y exaltación. Mediante la intimidad sexual podemos llegar a ser cocreadores con Dios y traer a Sus hijos al mundo. Ser casto demuestra respeto por el poder de creación de Dios, el cual Él nos permite ejercer, y también demuestra gratitud por los cuerpos que Dios nos ha dado.

Las relaciones familiares que se forman cuando un hombre y una mujer se casan y cuando nacen sus hijos son eternamente importantes para nuestro Padre Celestial. Esta es una de las razones por las que Él ha mandado que las relaciones sexuales existan solo entre un hombre y una mujer que estén casados. Además, la asociación entre el esposo y la esposa puede ayudar a promover un ambiente sano en el cual los hijos puedan criarse y puede crear un cimiento firme para una familia eterna.

Algo en qué pensar

Piense en por qué la castidad es una parte importante del Plan de Salvación de Dios. El presidente Dallin H. Oaks enseñó: “El poder de crear vida es el más exaltado que Dios ha dado a Sus hijos”. Luego piense en cómo el mantener sus pensamientos sexualmente puros en diversas situaciones puede ayudarle a controlar este poder y a mantenerse espiritualmente fuerte. ¿En qué forma el esforzarse por ser casto influiría en lo que piensa de otras personas? ¿Cómo influiría en el entretenimiento y los medios de comunicación que decida consumir? ¿Cómo afectaría sus relaciones familiares? Si lo desea, elija un himno, una canción de la Iglesia o un pasaje de las Escrituras favorito que pueda cantar o repetir en la mente cuando se sienta tentado por pensamientos o sentimientos sexuales malsanos. Podría fijar la meta de memorizar esa canción o pasaje y repasarlo con frecuencia.
Considere por qué la ley de castidad es importante para usted o por qué podría serlo. Escriba la frase “Elijo obedecer la ley de castidad porque…”. Luego, lea la sección titulada “Tu cuerpo es sagrado” en Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones a fin de buscar maneras en las que podría completar esa oración. A continuación, podría pensar en cómo respondería a alguien que le preguntara por qué la castidad es importante para usted.
En las Escrituras, a la castidad a veces se le llama “virtud”. El Señor ha dicho que la virtud debe “engalan[ar] [nuestros] pensamientos incesantemente” y entonces nuestra “confianza se fortalecerá” y “la doctrina del sacerdocio destilará sobre [nuestra] alma […] [y] el Espíritu Santo será [nuestro] compañero constante” (Doctrina y Convenios 121:45–46). ¿Qué significa la palabra engalanar en este contexto? ¿De qué manera ha visto que la castidad y la virtud dan confianza y fortaleza a las personas en su vida? ¿De qué manera vivir la ley de castidad ha aumentado su testimonio del Evangelio?

Actividades para aprender con otras personas

Revisen juntos el decimotercer artículo de fe. Este versículo dice que creemos en ser castos y nos invita a aspirar a cosas que sean virtuosas y bellas. ¿Cómo podemos determinar si algo es virtuoso y bello? Después de compartir ideas, podrían hablar de cosas de su vida que se ajusten a esa descripción y de cómo les ayudan a ser castos. Luego, podrían fijar juntos una meta que les ayude a participar solo en conversaciones, situaciones, medios de comunicación y entretenimiento que sean virtuosos y bellos. Hablen acerca de cómo podrían ayudarse mutuamente a cumplir su meta. Después, podrían analizar lo que aprendieron de la experiencia.
Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones enseña: “Debido a que los sentimientos sexuales son tan sagrados y tan poderosos, Dios te ha dado Su ley de castidad para prepararte para utilizar esos sentimientos como Él desea. […] Muchas personas en el mundo ignoran o incluso se burlan de la ley de Dios, pero el Señor nos invita a ser Sus discípulos y a vivir una norma más elevada que la del mundo”. ¿Cuáles son los mensajes que el Señor nos da sobre el sexo y la castidad? (Para obtener ideas, podrían buscar “Castidad” en la Guía para el Estudio de las Escrituras o la reseña de “Castidad” en Temas y preguntas). ¿Qué mensajes nos suele dar el mundo sobre estos temas? Analicen lo que podrían hacer cuando se les presenten mensajes falsos sobre la castidad o sean tentados a no ser castos.

Más información

1 Corintios 6:18–20; 1 Timoteo 4:12; 2 Pedro 1:2–8; 1 Nefi 10:21; Doctrina y Convenios 4:4–6
“Vivir la ley de castidad” en el capítulo 3 de Predicad Mi Evangelio: Una guía para compartir el Evangelio de Jesucristo, 2023, pág. 84.
“Creemos en ser castos” (video), Biblioteca del Evangelio

Sección 2

Esforzarse por ser casto puede traer bendiciones increíbles

Somos bendecidos de muchas maneras al esforzarnos por vivir la ley de castidad, lo que incluye evitar la pornografía. Cuando guardamos el mandamiento de Dios de ser castos, invitamos la compañía del Espíritu Santo y traemos mayor poder y fortaleza espiritual a nuestra vida. Ser castos nos ayuda a llegar a ser santos y espiritualmente fuertes, como Jesucristo. Esta preparación espiritual nos permite llegar a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial y progresar en la senda de regreso a Él. Vivir una vida casta también nos permite ser ejemplo para los demás y presentarnos dignamente ante el Señor.

El élder David A. Bednar enseñó: “La castidad y la virtud son, siempre han sido y siempre serán ‘más [caras] y [preciosas] que todas las cosas’ (Moroni 9:9)”. Parte de lo que hace que la castidad sea tan preciosa es la paz y el gozo que puede brindarnos como personas y en nuestras relaciones familiares. Vivir esta ley puede ayudarnos a tener mayor amor, confianza y unidad en nuestro matrimonio. También podemos evitar gran parte de la angustia del mundo si somos castos antes del matrimonio y completamente fieles a nuestro cónyuge durante el matrimonio, y podemos evitar las muchas otras posibles consecuencias espirituales, emocionales y físicas de quebrantar la ley de castidad al obedecer este mandamiento a lo largo de nuestra vida.

El pecado sexual conlleva una carga pesada, pero el perdón del Señor está al alcance de todos los que se arrepientan sinceramente.

Algo en qué pensar

Lea el relato de José y la esposa de Potifar en Génesis 39:7–23. ¿Qué aprende acerca de José por medio de este relato? ¿Qué aprende de su ejemplo de estar preparado espiritualmente para poder mantenerse casto aun al afrontar la tentación? ¿Cómo fue él finalmente bendecido debido a su decisión de obedecer la ley de castidad? (Véanse, por ejemplo, Génesis 41:37–45; 45:1–28). Considere cómo su ejemplo puede ayudarle a tener el valor de mantenerse fuerte cuando se sienta tentado a hacer algo que no sea casto.
Podría leer el relato del joven en el mensaje del presidente Jeffrey R. Holland titulado “Let Virtue Garnish Thy Thoughts Unceasingly” [Deja que la virtud engalane tus pensamientos] (solo en inglés). ¿Qué aprendió el joven por medio de aquella experiencia? ¿De qué manera cambió su vida? Piense en lo que puede hacer para tener el valor de permanecer digno cuando se sienta tentado a hacer algo impuro o impío. ¿Cómo podría ser bendecido al permanecer digno? Tome nota de las impresiones que reciba.
Satanás quiere que creamos que cuando hemos quebrantado la ley de castidad cometiendo un pecado sexual o viendo pornografía, ya no somos dignos del amor de Dios, pero eso no es verdad. Lea Lucas 15:11–32 o mire el video de la Biblia “El hijo pródigo” (5:36). ¿Cómo ilustra este relato el amor que Dios tiene por nosotros, aun cuando cometemos pecados graves? Luego lea Isaías 43:25 y piense en la esperanza que nos da este versículo. Si tiene un pecado moral del que necesita arrepentirse, haga una cita para hablar con su obispo o presidente de rama y comenzar el proceso de arrepentimiento, o bien, ore para tener el deseo de hacerlo. Arrepentirse y confiar en el Salvador y en Su poder expiatorio le brindará sanación y esperanza y le ayudará a acercarse más a Él.

Actividades para aprender con otras personas

El presidente Russell M. Nelson recordó a los miembros de la Iglesia que se reciben grandes bendiciones cuando elegimos “pensar de manera celestial”, incluso en lo que se refiere a permanecer castos. Él dijo: “Pensar de manera celestial […] los ayudará a obedecer la ley de castidad. Hay pocas cosas que compliquen la vida más rápidamente que el violar esta ley divina. Para quienes han hecho convenios con Dios, la inmoralidad es una de las maneras más rápidas de perder el testimonio. […] El Señor ha declarado que solo las personas castas llegarán al Reino Celestial. Por lo tanto, cuando tomen decisiones relativas a la moralidad, por favor, piensen de manera celestial”. Podrían hablar sobre cómo el pensar de manera celestial puede ayudarles a permanecer moralmente limpios y las maneras en que pueden ser bendecidos por hacerlo.
Miren el video “Yo escojo ser limpio” (4:19) y hablen sobre por qué los diferentes jóvenes del video han decidido permanecer sexualmente puros y las bendiciones que sienten que vendrán como resultado de ello. Podrían compartir unos con otros lo que hacen para recordar tomar decisiones que les ayuden a guardar la ley de castidad, o bien, cada uno podría escribir su propia determinación de permanecer sexualmente puro durante toda su vida y colocar el papel donde pueda verlo con frecuencia.
En su discurso titulado “Sean valientes en cuanto a intrepidez, vigor y actividad”, el élder Gary E. Stevenson enseñó: “‘Lo que usted opte por pensar y hacer cuando está solo y cree que nadie lo observa es una indicación clara de su virtud’ [Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, pág. 125]. ¡Sean valientes! ¡Sean fuertes! ‘… permaneced en lugares santos y no seáis movidos’ [Doctrina y Convenios 87:8]”. Hablen acerca de por qué es importante ser castos cuando están solos. Luego podrían compartir ideas de “lugares santos” en los que pueden estar y de cosas santas que pueden hacer que les ayudarán a permanecer castos, especialmente cuando estén solos. ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que pueden recibir si buscan esos lugares santos y deciden ser castos?

Más información

Éxodo 20:14; 1 Corintios 10:11–13; 1 Tesalonicenses 4:2–4; 1 Timoteo 4:12
David A. Bednar, “Creemos en ser castos”, Liahona, mayo de 2013, págs. 41–44
Mary N. Cook, “Una vida virtuosa, paso a paso”, Liahona, mayo de 2009, págs. 117–119
Lori Cluff Schade, “Marriage, Technology, and Emotional Infidelity”, Ensign, enero de 2017, págs. 50–55
“La virtud, la piedra angular sobre la cual edificar nuestra vida”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Gordon B. Hinckley, 2016, págs. 263–271

Otros recursos acerca de la castidad