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Unidad 24: Día 1, Doctrina y Convenios 109


Unidad 24: Día 1

Doctrina y Convenios 109

Introducción

Los santos trabajaron durante casi tres años para edificar el Templo de Kirtland. Al acabarlo, el Señor le reveló al profeta José Smith la oración que debía ofrecerse en la dedicación del templo. El Profeta leyó la oración como parte de los servicios de dedicación, el 27 de marzo de 1836. Le rogó al Señor que aceptara el templo y cumpliera las promesas que Él había hecho con respecto al templo, entre ellas la protección y las bendiciones para quienes allí adoraren. Pidió en la oración por los santos que habían sido oprimidos en el condado de Jackson, Misuri, y oró por sus opresores también. También rogó que los pueblos de todo el mundo, en especial los del disperso pueblo de Israel, fuesen convertidos a la plenitud del Evangelio.

Doctrina y Convenios 109:1–23

José Smith pide al Señor que acepte el Templo de Kirtland y bendiga a aquellos que adoren allí

¿Sabes dónde está ubicado cada uno de los siguientes templos? Haz coincidir la fotografía de cada templo con la ubicación que le corresponda. (Las respuestas se hallan al final de esta lección).

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    Templo de Salt Lake

  1. Hong Kong, China

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    Templo de Hong Kong, China

  1. Salt Lake City, Utah, EE. UU.

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    Templo de Tegucigalpa, Honduras

  1. São Paulo, Brasil

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    Templo de São Paulo, Brasil

  1. Kirtland, Ohio

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    Templo de Kirtland

  1. Tegucigalpa, Honduras

  1. Escribe la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Por qué edifican templos los Santos de los Últimos Días? Escribe algunas respuestas a la pregunta. Deja espacio para agregar respuestas más adelante en esta lección.

Hallarás respuestas a esta pregunta al estudiar Doctrina y Convenios 109, que contiene la oración que el profeta José Smith ofreció en la dedicación del templo en Kirtland, Ohio.

Después de casi tres años de esfuerzo y sacrificios para edificar el Templo de Kirtland, los santos vieron cumplida la promesa del Señor de que si ellos guardaban Sus mandamientos, “[tendrían] poder para [construirlo]” (D. y C. 95:11). El 27 de marzo de 1836, los miembros de la Iglesia asistieron al servicio de dedicación del templo, y el profeta José Smith ofreció la oración dedicatoria. Asistieron unas mil personas al servicio de dedicación. Muchos más quisieron estar presentes, pero no cabían en el edificio. El Profeta hizo los arreglos para que ellos participaran en una reunión en otra edificación, y se repitió el servicio dedicatorio unos días más tarde.

¿Has participado alguna vez en un servicio de dedicación de un templo? Imagínate que estás participando en el servicio de dedicación del Templo de Kirtland. Este es el primer templo que se edifica desde la antigüedad. Por mucho tiempo has eperado con ansias este día. Se comienza con un himno a cargo de un coro. A continuación, Sidney Rigdon, consejero de la Primera Presidencia, da un discurso. Luego de una breve pausa, tienes la oportunidad de sostener a los líderes de la Iglesia. Entonces, el Profeta se pone de pie y lee la oración dedicatoria.

Lee Doctrina y Convenios 109:1–4 y determina la primera razón por la que los santos edificaron el templo. Observa que hoy en día, al igual que en los primeros días de la Iglesia, el Señor nos manda edificar templos.

Lee Doctrina y Convenios 109:5 y busca las frases que describen los sacrificios que hicieron los santos para edificar el templo. Sería bueno que marques lo que encuentres.

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Templo de Kirtland con andamios

Desde junio de 1833 hasta marzo de 1836, los miembros de la Iglesia sacrificaron tiempo, dinero y posesiones para contribuir a la edificación de una casa para el Señor. Los hombres donaron voluntariamente su mano de obra para la construcción. Las mujeres confeccionaron ropa, ofrecieron su casa para los trabajadores, y cuando muchos de los hombres se ausentaron con el Campo de Sion para ayudar con los problemas en Misuri, algunas mujeres continuaron la obra en el templo. Algunos Santos de los Últimos Días, como John Tanner y Vienna Jacques, ofrendaron gran parte de sus riquezas a la edificación del templo.

A medida que la obra progresaba, los santos comprendieron que en lugar de ladrillo, necesitarían una opción alternativa para cubrir el exterior del templo. Se sugirió que un cantero de nombre Artemus Millet tenía las habilidades necesarias para completar el revoque exterior del templo utilizando un proceso de construcción con piedra triturada. Pero Artemus vivía en Canadá, y no era miembro de la Iglesia. José Smith llamó a Brigham Young para ir a Canadá a enseñar y bautizar a Artemus y llevarlo a Kirtland para que ayudara a edificar el templo. Entonces, el Profeta dijo: “Y dile que traiga mil dólares consigo” (citado en M. Russell Ballard, “What Came from Kirtland”, Devocional en Brigham Young University, el 6 de noviembre de 1994, págs. 8–9; speeches.byu.edu). Brigham fue obediente. Artemus decidió bautizarse, y con mucho sacrificio dejó su hogar en Canadá para ayudar a edificar el templo.

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plano

Plano del nivel inferior del Templo de Kirtland

El costo total del templo fue aproximadamente USD60 000; una suma increíble para la época, en especial si se considera la pobreza de los santos.

  1. ¿Qué te causa impresión de los sacrificios que hicieron los santos para edificar el templo? Lee Doctrina y Convenios 109:5 nuevamente, y encuentra una verdad acerca del templo que explique por qué los santos estuvieron dispuestos a sacrificar tanto para construirlo. Escribe esa verdad en tu diario de estudio de las Escrituras.

Piensa en lo que significa que el Señor iba a “manifestarse a su pueblo” (D. y C. 109:5). La palabra manifestar significa revelar o dar a conocer. Para algunas personas, eso ha incluido una aparición física. Para todos los que asisten al templo dignamente, Él se revela mediante la influencia del Espíritu Santo y por medio de las doctrinas que allí se enseñan, que nos permiten conocerle. El Señor también puede manifestarse a Su pueblo fuera del templo, pero los templos son lugares donde las personas dignas siempre pueden sentir Su influencia.

Lee Doctrina y Convenios 109:12–13 y encuentra frases que te permitan entender cómo el Señor se te puede manifestar en el templo. Podrías marcar las frases que son especialmente significativas para ti.

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de ocasiones en que te has sentido cerca del Señor en el templo. Si no has visitado un templo, escribe sobre lo que esperas sentir cuando puedas entrar a un templo.

Medita en el efecto que producirá en tu vida fuera del templo el que te sientas cerca del Señor dentro del templo. A continuación, estudia Doctrina y Convenios 109:14–23 y busca otras bendiciones prometidas a los que adoren en el templo. Sería bueno que marques lo que encuentres.

Una verdad que aprendemos en Doctrina y Convenios 109:22–23 es que el recibir las bendiciones del templo nos arma con poder y con la ayuda del Señor al servirle. En tu diario de estudio de las Escrituras podrías agregar esto a la lista de razones por las que edificamos templos.

¿Qué piensas que signifique “armados con [el] poder [de Dios]” (D. y C. 109:22)? Analiza la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y busca la clase de poder que puedes recibir cuando adoras en el templo: “En la Casa del Señor, los miembros fieles de la Iglesia pueden ser investidos ‘con poder de lo alto’ [D. y C. 95:8], poder que nos permitirá resistir la tentación, honrar convenios, obedecer los mandamientos del Señor y expresar un fervoroso e intrépido testimonio del Evangelio a la familia, a los amigos y a los vecinos” (“El cultivar atributos divinos”, Liahona, enero de 1999, pág. 31).

  1. Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿De qué forma sería esa clase de poder una bendición para ti y para tu familia?

    2. ¿Cómo sería una bendición para los misioneros?

Doctrina y Convenios 109:24–34

El Profeta pide en oración que el Señor proteja y bendiga a las personas que adoren en el templo

Observa las ilustraciones de una espátula (paleta o llana) y una espada. Una espátula es una herramienta que se usa para aplicar cemento entre los ladrillos o las piedras. ¿Cómo se podrían emplear ambas herramientas en la edificación de un templo?

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espátula y espada

Durante la construcción del Templo de Kirtland, los populachos amenazaron con destruir los muros del templo. El presidente Brigham Young habló de “hombres que trabajaban en las paredes, sujetando la espada con una mano para protegerse de la turba, mientras colocaban piedra y movían la espátula con la otra” (Discourses of Brigham Young, selecciones de John A. Widtsoe, 1954, pág. 415). En ocasiones, los hombres que trabajaban durante el día en el templo también tenían que vigilarlo durante la noche.

Lee Doctrina y Convenios 109:24–28 y busca el tipo de protección que el profeta José Smith pidió al Señor.

En el versículo 24, observa la frase “honorablemente retendrá un nombre y una posición”. Esto hace referencia a la necesidad de ser dignos de adorar al Señor en el templo y de ser fieles a los convenios que allí hacemos.

Basándote en lo que lees en Doctrina y Convenios 109:24–28, completa el siguiente principio: Si somos dignos y adoramos al Señor en el templo, entonces . (Probablemente encuentres varias maneras de completar esta declaración. Por ejemplo, podrías ver que una de las bendiciones de adorar en el templo es que “ninguna arma forjada en contra de [nosotros] [prosperará]” [D. y C. 109:25]. Podrías añadir ese principio, y otros más, a tu lista de razones por las que edificamos templos).

En Doctrina y Convenios 109:29–34, leemos que el profeta José Smith pidió en oración que fueran confundidos los que esparcían mentiras acerca de los santos y que los miembros de la Iglesia pudieran levantarse y hacer la obra del Señor.

Doctrina y Convenios 109:35–67

José Smith ora por los líderes de la Iglesia, por los santos de Misuri, por los que oprimen a los santos, y pide que las naciones de la tierra escuchen a los misioneros

Los santos esperaban anhelosamente la investidura de poder y gloria que les fue prometida si edificaban el Templo de Kirtland. En Doctrina y Convenios 109:35–46, el profeta José Smith rogó al Señor que llenara el templo con Su gloria y que concediera a Sus siervos el testimonio y el poder que necesitarían para proclamar el Evangelio.

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ángeles en el Templo de Kirtland

En la noche del 27 de marzo de 1836, tras la dedicación del templo, se reunieron los cuórums del sacerdocio en el templo. José Smith dijo que él “los instruyó en cuanto al espíritu de profecía, y pidió a los de la congregación que hablaran…

“El hermano George A. Smith se levantó y comenzó a profetizar, cuando de pronto se escuchó un estruendo como el de un viento fuerte que soplaba, el cual llenó el templo, y toda la congregación se levantó a un mismo tiempo, impelida por un poder invisible. Muchos comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar; otros tuvieron visiones gloriosas y he aquí que el templo se llenó de ángeles, lo cual declaré a la congregación. La gente de las inmediaciones llegó corriendo (al escuchar un ruido extraordinario en el interior del templo y ver una luz brillante, como un pilar de fuego, descansar sobre él), y se asombró por lo que estaba ocurriendo” (Joseph Smith, en History of the Church, tomo II, pág. 428; citado en Presidentes de la Iglesia, Manual del alumno, 2004, capítulo 1). El Nuevo Testamento narra un acontecimiento similar que ocurrió entre los santos fieles que se congregaron poco después de la resurrección de Jesucristo. Ese acontecimiento, a menudo llamado el día de Pentecostés, está registrado en Hechos 2. Podrías correlacionar el pasaje de Doctrina y Convenios 109:36–37 con Hechos 2:2–3.

En Doctrina y Convenios 109:47–67, leemos que José Smith pidió en oración por los santos que habían sido expulsados de sus hogares en Misuri y oró por los que los habían oprimido. También pidió que el Señor ablandara el corazón de las personas de la tierra para que recibieran a los siervos que saldrían del templo a predicar el Evangelio.

Doctrina y Convenios 109:68–80

El Profeta ora por la Iglesia y pide que el Señor acepte la dedicación del templo

Escudriña Doctrina y Convenios 109:68–69, 71–73, 78–80, y busca otras c que hizo el Profeta en la oración dedicatoria.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, haz una lista de las peticiones que el Profeta hizo en esos versículos. Luego escribe los beneficios que piensas que obtendrías si incluyeras esas peticiones en tus oraciones.

Si tienes un himnario, consulta el himno “El Espíritu de Dios” (Himnos, nro. 2). Ese himno se cantó en la dedicación del templo de Kirtland, inmediatamente después de la oración dedicatoria (véase la nota al pie de página del himno). Hoy en día se sigue cantando ese himno en los servicios dedicatorios. Escucha, lee o canta el himno.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 109 y completado la lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: