“Hebreos 7–13”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Gethsemane’s Path [El sendero de Getsemaní], por Steve McGinty
Hebreos 7–13
El apóstol Pablo enseñó que Jesucristo es nuestro Gran Sumo Sacerdote y Mediador, quien ofreció Su propia vida por los pecados de todas las personas. Pablo enseñó que la fe es la certeza de lo que se espera, pero que no se ve. Mediante la fe en el Señor, los hombres y las mujeres del Israel de la antigüedad llevaron a cabo muchas grandes obras. Además, Pablo exhortó a los santos a soportar la disciplina de Dios, la cual es una indicación de Su amor.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “Hebreos 7–13”
Nota: La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándar de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien, cree uno usted mismo:
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¿Cómo puedes tener esperanza cuando enfrentas desafíos? Lee Hebreos 8; 9:6–15, 24–28 y busca un mensaje de esperanza.
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¿Cómo puedes aumentar tu fe? Lee Hebreos 11 para aprender sobre cómo fortalecerla.
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Piensa en una ocasión en la que sentiste que el Señor te corrigió. ¿Cómo respondiste? Lee Hebreos 12:5–11 y medita sobre por qué podría ser importante que recibas la corrección del Señor.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que hayan descubierto en su estudio personal de Hebreos 7–13.
Capacitación en técnicas de estudio
Hebreos 11 puede ser una buena oportunidad para utilizar la técnica “Buscar el significado de palabras y frases”, que se encuentra en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Ayudar a los alumnos a enseñarse unos a otros. Ofrecer oportunidades para que los alumnos se enseñen mutuamente puede ayudarlos a comprender y aplicar mejor las verdades que han aprendido. Mientras se enseñan unos a otros, participe de forma activa sentándose con los grupos para escuchar, aprender y alentarlos.
¿Cómo puedo tener esperanza cuando enfrento desafíos?
Pida a los alumnos que piensen en una ocasión en que se sintieron desanimados por algo e invítelos a que reflexionen acerca de las siguientes preguntas:
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¿Cómo manejaron la experiencia?
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¿Qué hicieron que fue de ayuda?
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¿Qué no los ayudó?
Después de esto, lean la siguiente cita del presidente Jeffrey R. Holland:
Hay ciertos momentos en que todos tenemos la necesidad de saber que las cosas mejorarán. […] Por nuestra propia salud emocional y por nuestro propio vigor espiritual todos debemos estar en condiciones de mirar hacia el futuro a cierto grado de alivio, hacia algo agradable, renovador y optimista, ya sea que se trate de una bendición que esté al alcance de la mano o aún distante. Nos basta con saber que podemos llegar allí, que no importa cuán próximo o lejano esté, existe la promesa de “bienes venideros” (“Sumo sacerdote de los bienes venideros”, Liahona, enero de 2000, pág. 42).
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¿De qué manera el saber que hay “bienes venideros” puede ayudarlos a enfrentar los desafíos de la vida?
Invite a los alumnos a leer Hebreos 9:11 (o que un alumno lea en voz alta) para buscar un título descriptivo de Jesucristo. Escriba las siguientes preguntas y referencias de las Escrituras en la pizarra. Pida a los alumnos que formen grupos pequeños y seleccionen uno de los pasajes para estudiarlo juntos. Ellos deben buscar lo que pueden aprender sobre Jesucristo como “sumo sacerdote de las cosas buenas por venir”.
A fin de ayudar a los alumnos a comprender el contexto y los símbolos de Jesucristo como nuestro Gran Sumo Sacerdote, podrían leer “Hebreos 9. ¿Qué hacía el sumo sacerdote en el Día de la Expiación?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento.
Grupo 1: Lean Hebreos 8.
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¿De qué forma las acciones del sumo sacerdote señalaban hacia el Salvador?
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¿Qué creen que significa que Jesús es “el mediador de un mejor convenio”? (Hebreos 8:6). ¿Cuáles son las promesas de ese mejor convenio?
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¿De qué manera el recibir el nuevo convenio que Jesucristo ofrece los ayuda a confiar en que hay cosas buenas por venir?
Grupo 2: Lean Hebreos 9:6–15, 24–28.
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¿Cuál era la diferencia entre la ofrenda del sumo sacerdote en el tabernáculo y la ofrenda del Salvador?
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¿Cómo llegó Jesucristo a ser el Mediador de un nuevo convenio?
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¿De qué manera el recibir el nuevo convenio que Jesucristo ofrece los ayuda a confiar en que hay cosas buenas por venir?
Después de dar tiempo a los alumnos para estudiar, invítelos a compartir lo que aprendieron sobre Jesucristo como nuestro Gran Sumo Sacerdote y Mediador del nuevo convenio. Mientras lo hacen, podría ser conveniente ayudarlos a reconocer la siguiente verdad: Debido a que Jesucristo es el Mediador del nuevo convenio, podemos tener la esperanza de cosas buenas por venir.
Podría preguntar:
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¿Qué les enseña la función de Jesucristo como mediador sobre su relación por convenio con Él? (Si fuera útil, podrían leer juntos el primer párrafo en “Mediador”, Guía para el Estudio de las Escrituras, Biblioteca del Evangelio).
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¿Qué cosas esperan con anhelo debido a su relación por convenio con Jesucristo?
Considere compartir la siguiente declaración del élder Ulisses Soares:
Ruego que [podamos] […] regocij[arnos] en lo que me encanta llamar la “confianza en los convenios por medio de Jesucristo”. Esta confianza es la seguridad serena, aunque certera, de recibir las bendiciones que Dios promete a quienes guardan sus convenios y es tan necesaria en medio de las desafiantes circunstancias de nuestros días (“Confianza en los convenios por medio de Jesucristo”, Liahona, mayo de 2024, pág. 17).
Invite a los alumnos a reflexionar sobre cómo la “confianza en los convenios por medio de Jesucristo” puede ayudarlos a saber que hay cosas buenas que están por venir. Podrían anotar sus ideas y sentimientos. Invite a algunos de ellos a contar lo que escribieron.
¿Cómo puedo aumentar mi fe en Jesucristo?
Considere poner a la vista y leer juntos las siguientes citas de los profetas del Señor:
La fe es el primer principio de la religión revelada y el fundamento de toda rectitud (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, 1999, 2000, pág. 51).
De todas las cosas que necesitamos, considero que la más urgente es un aumento de nuestra fe (Gordon B. Hinckley, “Padre, aumenta nuestra fe”, Liahona, enero de 1988, pág. 54).
Sean de buen ánimo. El futuro es tan brillante como su fe (Thomas S. Monson, “Sed de buen ánimo”, Liahona, mayo de 2009, pág. 92).
La fe en Jesucristo es el poder más grandioso que tenemos a nuestro alcance en esta vida (Russell M. Nelson, “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, pág. 104).
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¿Qué piensan mientras leen estas citas?
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¿Qué función tiene la fe en Jesucristo en su vida? (Dé tiempo para que los alumnos reflexionen en silencio y anoten lo que piensan al respecto).
Pida a los alumnos que lean Hebreos 11:1–3 y que encuentren el significado de la fe. Podrían utilizar un diccionario, la función Definir de la aplicación Biblioteca del Evangelio y las notas al pie de página para comprender mejor el significado de la fe (véase la habilidad “Buscar el significado de palabras y frases”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras). Después de esto, pida a los alumnos que escriban en la pizarra la definición de fe y otórgueles tiempo para repasar lo que otros alumnos han escrito.
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Después de ver las definiciones de fe en la pizarra, ¿por qué creen que la fe en Jesucristo podría ser nuestra mayor necesidad y poder?
Podría recordar a los alumnos que Hebreos 11 tiene muchos ejemplos de personas que ejercieron la fe en Jesucristo. Ponga a la vista los siguientes nombres y referencias de las Escrituras, y escriba en la pizarra la siguiente verdad incompleta: Con fe en Jesucristo, podemos… Invite a los alumnos a seleccionar uno o más nombres, y a leer los versículos relacionados. Después de esto, pídales que determinen diferentes maneras de completar el enunciado.
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Abel (versículo 4)
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Enoc (versículos 5–6)
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Noé (versículo 7)
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Abraham (versículos 8–10, 17–19)
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Moisés (versículos 23–27)
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Israelitas (versículos 28–39)
Después de dar tiempo a los alumnos para estudiar, invítelos a compartir lo que aprendieron sobre la fe. Anímelos a que también compartan cómo completaron el enunciado de la pizarra. Las respuestas podrían incluir lo siguiente: Con fe en Jesucristo, podemos resistir el sufrimiento, llevar a cabo milagros y recibir promesas divinas.
Mientras los alumnos comparten sus reflexiones y la manera en que completaron el enunciado, considere hacer preguntas como las siguientes para profundizar el aprendizaje:
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¿Cómo ejerció la fe la persona de cada relato?
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¿Qué aprendieron de estos relatos que podría fortalecer su fe en Jesucristo?
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¿Qué aprendieron sobre Dios mientras estudiaban esos versículos?
Considere poner a la vista la siguiente cita del presidente Russell M. Nelson:
La fe en Jesucristo es el fundamento de toda creencia y el conducto del poder divino. Según el apóstol Pablo: “Sin fe es imposible agradar a Dios” [Hebreos 11:6] […].
Todo lo bueno de la vida —toda posible bendición de significado eterno— comienza con la fe. […]
El Señor no requiere que tengamos una fe perfecta para tener acceso a Su poder perfecto, pero nos pide que creamos.
Mis queridos hermanos y hermanas, mi llamado a ustedes […] es que comiencen hoy a aumentar su fe. Mediante su fe, Jesucristo aumentará la capacidad de ustedes para mover los montes que haya en su vida, aunque sus desafíos personales puedan ser tan grandes como el monte Everest.
Sus montes pueden ser la soledad, la duda, las enfermedades u otros problemas personales. Sus montes serán distintos; no obstante, la respuesta a cada uno de sus desafíos es aumentar su fe. Eso requiere trabajo. […]
Se requiere esfuerzo para hacer algo bien. El convertirse en un verdadero discípulo de Jesucristo no es una excepción. Para aumentar su fe y confianza en Él se requiere esfuerzo (“Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 102–103).
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¿Qué esfuerzos les han ayudado a aumentar su fe en Jesucristo?
Invite a los alumnos a reflexionar en silencio sobre la declaración del presidente Nelson y a anotar sus respuestas a las siguientes preguntas:
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¿Qué desafío o circunstancia personal enfrentan en la actualidad?
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¿De qué manera el aumentar su fe en Jesucristo puede ayudarlos con ese desafío o circunstancia?
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¿Qué esfuerzo pueden hacer para aumentar su fe en Jesucristo?
¿Por qué Dios nos disciplina?
Escriba las siguientes palabras en la pizarra: disciplinar, castigar, corregir, reprender y azotar.
Si es necesario, invite a los alumnos a buscar el significado de estas palabras. Luego pregunte:
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¿Alguna vez han relacionado esas palabras con el amor? Si es así, ¿por qué?
Invítelos a leer Hebreos 12:3–11 para descubrir lo que esos versículos enseñan sobre la razón por la que Dios nos disciplina.
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¿Qué les enseñan los versículos 5–11 sobre el amor de Dios?
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¿Qué propósitos tiene Dios cuando nos disciplina? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: Debido a que Dios nos ama, nos disciplina o corrige para que podamos disfrutar del fruto apacible de la rectitud).
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¿Cuáles son algunas de las formas en las que el Señor nos disciplina o corrige?
Considere compartir la siguiente cita del élder D. Todd Christofferson:
Si estamos abiertos a ella, la debida corrección vendrá de muchas maneras y de muchas fuentes. Puede venir en el curso de nuestras oraciones cuando Dios hable a nuestra mente y a nuestro corazón mediante el Espíritu Santo (véase D. y C. 8:2). Puede venir en forma de oraciones que se respondan con un no o de forma diferente de la que esperábamos. La amonestación puede llegar a medida que estudiemos las Escrituras y se nos recuerden las deficiencias, la desobediencia o la negligencia en pequeños asuntos.
La corrección puede venir mediante otras personas, especialmente de [apóstoles, profetas, patriarcas, obispos, etc.] que son inspirados por Dios para promover nuestra felicidad. […]
La corrección, que esperemos que sea serena, puede venir de nuestro cónyuge. […]
Los padres pueden y deben corregir, incluso disciplinar, para que sus hijos no sean lanzados a la deriva, a merced de un adversario implacable y de sus partidarios. […]
Recuerden que si nos oponemos a la corrección, los demás dejarán de ofrecerla por completo a pesar del amor que nos tengan. Si reiteradamente nos abstenemos de actuar según la amonestación de un Dios bondadoso, entonces Él también desistirá (“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo”, Liahona, mayo de 2011, págs. 99–100).
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¿Qué es lo que más les impresiona del mensaje del élder Christofferson?
Invite a los alumnos a meditar en silencio sobre alguna ocasión en la que se sintieron disciplinados por el Señor, y a que mediten y anoten sus ideas acerca de las preguntas siguientes:
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¿De qué manera respondieron a la disciplina o la corrección?
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¿Qué intentaba enseñarles el Señor?
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¿Qué pueden hacer para ser más receptivos a la disciplina del Señor?
Para terminar la clase, podrían ver “La voluntad de Dios” (3:02) o compartir el relato del presidente Hugh B. Brown sobre el grosellero (véase Hugh B. Brown, “Clásicos de Liahona: El grosellero”, Liahona, marzo de 2002, pág. 22).