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Capítulo 1: Introducción a Doctrina y Convenios; Doctrina y Convenios 2


Capítulo 1

Introducción a Doctrina y Convenios; Doctrina y Convenios 2

Introducción y cronología

“El libro de Doctrina y Convenios es una colección de revelaciones divinas y declaraciones inspiradas que se han dado para el establecimiento y la regulación del reino de Dios sobre la tierra en los días postreros” (Introducción a Doctrina y Convenios, primer párrafo). Esas revelaciones se recibieron por medio del profeta José Smith y algunos de sus sucesores, y “contienen una invitación a todas las personas, dondequiera que estén, a escuchar la voz del Señor Jesucristo, que les habla para su bienestar temporal y su salvación sempiterna” (Introducción a Doctrina y Convenios, primer párrafo).

La sección de Doctrina y Convenios de fecha más antigua contiene palabras que el ángel Moroni dirigió a José Smith en 1823, cuando la familia Smith vivía cerca de Palmyra, Nueva York. Durante esa visita, Moroni le habló de varias profecías importantes del Antiguo y el Nuevo Testamento, entre ellas una de Malaquías sobre la misión prometida de Elías el Profeta en los últimos días. Esa profecía, registrada en Doctrina y Convenios 2, es esencial para que comprendamos el plan que el Padre Celestial tiene para redimir a Sus hijos.

Finales de 1816La familia Smith se traslada de Vermont a Palmyra, Nueva York.

Primavera de 1820Dios el Padre y Jesucristo se aparecen a José Smith.

21–22 de septiembre de 1823El ángel Moroni visita a José Smith (Doctrina y Convenios 2).

19 de noviembre de 1823 Muere Alvin, el hermano mayor de José Smith.

18 de enero de 1827José Smith y Emma Hale contraen matrimonio.

Doctrina y Convenios: Antecedentes históricos adicionales

El Señor dio guía divina al profeta José Smith con respecto a la restauración del Evangelio, la organización de la Iglesia y las necesidades y responsabilidades de personas específicas. Muchas de esas revelaciones que recibió el Profeta fueron escritas por escribas, usualmente en hojas de papel sueltas, y posteriormente se copiaron en libros de registro encuadernados.

En noviembre de 1831, el profeta José Smith y otros líderes de la Iglesia se reunieron en una conferencia de élderes en Hiram, Ohio. Durante esa conferencia, los líderes de la Iglesia decidieron recopilar una serie de revelaciones que el Profeta había recibido y publicarlas en un volumen titulado el Libro de Mandamientos. William W. Phelps había sido llamado como “impresor de la iglesia” (D. y C. 57:11), y se le entregaron copias de las revelaciones para que las imprimiera en Independence, Misuri. La publicación estaba casi completa en julio de 1833, cuando una chusma atacó la imprenta de Phelps y destruyó el edificio, la imprenta y la mayoría de las hojas impresas con las revelaciones. Varias personas, entre ellas dos jovencitas —Mary Elizabeth Rollins y su hermana Caroline—, pudieron rescatar algunas de las páginas impresas y, aunque incompleto, al final se pudo encuadernar un pequeño número de ejemplares del libro.

En 1835 se publicó una segunda recopilación de las revelaciones que José Smith había recibido y se llamó Doctrina y Convenios. Esa edición contenía 103 revelaciones y un prefacio. También se incluían Lectures on Faith [Discursos sobre la Fe], siete disertaciones teológicas que se impartieron en la Escuela de los élderes durante el invierno de 1834–1835. Esa primera edición se organizó en dos partes: la primera parte —la doctrina— contenía los Discursos sobre la Fe; la segunda parte —los convenios y los mandamientos— contenía las revelaciones que se habían recibido hasta ese momento (véase The Joseph Smith Papers, Documents [Los Documentos de José Smith], Volume 4: April 1834–September 1835, editado por Matthew C. Godfrey y otros, 2016, págs. 382–396). En la edición de Doctrina y Convenios de 1921 y en las ediciones posteriores se omitieron los Discursos sobre la fe, porque eran disertaciones o lecciones teológicas que no se dieron o se presentaron como revelaciones a la Iglesia.

Cuando se imprimieron nuevas ediciones de Doctrina y Convenios, se agregaron nuevas revelaciones y se hicieron pequeños cambios en la manera de organizar las revelaciones. En 1981, la Iglesia publicó en inglés una nueva edición de la “combinación triple” (el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio) con un mayor número de notas al pie de página y referencias correlacionadas, así como un nuevo índice. En esa ocasión se agregaron a Doctrina y Convenios la visión que tuvo el profeta José Smith en 1836 del Reino Celestial y la visión que tuvo Joseph F. Smith en 1918 de la redención de los muertos, como las secciones 137138 respectivamente. También se agregaron formalmente dos declaraciones oficiales: (1) el Manifiesto, expedido por el presidente Wilford Woodruff, en el que se anunciaba que la práctica del matrimonio plural en la Iglesia se habría de discontinuar, y (2) el anuncio de la Primera Presidencia de una revelación que recibió el presidente Spencer W. Kimball, en la que se extendían las bendiciones del sacerdocio y del templo a todos los miembros varones dignos de la Iglesia. La introducción, a la que se había dado el título de Introducción Explicativa desde la edición de 1921, también se revisó en la versión de 1981 de Doctrina y Convenios. Esa introducción revisada proporcionó más información sobre el profeta José Smith y la naturaleza y el propósito de Doctrina y Convenios.

El 1 de marzo de 2013, la Primera Presidencia anunció una versión actualizada en inglés de las Escrituras. Aparte de leves correcciones ortográficas en el texto, la mayoría de los cambios que se hicieron en esa edición de las Escrituras se encuentran en las ayudas de estudio y en los encabezamientos de las secciones de Doctrina y Convenios. Además, la Introducción Explicativa de Doctrina y Convenios pasó a llamarse Introducción y se dieron algunos detalles más sobre las ediciones anteriores, junto con las razones para revisar Doctrina y Convenios en una nueva edición.

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Mapa 1: Ubicaciones geográficas de las secciones de Doctrina y Convenios

Introducción a Doctrina y Convenios

Doctrina y Convenios contiene revelaciones que se dieron al profeta José Smith y a sus sucesores

Introducción a Doctrina y Convenios. “… una colección de revelaciones divinas…”

Doctrina y Convenios contiene muchas de las revelaciones divinas que recibió el profeta José Smith. Esas revelaciones se dieron por el espíritu de profecía y revelación mediante visiones (véanse D. y C. 76; 137138), visitas celestiales (véanse D. y C. 2; 13; 27110), el Urim y Tumim (véanse D. y C. 3; 6–7; 11; 14–17) y la inspiración del Espíritu Santo. Varias de las revelaciones surgieron como resultado de las preguntas que el Profeta hizo mientras trabajaba en una traducción inspirada de la Biblia (véanse D. y C. 35; 73; 76–77; 86; 91132). Se recibieron otras revelaciones durante la traducción del Libro de Mormón y debido a preguntas acerca de la estructura de la Iglesia y la edificación de Sion.

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Monumento conmemorativo del lugar de nacimiento de José Smith

Cerca de este monumento en Sharon, Vermont, se encontraba la casa donde nació el profeta José Smith el 23 de diciembre de 1805.

El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) describió el valor de este libro moderno de Escritura:

“El libro Doctrina y Convenios es único entre los libros canónicos, ya que es la constitución de la Iglesia. Si bien incluye escritos y declaraciones de diferentes orígenes, es fundamentalmente un libro de revelaciones que se recibieron por medio del Profeta de esta dispensación.

“Este libro de revelaciones comienza con una poderosa declaración que encierra los propósitos de Dios al restaurar Su gran obra de los últimos días…

“Esa majestuosa introducción da paso a un maravilloso panorama doctrinal que proviene de la fuente de la verdad eterna. Algunas partes son revelaciones directas que el Señor dictaba a Su profeta; otras son las palabras de José Smith, escritas o habladas, de acuerdo con la inspiración del Espíritu Santo. También contiene relatos acerca de sucesos que ocurrieron en diferentes circunstancias. Todo junto, constituye una gran parte de la doctrina y las prácticas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días…

“Es verdaderamente asombrosa la variedad de temas que trata este libro. Contiene principios y procedimientos concernientes a la manera de gobernar la Iglesia. Establece normas de salud con sus respectivas promesas, tanto físicas como espirituales. Describe el convenio del sacerdocio eterno de una forma que no se encuentra en ningún otro libro de las Escrituras. Anuncia los privilegios y las bendiciones, al igual que las limitaciones y las oportunidades, que nos brindan los tres grados de gloria, ampliando la breve mención que Pablo hizo acerca de una gloria del sol, una de la luna y una de las estrellas. Proclama el arrepentimiento en un lenguaje claro y preciso. Explica la manera correcta de bautizar. Con un vocabulario que es comprensible para todos, describe la naturaleza de la Trinidad, tema que, durante siglos, ha sido un interrogante para los teólogos. Enuncia la ley del Señor en cuanto al aspecto económico, e indica la forma en que los fondos para el funcionamiento de la Iglesia se han de adquirir y desembolsar. Revela la obra por los muertos con el fin de bendecir a los hijos y a las hijas de Dios de todas las generaciones” (véase “El orden y la voluntad de Dios”, Liahona, agosto de 1989, págs. 2, 3).

Doctrina y Convenios es uno de los libros canónicos que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta como Escrituras. Las revelaciones y los escritos inspirados que se hallan en Doctrina y Convenios constituyen un poderoso testimonio de la obra constante de llevar la salvación a todos los hijos de Dios. El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) explicó que Doctrina y Convenios obra conjuntamente con el Libro de Mormón para llevar a las personas a Cristo y a Su reino:

“Estos dos grandiosos libros de Escrituras de los últimos días están unidos como revelaciones del Dios de Israel con el propósito de congregar y preparar a Su pueblo para la segunda venida del Señor…

“Cada una de estas grandiosas Escrituras de los últimos días da testimonio elocuente y poderoso del Señor Jesucristo. Casi todas las páginas de Doctrina y Convenios y del Libro de Mormón nos enseñan en cuanto al Maestro —Su sacrificio expiatorio y el gran amor que tiene por Sus hijos— y nos enseñan cómo debemos vivir para poder volver con Él y con nuestro Padre Celestial.

“Cada uno de estos grandes libros de Escrituras de los últimos días contiene el conocimiento y el poder para ayudarnos a vivir una vida mejor en una época en la que abundan la iniquidad y el mal. Aquellos que se dediquen a estudiar con esmero y con espíritu de oración las páginas de estos libros encontrarán consuelo, consejos, guía y la apacible capacidad para mejorar su vida.

“Doctrina y Convenios es el eslabón entre el Libro de Mormón y la obra continua de la Restauración a través del profeta José Smith y sus sucesores.

“En Doctrina y Convenios aprendemos acerca de la obra en el templo, las familias eternas, los grados de gloria, la organización de la Iglesia y muchas otras grandes verdades de la Restauración…

“El Libro de Mormón es la ‘piedra angular’ de nuestra religión y Doctrina y Convenios es la ‘piedra de coronamiento’, con revelación moderna constante. El Señor ha puesto Su sello de aprobación tanto en la piedra angular como en la de coronamiento” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs.144–145).

El presidente Joseph F. Smith (1838–1918) describió cómo las revelaciones que se dieron en nuestra dispensación aumentan lo que sabemos acerca del evangelio de Jesucristo: “Digo a mis hermanos que el libro Doctrina y Convenios contiene algunos de los principios más maravillosos que se han revelado al mundo, algunos de ellos revelados en mayor plenitud al mundo que en cualquier otra época; y esto como cumplimiento de la promesa de los profetas antiguos de que en los últimos tiempos el Señor revelaría al mundo cosas que han estado escondidas desde antes de la fundación del mundo; y el Señor las ha revelado por medio del profeta José Smith” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, 1998, pág. 45).

El presidente Joseph Fielding Smith (1876–1972) destacó que la mayor parte de las Escrituras se dieron originalmente a las personas de la antigüedad. En cambio, Doctrina y Convenios contiene la palabra de Dios que se dio específicamente a los hijos de Dios en nuestra dispensación. Él testificó que “Doctrina y Convenios contiene la palabra de Dios a nosotros, quienes moramos aquí y ahora. Es nuestro libro; pertenece a los Santos de los Últimos Días. Ya que es más precioso que el oro, el Profeta [José Smith] dice que debemos estimarlo más que las riquezas de toda la tierra” (Doctrina de Salvación, compilación de Bruce R. McConkie, 1979, tomo III, pág. 187).

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Libro de revelaciones 1 y pluma

Libro de revelaciones 1, en el que John Whitmer transcribió una selección de las primeras revelaciones que el profeta José Smith había recibido.

Introducción a Doctrina y Convenios. Testimonio de los Doce Apóstoles

En la conferencia de noviembre de 1831, cuando los líderes de la Iglesia decidieron compilar las revelaciones y organizarlas para su publicación, el profeta José Smith preparó una declaración de testimonio en cuanto al origen divino de las revelaciones (véase The Joseph Smith Papers, Documents [Los Documentos de José Smith], Volume 2: July 1831–January 1833, editado por Matthew C. Godfrey y otros, 2013, págs. 110–114). Los que estuvieron presentes manifestaron su disposición a dar testimonio de la veracidad de las revelaciones. Es posible que ese testimonio se fuese a publicar al final del Libro de Mandamientos, de manera análoga a como se incluyeron los testimonios de los Tres y de los Ocho Testigos al final de la edición de 1830 del Libro de Mormón. Sin embargo, la declaración de testimonio no aparece en los ejemplares que existen del Libro de Mandamientos. Tal vez eso se deba a que la publicación se interrumpió cuando la imprenta fue destruida. El testimonio de los Doce Apóstoles se incluyó en la edición de 1835 de Doctrina y Convenios.

Doctrina y Convenios 2: Antecedentes históricos adicionales

El 21 de septiembre de 1823, aproximadamente tres años después de recibir la Primera Visión, José Smith, que tenía 17 años, oró pidiendo perdón por sus pecados al procurar conocer su condición ante Dios. En respuesta a esa oración, un mensajero celestial llamado Moroni se apareció y declaró que Dios tenía una obra que José debía hacer (véase José Smith—Historia 1:29–33). Después de hablar sobre un antiguo registro escrito en planchas de oro que saldría a luz, Moroni citó varios pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento, incluso una variación de la profecía de Malaquías sobre el regreso de Elías el Profeta (véase Malaquías 4:5–6). El profeta José Smith incluyó esa variación de la profecía de Malaquías en su historia oficial, que comenzó a preparar en 1838. Posteriormente se incluyeron extractos de ese relato en la Perla de Gran Precio (véase José Smith—Historia 1:38–39), y en Doctrina y Convenios a partir de la edición de 1876. La importancia de esa profecía es evidente por la frecuencia con que aparece en los libros canónicos (véanse Malaquías 4:4–6; Lucas 1:17; 3 Nefi 25:5–6; D. y C. 2; José Smith—Historia 1:38–39). Cronológicamente, Doctrina y Convenios 2 es la primera sección de Doctrina y Convenios.

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Mapa 4: Palmyra y Manchester, Nueva York, 1820–1831

Doctrina y Convenios 2

Un ángel se aparece a José Smith en respuesta a su oración

Doctrina y Convenios 2:1–3. Elías el Profeta

El profeta del Antiguo Testamento, Elías el Profeta, desempeñó un importante papel en la restauración del evangelio de Jesucristo, y se lo menciona por nombre en varias secciones de Doctrina y Convenios (véanse D. y C. 2:1; 27:9; 35:4; 110:13–16; 128:17; 133:55; 138:46–48). El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó quién era Elías el Profeta y por qué regresó en nuestros días:

“Elías era un profeta del Antiguo Testamento por medio de quien se efectuaron poderosos milagros. Él selló los cielos y no llovió en el antiguo Israel durante tres años y medio, multiplicó la harina y el aceite de una viuda, levantó a un joven de los muertos e hizo descender fuego del cielo en un reto a los profetas de Baal (véase 1 Reyes 17–18). Al concluir el ministerio terrenal de Elías el Profeta, ‘subió al cielo en un torbellino’ (2 Reyes 2:11) y fue trasladado.

“‘De las revelaciones de los últimos días, aprendemos que Elías el Profeta poseía el poder sellador del Sacerdocio de Melquisedec, y que fue el último profeta que lo poseyó antes de la época de Jesucristo’ (Bible Dictionary, ‘Elijah’)…

“Elías el Profeta se apareció con Moisés en el Monte de la Transfiguración (véase Mateo 17:3) y confirió esa autoridad sobre Pedro, Santiago y Juan. Se apareció nuevamente con Moisés y otros el 3 de abril de 1836 en el Templo de Kirtland y confirió las mismas llaves a José Smith y a Oliver Cowdery” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 24–25).

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Vista exterior de la cabaña de troncos de la familia Smith, Palmyra, Nueva York

La cabaña de troncos reconstruida de la familia Smith, ubicada en el Municipio de Palmyra, Nueva York, donde el ángel Moroni se apareció al joven José Smith

Doctrina y Convenios 2:1. “… yo os revelaré el sacerdocio”

Para cuando Elías el Profeta se apareció en el Templo de Kirtland el 3 de abril de 1836, el profeta José Smith y Oliver Cowdery ya habían recibido el Sacerdocio de Melquisedec de manos de Pedro, Santiago y Juan (en algún momento entre mayo y junio de 1829). La promesa de que el Señor “[revelaría] el sacerdocio, por conducto de Elías el Profeta” (D. y C. 2:1) se refería a las llaves del poder sellador del sacerdocio que Elías el Profeta entregó a José y a Oliver cuando visitó el Templo de Kirtland (véase D. y C. 110:13–16).

El profeta José Smith (1805–1844) explicó por qué la visita de Elías el Profeta fue necesaria para ayudarnos a recibir todas las bendiciones del sacerdocio:

“El espíritu, poder y llamamiento de Elías el Profeta es que ustedes tengan la autoridad de poseer las llaves de la revelación, las ordenanzas, los oráculos, poderes e investiduras de la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec y del Reino de Dios en la tierra; y de recibir, obtener y efectuar todas las ordenanzas que pertenecen al Reino de Dios, aun para tornar el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, incluso los que estén en los cielos…

“¿Qué es este oficio y obra de Elías el Profeta? Es uno de los temas más grandes e importantes que Dios ha revelado. Él iba a enviar a Elías el Profeta para sellar los hijos a los padres, y los padres a los hijos…

“Además, la doctrina o el poder sellador de Elías el Profeta comprende lo siguiente: Si tienen el poder sellador en la tierra y en los cielos, entonces debemos ser prudentes. Lo primero que deben hacer es sellar sus hijos e hijas en la tierra a ustedes, y sellarse ustedes a sus padres en gloria eterna” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 329–330).

El presidente Joseph Fielding Smith explicó cómo la visita de Elías el Profeta en 1836 hizo posible grandes bendiciones para los hijos de Dios mediante el poder del sacerdocio:

“La misión de Elías el Profeta era el poder sellador. Él tenía las llaves mediante las cuales los padres podían sellarse y los hijos ser sellados a los padres. Él confirió estas llaves sobre el profeta José Smith; y eso se aplica a los difuntos tanto como a los vivientes desde la venida del Señor Jesucristo…

“¿Pero cuál fue la naturaleza de su misión en la tierra en estos postreros tiempos? Fue la de restaurar el poder y la autoridad que una vez habían sido dados a los hombres en esta tierra, lo cual es esencial para completar la salvación y la exaltación del hombre en el Reino de Dios. En otras palabras, Elías el Profeta vino a restaurar a la tierra, confiriendo sobre profetas mortales debidamente comisionados por el Señor, la plenitud del poder del sacerdocio. Este sacerdocio tiene las llaves de atar y de sellar en la tierra y en los cielos todas las ordenanzas y principios relativos a la salvación del hombre,­ a fin de que de esta manera los mismos tengan validez en el Reino Celestial” (véase Doctrina de Salvación, tomo II, pág. 109).

Doctrina y Convenios 2:1. “… grande y terrible día del Señor”

El “grande y terrible día del Señor” del que se habla en Doctrina y Convenios 2:1 se refiere a la segunda venida de Jesucristo. Será un tiempo de gozo y alegría para aquellos que se hayan preparado para Su venida (véanse Malaquías 4:2–3; D. y C.101:32–35), pero será una época terrible de destrucción para los inicuos (véanse Malaquías 4:1; D. y C. 29:9; 101:24–25).

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Vista interior de la casa de la familia Smith

El desván de la cabaña de troncos reconstruida donde el ángel Moroni se apareció al joven José Smith

Doctrina y Convenios 2:2. ¿Quiénes son los padres y los hijos de los que se habla en esta profecía?

En Doctrina y Convenios 2:2 se enseña que tanto los hijos como los padres sentirán la influencia de la visita prometida de Elías el Profeta en los últimos días. Al referirse a la profecía de que Elías el Profeta “plantará en el corazón de los hijos las promesas hechas a los padres” (D. y C. 2:2), el élder Bruce R. McConkie (1915–1985), del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó: “¿Quiénes son los padres? Ellos son Abraham, Isaac y Jacob, a quienes se hicieron las promesas. ¿Cuáles son las promesas? Son las promesas de la continuación de la unidad familiar en la eternidad” (The Millennial Messiah: The Second Coming of the Son of Man, 1982, pág. 267; véase también D. y C. 27:10).

Las revelaciones de los últimos días nos ayudan a entender que los miembros de la Iglesia son la posteridad de Abraham, Isaac y Jacob, ya sea por linaje o por adopción (véase Abraham 2:9–10). Las promesas que se dieron por convenio a esos antiguos patriarcas están también al alcance de los Santos de los Últimos Días. El presidente Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describió las promesas que se encuentran en el convenio que Dios hizo con Abraham y otros:

“El convenio que Dios hizo con Abraham y luego reafirmó con Isaac y Jacob es de trascendental importancia. Contenía varias promesas; entre ellas:

“• Jesucristo nacería del linaje de Abraham.

“• La posteridad de Abraham sería numerosa, tendría el derecho a tener un aumento eterno y también de poseer el sacerdocio.

“• Abraham llegaría a ser padre de muchas naciones.

“• Su posteridad heredaría ciertas tierras.

“• Su descendencia bendeciría a todas las naciones de la tierra.

“• Y ese convenio sería imperecedero; aun hasta ‘mil generaciones’[Deuteronomio 7:9; 1 Crónicas 16:15; Salmos 105:8].

“Algunas de esas promesas se han cumplido; otras todavía están pendientes.

“… hemos recibido, como lo hicieron los de la antigüedad, el santo sacerdocio y el Evangelio sempiterno. Tenemos el derecho de recibir la plenitud del Evangelio, disfrutar de las bendiciones del sacerdocio y llegar a ser dignos de recibir la mayor bendición de Dios: la vida eterna.

“Algunos de nosotros somos descendientes literales de Abraham; otros son congregados en su familia por adopción; el Señor no hace acepciones. Juntos recibimos las bendiciones prometidas si buscamos al Señor y obedecemos Sus mandamientos” (“Convenios”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 87).

En Doctrina y Convenios 2:2 también se encuentra un uso diferente de la palabra padres, donde la profecía declara que “el corazón de los hijos se volverá hacia sus padres”. Según el presidente Joseph Fielding Smith, la frase “sus padres” se refiere a “nuestros antepasados fallecidos que murieron sin el privilegio de recibir el Evangelio, pero que han recibido la promesa de que llegaría el tiempo en que se les concedería ese privilegio. Los hijos son quienes ahora viven y preparan la información genealógica y efectúan las ordenanzas vicarias en los templos” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph Fielding Smith, 2013, pág. 235-236).

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El ángel Moroni se aparece a José Smith

El ángel Moroni se aparece a José Smith en su cuarto, por Tom Lovell. Moroni se apareció al joven José Smith en septiembre de 1823.

Doctrina y Convenios 2:2. “… el corazón de los hijos se volverá hacia sus padres”

El plan de Dios para redimir a los muertos no se restauró todo a la vez, sino que fue dado paso a paso al profeta José Smith y a sus sucesores. La profecía de Moroni a José Smith en 1823 fue la primera enseñanza sobre ese tema que se dio en esta dispensación. El hecho de que esta instrucción se recibiera tan al principio del proceso de la Restauración destaca la importancia de la doctrina de la familia en el evangelio de Jesucristo.

El presidente Joseph Fielding Smith explicó la función de la familia en la redención de los muertos: “Al tornar el corazón de los hijos a los padres, se pone o se planta en el corazón de los hijos el sentimiento y el deseo que los inspirará a buscar los registros de sus difuntos. Más aún, es necesario que se implante en el corazón el deseo y la inspiración; deben tener eso a fin de ir a la Casa del Señor y efectuar la obra necesaria por sus padres que murieron sin el conocimiento del Evangelio, o sin el privilegio de recibir la plenitud del Evangelio” (véase Doctrina de Salvación, tomo II, pág. 119).

Doctrina y Convenios 2:2. La influencia de la visita prometida de Elías el Profeta

La visita de Elías el Profeta en 1836 en el Templo de Kirtland dio comienzo a una influencia espiritual sobre las personas de toda la tierra. El presidente Russell M. Nelson describió el efecto como “el espíritu de Elías”:

“El regreso de Elías el Profeta a la tierra tuvo lugar en el primer templo que se edificó en esta dispensación, donde él y otros mensajeros celestiales, bajo la dirección del Señor, entregaron llaves especiales de la autoridad del sacerdocio a la Iglesia restaurada:

“• Moisés entregó las llaves del recogimiento de Israel;

“• Elías entregó la dispensación del Evangelio de Abraham; y

“• Elías el Profeta vino para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres.

“Con eso, el afecto natural entre las generaciones comenzó a engrandecerse. Esa restauración fue acompañada por lo que en ocasiones se llama el espíritu de Elías: una manifestación del Espíritu Santo que da testimonio de la naturaleza divina de la familia. De ahí que la gente de todo el mundo —sin importar su afiliación religiosa— se encuentre recopilando registros de familiares fallecidos a un paso cada vez más acelerado” (“Un nuevo tiempo para la cosecha”, Liahona, julio de 1998, pág. 36).

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Vista exterior del Templo de Kirtland

El 3 de abril de 1836, Elías el Profeta se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland.

Doctrina y Convenios 2:3. “… toda la tierra sería totalmente asolada”

En el plan de redención del Señor, uno de los propósitos de la tierra es ser la morada celestial final para las personas que han hecho y cumplido con los convenios concertados con nuestro Padre Celestial (véase D. y C. 88:17–20). Será un lugar en donde las familias puedan morar juntas para siempre. El poder sellador del sacerdocio que restauró Elías el Profeta hace posible la unión de los esposos y las esposas, de los padres y sus hijos; es una obra esencial para la exaltación de los vivos y los muertos. Sin el poder sellador, los hijos de Dios no podrían recibir todas las bendiciones de la exaltación y este propósito de la creación de la tierra no se hubiera cumplido.

El presidente Joseph Fielding Smith explicó: “¿Por qué sería asolada la tierra? Sencillamente porque si no hubiese un eslabón conexivo entre los padres y los hijos —el cual es la obra por los muertos—, entonces todos seríamos rechazados; toda la obra de Dios fracasaría y se desperdiciaría por completo” (Enseñanzas: Joseph Fielding Smith, pág. 233).

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles aclaró, además, que un paso esencial en la salvación de los hijos de Dios era la restauración del poder para sellar:

“Sin ese vínculo no existirían los lazos familiares en las eternidades y, sin duda, la familia del hombre habría quedado en la eternidad sin ‘raíz [antepasados] ni rama [descendientes]’.

“Puesto que el propósito supremo de la vida terrenal es que la familia de Dios esté sellada, unida y se salve celestialmente, cualquier fracaso al respecto hubiera sido realmente una maldición y hubiese dejado todo el Plan de Salvación ‘totalmente asolado’” (Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the Book of Mormon, 1997, págs. 297–298).