Historia de la Iglesia
24 Una labor inmensa


“Una labor inmensa”, capítulo 24 de Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, tomo II, Ninguna mano impía, 1846–1893, 2020

Capítulo 24: “Una labor inmensa”

Capítulo 24

Una labor inmensa

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Salón de la Sociedad de Socorro

“Han surgido tiendas cooperativas en casi todos los lugares del territorio donde se necesitaba una tienda”, escribió George Q. Cannon en un editorial del 19 de mayo de 1869 del periódico Deseret Evening News. “Que todas las mujeres del territorio se interesen por estas tiendas, y el comercio fluirá de forma tan natural como el agua cuesta abajo”1.

Las opiniones del editorial sobre las mujeres y la importancia de ellas para el movimiento cooperativista causaron una gran impresión en Sarah Kimball, la presidenta de la Sociedad de Socorro del Barrio 15 de Salt Lake City. El cooperativismo fue crucial para que los santos llegaran a ser un pueblo autosuficiente. Las mujeres elaboraban muchos de los productos que se vendían en las cooperativas y solían comprar provisiones en esos establecimientos.

Brigham Young enseñó que todos los esfuerzos por establecer Sion, por mundanos que fueran, formaban parte de la obra sagrada del Señor. Recientemente, él había instado a los santos a comprar solo en cooperativas y en otros negocios donde las palabras “Santidad al Señor” se mostraran en algún lugar de la tienda. Al apoyar esas tiendas, las mujeres trabajaban para el bien de los santos, no para el de los comerciantes de afuera2.

Sarah y su Sociedad de Socorro ya estaban trabajando para promover los ideales del cooperativismo. El año anterior, habían comenzado a construir un salón de la Sociedad de Socorro en su barrio. Tomando como modelo la tienda de José Smith en Nauvoo, donde se organizó la Sociedad de Socorro original, el nuevo salón tenía dos pisos. En el piso superior, las mujeres tendrían un taller dedicado a la adoración, el arte y la ciencia. En la planta baja, funcionaría una tienda cooperativa en la que se vendería e intercambiaría telas de lana, carretes de algodón, trapillo para hacer alfombras, fruta desecada, mocasines y otros productos fabricados por miembros de la Sociedad de Socorro3. Al igual que otras pequeñas tiendas cooperativas, también podría actuar como distribuidora minorista de la cooperativa más grande de la ciudad, la Institución Cooperativa Mercantil de Sion (Z. C. M. I., por sus siglas en inglés).

Una vez concluido, el salón de la Sociedad de Socorro sería el primero de su tipo en la Iglesia. Las Sociedades de Socorro solían reunirse en casas o en edificios de barrios; pero Sarah, que había sido miembro fundadora de la Sociedad de Socorro original en Nauvoo, deseaba tener un lugar donde las mujeres del Barrio 15 pudieran desarrollar y fortalecer las capacidades y habilidades que Dios les había dado4.

Sarah había estado impulsando la construcción del salón desde el año anterior. Un hombre había ofrecido donar un terreno de la ciudad al proyecto, pero ella y las demás mujeres de la Sociedad [de Socorro] insistieron en pagar cien dólares por él5. Posteriormente, una vez que el barrio efectuó la ceremonia de la primera palada para el nuevo edificio, Sarah utilizó un mazo y una paleta de plata para ayudar a un albañil a colocar la piedra angular.

“El propósito del edificio”, declaró ella, de pie sobre la piedra, “es facultar a la Sociedad [de Socorro] para que combine de manera más perfecta sus labores, sus medios, sus gustos y sus talentos para el mejoramiento —físico, social, moral, intelectual, espiritual y económico— y para una mayor funcionalidad”6.

En los seis meses transcurridos desde entonces, las mujeres habían contratado constructores y habían supervisado los trabajos de construcción, que ahora estaban a punto de finalizar. Con espíritu de cooperación, habían recaudado dinero y aunado recursos para proveer persianas para las ventanas y alfombras del salón. Cuando algunas personas preguntaron cómo había hecho la Sociedad de Socorro del Barrio 15 para tener tanto éxito, considerando que no era para nada el barrio con los miembros más ricos de la Iglesia, Sarah simplemente respondió: “Es porque hemos actuado al unísono y hemos mantenido en movimiento lo que recibimos”7.

El día después de la publicación del editorial en Deseret Evening News, Sarah lo compartió con su Sociedad de Socorro. “Con la ayuda de la mujer a la gran causa de la reforma, ¡qué maravillosos cambios se pueden lograr!”, decía el escrito. “Denle responsabilidad y ella demostrará que es capaz de realizar grandes cosas”.

Sarah creía que nacía una nueva etapa para las mujeres. “Nunca hubo una época”, dijo a su Sociedad de Socorro, “en que se haya hablado tanto de la mujer y de sus capacidades y deberes, tanto en público como en privado, como en el momento presente”8.


Mientras la Sociedad de Socorro del Barrio 15 construía su salón de reuniones, potentes máquinas de vapor transportaban pasajeros y carga a gran velocidad por todo el país. Aunque desconfiaba de las influencias mundanas que llegaban al territorio, la Primera Presidencia creía que el nuevo ferrocarril transcontinental facilitaría y haría más asequible el envío de élderes al campo misional y el recogimiento del pueblo en Sion. Por lo cual, una semana después de que los trabajadores completaron la línea transcontinental, Brigham Young comenzó la construcción de un ferrocarril propiedad de la Iglesia que conectaría Salt Lake City con Ogden9.

Entre tanto, Joseph F. Smith trabajaba como secretario en la Oficina del Historiador de la Iglesia en Salt Lake City. A los treinta años de edad, tenía más responsabilidades en la Iglesia que nunca. Tres años antes, poco después de regresar de Hawái, había sido llamado al apostolado y lo habían apartado, además, como consejero de la Primera Presidencia10.

Ahora que la primavera de 1869 daba paso al verano, Joseph F. se preparaba para un nuevo desafío. Sus primos Alexander y David Smith iban a venir al territorio. Ellos eran hijos del profeta José Smith, vivían en Illinois y pertenecían a la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Alexander y David sostenían a su hermano mayor, Joseph Smith III, como profeta y el sucesor legítimo de la obra de su padre.

Al igual que Joseph III, Alexander y David creían que su padre nunca había enseñado ni practicado el matrimonio plural. En cambio, afirmaban que Brigham Young había introducido el principio después de la muerte de su padre11.

Aunque Joseph F. ocasionalmente intercambiaba cartas con sus primos, no tenían una relación estrecha. Hacía tres años que había visto a Alexander por última vez, en 1866, cuando este se había detenido a predicar en Salt Lake City, de camino a una misión en California. Sabiendo que los santos refutarían sus afirmaciones sobre su padre y el matrimonio plural, Alexander había venido preparado con declaraciones que su padre y Hyrum Smith habían publicado en Times and Seasons, el periódico de la Iglesia en Nauvoo, las cuales parecían condenar el matrimonio plural y negar la participación de los santos en esa práctica12.

En 1866, Joseph F. había querido rebatir las afirmaciones de su primo, pero no supo cómo. Estaba sorprendido de encontrar poca evidencia documentada que conectara al profeta José con el matrimonio plural. Sabía que José Smith había enseñado el principio a varios santos fieles, entre ellos Brigham Young y otros más que ahora vivían en el territorio de Utah, pero descubrió que no habían documentado casi nada sobre la experiencia.

También estaba la revelación del Señor sobre el matrimonio, que José Smith había registrado en 1843 y que fue publicada por primera vez en 1852. La revelación describía cómo un hombre y una mujer podían ser sellados por la eternidad por la autoridad del sacerdocio. También explicaba que, en ocasiones, Dios daba el matrimonio plural como mandamiento a fin de criar hijos en familias rectas y ayudar a cumplir Su convenio de bendecir a Abraham con una posteridad innumerable13.

La revelación era una sólida evidencia de que José Smith había enseñado y practicado el matrimonio plural. Sin embargo, Alexander se había negado a aceptar su autenticidad, y Joseph F. no pudo hallar evidencia escrita adicional de los matrimonios plurales del Profeta14. “En lo que se refiere a los libros”, había reconocido ante su primo, “los tienes de tu lado”15.

Después de enterarse de que Alexander regresaría a Utah con David, Joseph F. comenzó nuevamente a buscar evidencias de los matrimonios plurales de José Smith16. El matrimonio plural se había convertido en una parte fundamental de la vida de Joseph F. y estaba decidido a defenderlo. Unos años antes, su primera esposa, Levira, se había divorciado de él, en parte porque su matrimonio con una segunda esposa, Julina Lambson, había agravado las tensiones que existían en la relación. Desde entonces, Joseph F. se había casado con una tercera esposa, Sarah Ellen Richards17. Para él, un ataque a la práctica amenazaba las relaciones de convenio que conformaban el fundamento de su familia.

En el transcurso de los últimos tres años, Joseph F. también había entendido más sobre la manera en la que su tío y su padre respondieron a los graves peligros que enfrentaron en Nauvoo. A fin de defenderse personalmente y a la Iglesia contra quienes los criticaban, en ocasiones, ellos habían respondido a los rumores sobre el matrimonio plural en Nauvoo publicando declaraciones en las que denunciaban cuidadosamente las prácticas falsas sin condenar la práctica autorizada en sí. La precaución con que actuaron ayudaba a explicar por qué casi no existían pruebas escritas para vincular al profeta y a Hyrum con la práctica18.

Para corregir esta brecha en el registro histórico, Joseph F. comenzó a recopilar declaraciones firmadas de personas que habían participado en los primeros matrimonios plurales. Algunas de las mujeres con las que habló habían sido selladas a José Smith por esta vida y la venidera. Otras habían sido selladas al Profeta solo por la eternidad. Joseph F. también reunió información de lo que su tía Emma sabía sobre la práctica. La hermana mayor de él, Lovina, había vivido con Emma durante un tiempo, cuando ya la mayoría de los santos habían partido hacia el oeste. Testificó que Emma le había dicho una vez, que ella consintió y presenció los sellamientos de su esposo a algunas de sus esposas.

Durante las primeras semanas del verano, Joseph F. continuó recopilando declaraciones, esperando todos los días la inminente llegada de sus primos19.


El 22 de julio de 1869, Sarah Kimball realizó la apertura de la primera reunión en el salón recién terminado de la Sociedad de Socorro del Barrio 15. “La casa se ha construido para el bien de todos”, anunció a las mujeres en la sala20.

Dos semanas después, el 5 de agosto, la Primera Presidencia dedicó el edificio. En la ceremonia, un coro cantó un nuevo himno que Eliza Snow había escrito sobre la función del salón de la Sociedad de Socorro en la protección de Sion:

Que la unión more en este salón

con fortaleza y habilidad divinas;

Padre, que Tu sabiduría ilumine

y colme cada habitación.

A Ti esta casa dedicamos

como lugar de trabajo y amor;

el bienestar de Sion siempre sea

su primordial motivación21.

La Primera Presidencia se mostró complacida de que el edificio ponía de relieve los ideales de la cooperación económica y la manufactura local. En sus palabras a la Sociedad [de Socorro], Brigham hizo hincapié en la importancia de que las mujeres y los hombres trabajaran juntos por Sion. “La tierra debe ser totalmente transformada”, dijo. “Hay una labor inmensa por realizar y se requerirán todos los medios, talentos y ayudas que se puedan obtener”.

“La ayuda de las damas es tan esencial como la de los hombres”, continuó. “Nuestras Sociedades de Socorro son para el beneficio de los pobres y para el beneficio de los ricos. Son para el beneficio de cada condición y para el beneficio de toda la comunidad de los Santos de los Últimos Días”22.

En una reunión a finales de ese mes, Sarah agregó su testimonio del valor de la cooperación y enseñó que el cooperativismo era parte del modelo del Señor para Sion. En su opinión, la manufactura local era crucial para el bienestar de los santos.

“Ese tema no debe perderse de vista”, insistió, “ni siquiera en una sola reunión”23.


Alexander y David Smith llegaron a Salt Lake City ese verano y la primera noche se quedaron en la casa de John y su esposa Hellen. John era el hermano mayor de Joseph F. y era el Patriarca Presidente de la Iglesia. Dos días después, Alexander y David pasaron por la oficina de Brigham Young con la esperanza de obtener permiso para predicar en el tabernáculo, que en ocasiones se ponía a disposición de otros grupos religiosos para que efectuaran reuniones. Brigham consideró la solicitud de los hermanos, pero él y otros líderes de la Iglesia desconfiaban de sus motivos y no les concedieron el permiso24.

En la Oficina del Historiador, Joseph F. Smith continuó recolectando evidencia de que José Smith había enseñado y practicado el matrimonio plural, ampliando en gran manera lo que él y la Iglesia sabían sobre el matrimonio plural en Nauvoo. Además de reunir más declaraciones, investigó minuciosamente los diarios de William Clayton, quien había sido el secretario, amigo y confidente del profeta José. El diario de William era uno de los pocos registros de Nauvoo que detallaba los primeros matrimonios plurales y proporcionaba evidencia de la participación del Profeta25.

Cuando Joseph F. no estaba en la Oficina del Historiador o con su familia, se encontraba oficiando en la Casa de Investiduras. A principios de agosto, él y George Q. Cannon administraron la investidura a su amigo Jonathan Napela, quien había llegado a Salt Lake City desde Hawái, a fines de julio, para recibir la ordenanza, visitar la sede de la Iglesia y conocer a Brigham Young y a otros santos26.

Alexander y David Smith, mientras tanto, todavía estaban en la ciudad, atrayendo multitudes cada vez que hablaban. Con la esperanza de debilitar la autoridad de Brigham Young, algunos comerciantes adinerados, que se oponían al movimiento cooperativista de la Iglesia, alquilaron una gran iglesia protestante para que los hermanos pudieran dar conferencias en las que criticaran al liderazgo de Brigham y a la Iglesia. Como Alexander lo había hecho tres años antes, de nuevo ellos se basaron en gran medida en citas de Times and Seasons para negar la participación de su padre en el matrimonio plural.

Al mismo tiempo, Joseph F. Smith y otros líderes de la Iglesia pronunciaron sermones sobre el matrimonio plural en Nauvoo en los edificios de los barrios en toda la ciudad27. El 8 de agosto, Joseph F. habló ante una congregación en Salt Lake City. Presentó algunas de las pruebas que había reunido sobre los primeros matrimonios plurales y habló sobre las declaraciones de su padre y su tío en Times and Seasons acerca de la práctica.

“Solo conozco esta información”, le dijo a la congregación. “Todos saben que las personas en ese entonces no estaban preparadas para estas cosas y era necesario ser cautelosos”, dijo. “Estaban en medio de enemigos y en un estado donde esta doctrina los habría enviado a la penitenciaría”.

Joseph F. creía que su padre y su tío habían hecho lo que hicieron para preservar sus vidas y proteger a otros hombres y mujeres que también practicaban el matrimonio plural. “Los hermanos no eran tan libres como lo son aquí”, continuó. “El diablo estaba bramando en Nauvoo y había traidores por todas partes”28.


En septiembre, un editor Santo de los Últimos Días llamado Elias Harrison se burló de la misión de Alexander y David Smith en una columna de Utah Magazine, una publicación periódica que él editaba con el respaldo económico de su amigo William Godbe, uno de los comerciantes más ricos en la Iglesia. Con pluma implacable, Elias menospreció a la Iglesia Reorganizada y acusó a los hermanos Smith de ser “extraordinariamente ignorantes” del ministerio de su padre.

“Su especial afán está dedicado a tratar de probar que su padre no practicaba la poligamia, basando sus argumentos en ciertas afirmaciones del Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y Times and Seasons”, escribió Elias, “pero ¿qué significa esto en definitiva? David y Alexander pueden probar que José negó la poligamia y nosotros podemos probar que la practicó”19.

Aunque Elias a menudo defendía a la Iglesia en sus escritos, lo hacía para ocultar sus verdaderos motivos para publicar Utah Magazine. Desde el comienzo del movimiento cooperativista, él y William Godbe se habían resistido veladamente al consejo de la Primera Presidencia de apoyar a los demás santos y evitar a los comerciantes que no utilizaran sus ganancias para fortalecer la economía local30. Para William, oponerse a la Primera Presidencia requería una gran sutileza. Además de ser un exitoso hombre de negocios, él era concejal de Salt Lake City y miembro del obispado del Barrio 13; además, era yerno y amigo cercano de Brigham Young31.

Al igual que Elias, William creía que el profeta era anticuado y ejercía demasiada influencia sobre la vida de los santos. Antes de que comenzara el movimiento cooperativista, los comerciantes como William habían gozado de un mayor control sobre el mercado local, lo que les permitía cobrar altos precios y enriquecerse. Sin embargo, bajo el nuevo sistema, la Iglesia buscaba mantener los precios bajos para beneficiar a los santos pobres y a las tiendas cooperativas locales.

Al debilitarse su control sobre el mercado, William se había irritado con el énfasis que Brigham ponía en el carácter sagrado de la cooperación. Cada vez más, él y Elias se valían de Utah Magazine para preparar a otras personas de ideas afines a fin de organizar una revuelta dentro de la Iglesia32.

Su deseo de rebelarse había tomado forma un año antes, en un viaje de negocios a Nueva York. En esa ocasión, ambos hombres comenzaron a tratar de comunicarse con los muertos a través de sesiones espiritistas. El espiritismo se había vuelto popular después de la Guerra Civil estadounidense, ya que las personas anhelaban comunicarse con sus seres queridos que habían perecido en el conflicto. Sin embargo, los líderes de la Iglesia habían condenado durante mucho tiempo tales prácticas como revelaciones falsas del adversario.

Haciendo caso omiso de dichas advertencias, William y Elias se enfrascaron en sesiones espiritistas y llegaron a creer que habían hablado con los espíritus de José Smith, Heber Kimball, los apóstoles Pedro, Santiago y Juan e incluso con el Salvador. Convencidos de que esas comunicaciones eran reales, William y Elias se sintieron llamados a una misión especial para librar a la Iglesia de todo lo que ellos consideraban falso. Cuando regresaron a Utah, comenzaron a publicar en Utah Magazine sutiles críticas a los líderes y a las normas de la Iglesia junto con columnas más positivas33.

Poco después de publicar su columna sobre los hermanos Smith, Elias se volvió más agresivo en sus ataques contra Brigham Young y las normas de la Iglesia. Sostenía que el movimiento cooperativista despojaba a los santos del impulso competitivo necesario para estimular la economía de Utah, que él consideraba demasiado débil para sostenerse de la manufactura local. También razonaba que los santos eran demasiado egoístas como para sacrificar sus propios intereses por el bien de la comunidad34.

Entonces, el 16 de octubre, Elias publicó un editorial instando a los santos a desarrollar la industria minera de Utah. A lo largo de los años, Brigham Young había aprobado algunas actividades mineras apoyadas por la Iglesia, pero le preocupaba que el descubrimiento de minerales valiosos trajera al territorio mayores problemas sociales y divisiones de clases. Dicha preocupación lo había llevado a predicar enérgicamente contra las empresas mineras independientes del territorio35.

Al poco tiempo, quedó claro que Elias y William estaban conspirando cautelosamente contra la Iglesia. El 18 de octubre, Orson Pratt, Wilford Woodruff y George Q. Cannon se reunieron con los dos hombres y algunos de sus amigos. Elias estaba lleno de amargura y ninguno de los dos estaba dispuesto a sostener a la Primera Presidencia. Cinco días después, en una reunión de la Escuela de los Profetas de Salt Lake City, William declaró que, en contra de su propias convicciones, había seguido el consejo de Brigham respecto a asuntos económicos y que no creía que el profeta tuviera derecho a guiar a los santos en asuntos comerciales. Elias se expresó en términos aún más desafiantes contra el liderazgo de Brigham. “¡Es falso! ¡Es falso!”, exclamó36.

Unos días después, el sumo consejo de Salt Lake City se reunió con Elias y William en el ayuntamiento. Elias acusó a los líderes de la Iglesia de actuar como si ellos y sus palabras fueran infalibles. Al rechazar el consejo, William afirmó que él y Elias solo estaban siguiendo una autoridad espiritual superior, haciendo alusión a sus sesiones espiritistas.

“No pasamos por alto el sacerdocio de ninguna manera”, insistió, “pero admitimos la existencia de un poder detrás del velo, del cual las influencias e instrucciones provienen y siempre han provenido, por las cuales la voluntad puede ser guiada en su camino hacia adelante”.

Después que los dos hombres hablaron, Brigham se dirigió al sumo consejo. “Nunca he buscado más que una sola cosa en este reino”, dijo, “y ha sido lograr que hombres y mujeres obedezcan al Señor Jesucristo en todo”.

Afirmó que todas las personas tenían derecho a pensar por sí mismas, así como los líderes de la Iglesia tenían derecho a aconsejarles de acuerdo con la revelación. “Trabajamos en armonía con nuestro Salvador”, declaró. “Él trabaja en armonía con Su Padre y nosotros cooperamos con el Hijo para la salvación de nosotros mismos y de la familia humana”.

Brigham también rechazó la idea de que los líderes de la Iglesia no pudieran cometer errores. “El hombre que tiene el sacerdocio puede ser falible”, declaró. “Yo no pretendo ser infalible”. Sin embargo, su falibilidad no significaba que Dios no pudiera obrar a través de él por el bien de los santos.

Brigham creía que William y Elias eran libres para continuar criticando a la Iglesia en Utah Magazine, si ellos querían. Él continuaría predicando y practicando el cooperativismo, independientemente de lo que ellos o los comerciantes de afuera hicieran o dijeran. “Dejaré que las personas hagan lo que deseen”, dijo. “Tengo derecho a aconsejarles y ellos tienen derecho a aceptar mi consejo o dejarlo pasar”.

Cuando terminó la audiencia, el presidente de estaca propuso excomulgar de la Iglesia a William y Elias por apostasía. El sumo consejo sostuvo la moción y todas las personas en la sala sostuvieron la decisión, excepto seis que estaban vinculadas a Elias y William37.