Seminario
Lección 56: Doctrina y Convenios 49


Lección 56

Doctrina y Convenios 49

Introducción

Leman Copley, que era un converso a la Iglesia, quería que se enviaran misioneros para que predicaran el Evangelio a los miembros de su anterior credo religioso, los tembladores; no obstante, seguía aferrándose a algunas de las creencias falsas de dicha religión. Preocupado por la persistencia de Leman en las creencias previas de este, José Smith preguntó al Señor el 7 de mayo de 1831 y recibió la revelación que está ahora en Doctrina y Convenios 49.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 49:1–4

El Señor llama a Sidney Rigdon, a Parley P. Pratt y a Leman Copley a ir a predicar el Evangelio a los tembladores

Antes de la clase, haga una trampa para monos o dibuje la ilustración siguiente en la pizarra. Para confeccionar una trampa para monos, necesitará una caja con tapa. Fije la tapa a la caja y haga una abertura en uno de los lados de esta tan solo lo bastante grande como para que los alumnos puedan meter la mano, pero no el puño cerrado. Coloque una fruta o una pelota dentro de la caja.

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caja con abertura

Pregunte a los alumnos si saben cómo atrapar a un mono. (Si conocieran el método en cuestión, invítelos a explicarlo al resto de la clase; si ha confeccionado la trampa, también puede invitar a un alumno a demostrar cómo funciona). Explique que una forma de atrapar monos es colocar un objeto que éstos deseen en una caja que tenga una abertura lo suficientemente grande para que el animal meta la mano. Cuando el mono toma el objeto, no le es posible retirar el puño cerrado, puesto que sostiene algo que es demasiado grande como para pasar por la abertura. Como están decididos a no soltar el objeto, algunos monos se dejan atrapar.

Invite a los alumnos a leer en silencio la introducción de Doctrina y Convenios 49 y a buscar algunas formas en que la situación descrita se asemeja a la trampa para monos. Después que los alumnos señalen que Leman Copley tenía dificultades para abandonar ciertas creencias de los tembladores, pídales que enumeren algunas de las creencias de éstos.

A medida que los alumnos contesten, anote las respuestas en la pizarra como se indica a continuación. Todavía no ponga la columna titulada “La doctrina del Señor”, ya que la añadirá más adelante en la lección.

Las creencias de los tembladores

La doctrina del Señor

  1. La segunda venida de Cristo ya había ocurrido.

D. y C. 49:5–8

  1. Cristo se había aparecido en la forma de una mujer de nombre Ann Lee.

D. y C. 49:22–25

  1. El bautismo por agua no se consideraba esencial.

D. y C. 49:11–14

  1. Rechazaban el matrimonio y creían en llevar una vida de celibato total (abstenerse de casarse y de tener relaciones sexuales).

D. y C. 49:15–17

  1. Algunos de los tembladores prohibían comer carne.

D. y C. 49:18–21

Si los alumnos sintieran curiosidad sobre el nombre tembladores, explique que a los miembros de la Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo comúnmente se les llamaba “tembladores” debido a su forma de adoración, la cual incluía sacudir el cuerpo mientras cantaban, bailaban y batían las palmas al son de la música.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 49:1–4 en voz alta. Pida al resto de la clase que acompañe la lectura en silencio y que determine lo que el Señor reveló sobre los tembladores.

  • ¿Cómo describió el Señor a los tembladores? (Véase el versículo 2).

  • ¿Qué creen que signifique “desean conocer la verdad en parte, pero no toda”? (Aceptaban algunas de las enseñanzas de Dios, pero ignoraban o rechazaban otras).

  • ¿De qué modo podrían algunos de los actuales miembros de la Iglesia tener actitudes parecidas?

Escriba la siguiente oración incompleta en la pizarra: Ser recto ante el Señor incluye…

Pregunte a los alumnos cómo finalizarían ese principio basándose en las palabras del Señor del versículo 2. Conforme respondan, complete el principio en la pizarra: Ser recto ante el Señor incluye el deseo de recibir toda la verdad que Él ha revelado. Tal vez desee sugerir a los alumnos que apunten ese principio en sus ejemplares de las Escrituras, junto al versículo 2. Señale que si deseamos conocer la verdad sinceramente, también deseamos vivir de conformidad con ella.

  • ¿Por qué Leman Copley necesitaba el consejo que se halla en el versículo 2? ¿De qué modo puede sernos útil dicho principio?

  • ¿Qué bendiciones puede perder alguien si elige aceptar sólo parte de la verdad?

Aluda a la trampa para monos. Invite a los alumnos a enumerar algunas de las trampas que pueden conducir a las personas a rechazar algunas de las enseñanzas de Dios —acciones y actitudes en las que la gente persiste y que evitan que sea recta ante el Señor. (Entre los ejemplos podrían mencionar justificar algún hábito destructivo, escuchar música que aleje al Espíritu, realizar el domingo actividades inapropiadas para el día de reposo, preferir las enseñanzas y filosofías del mundo por sobre las enseñanzas de Dios y no aceptar el mandamiento de perdonar a los demás).

  • ¿Cuáles son algunas de las consecuencias de persistir en tales acciones y actitudes? ¿De qué modo se asemeja ello a una trampa?

Invite a los alumnos a considerar lo que necesiten abandonar a fin de recibir todas las bendiciones que el Padre Celestial tiene para ellos. Considere invitarlos a fijar la meta de abandonar algo que les impida ser rectos ante el Señor.

Doctrina y Convenios 49:5–28

El Señor corrige la doctrina falsa de los tembladores y manda a Sus siervos que los inviten a arrepentirse y a ser bautizados

Recuerde a los alumnos que el Señor mandó a Leman Copley, a Sidney Rigdon y a Parley P. Pratt a predicar el Evangelio a los tembladores (véase D. y C. 49:1–4). Explique que antes de recibir el mencionado mandato, Leman Copley había estado “ansioso de que algunos de los élderes fueran a sus anteriores hermanos [los tembladores] y predicaran el Evangelio” (Histories, Volume 2: Assigned Histories, 1831–1847, tomo II de la serie Histories de The Joseph Smith Papers, 2012, pág. 37). Cuando los élderes visitaron a los tembladores, les leyeron la revelación que está en Doctrina y Convenios 49 en voz alta.

En la pizarra, copie la segunda columna del cuadro que aparece antes en la lección.

Divida la clase en cinco grupos. Asigne a cada grupo uno de los pasajes de las Escrituras que ha escrito en la pizarra. (Si son pocos alumnos, divida los pasajes entre ellos y analícenlos en conjunto, como clase). Invite a los alumnos a leer los pasajes asignados y a buscar las doctrinas y los principios que corrigen las creencias falsas de los tembladores.

Cuando los alumnos hayan tenido suficiente tiempo para estudiar los pasajes, pídales que analicen las siguientes preguntas como grupo y que se preparen para compartir las respuestas con la clase.

  • ¿Qué doctrinas y principios debían comprender los tembladores y Leman Copley?

  • ¿De qué manera los versículos que se les asignaron explican esas verdades?

Cuando los grupos hayan tenido suficiente tiempo para leer y analizar los pasajes que se les hayan asignado, invite a un alumno de cada grupo a responder estas preguntas para el resto de la clase. Podría sugerir a los alumnos que marquen los pasajes en los que se enseñan las verdades que han hallado.

Los alumnos deben encontrar las siguientes doctrinas y principios (nótese que las verdades están numeradas para concordar con la lista de las falsas creencias en la pizarra). Conforme los alumnos mencionen las verdades, considere plantear preguntas adicionales para fomentar el análisis en clase.

  1. En Doctrina y Convenios 49:7, los alumnos deben reconocer la siguiente doctrina: Nadie, excepto Dios, sabe cuándo ocurrirá la Segunda Venida.

  2. En Doctrina y Convenios 49:22–25, uno de los principios que podrían reconocer es: Si conocemos las señales de la Segunda Venida, no seremos engañados por afirmaciones falsas.

    • ¿Qué señales se mencionan en los versículos 23–25? (Quizás desee explicar que el nombre Jacob mencionado en el versículo 24 se refiere a la casa de Israel). ¿De qué maneras han visto manifestarse esas señales en nuestra época?

  3. En Doctrina y Convenios 49:11–14, los alumnos deben reconocer la siguiente doctrina: Jesucristo ha mandado a Sus siervos exhortar a las personas a creer en Él, arrepentirse, bautizarse y recibir el don del Espíritu Santo.

    • ¿Por qué se sienten agradecidos de haberse bautizado y haber recibido el don del Espíritu Santo? ¿Por qué están ansioso de ayudar a las demás personas a recibir estas ordenanzas?

  4. En Doctrina y Convenios 49:15–17, los alumnos deben reconocer una o varias de las siguientes doctrinas: El matrimonio entre un hombre y una mujer es ordenado por Dios y se manda a los esposos y esposas ser uno y tener hijos. Quizás desee explicar la frase “para que la tierra cumpla el objeto de su creación; y para que sea llena con la medida del hombre”. Ese pasaje enseña que uno de los propósitos de la creación de la tierra fue proporcionar un lugar donde los hijos de Dios pudieran vivir como familias.

    • ¿Qué propósitos cumple el matrimonio entre un hombre y una mujer en el plan del Padre Celestial?

    • ¿De qué modo el “[prohibir] casarse” es contrario al plan del Padre Celestial?

    • Según el versículo 16, Dios aprueba el casamiento tradicional entre un hombre y una mujer. ¿De qué manera intenta la gente ridiculizar o destruir el matrimonio tradicional?

    • ¿Qué pueden hacer los hombres y las mujeres jóvenes ahora a fin de prepararse para el matrimonio celestial?

  5. En Doctrina y Convenios 49:18–21, los alumnos deben reconocer la siguiente doctrina: El Señor ha proporcionado los animales de la tierra para nuestro uso. (Tal vez deba explicar que la palabra vestido significa ropa).

    • ¿Qué amonestación hallamos en el versículo 21? ¿Por qué creen que el Señor no está complacido con quienes matan animales sin necesidad de hacerlo?

Explique que los tembladores y Leman Copley no siguieron el consejo del Señor; los tembladores rechazaron el mensaje de los misioneros, y Leman Copley volvió a sus creencias anteriores y abandonó la Iglesia.

Para terminar, invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 49:26–28 en voz alta. Pida al resto de la clase que acompañe la lectura en silencio y que preste atención a los consejos y las promesas del Señor. (Quizás deba explicar que la palabra retaguardia se refiere a alguien que protege a otra persona por detrás).

Invite a los alumnos a releer esos versículos en silencio y a meditar sobre el modo en que el consejo y las promesas del Señor se aplican a ellos individualmente. Testifique sobre las bendiciones que recibimos cuando procuramos las enseñanzas del Señor y las seguimos.

Comentarios e información de contexto

Doctrina y Convenios 49:2. El deseo de “conocer la verdad en parte”

El élder Glenn L. Pace, de los Setenta, se refirió al peligro de la obediencia parcial al consejo profético:

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Élder Glenn L. Pace

“Existen algunos de nuestros miembros que practican la obediencia selectiva. Un profeta no es alguien que presenta un bufé de verdades ante el cual somos libres de elegir y preferir. Sin embargo, algunos miembros se tornan murmuradores y sugieren que el profeta debería cambiar el menú. Un profeta no hace encuestas para ver hacia dónde se inclina la opinión pública; él nos revela la voluntad del Señor. El mundo está lleno de iglesias decadentes que han sucumbido ante la opinión pública y se han dedicado más a endulzar los oídos de sus miembros que a obedecer las leyes de Dios.

“En 1831, algunos conversos querían llevar consigo a la Iglesia algunas de sus anteriores creencias. Hoy en día, nuestro problema radica en los miembros que parecen muy vulnerables a las tendencias de la sociedad (y al dedo acusador que las acompaña) y desean que la Iglesia cambie su posición para complacerlas. Les gusta la doctrina ajena, más por ajena que por buena.

“El consejo del Señor en 1831 es relevante hoy en día: ‘He aquí, os digo que ellos desean conocer la verdad en parte, pero no toda, porque no son rectos delante de mí y es necesario que se arrepientan’ (D. y C. 49:2).

“Debemos aceptar la verdad completa —en su totalidad—, ‘[vestirnos] de toda la armadura de Dios’ (Efesios 6:11) y poner manos a la obra para edificar Su reino. Cada uno de nosotros podría preguntarse: ‘¿Contribuyo positivamente para edificar el reino en nuestro tiempo de esta dispensación del cumplimiento de los tiempos?’” (véase “Seguid al profeta”, Liahona, julio de 1989, pág. 33).

Doctrina y Convenios 49:7. “La hora y el día ningún hombre sabe”

Quizás desee compartir las siguientes palabras del profeta José Smith, que amonestan en cuanto a quienes afirman conocer el momento de la segunda venida del Salvador: “Jesucristo jamás reveló a ningún hombre el tiempo preciso en que Él vendría” [véanse Mateo 24:36; D. y C. 49:7]. Vayan y lean las Escrituras, y verán que no hay nada que especifique la hora exacta en que ha de venir; y todos los que dicen lo contrario son maestros falsos” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 266).

Doctrina y Convenios 49:15–17. “El matrimonio es ordenado por Dios”

El presidente Gordon B. Hinckley enalteció el matrimonio entre un hombre y una mujer con las siguientes palabras:

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Presidente Gordon B. Hinckley

“¡Qué hermoso es el matrimonio dentro del plan de nuestro Padre Eterno! Un plan que nos dio con Su sabiduría divina para la felicidad y la seguridad de Sus hijos y la continuidad de la raza humana…

“El presidente Joseph F. Smith declaró una vez ‘que ningún hombre puede salvarse ni ser exaltado en el reino de Dios sin la mujer, y ninguna mujer sola puede alcanzar la perfección y la exaltación en el Reino de Dios… Dios instituyó el matrimonio en el principio. Él hizo al hombre a Su propia imagen y semejanza, varón y mujer, y en la creación de ellos se dispuso que debían unirse en los sagrados lazos del matrimonio, y uno no es perfecto sin el otro’ (en Doctrina del Evangelio, pág. 266).

“Sin duda, nadie que lea las Escrituras, tanto antiguas como modernas, puede dudar del concepto divino del matrimonio. Los sentimientos más tiernos de la vida, los impulsos más generosos y satisfactorios del corazón humano, encuentran cabida en un matrimonio que se mantiene puro y sin mancha por encima de la maldad del mundo.

“Un matrimonio así, creo yo, es lo que los hombres y las mujeres de todo el mundo desean, esperan, anhelan y oran por conseguir” (véase “Lo que Dios ha unido”, Liahona, julio de 1991, págs. 77–78).

Tal como se expresa en la siguiente declaración, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo:

“La Iglesia solo tiene una norma directa y firme: las relaciones íntimas son correctas únicamente entre un hombre y una mujer unidos mediante los votos matrimoniales.

“La oposición de la Iglesia al matrimonio entre personas del mismo sexo no constituye ni aprueba ningún tipo de hostilidad hacia los hombres y mujeres homosexuales. Proteger el matrimonio entre un hombre y una mujer no afecta a las obligaciones cristianas que tienen los miembros de la Iglesia de mostrar amor, bondad y sensibilidad a toda persona… Podemos expresar un amor sincero y nuestra amistad por el familiar o el amigo homosexual sin aceptar por ello la práctica de la homosexualidad ni cualquier redefinición del matrimonio” (“The Divine Institution of Marriage”, mormonnewsroom.org).

El presidente Gordon B. Hinckley enseñó:

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Presidente Gordon B. Hinckley

“La gente nos pregunta cuál es nuestra postura con respecto a aquellos que se consideran gais y lesbianas. Mi respuesta es que los amamos como hijos e hijas de Dios, puede que tengan ciertas inclinaciones que son poderosas y que sean difíciles de dominar. La mayoría de la gente tiene inclinaciones de una u otra clase en diferentes épocas. Si ellos no actúan de conformidad con esas inclinaciones, entonces pueden seguir adelante como todos los demás miembros de la Iglesia. Si violan la ley de castidad y las normas morales de la Iglesia, entonces están sujetos a la disciplina de la Iglesia, tal como los demás” (véase “¿Qué pregunta la gente acerca de nosotros?”, Liahona, enero de 1999, pág. 82).

Doctrina y Convenios 49:18–21. Los animales se proporcionan “para el uso del hombre”

El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Presidente Boyd K. Packer

“Jóvenes, aprendan a emplear moderación y sentido común en las cuestiones relacionadas con la salud y la nutrición, y en particular, los medicamentos. Eviten ser extremistas o fanáticos o convertirse en alguien apegado a las modas populares.

“Por ejemplo, la Palabra de Sabiduría nos aconseja que comamos carne limitadamente (véase D. y C. 89:12). Para que no nos volvamos extremistas, se nos dice en otra revelación que ‘quien manda abstenerse de [comer]… carne… no es ordenado por Dios’ (véase D. y C. 49:18)” (véase “La Palabra de Sabiduría: El principio y las promesas”, Liahona, julio de 1996, pág. 19).