Seminario
Lección 108: Doctrina y Convenios 103


Lección 108

Doctrina y Convenios 103

Introducción

El 24 de febrero de 1834, en una reunión del sumo consejo de Kirtland, Parley P. Pratt y Lyman Wight solicitaron orientación sobre el modo en que los santos de Misuri podrían procurarse sostén temporal y volver a tomar posesión de sus tierras en el condado de Jackson. El mismo día, José Smith recibió la revelación que está en Doctrina y Convenios 103, en la cual el Señor prometió que la tierra de Sion sería redimida. El Señor dio instrucciones a los líderes de la Iglesia de juntar recursos y reclutar personas para ir a ayudar a los santos de Misuri. Aquel grupo llegó a conocerse como el Campo de Sion.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 103:1–20

El Señor promete que Sion será redimida

Empiece la clase haciendo la siguiente pregunta:

  • ¿Qué enemigos tienen las personas rectas hoy en día?

Pida a los alumnos que piensen en el modo en que los enemigos del Señor procuran obstaculizar el progreso espiritual de ellos.

  • ¿Por qué creen que los enemigos del Señor son capaces de obstaculizar el progreso espiritual de algunos de los del pueblo del Señor?

Conforme los alumnos empiecen el estudio y el análisis de hoy de Doctrina y Convenios 103, ínstelos a buscar los principios que podrían ayudarles a vencer a tales enemigos.

Invite a un alumno a leer en voz alta la introducción de Doctrina y Convenios 103. Pida al resto de la clase que siga la lectura en silencio para determinar la causa por la cual Parley P. Pratt y Lyman Wight habían venido a Kirtland, Ohio, desde Misuri.

  • ¿Por qué habían viajado a Kirtland los hermanos Pratt y Wight?

Explique que José Smith recibió la revelación que se halla en Doctrina y Convenios 103 el mismo día en que esos dos líderes se reunieron con él y con el sumo consejo en Kirtland.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:1–4 en voz alta. Pida a la clase que busque dos causas por las que el Señor permitió que Sus enemigos persiguieran a los santos de Misuri.

  • Según los versículos 3–4, ¿cuáles son las dos causas por las que el Señor permitió que Sus enemigos persiguieran a los santos? (Una de las razones era “para que llegue al colmo la medida de [las] iniquidades [de los perseguidores] y se llene su copa”; es decir, a fin de justificar Sus juicios contra los inicuos. Otra razón era para castigar a los santos desobedientes).

  • Según el versículo 4, ¿por qué debían ser castigados los santos? ¿Qué creen que signifique la frase “no escucharon del todo”? (No fueron totalmente obedientes al Señor).

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:5–7 en voz alta. Pida a la clase que determine lo que el Señor enseñó a los santos que debían hacer para prevalecer contra Sus enemigos (Podría explicar que la palabra prevalecer significa ser más fuerte que el oponente o salir victorioso).

  • Si los santos seguían el consejo del Señor “desde [esa] misma hora”, ¿qué bendición recibirían? (Prevalecerían en contra de los enemigos del Señor “desde [esa] misma hora”).

  • ¿Qué se nos enseña en esos versículos sobre el modo en que podemos prevalecer en contra de la influencia del mundo? (Aunque utilicen otras palabras, los alumnos deben expresar el siguiente principio: Cuando comenzamos a seguir el consejo del Señor, recibimos fortaleza para empezar a prevalecer en contra del mundo).

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:8–10 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio en busca de la advertencia que el Señor hizo de lo que sucederá si escogemos no obedecer Sus palabras.

  • ¿Cuáles son algunas de las consecuencias de escoger no obedecer todas las palabras del Señor? (Los alumnos podrían hallar diversos principios, entre ellos: Si desobedecemos los mandamientos del Señor, el mundo prevalecerá en contra de nosotros. Si no observamos todas las palabras del Señor, perdemos la capacidad de ser una luz a los demás).

  • ¿Por qué creen que alguien que sea desobediente al Señor u obediente sólo en forma parcial podría ser incapaz de prevalecer en contra de los enemigos del Señor?

  • Mencionen algunos ejemplos del modo en que las personas pueden lograr la victoria sobre algún enemigo del Señor al esforzarse por obedecer las palabras del Señor. (Entre los ejemplos, podrían mencionarse las personas que mediante la obediencia han recibido fortaleza del Señor para vencer alguna adicción o vivir el Evangelio tras haber llevado una vida mundana).

Quizás desee explicar que aunque no seamos obedientes de manera perfecta a todas las palabras del Señor, si nos esforzamos con diligencia por obedecer y nos arrepentimos cuando fallamos, el Señor nos ayudará a prevalecer en contra de Sus enemigos.

Invite a los alumnos a escribir en el cuaderno de apuntes o en el diario de estudio de las Escrituras algún principio que podrían empezar a obedecer “desde esta misma hora” a fin de escuchar mejor el consejo del Señor.

Reseñe Doctrina y Convenios 103:11–20 al explicar que el Señor prometió a los santos que después de aquellas tribulaciones, Sion sería redimida por Su poder. No obstante, si los santos profanaban sus heredades, se les quitarían.

Doctrina y Convenios 103:21–40

El Señor revela la forma en que la tierra de Sion será redimida

Antes de la clase, haga un cartel que diga ¡SE NECESITAN VOLUNTARIOS! Colóquelo en algún lugar a la vista de los alumnos. Además, prepare el aviso siguiente en una hoja de papel:

¡Se necesitan voluntarios! Unos crueles populachos han expulsado de sus tierras en el condado de Jackson, Misuri, a nuestros hermanos de la Iglesia. Súmese a los esfuerzos por socorrer a esos santos y contribuir a protegerlos mientras vuelven a tomar posesión de sus tierras en Sion. Partiremos de Kirtland, Ohio: 1º de mayo de 1834.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:21–23 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el Señor mandó que hicieran los líderes de la Iglesia para redimir la tierra de Sion. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.

Pida a un alumno que se ponga de pie junto al letrero que dice: ¡SE NECESITAN VOLUNTARIOS! y entréguele el aviso que escribió antes de la clase y pídale que lo lea en voz alta. Luego haga las siguientes preguntas a la clase:

  • ¿Creen que hubieran estado dispuestos a ir al condado de Jackson para ayudar a los santos? ¿Por qué? ¿O por qué no?

Explique que el grupo de hombres a quienes José Smith conduciría a Misuri llegó a conocerse como el Campo de Sion. (Tal vez quiera explicar que la palabra campo es un sinónimo de “ejército” [véase Diccionario de la Lengua Española, 2001, 22da. edición, “campo”, 17ma. entrada]). Los integrantes del Campo de Sion tenían dos propósitos fundamentales; primero, debían llevar recursos materiales a los santos de Misuri a fin de socorrerlos y permitirles regresar a su hogar y comprar más tierras; segundo, con autorización del gobernador Daniel Dunklin de Misuri, después que la milicia del estado hubiera escoltado a los santos de vuelta al condado de Jackson, los miembros del Campo de Sion se quedarían para contribuir a mantener el orden y la paz en el lugar.

  • Si hubiesen sido miembros de la Iglesia en esos momentos, ¿qué inquietudes hubieran sentido en cuanto a ofrecerse como voluntarios para el Campo de Sion?

Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 103:20 en silencio.

  • ¿Cómo influiría en su decisión de ofrecerse como voluntarios la promesa de ese versículo?

Explique que unirse al Campo de Sion significaba dejar las responsabilidades familiares y laborales para marchar unos 1450 km en extenuantes condiciones para llegar a un lugar hostil y peligroso. Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:27–28 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que dijo el Señor a quienes se unirían al Campo de Sion. Pida a los alumnos que expliquen lo que encuentren.

  • ¿Qué creen que signifique la frase “dar su vida por mi causa”?

  • Según esos versículos, ¿cómo llama el Señor a alguien que está dispuesto a dar su vida por la causa del Salvador? (Después que respondan los alumnos, escriba lo siguiente en la pizarra: Los discípulos de Jesucristo están dispuestos a dar la vida por Su causa).

Recalque que para los santos del Campo de Sion, la posibilidad de perder la vida era algo real. Aunque quizás no afrontemos los mismos peligros, esa verdad también se aplica a nosotros. Invite a un alumno a leer las siguientes palabras del presidente James E. Faust, de la Primera Presidencia. Pida a la clase que preste atención a una forma en la cual todos podemos dar la vida por la causa del Señor.

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Presidente James E. Faust

“Sin embargo, a la mayoría de nosotros no se nos requiere morir por la Iglesia, sino vivir por ella. Para muchos, llevar cada día una vida cristiana puede llegar a ser más difícil que entregar la vida” (“El discipulado”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 22).

  • ¿Por qué creen que podría ser aun más difícil vivir por el Señor que morir por Él?

Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 103:30–34 en silencio para conocer cuántos voluntarios deseaba el Señor para el Campo de Sion.

  • ¿Cuántos voluntarios deseaba el Señor? (500). ¿Cuál era la cantidad mínima que requería el Señor? (100).

Explique que al concluir la reunión del sumo consejo en la cual líderes de la Iglesia analizaron la situación de los santos de Misuri, José Smith dijo que viajaría a Sion y ayudaría a redimirla. Entre 30 y 40 de los presentes también se ofrecieron como voluntarios. Después, el Señor designó a ocho hombres para que fueran entre las congregaciones de la Iglesia a fin de reclutar voluntarios para el Campo de Sion y procurar contribuciones de provisiones y dinero para los santos de Misuri (véase D. y C. 103:37–40). Alrededor de 200 personas viajaron con el Campo de Sion, entre ellas, mujeres y niños.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 103:35–36 en voz alta. Pida a la clase que determine lo que los santos debían hacer para lograr el éxito al intentar redimir Sion.

  • Según la promesa del Señor que está en esos versículos, ¿qué principio aprendemos sobre el modo en que podemos lograr toda victoria y toda gloria? (Los alumnos deben reconocer el siguiente principio: Se nos concede toda victoria y toda gloria mediante nuestra diligencia, fidelidad y oraciones de fe).

Testifique que lograremos toda victoria sobre los enemigos del Señor en la medida en que nos esforcemos por obedecer con diligencia y fidelidad todas las palabras del Señor. Inste a los alumnos a poner en práctica “desde esta misma hora” lo que hayan escrito en el cuaderno de apuntes o en el diario de estudio de las Escrituras.

Comentarios e información de contexto

Doctrina y Convenios 103. Daniel Dunklin, Gobernador de Misuri

Mientras los santos sobrellevaban la hostilidad antimormona en Misuri en 1833 y 1834, los líderes de la Iglesia solicitaban reiteradamente la ayuda de los oficiales gubernamentales del estado y del gobierno nacional, incluso la de Daniel Dunklin, el Gobernador de Misuri. Frente a los petitorios de los santos, el gobernador Dunklin casi no ofreció ninguna ayuda. En octubre de 1833, aconsejó a los líderes de la Iglesia que solicitaran a los tribunales del condado de Jackson que se les indemnizara y protegiera. Además, les prometió que si dichos pedidos eran desoídos, él mismo se valdría de otros medios para hacer cumplir la ley. No obstante, el consejo del gobernador Dunklin resultó ineficaz y poco práctico, puesto que varios de los funcionarios judiciales del tribunal del condado de Jackson estaban entre quienes intentaban expulsar a los mormones por la fuerza (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, 2da. edición, manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2003, págs. 145–146).

A finales del otoño de 1833, se expulsó a los santos del condado de Jackson por la fuerza. La mayoría de ellos halló refugio temporario en el vecino condado de Clay, mientras que el resto lo hizo en otros condados cercanos. La siguiente primavera, conforme se formaba el Campo de Sion y emprendía la marcha hacia Misuri, los líderes de la Iglesia continuaron solicitando al gobernador Dunklin que garantizara que brindaría ayuda a los santos para que volviesen a tomar posesión de sus hogares y pertenencias y viviesen en paz en el condado de Jackson. El gobernador reconoció que se había agraviado a los santos. También reconoció que el estado debía enviar un contingente armado a fin de reinstaurar a los mormones en sus tierras y protegerlos mientras los tribunales emitían fallo en cuanto a los litigios legales correspondientes (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs. 146–148).

Sin embargo, en junio de 1834, el gobernador Dunklin cambió de postura. Argumentó que convocar a la milicia probablemente desencadenaría una guerra abierta en el estado. En lugar de ofrecer ayuda, aconsejó a los santos que, a efectos de evitar el derramamiento de sangre, debían renunciar a sus derechos, vender sus tierras y establecerse en otro sitio; les aconsejó, además, que recurrieran al sistema judicial. Tales sugerencias eran inaceptables para los líderes de la Iglesia, así que se desvanecieron sus esperanzas de que se permitiera a los santos retornar a su hogar en paz (véase La historia de la Iglesia en el cumplimiento de los tiempos, págs.158–160).

Doctrina y Convenios 103:1, 13. La redención de Sion

En definitiva, la redención de Sion no era algo que se limitara a volver a tomar posesión de las tierras. Sion es un lugar tanto físico como una sociedad compuesta por cierto tipo de personas. Antes que se recupere la tierra de Sion y se edifique la ciudad de Sion, el pueblo del Señor debe santificarse.

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Élder D. Todd Christofferson

“Sion es Sion debido al carácter, a los atributos y a la fidelidad de sus habitantes. Recuerden que ‘el Señor llamó Sion a su pueblo, porque eran uno en corazón y voluntad, y vivían en rectitud; y no había pobres entre ellos’ (Moisés 7:18). Si queremos establecer Sion en nuestros hogares, ramas, barrios y estacas, debemos estar a la altura de esa norma. Será preciso: (1) que lleguemos a ser unidos en corazón y voluntad; (2) que individual y colectivamente lleguemos a ser un pueblo santo; y (3) que cuidemos de los pobres y los necesitados con tal eficacia que eliminemos la pobreza de entre nosotros. No podemos esperar hasta que venga Sion para que sucedan esas cosas; Sion vendrá sólo cuando las hagamos” (“A Sion venid”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 38).

Doctrina y Convenios 103:15–18. “La redención de Sion tiene que venir por poder”

La finalidad del Campo de Sion no era volver a tomar posesión de las tierras de los santos del condado de Jackson mediante la fuerza de las armas, aunque algunos miembros del campo así lo creyeran. Los hombres estaban preparados para dar batalla si su vida se hubiera hallado amenazada, mas al Señor no le es preciso depender del poder del hombre para redimir a Sion.

El presidente Joseph Fielding Smith escribió en cuanto al poder mediante el cual se redimirá Sion:

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Presidente Joseph Fielding Smith

“La redención de Sion tiene que venir por poder, no el de las armas ni el derramamiento de sangre, sino por el poder del Señor” (Church History and Modern Revelation, 1953, tomo I, pág. 484).

El Señor se refirió al papel que desempeñaría Su poder en la redención de Sion cuando les dijo a los santos que serían “[sacados] de la servidumbre con poder y con brazo extendido” (D. y C. 103:17). “Con brazo extendido” es una frase simbólica que hace referencia a que Dios use Su poder (el cual simboliza Su brazo) a favor de Su pueblo. Los santos alcanzarán la victoria en cuanto a la redención de Sion sólo mediante el poder de Dios, y obtienen dicho poder al obedecer todas Sus palabras.

Doctrina y Convenios 103:27. “Quien dé su vida por mi causa, la hallará de nuevo”

El élder Franklin D. Richards, de los Setenta, explicó lo que sucede cuando damos la vida por el Salvador:

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Élder Franklin D. Richards

“Resulta evidente que muchas grandes bendiciones se basan en la obediencia a la ley eterna del sacrificio.

“El Salvador dijo: ‘Ningún hombre tema dar su vida por mi causa; porque quien dé su vida por mi causa, la hallará de nuevo’ (D. y C. 103:27).

“Es así que el galardón al sacrificio supremo de entregar la vida propia es que la persona halle su vida de nuevo, ‘sí, vida eterna’ (D. y C. 98:13)” (en Conference Report, abril de 1967, pág. 75).