Seminario
Unidad 14: Día 2, Doctrina y Convenios 63


Unidad 14: Día 2

Doctrina y Convenios 63

Introducción

En el verano de 1831, mientras el profeta José Smith supervisaba la dedicación de la tierra donde los santos debían edificar Sion en Independence, Misuri, algunos miembros de la Iglesia se apartaron de los mandamientos del Señor y cometieron pecados graves. El Profeta regresó a Kirtland, Ohio, el 27 de agosto, y el día 30 de agosto recibió la revelación registrada en Doctrina y Convenios 63. En esa revelación el Señor amonestó a los santos en cuanto a las consecuencias de la iniquidad y la rebelión, prometió bendiciones a los santos que fueran fieles en los últimos días y exhortó a Sus siervos a recordar la santidad de Su nombre.

Doctrina y Convenios 63:1–21

El Señor amonesta a los santos en cuanto a las consecuencias de la iniquidad y la rebelión

¿Por qué piensas que es importante que vivamos conforme a nuestras creencias como miembros de la Iglesia de Jesucristo?

Repasa la introducción de esta lección. Luego lee Doctrina y Convenios 63:1–2, 6 y busca lo que el Señor dijo a los inicuos y rebeldes.

¿Por qué crees que es importante que los miembros de la Iglesia abran su corazón y escuchen las palabras del Señor?

Observa la frase “selle sus labios el incrédulo” (D. y C. 63:6). En ese entonces, algunos miembros de la Iglesia habían dejado de creer en la veracidad de la Iglesia y hablaban públicamente en contra de José Smith y otros líderes de la Iglesia. Uno de los críticos declarados contra la Iglesia era un hombre llamado Ezra Booth.

Antes de unirse a la Iglesia, Ezra Booth había sido un ministro metodista. A principios de 1831, se interesó por la Restauración tras haber leído parte del Libro de Mormón. Viajó hasta Kirtland junto con John y Alice Johnson para conocer al Profeta. La señora Johnson padecía de reumatismo, lo que le producía mucho dolor, inflamación y rigidez en el brazo. Cuando ella conoció a José Smith, hacía dos años que no podía levantar la mano hasta la cabeza.

“Durante la entrevista, la conversación nos llevó al tema de los dones sobrenaturales, como los que fueron conferidos en los días de los apóstoles. Alguien dijo: ‘Aquí está la señora Johnson con un brazo agarrotado; ¿ha dado Dios actualmente algún poder al hombre en la tierra para sanarla?’. Unos momentos después, cuando la conversación tomó otro rumbo, [José] Smith se puso de pie, atravesó el cuarto, tomó a la señora Johnson de la mano y dijo de la manera más solemne e impresionante: ‘Mujer, en el nombre del Señor Jesucristo te mando que seas sana’, e inmediatamente abandonó el cuarto… La señora Johnson inmediatamente levantó [el brazo] sin dificultad, y a su regreso a casa, al día siguiente, pudo lavar la ropa sin dificultad ni dolor” (de Haydn’s History of the Disciples, citado en History of the Church, tomo I, págs. 215–216).

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curación del hombro de Elsa Johnson

Piensa cómo te hubieras sentido si hubieras sido testigo de un milagro como ese.

Poco después de haber presenciado ese milagro, Ezra Booth se bautizó.

Lee Doctrina y Convenios 63:7–9 y determina lo que el Señor enseñó acerca de las señales y la fe. Luego completa el siguiente principio: La fe no viene por .

Después de bautizarse, Ezra Booth recibió el sacerdocio y fue enviado a una misión en Misuri. Aparentemente, comenzó su misión con grandes expectativas, pensando que iba a poder convertir a muchas personas mostrándoles señales y efectuando milagros. Sin embargo, tras predicar por un breve tiempo y no viendo los resultados que esperaba, Ezra Booth “se apartó” y apostató (Joseph Smith, en History of the Church, tomo I, pág. 216). El profeta José Smith hizo la siguiente observación sobre Ezra Booth: “Al darse cuenta de que la fe, la humildad, la paciencia y la tribulación anteceden a la bendición, y que Dios humilla antes de ensalzar; al no ver que el ‘Salvador le concediera poder para herir a los hombres y hacerlos creer’… entonces, se sintió desilusionado” (en History of the Church, tomo I, pág. 216).

Lee Doctrina y Convenios 63:10–12 para encontrar otros principios acerca de la fe y las señales. Podrías marcar palabras y frases del versículo 10 que enseñen el siguiente principio: Las señales vienen por la fe, de acuerdo con la voluntad de Dios.

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras por qué piensas que recibimos señales después de que hemos ejercido la fe. Anota uno o dos ejemplos de personajes de las Escrituras que hayan presenciado grandes señales o milagros pero que no demostraron una fe o rectitud duraderas. (Si necesitas ayuda, consulta 1 Nefi 17:43–45).

Conviene recordar que las señales y los milagros no siempre son espectaculares en apariencia. Con frecuencia, al ejercer la fe podemos recibir una señal o un testimonio de la veracidad del Evangelio de un modo silencioso y personal. Podemos ejercer la fe al orar, estudiar las Escrituras, ayunar, dar servicio y vivir los principios del Evangelio.

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Una jovencita lee las Escrituras
  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras cómo el ejercer la fe te ha ayudado a ti, o a alguien que conoces, a recibir un testimonio de la veracidad del Evangelio.

Como se mencionó previamente, además de buscar señales, algunos miembros de la Iglesia también se habían “apartado de [los] mandamientos” (D. y C. 63:13) y estaban cometiendo pecados graves. Lee Doctrina y Convenios 63:14–19 para determinar algunos de los pecados que ellos habían cometido. Para comprender el versículo 17, tal vez te ayude el entender lo siguiente: Un fornicario es una persona que participa en pecados sexuales. Un hechicero es alguien que participa en actividades donde se invita la influencia de espíritus malos. La frase “lago que arde con fuego y azufre” se emplea como metáfora del estado de terrible miseria que aguarda a los inicuos al morir (véase Mosíah 3:27). Es también a lo que se refiere “la segunda muerte” en Doctrina y Convenios 63:17 (véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Muerte espiritual”, escrituras.lds.org).

Si lo deseas, marca las palabras en Doctrina y Convenios 63:16 que enseñan el siguiente principio: Si miramos a los demás con codicia (lujuria), no tendremos el Espíritu, sino que negaremos la fe. La lujuria abarca también el mirar pornografía.

Doctrina y Convenios 63:22–66

El Señor promete bendiciones a los fieles en los últimos días

En la revelación registrada en Doctrina y Convenios 63, el Señor habló de la destrucción que sobrevendrá a los inicuos en los últimos días, pero también hizo potentes promesas a los santos.

Una vez que hayas aprendido acerca de la destrucción y las promesas de las que habló el Señor, marca las siguientes declaraciones como verdaderas (V) o falsas (F) después de haber leído las referencias de las Escrituras asociadas. Si lo deseas, podrías ir marcando en tu ejemplar de las Escrituras principios importantes que vayas aprendiendo a medida que completas esta asignación.

  1. Durante las guerras de los últimos días, los inicuos se destruirán unos a otros. (Véase D. y C. 63:32–33).

  2. Los santos escaparán fácilmente de todos los juicios y destrucciones de los últimos días. (Véase D. y C. 63:34).

  3. Cuando Jesucristo vuelva nuevamente, Él destruirá a toda persona inicua que aún esté sobre la tierra. (Véase D. y C. 63:34).

  4. Quienes sean fieles vencerán al final todos los desafíos de esta vida. (Véase D. y C. 63:47–48).

  5. Las personas justas que mueran antes de la Segunda Venida resucitarán cuando el Salvador vuelva a la tierra. (Véase D. y C. 63:49).

  6. Las personas justas que moren sobre la tierra al tiempo de la Segunda Venida nunca morirán. (Véase D. y C. 63:50–51).

La declaración 1 es verdadera y la 2 es falsa. La siguiente declaración del profeta José Smith explica por qué la declaración 2 es falsa: “Es falsa la idea de que los santos escaparán de todos los juicios, mientras los inicuos sufren; porque toda carne está sujeta al padecimiento, ‘y los justos apenas escaparán’. Con todo, muchos de los santos se librarán, pues los justos vivirán por la fe; sin embargo, muchos de los justos serán postrados por las enfermedades, las pestilencias, etc., por motivo de la debilidad de la carne, mas no obstante, se salvarán en el Reino de Dios” (véase Enseñanzas del profeta José Smith, 1975, pág. 193).

Las declaraciones 3 a 5 son verdaderas y la 6 es falsa.

Doctrina y Convenios 63:47 contiene una promesa del Señor. Completa el siguiente principio, basándote en este versículo: Si somos , entonces .

¿De qué modo puede ayudarte el Señor a “[vencer] al mundo” en tu vida diaria?

Tal como explicó el profeta José Smith, no podremos evitar todas las dificultades presentes en el mundo en esta vida. Sin embargo, si somos justos, nos “[salvaremos] en el Reino de Dios” (véase Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 193). Estudia Doctrina y Convenios 63:49 e indica las bendiciones que reciben los fieles que vencen al mundo.

Una manera de demostrar nuestra fidelidad es mediante la forma en que usamos el nombre del Señor, como se explica en Doctrina y Convenios 63:59–64. A medida que estudies estos versículos, busca palabras y frases que enseñen el principio siguiente: El nombre de Jesucristo es sagrado y debe expresarse con cuidado. Si lo deseas, marca en tu ejemplar de las Escrituras las palabras y frases que enseñan ese principio.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras haz una lista de algunas situaciones en las que puedes usar el nombre de Jesucristo apropiadamente. Luego contesta las siguientes preguntas:

    1. ¿Por qué crees que decimos el nombre del Salvador cuando oramos, testificamos y efectuamos ordenanzas del sacerdocio?

    2. Cuando mencionamos el nombre del Salvador, ¿qué puedes hacer para recordar que es sagrado y que debe expresarse con cuidado?

Este principio no se aplica solamente al nombre del Salvador. Piensa en otras palabras o temas que “[vienen] de arriba” y son sagrados. Luego piensa en cómo puedes asegurarte de expresarlos “con cuidado”.

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Élder Dallin H. Oaks

El élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que el principio que aprendiste en cuanto al nombre de Jesucristo también se aplica al nombre del Padre Celestial: “No existen palabras más sagradas o más importantes que los nombres de Dios el Padre y su Hijo, Jesucristo” (“Reverentes y limpios”, Liahona, julio de 1986, pág. 48).

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Doctrina y Convenios 63 y completado la lección el (fecha).

    Preguntas adicionales, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: