Seminario
Unidad 15: Día 1, Doctrina y Convenios 65–66


Unidad 15: Día 1

Doctrina y Convenios 65–66

Introducción

El 12 de septiembre de 1831, José Smith y su familia se mudaron de Kirtland, Ohio, a Hiram, Ohio, a unos 50 kilómetros al sureste de Kirtland. Lo hicieron en respuesta a un consejo que dio el Señor (véase D. y C. 63:65). El profeta y su familia se fueron a vivir a la casa de John y Alice Johnson, recientemente convertidos a la Iglesia. Una de las razones más importantes para salir de Kirtland fue reanudar la obra de la traducción inspirada de la Biblia (también llamada La Traducción de José Smith, o TJS). Establecidos en Hiram, José continuó su labor. El 30 de octubre de 1831, el profeta José Smith recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 65. En esta revelación, el Señor enseña que el Evangelio se extenderá por toda la tierra en preparación para Su segunda venida, y que los santos deben orar por el crecimiento del Reino de Dios.

William E. McLellin fue bautizado el 20 de agosto de 1831. Poco tiempo después, fue ordenado élder y acompañó a Hyrum Smith unas pocas semanas como misionero. En octubre, viajó a Ohio para una conferencia de la Iglesia, y allí conoció al profeta José Smith. Por medio del Profeta el Señor le dio a William instrucciones y amonestaciones para ayudarle a permanecer fiel y finalmente recibir la vida eterna. Esa revelación se registra en Doctrina y Convenios 66.

Doctrina y Convenios 65

El Señor declara que el Evangelio llenará la tierra

  1. Anota en tu diario de estudio de las Escrituras algunas cosas por las que regularmente oras.

Doctrina y Convenios 65 es una revelación sobre la oración. Al estudiar esta revelación, hallarás el consejo del Señor acerca de algo por lo que debemos orar, en particular al ser testigos del cumplimiento de los acontecimientos profetizados para los últimos días.

Lee Doctrina y Convenios 65:1–2 para saber cómo describió el Señor la expansión del Evangelio. Si lo deseas, marca hasta dónde dijo el Señor que se extenderá el evangelio de Jesucristo.

Observa que el Señor dijo que “las llaves del reino de Dios han sido entregadas al hombre en la tierra” (D. y C. 65:2). La frase “las llaves del reino” hace referencia a la autoridad del sacerdocio para presidir y para autorizar la administración y realización de las ordenanzas del sacerdocio en la Iglesia. Con esas llaves del sacerdocio, el Presidente de la Iglesia dirige nuestra labor de predicar el Evangelio.

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Daniel interpreta el sueño de Nabucodonosor

¿Qué sabes de la interpretación que hizo Daniel del sueño del rey Nabucodonosor, que se encuentra en Daniel 2, en el Antiguo Testamento?

Recordarás que el rey Nabucodonosor se sentía afligido por un sueño que tuvo, y que el Señor le reveló al profeta Daniel tanto el sueño como su significado. En el sueño, aparecía una gran figura humana que representaba los diversos reinos políticos, y que fue destruida por una piedra cortada de un monte, no con mano. La piedra era pequeña al comienzo, pero fue creciendo hasta que llenó toda la tierra (véase Daniel 2:31–45).

En Doctrina y Convenios 65:2, la frase “reino de Dios” se refiere al Reino de Dios sobre la tierra, o sea, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (véase Doctrina y Convenios 65:5–6). Si lo deseas, escribe esto en tu ejemplar de las Escrituras junto al versículo 2.

Lee las siguientes palabras del presidente Gordon B. Hinckley y fíjate en lo que dijo acerca del Reino de Dios:

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Presidente Gordon B. Hinckley

“Somos ciudadanos del mayor reino de la tierra, un reino que no es dirigido por la sabiduría del hombre, sino por el Señor Jesucristo. La presencia de ese reino es real; su destino es seguro. Este es el reino del que habló el profeta Daniel: una piedra que sería cortada de la montaña, no con mano, y que rodaría hasta llenar toda la tierra (véase Daniel 2:34–35).

“Ningún hombre mortal creó este reino, sino que procedió mediante revelación de su divina fuente, y desde sus comienzos en el siglo XIX, ha sido como una bola de nieve que aumenta de volumen a medida que rueda” (véase “Los pilares de la Verdad”, Liahona, mayo de 2002, págs. 4–5).

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿De qué modo ves que la profecía de Daniel se está cumpliendo hoy en día? ¿De qué forma fortalece esto tu testimonio sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días?

    2. ¿Qué importancia tiene para ti formar parte del Reino de Dios sobre la tierra?

Lee la siguiente declaración del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y piensa cómo completarías la última oración:

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Élder Neil L. Andersen

“¿Alguna vez han pensado por qué se les envió a la tierra en esta época específica? No nacieron durante la época de Adán y Eva, ni cuando los faraones gobernaban Egipto, ni durante la dinastía Ming. Ustedes han venido a la tierra en esta época, 20 siglos después de la primera venida de Cristo. El sacerdocio de Dios ha sido restaurado en la tierra y el Señor ha extendido Su mano a fin de preparar al mundo para Su glorioso regreso. Estos son días de gran oportunidad e importantes responsabilidades. Estos son los días de ustedes.

“Con su bautismo, ustedes han declarado su fe en Jesucristo… Una de sus responsabilidades importantes es…” (“Preparar al mundo para la Segunda Venida”, Liahona, mayo de 2011, pág. 49).

Lee Doctrina y Convenios 65:3–4 y busca las responsabilidades que te corresponden como miembro del Reino de Dios sobre la tierra.

En el versículo 3, la frase “disponed la cena del Cordero” hace referencia a nuestra responsabilidad de preparar al mundo para la segunda venida de Jesucristo. Podrías escribir el siguiente principio en tu ejemplar de las Escrituras junto a Doctrina y Convenios 65:3–4: Tenemos la responsabilidad de prepararnos a nosotros mismos y a los demás para la segunda venida de Jesucristo.

Élder Andersen testificó de esta verdad. Él completó la oración final de la declaración anterior con estas palabras: “Una de sus responsabilidades importantes es ayudar a preparar al mundo para la segunda venida del Salvador” (“Preparar al mundo para la Segunda Venida”, pág. 49).

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. Al pensar en tu responsabilidad de prepararte y de preparar a los demás para la segunda venida de Jesucristo, ¿cuáles son tus pensamientos y sentimientos?

    2. En Doctrina y Convenios 65:4 dice que hemos de “[dar] a conocer sus maravillosas obras entre el pueblo”. ¿Cuáles son algunas de las formas en que tú puedes hacerlo?

Lee Doctrina y Convenios 65:5–6 y marca al menos tres cosas por las que debemos orar.

El orar por esas cosas, ¿en qué te puede ayudar a prepararte a ti mismo y a los demás para la Segunda Venida?

Lee la siguiente cita del presidente Thomas S. Monson y busca algo por lo que el presidente Monson nos pidió que oráramos continuamente, y piensa en la manera en que esas oraciones pueden ayudar a preparar al mundo para la segunda venida de Jesucristo.

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Presidente Thomas S. Monson

“Les pido que continúen ejercitando su fe y oraciones en beneficio de aquellas regiones donde nuestra influencia es limitada y donde no se nos permite compartir el Evangelio libremente en este momento; ocurrirán milagros si lo hacemos” (“Bienvenidos a la conferencia”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 6).

  1. De lo que aprendiste en Doctrina y Convenios 65, escribe algo que vas a hacer para prepararte a ti mismo y a los demás para la segunda venida de Jesucristo.

Doctrina y Convenios 66

El Señor aconseja a William E. McLellin seguir fiel hasta el fin.

William E. McLellin había orado en secreto, pidiendo que el Señor le revelara las respuestas a cinco preguntas específicas mediante el profeta José Smith. Sin mencionar sus preguntas, William solicitó una revelación. El 29 de octubre de 1831, cuando el profeta José dictaba la revelación que se encuentra en Doctrina y Convenios 66, William vio que se había contestado cada una de sus preguntas.

A pesar de que William E. McLellin no permaneció fiel, diez años después de que se apartara de la Iglesia escribió que no podía negar que el profeta José Smith había sido inspirado. En cuanto a esa revelación, escribió lo siguiente: “Ahora testifico, en el temor del Señor, que cada pregunta que expresé a los oídos del Señor de Sabaot fue contestada a mi entera y completa satisfacción. Yo así lo deseaba como testimonio de la inspiración de José. Y hasta el día de hoy lo considero como una evidencia que no puedo refutar” (en Jan Shipps y John W. Welch, editores, The Journals of William E. McLellin, 1831–1836, 1994, pág. 57).

Conforme estudies Doctrina y Convenios 66, busca las promesas alentadoras que el Señor dio a William E. McLellin. Asimismo, busca palabras de reprensión y de amonestación.

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras una de las promesas y una de las amonestaciones que el Señor dio al hermano McLellin, indicando el versículo donde se hallan. Luego escribe una o dos frases para explicar lo que aprendas acerca del Señor de esa promesa y de esa amonestación.

  2. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 65–66 y completado la lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: