“Juan 7–10”, Nuevo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2025
Juan 7–10
Durante las celebraciones de la Fiesta de los Tabernáculos, Jesús enseñó que solo mediante la obediencia fiel a Su palabra las personas podrían conocer Su identidad y Sus enseñanzas. Él mostró compasión por una mujer sorprendida en adulterio. En respuesta a quienes lo criticaban, Jesús proporcionó un mayor entendimiento acerca de Su divinidad y misión. Después de sanar a un hombre ciego, Jesús enseñó poderosas verdades sobre la ceguera espiritual y enseñó que Él es el Buen Pastor.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, “Juan 7–10”
La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los cuatro elementos estándares de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los siguientes mensajes, o bien cree uno usted mismo:
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¿Tienen preguntas sobre la veracidad de algún principio del Evangelio? Estudien Juan 7:14–17 y mediten en la respuesta del Salvador.
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¿Alguna vez se han sentido indignos por las cosas que han hecho? Lean Juan 8:1–11 o vean el video “Vete y no peques más” (3:18) y reflexionen sobre cómo puede ayudarlos el Salvador.
3:18 -
¿Qué desafíos conlleva la ceguera? Estudien Juan 9:1–38 para saber qué cosas pueden ocasionar ceguera espiritual.
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¿Qué los hace sentir inseguros? Estudien Juan 10:1–15 y mediten en cómo pueden sentir mayor seguridad al seguir al Buen Pastor.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que hayan descubierto en su estudio personal de Juan 7–10.
Capacitación en técnicas de estudio
Juan 8:1–11 podría ser un pasaje útil para emplear la técnica “Visualizar las Escrituras”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras. Juan 8:31–32 podría ser un pasaje útil para emplear la técnica “Memorizar pasajes de las Escrituras”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras. Y Juan 10:7–15 podría ser un pasaje útil para emplear la técnica “Hacer preguntas que fomenten el aprendizaje diligente”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
¿Cómo puedo saber por mí mismo lo que es verdad?
Para comenzar, podría mostrar las siguientes preguntas e invitar a los alumnos a anotar sus respuestas:
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¿Cuáles son algunas de las enseñanzas de Jesucristo de las que tienen un testimonio?
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¿Sobre cuál de las enseñanzas tienen preguntas?
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¿Cómo podemos conocer la veracidad de las enseñanzas del Salvador?
Invite a los alumnos a leer Juan 7:10–18 para saber lo que Jesús enseñó acerca de cómo conocer la veracidad de Su doctrina. (Ayude a los alumnos a reconocer un principio como el siguiente: Al hacer la voluntad del Padre Celestial y guardar Sus mandamientos, sabremos que Su doctrina es verdadera.
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¿Por qué puede resultar difícil vivir una verdad del Evangelio que no comprendemos plenamente?
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¿Cómo puede el vivir las verdades del Evangelio ayudar a alguien que tiene dificultades para creer en una doctrina del Evangelio en particular?
Considere leer la siguiente declaración de la presidenta Bonnie L. Oscarson:
Estar verdaderamente convertido significa que actuamos de acuerdo con lo que creemos. […] A veces tratamos de hacerlo al revés. Por ejemplo, quizás lo hagamos de esta manera: Estoy dispuesto a vivir la ley del diezmo, pero primero necesito saber que es verdadera. Tal vez incluso oramos para obtener un testimonio de la ley del diezmo y esperamos que el Señor nos bendiga con ese testimonio antes de llenar una boleta para pagarlo. Simplemente no funciona así. El Señor espera que ejercitemos la fe; para obtener un testimonio del diezmo tenemos que pagar de manera regular un diezmo íntegro y honrado. Este mismo modelo se aplica a todos los principios del Evangelio. (“Convertíos”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 76–77).
Podría invitar a los alumnos a repasar sus respuestas a la primera pregunta que mostró (“¿Cuáles son algunas de las enseñanzas de Jesucristo de las que tienen un testimonio?”).
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¿De qué manera el vivir las enseñanzas del Salvador ha fortalecido su testimonio y su conversión?
Invite a los alumnos a repasar sus respuestas a la segunda pregunta (“¿Sobre cuál de las enseñanzas tienen preguntas?”). Dé tiempo a los alumnos para que reflexionen sobre cómo el actuar de acuerdo con esta enseñanza podría influir en su testimonio. Podrían escribir un plan sencillo para incorporar esa enseñanza o verdad a su vida.
Juan 8:1–11; Traducción de José Smith, Juan 8:11
¿Cómo nos ve el Salvador cuando pecamos?
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Amar a quienes enseña. Para enseñar como el Salvador, debemos amar como Él amó (véase Juan 13:34–35). El amor semejante al de Cristo aumenta cuando vemos el valor y el potencial divino de todos los alumnos. Ore diariamente para recibir ese don (véase Moroni 7:48) y ore por aquellos a quienes enseña (véase 3 Nefi 17:17).
Considere mostrar la siguiente imagen y situación hipotética:
Soy una mala persona. Lo que he hecho es muy vergonzoso. Si los demás supieran lo que he hecho, me menospreciarían. Seguramente Dios no quiere tener nada que ver conmigo.
¿Por qué podría alguien sentirse de esa manera?
¿Cómo pueden afectarnos estos sentimientos?
Explique que, mientras el Salvador estaba enseñando en el templo, los escribas y fariseos le llevaron a una mujer y declararon públicamente que había sido sorprendida en adulterio. (Este podría ser un buen momento para mostrar la siguiente imagen y practicar la técnica de estudio “Visualizar las Escrituras”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras).
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¿Cómo creen que se sintió esa mujer cuando se la acusó públicamente de ese pecado grave?
Lean juntos Juan 8:1–11, incluyendo la Traducción de José Smith de Juan 8:11 (en Juan 8:11, nota c al pie de página), o podrían ver “Vete y no peques más” (3:18). Invite a los alumnos a buscar la forma en que el Salvador ayudó a esa mujer a superar sus sentimientos de indignidad y glorificar a Dios. Considere hacer las siguientes preguntas para ayudar a profundizar la comprensión de los alumnos:
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¿Cuál fue el mensaje del Salvador a los escribas y fariseos? ¿Cómo podemos aplicar ese mensaje a nosotros mismos y a los demás?
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¿Qué notaron en cuanto a la forma en que el Salvador trató a esa mujer? ¿Cuál fue el mensaje que el Salvador le dio a ella? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: Aunque el Salvador no aprueba el pecado, Él nos ofrece misericordia por medio del arrepentimiento).
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¿De qué manera les ha ayudado el arrepentimiento a sentir el amor y la misericordia del Salvador? ¿De qué manera el centrarnos en el Salvador nos ayuda a superar los sentimientos de indignidad?
Considere analizar la siguiente declaración de la hermana Amy A. Wright.
La respuesta de Cristo a aquella preciada hija de Dios fue: “Vete, y no peques más” [Juan 8:11]. Otra manera de decir “vete, y no peques más” podría ser “vete y cambia”. El Salvador la estaba invitando a arrepentirse: a cambiar su conducta, a cambiar de amistades, a cambiar cómo se sentía consigo misma, a cambiar su corazón.
Gracias a Jesucristo, nuestra decisión de “ir y cambiar” también puede permitirnos “ir y sanar”, pues Él es la fuente de sanación de todo lo que hay roto en nuestra vida (“Cristo sana lo que está roto”, Liahona, mayo de 2022, pág. 82).
Invite a los alumnos a meditar en lo que pueden hacer para aceptar la misericordia del Salvador.
¿Cómo puede darme el Salvador libertad verdadera?
Escriba lo siguiente en la pizarra:
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Luz frente a oscuridad
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Verdad frente a mentiras
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Libertad frente a cautiverio
Explique que algunos líderes judíos se opusieron repetidamente a Jesucristo y a Sus enseñanzas. En Juan 8, Jesús hizo frente a Sus críticos y enseñó poderosas verdades acerca de los conceptos opuestos escritos en la pizarra. Podrían ver “Jesús declara: Yo soy la luz del mundo, la verdad os hará libres” (4:26) y pida a los alumnos que escuchen y escriban palabras y frases que proporcionen una perspectiva sobre esos opuestos; o bien, los alumnos podrían turnarse para leer en voz alta Juan 8:12–58 y marcar las palabras y frases que los ayuden a entender mejor los conceptos de la pizarra.
Cuando los alumnos hayan visto o leído el relato, invítelos a escribir en la pizarra cualquier palabra, frase o verdad que les ayude a entender esos conceptos. A continuación, dé tiempo a los alumnos a fin de que se turnen para hacerse preguntas unos a otros sobre lo que escribieron en la pizarra. Si fuera necesario, podría hacer una o más de las preguntas siguientes:
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¿De qué forma se relacionan con el Salvador y Su misión las palabras luz, verdad y libertad?
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¿De qué manera Jesucristo nos brinda libertad? (Ayude a los alumnos a centrarse en las palabras del Salvador: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” [Juan 8:31–32]).
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¿Qué experiencias les han enseñado que seguir a Jesucristo y vivir Sus enseñanzas nos hace libres?
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¿De qué forma se relacionan las palabras tinieblas, mentiras y cautiverio con el adversario?
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¿De qué manera conduce el pecado al cautiverio?
Dé tiempo a los alumnos para que reflexionen sobre lo que hayan aprendido en este análisis. Podría tomar unos pocos minutos para practicar cómo memorizar esta verdad inspirada: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31–32). Anime a los alumnos a pensar en esta verdad a lo largo de la semana.
Nota: Los judíos se enorgullecían de ser la descendencia o los hijos de Abraham; sentían que eso les otorgaba un estatus espiritual especial. Jesús desafió sus creencias al declarar que Él es el Dios de Abraham (véase Juan 8:58). Si los alumnos tienen preguntas sobre lo que eso significa, lean juntos “Juan 8:58–59. ¿Por qué los judíos quisieron apedrear a Jesús cuando Él dijo: ‘Antes que Abraham fuese, yo soy’?”, en Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento.
¿Cómo puede el Salvador mejorar mi vista espiritual?
Considere escribir el siguiente enunciado incompleto en la pizarra: La ceguera espiritual ocurre cuando… Invite a algunos alumnos a decir cómo completarían el enunciado. Anime a los alumnos a buscar lo que pueden aprender en cuanto al modo de superar la ceguera espiritual a medida que estudian el relato de cuando el Salvador sanó a un hombre ciego de nacimiento.
Lean Juan 9:1–7 o vean la primera parte del video “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” (desde el minuto 0:00 hasta el 3:38).
Explique que Juan 9:8–38 registra que al hombre ciego de nacimiento se le interrogó repetidas veces en cuanto a cómo había sido sanado. Divida los alumnos en seis grupos. (Si su clase es pequeña, los alumnos podrían trabajar en forma individual). Asigne a cada grupo que estudie una de las siguientes referencias de las Escrituras: Juan 9:8–12; Juan 9:13–16; Juan 9:17–20; Juan 9:24–25; Juan 9:26–29; Juan 9:30–34. Pida a cada grupo que prepare una descripción breve (una o dos oraciones) de lo que leyeron y que busquen respuestas a las siguientes preguntas. Quizá desee poner las preguntas a la vista de todos o entregarlas en una hoja a los alumnos:
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¿Cómo respondió el hombre a las preguntas en cuanto a la forma en que había sido sanado? ¿Qué dijo en cuanto a Jesús en su respuesta?
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¿Cómo reaccionaron a la respuesta del hombre quienes lo interrogaban?
Después de algunos minutos, invite a un alumno de cada grupo a que lea la breve descripción que han preparado y sus respuestas a las preguntas.
Cuando cada grupo haya participado, considere hacer las siguientes preguntas:
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¿Qué evidencia hay de que este hombre estaba aumentando su vista espiritual? ¿En qué sentido estaban espiritualmente ciegos los fariseos?
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¿Qué aprendemos acerca del Salvador en este relato de las Escrituras? (Los alumnos podrían reconocer una verdad como la siguiente: Así como Jesucristo dio vista a los ciegos, Él puede dar vista espiritual a aquellos que creen en Él).
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¿De qué manera podrían ustedes estar espiritualmente ciegos? ¿Cómo puede el Salvador ayudarlos a superar la ceguera espiritual?
Podría concluir leyendo la siguiente declaración del presidente Thomas S. Monson. A continuación podría invitar a los alumnos a dar algunos ejemplos de cómo el Salvador los ha ayudado a ellos o a alguien a quien conozcan a mejorar su vista espiritual.
Aquellos que han sentido la influencia del amor del Maestro, por alguna razón no pueden explicar el cambio que se efectúa en ellos. Tienen el deseo de vivir mejor, de servir con fidelidad, de caminar con humildad y ser más como el Salvador. Después de recibir su vista espiritual y vislumbrar las promesas de la eternidad, hacen eco a las palabras del hombre ciego a quien Jesús le restituyó la vista y que dijo: “Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo” [Juan 9:25] (“Anhelosamente consagrados”, Liahona, noviembre de 2004, pág. 58).
¿Cómo puede el Buen Pastor brindarme mayor seguridad?
Considere mostrar la siguiente imagen y explicar que, en la antigüedad, los pastores guardaban sus ovejas por la noche en un recinto llamado redil, y que un buen pastor protegía la entrada al redil de los depredadores y ladrones.
Invite a la clase a leer Juan 10:1–5 y a buscar y analizar el posible simbolismo.
Entregue a los alumnos el volante “Estudiar la parábola del Buen Pastor” e invítelos a practicar la técnica “Hacer preguntas que fomenten el aprendizaje diligente”, en Técnicas para el estudio de las Escrituras.
Cuando los alumnos hayan estudiado Juan 10:7–15 y anotado sus preguntas, invítelos a analizar de dos en dos o en grupos pequeños cómo responderían sus preguntas.
Cuando los grupos hayan tenido tiempo para analizar, podría mostrar la siguiente verdad: El Buen Pastor (Jesucristo) conoce a Sus ovejas y dio Su vida por ellas.
Considere mostrar la siguiente imagen de ovejas que son retiradas de la montaña antes de que llegue el invierno. Señale que, en este relato del élder Gary E. Stevenson, se perdieron más de 200 ovejas.
La mayoría de las ovejas desaparecidas no se perdían por enfermedad o muerte natural, sino por depredadores como pumas o coyotes. Esos depredadores solían encontrar a los corderos que se habían apartado de la seguridad del rebaño, retirándose de la protección de su pastor (“Pastorear almas”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 111)
Podría hacer una o más de las siguientes preguntas:
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¿Qué peligros afrontamos cuando nos alejamos de la seguridad del Buen Pastor y de Su rebaño?
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¿De qué manera se han sentido seguros al permanecer cerca del Buen Pastor? ¿De qué manera han sido bendecidos al ser parte de Su rebaño?
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¿Qué podemos hacer para emular el ejemplo del Salvador y ser buenos pastores para los demás? (Es posible que los alumnos mencionen a alguien para quien podrían ser un pastor).
Podrían concluir leyendo, cantando o escuchando el himno “Ama el Pastor las ovejas” (Himnos, nro. 139). Los alumnos podrían anotar sus pensamientos, sentimientos e impresiones.