Seminario
Unidad 32: Día 2, Declaración Oficial 2


Unidad 32: Día 2

Declaración Oficial 2

Introducción

En el transcurso del siglo XX, la obra misional se extendió por toda la tierra. Los líderes de la Iglesia oraron pidiendo guía en cuanto a las restricciones en la ordenación al sacerdocio y las ordenanzas del templo para los miembros de la Iglesia de ascendencia africana. El presidente Spencer W. Kimball recibió una revelación decisiva para la Iglesia, la cual fue confirmada a sus Consejeros de la Primera Presidencia y los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles en el Templo de Salt Lake el 1º de junio de 1978. En una carta fechada el 8 de junio de 1978, ellos hicieron pública la revelación.

Declaración Oficial 2

El Señor revela que el sacerdocio y las bendiciones del templo pueden extenderse a todo miembro digno de la Iglesia

Imagínate que tienes un amigo que es Santo de los Últimos Días y que tiene algunas dudas en cuanto a las doctrinas, las normas y las prácticas de la Iglesia.

  1. Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué le recomendarías hacer a tu amigo?

En la siguiente declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia, marca las partes que te sean particularmente útiles:

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Presidente Dieter F. Uchtdorf

“¿Qué sucede con las dudas y las preguntas? ¿Cómo llegan a saber que el Evangelio es verdadero? ¿Está bien tener preguntas en cuanto a la Iglesia y su doctrina? Mis queridos jóvenes amigos, somos personas que hacen preguntas, porque sabemos que el preguntar conduce a la verdad. Fue así que comenzó la Iglesia, por un joven que tenía interrogantes. De hecho, no estoy seguro de cómo se puede descubrir la verdad si no se hacen preguntas. En las Escrituras, rara vez encontrarán una revelación que no se haya recibido en respuesta a una pregunta. Cuando surgía una pregunta y José Smith no sabía la respuesta, acudía al Señor, y el resultado son las maravillosas revelaciones de Doctrina y Convenios. Con frecuencia el conocimiento que José recibía iba más allá de la pregunta original, y eso se debe a que el Señor no solo puede contestar la pregunta que hacemos, sino, más importante aún, puede darnos respuestas a las preguntas que deberíamos haber hecho. Prestemos atención a esas respuestas.

“La obra misional de la Iglesia se basa en investigadores sinceros que hacen preguntas sinceras. La indagación es la cuna del testimonio. Algunos quizá se sientan avergonzados o indignos porque tienen preguntas en cuanto al Evangelio, pero no deberían sentirse así. El hacer preguntas no es señal de debilidad; es el acto precursor del crecimiento.

“Dios nos manda buscar respuestas a nuestras preguntas (véase Santiago 1:5–6) y solo nos pide que las busquemos ‘con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo’ (Moroni 10:4). Cuando lo hacemos, la verdad de todas las cosas nos será manifestada ‘por el poder del Espíritu Santo’ (Moroni 10:5).

“No teman; hagan preguntas; ¡sean curiosos, pero no duden! Siempre aférrense a la fe y a la luz que ya han recibido. Puesto que nuestra visión es imperfecta en la vida terrenal, no todo va a tener sentido en este momento…

“El buscar respuestas a sus preguntas puede acercarlos más a Dios, lo cual fortalecerá su testimonio en vez de debilitarlo. Es cierto que ‘la fe no es tener un conocimiento perfecto’ (Alma 32:21), pero al ejercitar la fe, aplicar los principios del Evangelio todos los días, bajo cualquier circunstancia, probarán el dulce fruto del Evangelio, y por este fruto sabrán de su verdad (véanse Mateo 7:16–20; Juan 7:17; Alma 32:41–43)” (“El reflejo en el agua”, Charla fogonera del Sistema Educativo de la Iglesia para jóvenes adultos, 1º de noviembre de 2009, LDS.org).

El siguiente relato ilustra cómo dos personas, Helvécio y Rudá Martins, trataron de recibir y entender la verdad por medio de preguntas:

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Élder Helvécio Martins

Élder Helvécio Martins

“En una clara noche de abril de 1972… Helvécio Martins reflexionaba acerca de la búsqueda de su familia por la verdad. Él y su esposa, Rudá, habían investigado muchas religiones, pero ninguna parecía llenar su vacío espiritual. ‘Conversé con Dios aquella noche y le pedí ayuda’, relata” (“Elder Helvécio Martins of the Seventy”, Ensign, mayo de 1990, pág. 106).

Unos días más tarde, los misioneros llegaron a su hogar en Río de Janeiro, Brasil. El élder Martins recuerda: “En el preciso momento en que aquellos jóvenes entraron en nuestro apartamento, toda mi tristeza y desconsuelo espiritual desapareció de inmediato, y los reemplazaron una calma y una serenidad que ahora sé que provienen de la influencia del Santo Espíritu” (con Mark Grover, The Autobiography of Elder Helvécio Martins, 1994, pág. 43).

Cuando Helvécio y Rudá, que son de ascendencia africana, conversaron con los misioneros, Helvécio les preguntó acerca de la función de los negros en la Iglesia. Los Martins aprendieron que en ese momento, las normas de la Iglesia no permitían que los varones negros de ascendencia africana fuesen ordenados al sacerdocio. Eso les llevó a hacer más preguntas a los misioneros.

Si hubieras estado en la posición de la familia Martins, ¿qué preguntas podrías haber tenido al conocer sobre la restricción del sacerdocio?

La siguiente declaración es la introducción a la Declaración Oficial 2 en la edición de 2013 de las Escrituras [en inglés]. Al leer la declaración, busca respuestas a preguntas que las personas puedan haber tenido acerca de la restricción del sacerdocio.

“En el Libro de Mormón se enseña que ‘todos son iguales ante Dios’, sean ‘negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres’ (2 Nefi 26:33). A lo largo de la historia de la Iglesia, se han bautizado personas de toda raza y etnia en muchos países, quienes han vivido como miembros fieles de la Iglesia. Durante la vida de José Smith, algunos varones de raza negra miembros de la Iglesia fueron ordenados al sacerdocio. A principios de la historia de la Iglesia, sus líderes dejaron de conferir el sacerdocio a los varones de raza negra de ascendencia africana. Los registros de la Iglesia no indican claramente el origen de esa práctica. Los líderes de la Iglesia creían que era necesaria una revelación de Dios para modificar esa práctica y procuraron con espíritu de oración esa guía. La revelación llegó al Presidente de la Iglesia, Spencer W. Kimball, y fue confirmada a otros líderes de la Iglesia en el Templo de Salt Lake, el 1º de junio de 1978. La revelación revocó todas las restricciones con respecto a la raza que antes se aplicaban al sacerdocio”.

  1. Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué preguntas acerca de la restricción del sacerdocio se pueden contestar por medio de esta declaración?

Fíjate en la siguiente línea de la declaración anterior: “Los registros de la Iglesia no indican claramente el origen de esa práctica”. Aunque algunas personas podrían suponer las razones por las que los varones de ascendencia africana no fueron ordenados al sacerdocio por un tiempo, probablemente no sean correctas esas razones. La declaración en la introducción de la Declaración Oficial 2 representa la postura oficial de la Iglesia.

Al leer el párrafo siguiente, busca lo que hizo la familia Martins después de aprender acerca del Evangelio restaurado:

La familia Martins se bautizó el 2 de julio de 1972 y sirvió fielmente en la Iglesia. Cuando su hijo mayor, Marcus, recibió su bendición patriarcal, se le prometió que él iría a predicar el Evangelio. Aunque las limitaciones en cuanto al sacerdocio en aquel momento impedían que Marcus sirviera en una misión de tiempo completo, sus padres abrieron una cuenta de ahorros para la misión. En 1975, la Iglesia anunció que se construiría un templo en São Paulo, Brasil. Para ayudar con la recaudación de fondos, la hermana Martins vendió sus alhajas. El hermano Martins sirvió fielmente como miembro del comité de publicidad para el templo. La familia Martins hizo esos sacrificios a pesar de que ellos creían que no tendrían la oportunidad de recibir las ordenanzas del sacerdocio en el templo.

  1. Responde la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Por qué crees que la familia Martins estaba dispuesta a bautizarse y a servir fielmente en la Iglesia a pesar de verse afectados por la restricción del sacerdocio en ese tiempo?

Compara tu respuesta con las siguientes palabras del élder Martins: “Habíamos encontrado la verdad, y nada nos impediría vivirla… Cuando el Espíritu le dice a uno que el Evangelio es verdadero… ¿cómo puede uno negarlo?” (en “Elder Helvécio Martins of the Seventy”, pág. 106).

Debido a que la familia Martins había recibido un testimonio por medio del Espíritu Santo, ellos pudieron seguir adelante, confiando en el Señor, a pesar de las cosas que no entendían.

Además de la familia Martins, miles de personas de ascendencia africana en diversas naciones habían llegado a saber de la veracidad del Evangelio restaurado en las décadas anteriores a la revelación de 1978. Los líderes de la Iglesia en Salt Lake City recibieron un torrente de cartas de conversos sin bautizar en Nigeria y Ghana, solicitando que se enviaran misioneros a África. Durante años, los líderes de la Iglesia consideraron en oración el asunto, pero sentían que aún no había llegado el momento para enviar misioneros a África, donde los miembros locales no estarían en capacidad de presidir ni efectuar las ordenanzas.

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Presidente Spencer W. Kimball

Presidente Spencer W. Kimball

La Declaración Oficial 2 contiene el anuncio oficial de una revelación que recibió el presidente Spencer W. Kimball el 1 de junio de 1978. Lee el primer párrafo bajo la frase “Estimados hermanos”, para determinar lo que los líderes de la Iglesia dijeron que habían observado.

Al observar la expansión de la obra del Señor, ¿qué se sintieron inspirados a hacer los líderes de la Iglesia?

Lee el párrafo que comienza: “Enterados de las promesas”. Observa cómo actuaron los líderes de la Iglesia al sentir los deseos con que se sintieron inspirados.

¿Cómo actuaron el presidente Kimball y otros líderes de la Iglesia al sentir esos deseos inspirados?

Este párrafo nos ayuda a entender que los profetas buscan la guía del Señor para dirigir la Iglesia. Si lo deseas, escribe ese principio en tus libros canónicos.

Observa que el segundo párrafo comienza con la frase: “Enterados de las promesas declaradas por los profetas”. En esa frase se nos enseña que los líderes de la Iglesia sabían que en algún momento todos los varones dignos tendrían la oportunidad de recibir el sacerdocio. Por muchos años antes de 1978, la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles habían analizado y orado en cuanto a la restricción de sacerdocio. Los líderes de la Iglesia sentían que era necesaria la revelación para cambiar la restricción, la cual había estado establecida por más de un siglo. Por algún tiempo, ese asunto causó honda preocupación en el presidente Kimball, quien a menudo iba solo al templo para orar al respecto.

Lee los párrafos en la Declaración Oficial 2 que comienzan con “Él ha escuchado nuestras oraciones” y “Declaramos”, y busca la respuesta del Señor a las oraciones del presidente Kimball, sus consejeros de la Primera Presidencia y los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles. Si lo deseas, marca lo que encuentres.

Esos párrafos nos ayudan a entender que el Señor dirige Su Iglesia por medio de la revelación a Sus profetas. Si lo deseas, escribe esa doctrina en tu ejemplar de las Escrituras.

Esa revelación tuvo un profundo impacto en personas de todo el mundo. Lee la reacción de Helvécio Martins y su esposa, Rudá, cuando se enteraron de la revelación: “No podía contener mis emociones. Rudá y yo fuimos a nuestra habitación, nos arrodillamos y oramos. Lloramos y dimos gracias a nuestro Padre Celestial por ese acontecimiento del que solo nos atrevíamos a soñar. Realmente había llegado el día, y durante nuestra vida terrenal” (Autobiography, págs. 69–70).

La familia Martins se selló en el templo; su hijo Marcus fue el primer miembro de la Iglesia de ascendencia africana que sirvió en una misión tras la revelación que dio fin a la restricción en cuanto al sacerdocio; Helvécio Martins llegó a ser un líder del sacerdocio local y con el tiempo fue llamado a servir como miembro del Segundo Cuórum de los Setenta.

Poco después de haberse recibido la revelación que levantaba la restricción del sacerdocio, se enviaron misioneros a África. Desde entonces, se han edificado templos en ese continente, y cientos de miles de personas han recibido las ordenanzas del Evangelio por ellos mismos y por sus antepasados fallecidos.

Tal vez te pregunten por qué la Iglesia, por un tiempo, no ordenaba al sacerdocio a los hombres de ascendencia africana. Considera cómo podrías responder esa pregunta. Para más información, visita LDS.org, selecciona Temas del Evangelio y busca raza y el sacerdocio.

  1. Es apropiado explicarles a otras personas que no conocemos la razón por la que comenzó la restricción del sacerdocio. Además, puedes compartir las verdades que sí conocemos, como las que has aprendido en esta lección, y testificar de ellas. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe cómo podrías responder preguntas acerca de por qué la Iglesia, por un tiempo, no ordenaba a los hombres de ascendencia africana al sacerdocio. Conforme vayas das dando forma a tu respuesta, tal vez desees usar el ejemplo de la familia Martins, así como la introducción a la Declaración Oficial 2 en la edición de 2013 de las Escrituras [en inglés].

  2. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado la Declaración Oficial 2 y he terminado esta lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: