“Lucas 22; Juan 18”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Christ Praying in the Garden of Gethsemane [Cristo ora en el Jardín de Getsemaní], por Hermann Clementz
Lucas 22; Juan 18
Después de la Última Cena, Jesucristo sufrió en Getsemaní. Fue traicionado y arrestado. Jesús fue golpeado, ridiculizado e interrogado por los líderes judíos. Pedro negó conocerlo. Jesús fue acusado ante Pilato, quien no halló falta en Él. Los líderes judíos pidieron la liberación de Barrabás en lugar de la de Jesús. Pilato accedió a sus demandas y sentenció a Jesús a muerte.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “Lucas 22; Juan 18”
Nota: La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándares de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien cree uno usted mismo:
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¿Qué personas los han ayudado a aumentar su fe en Jesucristo? Con esas personas en mente, lean Lucas 22:31–32 y piensen en cómo la conversión de una persona puede influir en los demás.
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Al leer Lucas 22:39–46, anoten algunas preguntas que tengan sobre el sufrimiento del Salvador en el Jardín de Getsemaní y en la cruz. Prepárense para analizar sus preguntas en clase.
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¿Cómo reaccionan ante el sufrimiento? Al leer Lucas 22:63–71, consideren lo que pueden aprender del ejemplo del Salvador en cuanto al sufrimiento.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que descubrieron durante su estudio personal de Lucas 22; Juan 18.
Capacitación en técnicas de estudio
Lucas 22:39–46 podría ser un pasaje útil para emplear la técnica “Utilizar las Escrituras de la Restauración para comprender la Biblia” que se encuentra en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
¿Cómo puede mi conversión a Jesucristo bendecirme a mí y a otras personas?
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Ayude a los alumnos a reconocer el amor, el poder y la misericordia del Señor en sus vidas. Es bueno conocer el amor, el poder y la misericordia del Salvador, pero también necesitamos experimentarlos. Piense detenidamente en algunas maneras de ayudar a los alumnos a reconocer la influencia del Salvador en su vida. Si algunos alumnos se sienten inseguros en cuanto a si han sentido Su influencia, concédales tiempo para reflexionar y analizar lo que significa sentir el amor, el poder y la misericordia del Señor, e invítelos a orar para tener ese tipo de experiencias.
Muestre las siguientes imágenes e invite a los alumnos a compartir algunas experiencias importantes que Pedro tuvo con el Salvador.
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¿Qué llegó Pedro a saber del Salvador gracias a esas experiencias?
Christ Calling Peter and Andrew [Cristo llama a Pedro y a Andrés], por James T. Harwood
Finisher of Faith [El Consumador de la fe], por J. Alan Barrett
The Transfiguration [La Transfiguración], por Greg K. Olsen
Lean juntos Lucas 22:31–32 para saber qué más debía suceder en la vida de Pedro antes de que pudiera fortalecer a otras personas. Ayude a los alumnos a reconocer la siguiente verdad: A medida que nos convertimos verdaderamente, aumentamos nuestra capacidad de fortalecer a los demás en su fe en Jesucristo. (Si los alumnos necesitan ayuda para entender el versículo 31, pídales que lean “Lucas 22:31. ¿Qué significa ser zarandeados como trigo por Satanás?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento).
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¿Por qué es importante saber que el Salvador rogó por la fe de Pedro? ¿Cómo se sienten al saber que el Salvador también rogó por ustedes? (véase Juan 17:20).
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¿De qué manera podría su conversión personal influir en su capacidad para fortalecer a otras personas?
Considere leer la siguiente declaración del presidente Dallin H. Oaks o ver el video “Fortalece a tus hermanos” (1:48).
A fin de confirmar a sus hermanos, de nutrir y apacentar la grey de Dios, ese hombre que había seguido a Jesús por tres años, que había recibido la autoridad del santo apostolado, que había sido un valiente maestro y testigo del Evangelio cristiano, y cuyo testimonio había hecho que el Maestro lo llamara bienaventurado, aún necesitaba ser “convertido”.
El desafío de Jesús muestra que la conversión que Él requería de los que entrarían al Reino de los Cielos (véase Mateo 18:3) era mucho más que el ser convertidos para testificar de la veracidad del Evangelio. Testificar es saber y declarar. El Evangelio nos invita a “convertirnos”, lo cual requiere que hagamos y que lleguemos a ser. Si alguno de nosotros se basa únicamente en el conocimiento y en el testimonio del Evangelio, estamos en la misma posición de los bienaventurados pero inconclusos apóstoles a quienes Jesús dio el desafío de que se “convirtieran”. Todos conocemos a alguien que tiene un fuerte testimonio pero que no actúa como si estuviese convertido (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 41).
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¿Por qué es importante comprender la diferencia entre saber acerca de Cristo y estar convertidos a Él?
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¿Qué acciones les han ayudado a llegar a estar más convertidos al Salvador? (Recuerde a los alumnos que no pasen por alto las cosas pequeñas y sencillas que fomentan la conversión).
Considere invitar a los alumnos a pensar en una persona que conozcan que esté verdaderamente convertida al Señor. Divida a los alumnos de dos en dos o en grupos pequeños e invite a cada alumno a hablar acerca de la persona en la que pensaron. Podrían analizar la forma en que la conversión de esa persona al Salvador ha influido en ellos.
Anime a los alumnos a anotar cómo pueden profundizar su conversión a Jesucristo y Su Evangelio a fin de estar mejor preparados para fortalecer a otras personas.
Lucas 22:39–46; Mateo 26:36–41; Marcos 14:32–38
¿Qué fue lo que el Salvador hizo por mí en el Jardín de Getsemaní?
Considere mostrar a los miembros de la clase una o más de las siguientes imágenes de Jesucristo orando en el Jardín de Getsemaní y explique que, en Getsemaní, y más tarde en el Calvario, Jesucristo experimentó un sufrimiento incomprensible como parte de Su sacrificio expiatorio. Invite a algunos alumnos a expresar lo que ven y lo que sienten cuando contemplan esas representaciones del sufrimiento del Salvador.
Jesus Praying in Gethsemane [Jesús ora en Getsemaní], por Harry Anderson
Christ in Gethsemane [Cristo en Getsemaní], por Carl Heinrich Hofmann
Invite a los alumnos a formar grupos pequeños de al menos tres personas y pida a cada miembro del grupo que lea Lucas 22:39–46; Mateo 26:36–41; o Marcos 14:32–38 para saber lo que podemos aprender acerca de la experiencia del Salvador. Invítelos a hablar entre ellos de lo que encontraron. Los alumnos podrían reconocer reflexiones como las siguientes: Jesús fue fortalecido por un ángel mientras sufría. Cuando estaba en agonía, Jesucristo oró más intensamente. El sufrimiento del Salvador fue tan intenso que sudó grandes gotas de sangre. Jesús se sometió completamente a la voluntad de Dios, aun cuando el sufrimiento lo abrumaba.
Señale que, aunque esos pasajes de las Escrituras nos enseñan acerca de lo que sucedió en Getsemaní, las Escrituras de la Restauración revelan verdades importantes sobre lo que el Salvador logró. Para descubrir esas verdades, invite a los alumnos a practicar la técnica “Utilizar las Escrituras de la Restauración para comprender la Biblia”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras. Los alumnos podrían utilizar las notas al pie de página, la función de búsqueda en la Biblioteca del Evangelio o la Guía para el Estudio de las Escrituras (véanse “Sangre”, “Expiación, expiar” o “Getsemaní”), o podría sugerirles que estudien Mosíah 3:7; 15:9; Alma 7:11–13; y Doctrina y Convenios 19:16–19. Invite a los alumnos a buscar lo que estos pasajes de las Escrituras aportan a su comprensión acerca de la Expiación del Salvador.
Después de concederles tiempo para el estudio, invite a los alumnos a anotar en la pizarra las verdades que encontraron. Los alumnos podrían reconocer verdades como las siguientes: Jesucristo sufrió un dolor incomprensible por mis pecados para que yo pueda arrepentirme (véanse Mosíah 15:9; Doctrina y Convenios 19:16–19). Jesucristo sufrió dolores de toda clase para poder comprenderme y ayudarme en mis debilidades (véanse Mosíah 3:7; Alma 7:11–13).
Considere analizar las siguientes preguntas:
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¿Cómo influyen esas verdades de las Escrituras de la Restauración en la forma en que ven al Salvador?
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¿Qué significa para ustedes la experiencia del Salvador en el Jardín de Getsemaní y, posteriormente, en la cruz?
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¿De qué manera el comprender lo que el Salvador sufrió por ustedes y meditar en ello puede influir en lo que sienten por Él?
Podría mostrar y analizar la siguiente declaración del presidente Russell M. Nelson:
Al lidiar con el intenso dolor que me causó mi reciente lesión, he sentido un aprecio aun mayor por Jesucristo y el incomprensible don de Su Expiación. ¡Piensen en ello! El Salvador sufrió “dolores, aflicciones y tentaciones de toda clase” [Alma 7:11] para que Él nos pudiera consolar, sanar y rescatar en los momentos de necesidad (“¡Piensen de manera celestial!”, Liahona, noviembre de 2023, pág. 117).
Invite a los alumnos a meditar en cómo pueden mostrar gratitud por el sufrimiento del Salvador en favor de ellos, y a escribir lo que piensen de ello. Anímelos a actuar de acuerdo con las impresiones que reciban. (Mientras meditan o escriben, podría reproducir el himno “Asombro me da” [Himnos, nro. 118]).
Juan 18:1–12, 33–40; Mateo 26:47–50; Lucas 22:47–48, 63–71
¿Qué puedo aprender del Salvador en cuanto a permanecer fiel cuando hago frente al sufrimiento?
Invite a los alumnos a mencionar ejemplos de sufrimiento que hayan enfrentado ellos o alguien a quien conozcan.
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¿Cómo puede el sufrimiento influir en nuestra vida?
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¿Cómo puede el sufrimiento influir en nuestra disposición a hacer la voluntad de Dios?
Explique que, en las horas que transcurrieron entre Su sufrimiento en el Jardín de Getsemaní y Su Crucifixión, Jesús fue maltratado y perseguido por Sus enemigos. Podría mostrar algunas imágenes de esos acontecimientos (véanse las imágenes de “Lucas 22; Juan 18” en la sección “Multimedia” de Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento).
Muestre los siguientes acontecimientos, pasajes de las Escrituras y preguntas, e invite a los alumnos a formar grupos pequeños, seleccionar uno o más de los siguientes acontecimientos, leer los versículos correspondientes y luego analizar las siguientes preguntas:
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Jesús es arrestado: Mateo 26:47–50; Lucas 22:47–48; Juan 18:1–12
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Jesús es sometido a juicio ante los principales sacerdotes: Lucas 22:63–71
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Jesús es condenado por Pilato: Juan 18:33–40
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¿Qué pensamientos y sentimientos tienen al meditar en la experiencia del Salvador?
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¿Qué les impresiona acerca de la forma en que el Salvador reaccionó ante Sus perseguidores?
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¿Qué pueden aprender del Salvador en cuanto a hacer frente a la adversidad?
Cuando los alumnos hayan leído y analizado las preguntas, podría mostrar la siguiente verdad: Al afrontar grandes adversidades, Jesucristo permaneció fiel a Su misión y llamamiento divinos. Como clase, podrían analizar las siguientes preguntas:
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¿Por qué creen que Jesucristo pudo mantenerse centrado en Su misión divina a pesar de la adversidad que enfrentó? (Como parte de este análisis, podría invitar a los alumnos a estudiar 1 Nefi 19:8–9. Podrían buscar lo que Nefi enseñó acerca de por qué el Salvador estuvo dispuesto a soportar un trato tan severo e injusto).
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¿Qué puede ayudarlos a mantenerse centrados en los propósitos que Dios tiene para ustedes?
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¿Qué bendiciones han recibido al elegir seguir la voluntad del Padre Celestial, incluso cuando han afrontado sufrimiento?
Invite a los alumnos a considerar cómo podrían seguir el ejemplo del Salvador de lograr los propósitos del Padre Celestial aun cuando enfrenten adversidad. Podría dar tiempo a los alumnos para que escriban acerca de sus impresiones espirituales y las metas que tienen para sí mismos.