“Mateo 19–20; Marcos 10; Lucas 18”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Christ and the Rich Young Ruler [Cristo y el joven rico], por Heinrich Hofmann
Mateo 19–20; Marcos 10; Lucas 18
El Salvador enseñó verdades importantes sobre el divorcio y el matrimonio. Bendijo a los niños pequeños y enseñó a un joven rico lo que se requería para seguirlo a Él. Aquellos que se sacrifiquen por Cristo recibirán vida eterna. Jesús enseñó las parábolas de los obreros de la viña, el juez injusto, y el fariseo y el publicano.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “Mateo 19–20; Marcos 10; Lucas 18”
La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándares de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien cree uno usted mismo:
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¿Qué preguntas tienen acerca del matrimonio y el divorcio? Lean Mateo 19:3–6 para averiguar lo que el Salvador enseñó en cuanto al matrimonio y el divorcio. También podrían ver el video “El matrimonio y el divorcio” (3:03).
3:4 -
¿Alguna vez han sentido que alguien no merecía una bendición porque no se esforzó tanto como ustedes? Lean Mateo 19:27–30; 20:1–16 y mediten en lo que aprenden de esa parábola.
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¿Cómo creen que respondería el Señor si le preguntaran: “Qué más puedo hacer para seguirte”? Piensen en la forma en que Marcos 10:17–22 los puede ayudar a saber cómo podría el Señor responder a esa pregunta.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que hayan descubierto en su estudio personal de Mateo 19–20; Marcos 10; y Lucas 18.
Capacitación en técnicas de estudio
Mateo 19:1–9 podría ser un pasaje útil para emplear la técnica “Compartir las verdades del Evangelio con amor y consideración”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
¿Qué enseñó Jesucristo acerca del matrimonio?
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Comparta las verdades del Evangelio con consideración y amor. Cuando analice temas difíciles, abórdelos con consideración, comprensión y amabilidad. Sea un ejemplo de cómo hablar de la verdad con amor. Tal vez sea importante dedicar un tiempo a analizar y practicar la técnica “Compartir las verdades del Evangelio con amor y consideración”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Considere invitar a los alumnos a analizar las siguientes preguntas:
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¿Cuáles son algunas de las actitudes del mundo hoy en día en cuanto al noviazgo y al matrimonio? Lean Mateo 19:3–9 como clase e invite a los alumnos a marcar palabras y frases que demuestren lo que el Señor siente en cuanto al matrimonio.
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¿Qué frases específicas de este pasaje los ayudan a entender la perspectiva del Señor en cuanto al matrimonio? (Es posible que los alumnos reconozcan verdades como la siguiente: El matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y no es su propósito que sea disuelto).
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¿Qué les resulta más difícil de entender en estos versículos? Considere leer y analizar “Mateo 19:3–9. ¿Qué enseñó Jesucristo en cuanto al matrimonio y el divorcio?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento.
Ya que es posible que los alumnos tengan puntos de vista diferentes sobre el matrimonio, podría mostrar las siguientes preguntas y recursos y dejar que ellos decidan lo que les gustaría analizar:
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¿Qué pasa si siento ansiedad en relación con el matrimonio? Vean el video “Cara a Cara para Jóvenes Adultos Solteros con el élder Jeffrey R. Holland, la hermana Carole M. Stephens y el élder Donald L. Hallstrom” desde el minuto 15:25 hasta el 25:46 y a continuación analicen lo que aprendieron.
113:2 -
¿Qué enseñan los profetas del Señor acerca del divorcio en nuestros días? Vean y analicen el video “El matrimonio y el divorcio” (3:03), o lean y analicen la siguiente declaración del presidente Dallin H. Oaks:
3:4Hay muchos buenos miembros de la Iglesia que se han divorciado. […] Sabemos que muchos de ustedes son víctimas inocentes: miembros cuyos excónyuges continuamente faltaron a los convenios sagrados o abandonaron o rehusaron llevar a cabo responsabilidades del matrimonio por largo tiempo. Los miembros que han experimentado este tipo de abuso saben por experiencia propia que hay algo peor que el divorcio. […]
Para la mayoría de los problemas matrimoniales, el remedio no es el divorcio sino el arrepentimiento. […]
Los cónyuges […] deben hacer todo lo que esté en sus manos para salvar su matrimonio […]. Deben ser mejores amigos el uno del otro, amables y considerados, sensibles a las necesidades del otro, siempre tratando de que el otro sea feliz. Deben ser socios en la administración económica de la familia, trabajando juntos para regular sus deseos de cosas temporales. […]
Un buen matrimonio no requiere un hombre o una mujer perfectos; solo requiere un hombre y una mujer dispuestos a esforzarse juntos por alcanzar la perfección (“El divorcio”, Liahona, mayo de 2007, págs. 70–71, 72, 73).
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¿Qué pasos prácticos pueden dar para crear un matrimonio feliz y duradero? Lean el séptimo párrafo de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” (Biblioteca del Evangelio) y analicen los principios clave para crear un matrimonio feliz y duradero.
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¿Qué ejemplos de matrimonios exitosos han visto? ¿Qué aprendieron de ellos? (Considere mostrar el video “Amor duradero” (4:16) para ver un ejemplo de servicio amoroso dentro de un matrimonio).
4:16
Podría compartir su testimonio acerca de las enseñanzas del Señor sobre el matrimonio.
¿Cómo puedo evitar sentir envidia cuando Dios bendice a otras personas?
Podría relatar la siguiente situación hipotética:
Juan no quiere admitirlo, pero siente un poco de envidia por la buena fortuna y las bendiciones que un amigo ha recibido recientemente. Ese amigo ha comenzado hace poco a asistir a la iglesia de nuevo, después de haber dejado de asistir hace varios años. Juan se pregunta por qué sus años de servicio en la Iglesia y de vivir fielmente el Evangelio no han dado como resultado bendiciones similares.
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¿Qué piensan de esta situación hipotética?
Recuerde a los alumnos que, antes de que Jesús relatara la parábola de los obreros, Pedro preguntó qué recompensa recibirían los discípulos por dejarlo todo para seguirlo a Él (véase Mateo 19:27–30). Invite a los alumnos a leer la parábola que se encuentra en Mateo 20:1–16, o podría mostrar el video “Los obreros de la viña” (2:59). Pida a los alumnos que busquen lo que la parábola puede enseñarnos acerca de Jesucristo. (Podría ser útil señalar que la palabra denario en esta parábola se refiere a la moneda romana que solía usarse para pagar a un obrero por un día completo de trabajo).
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Si hubieran trabajado todo el día, ¿cómo se sentirían si recibieran el mismo salario que aquellos que hubieran trabajado solamente una hora?
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¿Qué aprendes acerca de Dios en esta parábola? (Los alumnos podrían expresar verdades como la siguiente: Dios es generoso y desea bendecir a todas las personas).
Lean y analicen la siguiente declaración del presidente Jeffrey R. Holland.
Como les dice el padre de familia en la parábola (y parafraseo solo un poco): “Amigos míos, no estoy siendo injusto con ustedes. […]Se les da el salario completo; tomen su paga y disfruten de la bendición. En cuanto a los demás, ciertamente soy libre de hacer lo que yo quiera con mi dinero”. Y luego la pregunta penetrante para el que tenga que escucharla en ese entonces o ahora: “¿Por qué debes tú tener celos porque yo elijo ser bondadoso?”.
[…] Habrá ocasiones en nuestra vida cuando otra persona reciba una bendición inesperada o algún reconocimiento especial. Ruego que no nos sintamos heridos, y desde luego que no sintamos envidia […]. El que otro reciba no nos quita nada a nosotros. […]
Este es un relato sobre la bondad de Dios, Su paciencia y perdón, y sobre la Expiación del Señor Jesucristo; es un relato sobre la generosidad y la compasión; es un relato acerca de la gracia, que recalca el concepto que escuché hace muchos años de que ciertamente lo que Dios más disfruta de ser Dios es el gozo de ser misericordioso, especialmente con los que no se lo esperan y que a menudo piensan que no se lo merecen. […]
Mis queridos hermanos y hermanas, ustedes que han sido bendecidos durante tantos años por el Evangelio porque tuvieron la fortuna de encontrarlo temprano, ustedes que han llegado al Evangelio por etapas y fases después, y ustedes —miembros y no miembros todavía— que aún se resisten a progresar; a cada uno de ustedes, a uno y a todos, les testifico del poder renovador del amor de Dios y del milagro de Su gracia. Lo que a Él le interesa es la fe que logren al final y no la hora del día en que hayan llegado a ese punto (“Los obreros de la viña”, Liahona, mayo de 2012, págs. 31–33).
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¿Qué les llama la atención de las enseñanzas del presidente Holland?
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¿De qué maneras han disfrutado ustedes de la bondad, generosidad y misericordia de Dios?
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¿Qué pueden hacer para sentir más alegría y menos envidia cuando otras personas reciben bendiciones de Dios? (Los alumnos podrían anotar sus ideas y sentimientos).
Considere recordar a los alumnos la situación hipotética sobre Juan que se encuentra al comienzo de esta actividad de aprendizaje. Podría invitar a los alumnos a explicar lo que aprendieron de esta parábola que podría ser útil que Juan entendiera.
¿Qué puedo hacer para mostrarle al Señor que estoy plenamente comprometido con Él?
Podría escribir en la pizarra la siguiente pregunta: ¿Qué más me falta?
Lean juntos Marcos 10:17–22 o vean el video “Cristo y el joven rico” (2:25), e invite a los alumnos a reflexionar sobre la pregunta que está escrita en la pizarra y la respuesta del Salvador.
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¿Por qué la petición del Salvador era difícil para el joven rico? ¿Qué cosas difíciles les ha pedido a ustedes el Salvador? (Considere pedir a los alumnos que mediten en silencio sobre la segunda pregunta).
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¿Qué le estaba pidiendo el Señor al joven, además de que abandonara sus riquezas? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: Si deseamos seguir a Jesucristo, debemos estar dispuestos a darle todo a Él).
Considere mostrar la siguiente declaración del presidente Jeffrey R. Holland:
Con o sin riquezas, cada uno de nosotros ha de venir a Cristo con el mismo compromiso inamovible para con Su Evangelio que se esperaba de aquel joven. Como dirían los jóvenes de hoy en día, hemos de declarar que nos “lanzamos de lleno” (“La mayor posesión”, Liahona, noviembre de 2021, pág. 8).
Invite a los alumnos a formar grupos pequeños y a dar uno o dos ejemplos de lo que significa “lanzarnos de lleno” para venir a Cristo. Si resultara útil, podría mostrar las siguientes ideas para fomentar el análisis:
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Arrepentirme de mis pecados puede demostrar que me “lanzo de lleno” porque…
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El hacer y guardar los convenios del templo demuestra que me “lanzo de lleno” porque…
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Compartir el Evangelio con un amigo puede demostrar que me “lanzo de lleno” porque…
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Comprometerme a casarme en el templo puede demostrar que me “lanzo de lleno” porque…
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Aceptar un llamamiento difícil en la Iglesia puede demostrar que me “lanzo de lleno” porque…
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Servir en una misión puede demostrar que me “lanzo de lleno” porque…
Conceda tiempo a los alumnos para que mencionen ejemplos de lo que significa “lanzarse de lleno”. Podría invitar a los alumnos a meditar y anotar algo que se sientan inspirados a hacer para mostrarle al Señor que se “lanzan de lleno”.
¿Cómo puedo evitar tener una actitud arrogante?
Podría escribir la palabra arrogante en la pizarra e invitar a los alumnos a pensar en formas en las que a veces podrían verse a sí mismos como mejores o más rectos que otras personas, y a considerar cómo tal actitud puede influir en la forma en que ven o tratan a los demás.
Lean juntos Lucas 18:9 e invite a los alumnos a determinar la razón por la que Jesús relató esta parábola.
Dibuje el siguiente cuadro en la pizarra:
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Fariseo |
Publicano |
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Invite a los alumnos a leer Lucas 18:10–14 y a comparar las oraciones del fariseo y del publicano. Si fuera necesario, repase “Publicanos” y “Fariseos”, en la Guía para el Estudio de las Escrituras (Biblioteca del Evangelio).
Pida a los alumnos que escriban palabras y frases en la pizarra que reflejen las actitudes del fariseo y del publicano. Los alumnos podrían explicar lo que esas palabras y frases sugieren acerca de cada uno de los hombres. Podría explicar que, cuando el publicano “se golpeaba el pecho” [Lucas 18:13], estaba expresando angustia y un pesar profundo.
¿Qué falta en la oración del fariseo que es evidente en la oración del publicano? ¿Qué principios podemos reconocer en esta parábola? (Los alumnos podrían mencionar principios como los siguientes: Dios ofrece misericordia a los humildes. La arrogancia entorpece el arrepentimiento y la compasión hacia los demás.)
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¿De qué manera la arrogancia entorpece nuestro arrepentimiento? ¿Cómo entorpece nuestra compasión hacia los demás?
Vean al élder Robert C. Gay contar una experiencia en “Tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo” [del minuto 0:37 al 2:52]. ¿Qué aprendieron de la experiencia que contó el élder Gay?
¿Cómo trató el Salvador, en quien no había pecado, a quienes habían pecado? (véanse, por ejemplo, Juan 8:1–11; Lucas 7:36–50).
Considere mostrar la siguiente enseñanza del élder Dale G. Renlund:
Un pecador que se arrepiente se acerca más a Dios que el que se considera mejor persona y condena a ese pecador (“Nuestro Buen Pastor”, Liahona, mayo de 2017, pág. 31).
Para ayudar a los alumnos a sentir la importancia de evitar la arrogancia y de ser humildes, invítelos a reflexionar sobre ocasiones en las que hayan experimentado el poder de la humildad o sido testigos de él, y anímelos a mencionar ejemplos. Invite a los alumnos a pensar, con espíritu de oración, en lo que harán para cultivar una actitud de humildad y arrepentimiento.