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Milagros

“Milagros”, Temas y preguntas, 2023

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Jesucristo sana a un hombre

Guía para el estudio del Evangelio

Milagros

Manifestaciones del poder y del amor de Dios

¿Cuáles son algunas de las razones por las que cree que Dios es real y que está al tanto de usted? ¿Puede pensar en ocasiones en las que sabía que Él estaba demostrando Su amor por usted? El presidente Russell M. Nelson enseñó: “En oración pidan tener ojos para ver la mano de Dios en su vida y en el mundo que los rodea”1. Los milagros representan momentos en los que Dios obra con Su poder a favor de Sus hijos.

En las Escrituras aprendemos de grandes milagros que el Gran Jehová efectuó por Su pueblo en el Antiguo Testamento. También aprendemos de los milagros que Jesucristo efectuó durante Su vida terrenal en el Nuevo Testamento y como el Señor resucitado en el Libro de Mormón. Pero el mayor de todos los milagros fue Su Expiación, cuando redimió al mundo del pecado y resucitó de entre los muertos. Hoy podemos ver Sus obras y milagros, grandes y pequeños, en nuestra propia vida y aprender que “Bueno es Jehová para con todos, y sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras” (Salmos 145:9).

¿Qué es un milagro?

Un milagro es una manifestación del poder divino. Los milagros son una parte importante de la obra de Jesucristo, tanto en la antigüedad como en la actualidad.

Reseña del tema: Milagros

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Sección 1

Jesucristo es un Dios de milagros

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Jesucristo calma una tormenta

Los milagros siempre han sido parte de la obra de Dios entre Sus hijos. El Antiguo y el Nuevo Testamento incluyen muchos relatos de Jesucristo demostrando poder divino a favor de los hijos del Padre Celestial. Los seguidores de Jesucristo en la actualidad reconocen que la mano de Dios sigue manifestándose de maneras milagrosas en Su Iglesia y en la vida de las personas y las familias. Dios afirmó: “Porque he aquí, yo soy Dios; y soy un Dios de milagros; y manifestaré al mundo que soy el mismo ayer, hoy y para siempre; y no obro entre los hijos de los hombres sino de conformidad con su fe” (2 Nefi 27:23).

Algo en qué pensar

  • Cuando dos de los discípulos de Juan el Bautista preguntaron a Jesús: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”. Jesús citó ejemplos para mostrar quién era Él (véase Mateo 11:3–6). ¿Por qué esos ejemplos probaron quién era Él? Considere también lo que Jesús dijo en Juan 5:36. ¿Cuál era el propósito de las “obras” que hizo Jesús?

  • El élder Ronald A. Rasband enseñó: “El Señor efectúa milagros para que recordemos Su poder, Su amor por nosotros, Su participación desde los cielos en nuestra experiencia terrenal y Su deseo de enseñarnos lo que es de más valor”2. ¿Cuáles son algunos de sus milagros favoritos de los que ha leído en las Escrituras? ¿Qué le han enseñado estos milagros acerca de Dios?

Actividad para aprender con otras personas

  • Invite a los miembros del grupo a escoger uno de los siguientes relatos de los milagros del Salvador en el Nuevo Testamento. Identifiquen el “quién, qué, dónde, cuándo y por qué” del milagro que se describe en el pasaje seleccionado. Analicen las similitudes y diferencias entre estos acontecimientos. ¿Cómo se pueden utilizar estos relatos para fortalecer la fe de las personas que conocen?

    • La sanación de dos hombres ciegos (véase Mateo 9:27–31)

    • El levantamiento de la muerte del hijo de la viuda (véase Lucas 7:11–16)

    • La sanación del hombre ciego de nacimiento (véase Juan 9)

    • El levantamiento de entre los muertos de Lázaro (véase Juan 11:1–45)

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Sección 2

Los milagros ocurren por medio de la fe en Jesucristo

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Jesucristo sana a una mujer

En el Nuevo Testamento, Jesús prometió a Sus discípulos que milagrosas “señales seguirán a los que creyeren” (Marcos 16:17–18). En los últimos días, Él dijo: “Por tanto, así como dije a mis apóstoles, de nuevo os digo que toda alma que crea en vuestras palabras y se bautice en el agua para la remisión de los pecados, recibirá el Espíritu Santo. Y […] señales seguirán a los que creen” (Doctrina y Convenios 84:64–65). Para aquellos que creen en Dios y en Jesucristo, los milagros son una posibilidad muy real, pero deben tener fe primero (véase Éter 12:12–18).

Sin embargo, no debemos buscar milagros como una manera de edificar o probar nuestra fe. El Señor le dijo a José Smith: “La fe no viene por las señales, mas las señales siguen a los que creen. Sí, las señales vienen por la fe, no por la voluntad de los hombres, ni como les plazca, sino por la voluntad de Dios” (Doctrina y Convenios 63:9–10). El profeta Moroni escribió: “No recibís ningún testimonio sino hasta después de la prueba de vuestra fe” (Éter 12:6). Un testimonio que comienza con presenciar un milagro no durará si no se alimenta con fe y obediencia continuas.

Algunos milagros ocurren de forma silenciosa, tales como cuando una persona obtiene un testimonio de la verdad de Dios, experimenta un potente cambio de corazón, obtiene el perdón del Señor o es bendecida con paz y fortaleza durante un momento difícil (véase Alma 37:6–7).

Algo en qué pensar

  • Considere lo que el ángel le dijo a María: “Porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas 1:37). ¿Alguna vez se ha enfrentado a algo que parecía imposible de lograr o resolver? ¿Cómo puede el estudio de los relatos de milagros de las Escrituras realizados por el poder de Dios prepararlo para acudir a Él y confiar en su amor, misericordia y voluntad?

Actividad para aprender con otras personas

  • El presidente Howard W. Hunter habló de los muchos milagros asombrosos que Jesucristo efectuó. Entonces señaló:

    “Es sumamente admirable ser testigo de que una persona que era sorda vuelva a oír, pero esa gran bendición no es más sorprendente que la maravillosa combinación de huesos, piel y nervios que permiten a nuestros oídos captar el hermoso mundo de los sonidos. ¿No debería causarnos admiración la bendición de escuchar y darle a Dios la gloria por ese milagro al igual que cuando a alguien se le devuelve la facultad de oír, después de haberla perdido?

    “¿No es igual con el restablecimiento de la vista, o del habla, o aún más, con el milagro más grande de todos: la restauración a la vida? Las creaciones originales del Padre constituyen un mundo lleno de maravillas. ¿No es primero que todo el milagro más grande el hecho de que tengamos vida, brazos y piernas, vista y habla?”3.

    ¿Cómo puede esta perspectiva de los muchos milagros en nuestra vida aumentar nuestra gratitud hacia el Dios de los milagros?

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Sección 3

Busque y espere milagros en su vida

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hombre caminando por la playa

Siempre habrá milagros mientras haya personas de fe (véase Moroni 7:27–29). El presidente Russell M. Nelson enseñó que debemos “procur[ar] y esper[ar] milagros”. “El Señor los bendecirá a ustedes con milagros si creen en Él, ‘sin dudar nada’ [Mormón 9:21]. Hagan el esfuerzo espiritual para procurar milagros; oren pidiendo a Dios que los ayude a ejercer ese tipo de fe”4.

Todos los días hay milagros a nuestro alrededor. El élder Ronald A. Rasband explicó: “Muchos de ustedes han presenciado milagros, más de lo que se dan cuenta. Puede que parezcan pequeños comparados con los que hizo Jesús al levantar a los muertos, pero no es la magnitud lo que los hace ser milagros, sino el hecho de que vienen de Dios”5.

Algo en qué pensar

  • Considere el consejo del presidente Nelson. ¿Qué significa que “procure” milagros en su vida? ¿Cuál es el “esfuerzo espiritual” que hay que hacer para “procurar milagros”? ¿Cómo podría ser bendecido al buscar maneras en que Dios está obrando en su vida?

  • Lea Mormón 9:7–21. Si Dios es inmutable y dio visiones, bendiciones y revelaciones a Sus hijos en la antigüedad, ¿qué significa eso para usted? ¿A quién conoce que podría beneficiarse de comprender mejor que “Dios no ha cesado de ser un Dios de milagros”? (Mormón 9:15)

Actividad para aprender con otras personas

  • Invite a los miembros del grupo a compartir una ocasión en la que hayan sido testigos de que la mano de Dios obraba una bendición o un milagro en su propia vida, según sea apropiado. Analicen las diferentes maneras en que ocurrieron esos milagros y los diferentes propósitos que sirvieron.

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