“1 Corintios 8–13”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Portrait of Christ, the Savior [Retrato de Cristo, el Salvador], por Heinrich Hofmann
1 Corintios 8–13
En estos capítulos, Pablo abordó el tema de comer carne que se había ofrecido a ídolos paganos, del autodominio, de vencer la tentación y de las normas de vestir y arreglo personal; también habló de lo que significa participar dignamente de la Santa Cena. Pablo explicó la función de los dones espirituales y la importancia de la caridad, el amor puro de Jesucristo.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “1 Corintios 8–13”
Nota: La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándar de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien cree uno usted mismo:
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Al leer 1 Corintios 10:1–14, busquen verdades que puedan ayudarlos a resistir la tentación. Miren el video “La tentación se desvanece al buscar a Cristo en todo pensamiento” (2:57).
2:58 -
¿Qué dones espirituales tienen o les gustaría tener? Lean 1 Corintios 12:7–11 y reflexionen sobre cómo esos dones podrían fortalecerlos personalmente y ayudarlos a servir al Señor y a los demás.
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¿Qué diferencia podría marcar en la vida de ustedes un aumento de amor? Al leer 1 Corintios 13:1–8, ¿qué aprenden acerca de la caridad, el amor puro de Cristo?
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que hayan descubierto en su estudio personal de 1 Corintios 8–13.
Capacitación en técnicas de estudio
1 Corintios 10:1–14 puede ser una buena oportunidad para utilizar la habilidad “Realizar búsquedas en las Escrituras y en la Biblioteca del Evangelio”, de Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Haga hincapié en el ejemplo de Jesucristo. Una manera de centrarse en Jesucristo, sin importar lo que esté enseñando, es hacer hincapié en que Él es el ejemplo perfecto de todos los principios del Evangelio. Aun cuando en un pasaje de las Escrituras no se haga referencia directa al Salvador, usted puede ayudar a los alumnos a relacionarlo con Su ejemplo.
¿Cómo puede ayudarme Dios a aumentar mi capacidad de resistir la tentación?
Para comenzar, podría presentar la situación hipotética siguiente:
Mauricio está desanimado, siente que sigue cediendo a las mismas tentaciones. Le preocupa no ser nunca lo suficientemente fuerte como para resistir esas tentaciones.
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¿Qué podría ayudar a Mauricio a comprender mejor lo que significa resistir y vencer la tentación?
Explique que en 1 Corintios 10:1–14, Pablo citó algunas de las experiencias del antiguo Israel para enseñar a los santos de Corinto lecciones importantes sobre cómo resistir la tentación. Para aprender más acerca de los antecedentes de esos versículos, los alumnos podrían leer “1 Corintios 10:1–11. ¿Qué quería Pablo que los santos de Corinto supieran acerca del relato del Éxodo?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento.
Lean juntos 1 Corintios 10:1–4 y pregunte:
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¿Qué aprenden acerca de Jesucristo a partir de estos milagros?
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¿De qué manera el saber que Jesucristo es su “roca espiritual” les da esperanza de que pueden vencer la tentación?
Los alumnos podrían trabajar con un compañero y leer juntos los versículos 5–14 en busca de lo que pueden aprender sobre cómo vencer la tentación.
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¿Qué aprenden en el versículo 13 sobre cómo vencer la tentación?
Después de que los alumnos hayan respondido la pregunta, podría explicar que Alma 13:28 es un versículo complementario de 1 Corintios 10:13. Invite a los alumnos a leer Alma 13:28 y a considerar la posibilidad de correlacionar esos dos pasajes.
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¿Qué principios del Evangelio pueden reconocer en esos dos pasajes? (Puede que los alumnos encuentren verdades como esta: Dios nos proporcionará una manera de escapar de la tentación, pero debemos elegir apartarnos de ella. Conforme nos humillemos, velemos y oremos continuamente, no seremos tentados más de lo que podamos soportar).
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¿Cuáles son algunas de las formas en las que Dios nos puede proporcionar una forma de escapar de la tentación?
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Si hay tiempo, los alumnos podrían consultar la entrada “Tentación, tentar” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (Biblioteca del Evangelio) para encontrar pasajes adicionales de las Escrituras sobre cómo vencer o resistir la tentación (véase “Realizar búsquedas en las Escrituras y en la Biblioteca del Evangelio”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras). Invite a los alumnos a hablar con sus compañeros sobre lo que escribieron.
Conceda a los alumnos unos minutos para anotar los pasos específicos que darán para aumentar su capacidad de resistir la tentación.
1 Corintios 10:16–17; 11:23–29
¿Cómo me ayuda el tomar la Santa Cena a acercarme más al Padre Celestial y a Jesucristo?
Muestre la siguiente declaración del presidente Dallin H. Oaks:
La ordenanza de la Santa Cena hace que la reunión sacramental sea la más sagrada e importante de la Iglesia (“La reunión sacramental y la Santa Cena”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 17).
Invite a los alumnos a reflexionar sobre lo siguiente:
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¿Consideran que la reunión sacramental es la más sagrada e importante de la Iglesia?
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¿Cómo se preparan para la reunión sacramental?
Invite a los alumnos a leer 1 Corintios 11:23–29 en busca del consejo de Pablo que podría ayudarlos a prepararse para la Santa Cena:
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¿Qué creen que significa examinarse a uno mismo?
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¿Por qué podría ser importante examinarnos a nosotros mismos mientras nos preparamos para participar de la Santa Cena?
Considere presentar las siguientes declaraciones del élder Larry R. Lawrence, Setenta Autoridad General emérito, y del hermano Milton Camargo, Primer Consejero de la Presidencia General de la Escuela Dominical:
El momento perfecto para preguntar “¿Qué más me falta?” es cuando tomamos la Santa Cena. El apóstol Pablo enseñó que ese es el momento de examinarnos a nosotros mismos. En ese ambiente de reverencia, al dirigir nuestros pensamientos hacia el cielo, el Señor nos puede decir suavemente lo siguiente en lo que debemos trabajar (“¿Qué más me falta?”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 34).
Renovar nuestros convenios durante la Santa Cena cada domingo es una oportunidad excelente de examinarnos a nosotros mismos y de volver a centrar nuestra vida en Jesucristo. Al tomar la Santa Cena declaramos que lo “recorda[mos] siempre” [Moroni 4:3; 5:2] (“Céntrense en Jesucristo”, Liahona, mayo de 2023, pág. 65).
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¿De qué manera el examinarnos a nosotros mismos puede enriquecer nuestra experiencia con la Santa Cena? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: Al examinarnos a nosotros mismos en preparación para la Santa Cena, podemos volver a centrar nuestra vida en Jesucristo y recibir guía sobre cómo mejorar).
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¿Cómo ha sido la experiencia de ustedes con la Santa Cena cuando se han centrado en el Salvador?
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¿Qué puede ayudarlos a prepararse para la Santa Cena?
Invite a los alumnos a hacer un plan sencillo de lo que harán para examinarse a sí mismos en preparación para la Santa Cena el próximo domingo.
Si los alumnos tienen preguntas sobre lo que significa participar dignamente de la Santa Cena, podría presentar y analizar la siguiente declaración del élder John H. Groberg, Setenta Autoridad General emérito:
Si deseamos mejorar (lo cual es arrepentimos), y [no tenemos restricciones a la condición de miembro ni se nos ha retirado la condición de miembro], entonces, en mi opinión, somos dignos. Pero si no tenemos deseos de mejorar, si no tenemos la intención de seguir la guía del Espíritu, debemos preguntamos si somos dignos de participar o si nos estamos burlando de la mismísima finalidad de la Santa Cena, la cual es la de servir de catalizador del arrepentimiento y el progreso personales (véase “La belleza e importancia de la Santa Cena”, Liahona, julio de 1989, pág. 47).
¿Cómo me bendice el Señor a mí y a los demás por medio de mis dones espirituales?
Considere mostrar la siguiente declaración de la hermana Michelle D. Craig, quien fuera la Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes:
Dios nos ha concedido dones a cada uno de nosotros. Tal vez no se sientan personas talentosas, pero tienen dones espirituales de Dios a fin de que puedan bendecir a los demás y acercarse más a Él.
¿Qué dones han recibido de Dios? (“Los dones menos evidentes”, devocional de Navidad de la Primera Presidencia, 5 de diciembre de 2021, Biblioteca del Evangelio).
Invite a los alumnos a anotar los dones que sienten que Dios les ha dado.
Explique que Pablo enseñó a los corintios la importancia y el propósito de los dones espirituales. Invite a los alumnos a leer 1 Corintios 12:4–11 y subrayar los dones que encuentren. Podría escribir en la pizarra los dones que encuentren y preguntar:
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¿Qué don les llama más la atención? ¿Por qué?
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¿Por qué nos da el Señor dones espirituales? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: El Señor da dones espirituales a cada miembro de Su Iglesia para que puedan bendecir a los demás).
Señale que la lista de dones de Pablo no es exhaustiva. Para encontrar más dones, invite a algunos alumnos a buscar en Moroni 10:8–18; otros podrían buscar en Doctrina y Convenios 46:11–26, y otros más en el volante “Los dones menos evidentes”. Invítelos a escribir en la pizarra los dones adicionales que encuentren.
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¿Por qué es importante reconocer y valorar todos los dones espirituales, incluso los que son menos evidentes?
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¿En qué ocasiones han experimentado uno de esos dones por ustedes mismos o han sido bendecidos por alguien que tiene uno de esos dones?
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¿Qué sienten en cuanto al Padre Celestial y Jesucristo al saber que Ellos nos han bendecido con tal variedad de dones espirituales?
Invite a los alumnos a anotar cómo responderían ahora a la pregunta de la hermana Craig: “¿Qué dones han recibido de Dios?”. Para ayudar a los alumnos a reconocer sus dones, podrían leer juntos la siguiente declaración del élder John C. Pingree Jr.:
Entonces, ¿cómo llegamos a conocer nuestros dones? Podemos consultar nuestra bendición patriarcal, preguntar a las personas que mejor nos conocen y reconocer personalmente lo que naturalmente podemos hacer bien y lo que disfrutamos. Más importante aún, podemos preguntarle a Dios (véanse Santiago 1:5; Doctrina y Convenios 112:10); Él sabe cuáles son nuestros dones, ya que fue Él quien nos los dio (véase Doctrina y Convenios 46:26) (“Tengo una obra para ti”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 33).
Para ayudar a los alumnos a ver por qué cada uno de nosotros y nuestros dones espirituales son necesarios en la Iglesia del Señor, lean juntos 1 Corintios 12:12–27.
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¿Qué es lo que más les impresiona del mensaje de Pablo?
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¿Cómo podría aplicarse el mensaje de Pablo a las siguientes declaraciones?
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“No tengo nada que ofrecer a mi barrio; sencillamente no tengo tanto talento”.
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“La hermana Brown es una gran líder; nunca podría igualar lo que ella hace”.
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“Soy tan nueva e inexperta en la Iglesia que no tengo mucho que aportar a mi barrio”.
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Si resultara útil, podrían ver “¿Hay un lugar para mí?” (4:02). Después, podría invitar a los alumnos a reflexionar sobre la siguiente pregunta:
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¿Cómo querría el Señor que utilizaran sus dones y talentos espirituales para bendecir a los miembros de su barrio, rama o familia?
¿Cómo puede el don de la caridad cambiar mi vida y la vida de los demás?
Para comenzar, podría invitar a los alumnos a mencionar algunos ejemplos de cómo Jesucristo demostró amor durante Su ministerio terrenal. Si resultara útil, podría mostrar algunas imágenes del Salvador que demuestren Su amor.
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¿Cómo influyó el amor del Salvador en aquellos a quienes ministraba?
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¿Cómo ha repercutido Su amor en ustedes?
Señale que en las Escrituras la palabra caridad se utiliza a menudo para describir “el amor puro de Cristo” (Moroni 7:47). Invite a los alumnos a leer 1 Corintios 13:1–3 para saber qué importancia le dio Pablo a la caridad.
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¿Cuál es el mensaje de Pablo sobre la caridad?
Considere la posibilidad de leer juntos la siguiente declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia:
El verdadero amor requiere acción. Podemos hablar del amor todo el día —escribir notas o poemas que lo proclamen, entonar canciones que lo alaben y predicar sermones que lo promuevan— pero hasta que no manifestemos ese amor con hechos, nuestras palabras no son más que “metal que resuena o címbalo que retiñe” [1 Corintios 13:1].
Cristo no solo habló del amor, sino que lo demostró cada día de Su vida (“Ustedes son Mis manos”, Liahona, mayo de 2010, pág. 70).
Explique que en 1 Corintios 13:4–7, Pablo proporciona reflexiones importantes sobre la naturaleza de la caridad. Los alumnos podrían utilizar el volante “Caridad: el amor puro de Cristo” para profundizar su comprensión de la caridad. Invite a los alumnos a seleccionar dos o tres aspectos de la caridad que les gustaría comprender mejor. Haga hincapié en que la mejor manera de entender la caridad es aprender del ejemplo de Jesucristo.
Después de haberles dado tiempo para estudiar, pida a los alumnos que formen grupos pequeños. Invite a cada alumno a seleccionar una palabra o frase en la que se haya centrado y a hablar sobre lo que aprendió de su estudio. Anímelos a centrarse en lo que aprendieron del ejemplo de Jesucristo.
Para terminar la clase, podría invitar a los alumnos a relatar ejemplos de cómo han experimentado un amor semejante al de Cristo. También podrían ver “El amor puro de Cristo” (2:08).
Invite a los alumnos a actuar conforme a la inspiración que reciban.
Volantes