“Mateo 14; Marcos 6; Lucas 5–6”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Lord Save Me [Señor, sálvame], por Eva Koleva Timothy
Mateo 14; Marcos 6; Juan 5–6
Después de sanar a un hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años, el Salvador enseñó que quienes crean en Él y lo sigan tendrán la vida eterna. Él alimentó milagrosamente a cinco mil personas y enseñó que Él es el Pan de Vida. Cuando Jesús caminó sobre el mar tempestuoso, Pedro tuvo la fe de salir de la barca para sumarse a Él, pero tuvo miedo y comenzó a hundirse, así que clamó al Salvador, quien lo rescató.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “Mateo 14; Marcos 6; Lucas 5–6”
La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándares de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien cree usted mismo uno:
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Algún día, todos afrontaremos el dolor y el pesar que nos sobreviene cuando muere un ser querido. ¿Qué puede aprender del Salvador en Mateo 14:10–14 en cuanto a cómo sobrellevar el pesar y la adversidad?
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¿Cuándo fue la última vez que sintió temor o duda? Mientras lee Mateo 14:21–33, medite en lo que puede aprender sobre cómo superar el temor y la duda.
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¿Está esperando algún tipo de sanación en su vida? Imagine cómo se habría sentido si fuera el hombre del relato de Juan 5:1–9.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen reflexiones y las verdades que hayan descubierto en su estudio personal de Mateo 14; Marcos 6; Juan 5–6.
Capacitación en técnicas de estudio
Mateo 14:1–23 puede ser una buena oportunidad para utilizar la habilidad “Comprender las Escrituras en contexto” de Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
¿Qué puedo aprender de Jesucristo en cuanto a cómo reaccionar ante la adversidad?
Podría señalar que comprender el contexto en el cual el Salvador alimentó a los cinco mil puede cambiar la forma en que leemos el relato. Para ayudar a los alumnos a practicar la habilidad “Comprender las Escrituras en contexto” de Técnicas para el estudio de las Escrituras, podría hacer lo siguiente:
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Muestre la imagen siguiente y pregunte a los alumnos qué saben acerca de la relación entre Jesucristo y Juan el Bautista. (Por ejemplo, eran parientes [véase Lucas 1:36]; Juan preparó el camino para la misión terrenal del Salvador).
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Invite a los alumnos a leer en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, la entrada “Mateo 14:1–5. ¿Por qué encarceló Herodes a Juan el Bautista? (Compárese con Marcos 6:14–20)”. O bien podría resumir las circunstancias que condujeron al encarcelamiento y a la muerte de Juan (véase Mateo 14:1–12).
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Invite a los alumnos a imaginar cómo habrá sido para el Salvador enterarse de que Herodes había decapitado a Juan. Podría señalar que después de enterarse de la muerte de Juan, Jesús fue a un lugar apartado para estar solo (véase Mateo 14:13).
Invite a los alumnos a estudiar Mateo 14:13–21 para saber cómo reaccionó Jesús ante una multitud cada vez mayor mientras Él aún sentía pesar por la muerte de Juan. Mientras los alumnos comparten sus reflexiones, podría hacer algunas de las preguntas siguientes para ayudarlos a profundizar el aprendizaje:
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¿De qué manera el comprender el contexto de la muerte de Juan influye en la forma en que leen el relato de cuando Jesús alimentó a los cinco mil?
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¿Qué podemos aprender de las acciones del Salvador sobre cómo afrontar las dificultades y el pesar? (Los alumnos podrían reconocer alguna verdad similar a la siguiente: Podemos seguir el ejemplo del Salvador al mostrar compasión y servir a los demás mientras experimentamos adversidad).
Si quiere, comparta la siguiente declaración del élder Moisés Villanueva:
Jesucristo nos mostró que en tiempos de prueba y adversidad podemos reconocer las dificultades de los demás. Motivados por la compasión, podemos extender la mano y levantarlos; y al hacerlo, a nosotros también nos eleva nuestro servicio cristiano. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “El mejor antídoto que conozco para la preocupación es el trabajo. La mejor medicina contra la desesperación es el servicio. La mejor cura para el agotamiento es el desafío de ayudar a alguien que esté más cansado todavía” [Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Gordon B. Hinckley, 2016, pág. 218] (“Favorecido del Señor todos mis días”, Liahona, noviembre de 2021, pág. 46).
Invite a los alumnos a meditar sobre las experiencias que hayan tenido con ese principio, ya sea al prestar o al recibir servicio. Considere dar tiempo a los alumnos para que compartan sus experiencias en grupos pequeños.
Para concluir esta actividad de aprendizaje, podría invitar a los alumnos a reflexionar sobre cómo pueden ser más semejantes al Salvador y buscar maneras de servir a los demás cuando experimentan pesares, pérdidas de seres queridos o dolor.
¿Cómo puede ayudarme la fe en Jesucristo a vencer la duda y el temor?
Si lo desea, invite a los alumnos a pensar y anotar algunas cosas que les causan temor y duda en sus vidas. Podría ser útil analizar qué efectos pueden tener la duda y el temor en nuestros pensamientos, acciones y decisiones.
Invite a los alumnos a leer Mateo 14:22–31 o a ver “¿Por qué dudaste?” (2:10). Pídales que averigüen qué causó que Pedro se hundiera. Tal vez podría animar a los alumnos a imaginar cómo habrá sido andar sobre las aguas (véase “Visualizar las Escrituras”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras).
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¿Qué palabras y acciones del Salvador pueden ayudarnos cuando sentimos duda o temor?
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¿Qué podemos aprender sobre el temor y la fe de la experiencia de Pedro al caminar sobre las aguas? (Es posible que los alumnos reconozcan diversas verdades, entre ellas, la siguiente: Si mantenemos nuestra fe en Jesucristo, nuestros temores no nos vencerán).
Si lo desea, lean la siguiente declaración del presidente Jeffrey R. Holland:
Mientras mantenía los ojos fijos en el Señor, el viento quizás haya revuelto sus cabellos y las olas le hayan empapado la túnica, pero todo estaba bien; venía a Cristo. Solamente cuando apartó la vista del Maestro con una fe vacilante […] entonces empezó a hundirse […].
Lamento que parezca que nos apresurarnos a criticar a Pedro por ese temor, por perder su fe y por flaquear en ese momento extraordinario […]. Le debemos a Pedro nuestra mayor admiración y encomio por (a) querer y atreverse a hacer lo mismo que su maestro —andar sobre las aguas—, y (b) efectivamente tener éxito al hacerlo.
Digo esto porque debemos encomiar la fe y alentarla dondequiera y cuando sea que la encontremos, aun cuando sea parcial, gradual e inadecuada. Ninguno de nosotros tiene la fe completa y cabal que deberíamos tener, pero podemos atesorar la fe que sí tenemos y encomiar aquella que vemos en los demás (Our Day Star Rising: Exploring the New Testament with Jeffrey R. Holland , 2022, págs. 32–34).
Podría invitar a los alumnos a compartir los ejemplos de fe en Cristo que hayan experimentado o visto, aun cuando parezcan ser “parcial[es], gradual[es] e inadecuad[os]”.
Invite a los alumnos a seleccionar uno de los siguientes conjuntos de preguntas y a anotar sus respuestas:
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¿Qué le ha ayudado a usted o a personas que conozca a mantener la fe en el Salvador? ¿Qué podría hacer en su vida cotidiana para aumentar su fe en Él?
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¿Qué cosas apartan su atención de centrarse en el Salvador? ¿Qué puede hacer para eliminar esas distracciones?
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¿De qué maneras podría “hundirse” en el aspecto espiritual? ¿Cómo puede buscar la ayuda del Salvador y recibir Su mano que rescata?
Para concluir, podría compartir su testimonio del Salvador o invitar a un alumno a compartir su testimonio. O bien podrían ver “No os turbéis” (4:30) o “Live by Faith, Not by Fear [Vivir por fe y no por cobardía]” (1:09).
¿Cómo puedo recibir sanación en mi vida?
Para comenzar, podría mostrar la siguiente imagen del hombre enfermo en el estanque de Betesda, y repasar la tradición relacionada con el poder sanador de esas aguas (véase “Juan 5:2–9. ¿Cuál era la tradición sobre el estanque de Betesda?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento).
Invite a los alumnos a pensar en las siguientes preguntas; podrían analizarlas con un compañero o bien en grupos pequeños.
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¿Cómo habría sido estar en el lugar del hombre que estuvo enfermo durante treinta y ocho años?
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¿A quién conoce que haya estado esperando mientras guardaba esperanzas de sanar en su vida?
Invite a los alumnos a leer Juan 5:1–9 o a mirar el video de la Biblia “Jesús sana a un hombre paralítico en el día de reposo” (2:24) y a buscar lo que podemos aprender sobre el Salvador de Su encuentro con el hombre. Podría señalar que Betesda podría traducirse como “casa de misericordia”.
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¿Qué puede enseñarnos el encuentro de Jesús con ese hombre acerca del Salvador? (Los alumnos podrían reconocer alguna verdad como la siguiente: Jesucristo es misericordioso y nos brinda esperanza y sanación).
Si lo desea, comparta la siguiente cita del presidente Jeffrey R. Holland.
¿Cuánto tiempo aguardaremos para recibir alivio de las tribulaciones que nos sobrevienen? ¿Y qué me dicen de sobrellevar las pruebas individuales mientras esperamos y esperamos, y la ayuda parece tan lenta en llegar? ¿Por qué la demora, cuando las cargas parecen ser más de lo que podemos soportar? […].
La fe significa confiar en Dios en los buenos tiempos y en los malos, aunque eso incluya algo de sufrimiento hasta que veamos Su brazo revelarse a nuestro favor (“Esperar en el Señor”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 115–116).
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¿Cuáles son algunas de las maneras en que podemos confiar en el Padre Celestial y en Jesucristo mientras esperamos recibir misericordia y sanación?
Conceda tiempo a los alumnos para que escriban acerca de los tipos de sanación que están esperando. Aliéntelos a escribir sobre la esperanza y la sanación que pueden encontrar por medio de Jesucristo. Podrían escribir algunas maneras en que pueden confiar en el Salvador mientras buscan y esperan Su sanación.
¿A dónde puedo ir para satisfacer mi hambre espiritual?
Podría mostrar las preguntas siguientes y dar tiempo a los alumnos para que reflexionen sobre ellas.
En las últimas veinticuatro horas, ¿qué cosas específicas ha hecho para nutrir su cuerpo? ¿Y su espíritu?
Invite a los alumnos a reflexionar sobre lo que están haciendo para nutrir diariamente su alma mientras estudian el sermón del Salvador sobre el Pan de Vida.
Señale que, después de que Jesús alimentó a los cinco mil, el Salvador los dejó y cruzó el mar de Galilea. Invite a los alumnos a leer Juan 6:25–26 para saber por qué la gente fue a buscar a Jesús. Pida a los alumnos que también busquen lo que la Traducción de José Smith de Juan 6:26 (en la nota a al pie de página de Juan 6:26) les ayuda a entender.
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¿Qué piensa acerca de la razón por la que las personas buscaban al Salvador?
Podría entregar a cada alumno el siguiente volante e invitarlos a utilizarlo para hallar razones para buscar al Salvador.
Después de dar tiempo a los alumnos para prepararse, invite a cada alumno a buscar un compañero y a compartir cómo enseñarían acerca del sustento espiritual que podemos recibir del Salvador. (Los alumnos podrían expresar un principio como el siguiente: Al participar del Pan de Vida, que es Jesucristo, se nos alimentará espiritualmente y tendremos vida eterna).
Después de dar tiempo a los alumnos para hablar, podrían ver, para concluir, “El pan de cada día: Modelo” (2:51) e invitar a los alumnos a reflexionar sobre lo que hacen a diario para recibir alimento espiritual del Salvador.
¿Qué debo hacer si no me agrada algo que enseñan el Señor o Sus siervos?
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
No juzgar. Una manera en que podemos propiciar el sentido de pertenencia es ser pacientes y comprensivos cuando a los alumnos les cueste aceptar alguna enseñanza del Evangelio. Cuando los alumnos mencionen lo que encuentren difícil, esfuércese por entender en lugar de juzgar. Al testificar sobre alguna verdad que a alguien le cueste aceptar, hágalo de una manera que sea alentadora y no reprobatoria.
Escriba lo siguiente en la pizarra: “Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír”.
Lea Juan 6:59–60 con los alumnos e invítelos a determinar quién hizo esa pregunta al Salvador.
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¿Qué cosas de la palabra algunos de Sus discípulos consideraban que eran duras o difíciles de aceptar? (Si fuera necesario, usted o un alumno podrían resumir lo que Jesús enseñó en el sermón del Pan de Vida [véase Juan 6:26–56]).
Invite a los alumnos a leer Juan 6:60–69 para saber lo que podemos aprender sobre cómo reaccionar ante las enseñanzas difíciles del Salvador.
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¿Qué razón dio Pedro para no apartarse? ¿Qué podemos aprender de la respuesta de Pedro? (Los alumnos podrían reconocer alguna verdad similar a la siguiente: Tener un testimonio del Salvador puede ayudarnos a permanecer fieles a Él al encontrar enseñanzas que nos resulten difíciles de aceptar).
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¿De qué manera su testimonio del Salvador le ha ayudado a permanecer fiel al afrontar alguna enseñanza difícil?
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¿Por qué es importante buscar el espíritu de revelación cuando nos encontramos con enseñanzas difíciles? (Véase Juan 6:63, 65). ¿De qué manera ha sido bendecido al recordar las experiencias espirituales que le dieron su testimonio del Salvador?
Podría mostrar o entregar a cada alumno la siguiente declaración del élder Neil L. Andersen.
Los desafíos, las dificultades, las preguntas o las dudas forman parte de nuestra vida terrenal; pero no estamos solos. Como discípulos del Señor Jesucristo contamos con inmensos depósitos espirituales de luz y verdad […]. En nuestros días difíciles, escogemos el camino de la fe. Jesús dijo: “No temas, cree solamente” [Marcos 5:36].
A lo largo de los años damos estos importantes pasos espirituales una y otra vez. Comenzamos a ver que “el que recibe luz y persevera en Dios, recibe más luz, y esa luz se hace más y más resplandeciente hasta el día perfecto” [Doctrina y Convenios 50:24]. Nuestras preguntas y dudas se resuelven o dejan de preocuparnos, nuestra fe llega a ser sencilla y pura, y llegamos a saber lo que ya sabíamos (véase “Sabes lo suficiente”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 14).
En grupos pequeños, los alumnos podrían analizar cómo los “inmensos depósitos espirituales de luz” o los “importantes pasos espirituales” los han ayudado o podrían ayudarlos a permanecer firmes al afrontar el desafío de hallar “dura [la] palabra” (versículo 60).
Para concluir, usted o un alumno podrían compartir su testimonio de lo que los ha mantenido fieles al afrontar el desafío de hallar “dura [la] palabra”.