Desde el principio de la Restauración, la obra del Señor se ha expandido por todo el mundo. Vivimos en un tiempo en que el Señor está apresurando Su obra. Los jóvenes de la Iglesia disponen de muchos materiales y oportunidades para contribuir a apresurar la obra del Señor.
Sugerencias para la enseñanza
El Señor está apresurando Su obra
Invite a un alumno a caminar de un extremo a otro del salón a un paso normal. Luego pídale que cruce el salón nuevamente y que acelere o apresure el paso. Mientras el alumno cruza el aula de nuevo, haga a la clase la siguiente pregunta:
¿Qué significa apresurar algo? (Acelerarlo). ¿Qué razones podría haber para que alguien apresure o acelere alguna labor?
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 88:73 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el Señor dijo que apresuraría. Pida a los alumnos que expliquen lo que encuentren.
¿Qué creen que signifique que el Señor apresure Su obra?
En referencia a Doctrina y Convenios 88:73, el élder Russell M. Nelson dijo: “Ese tiempo de apresuramiento es ahora” (véase “Porque así se llamará mi Iglesia”, Liahona, julio de 1990, pág. 21). Escriba la siguiente doctrina en la pizarra: Vivimos en una época en que el Señor está apresurando Su obra.
¿De qué formas han notado que el Señor está apresurando Su obra?
Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 133:10 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el versículo sugiere en cuanto a por qué el Señor apresuraría Su obra.
¿Qué sugiere el versículo en cuanto a por qué el Señor apresuraría Su obra? (Para ayudar a la gente a prepararse para la Segunda Venida).
Muestre una lámina del presidente Spencer W. Kimball (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, nro. 133; véase también LDS.org). Explique que durante el servicio del presidente Spencer W. Kimball como Presidente de la Iglesia, el Señor apresuró Su obra. Por ejemplo, la obra misional se expandió, y la Iglesia publicó nuevas ediciones de las Escrituras. Al instar a los miembros de la Iglesia a impulsar la obra, el presidente Kimball dijo que la Iglesia se había “detenido suficientemente en algunas de [sus] etapas” (véase “Continuemos avanzando y elevándonos”, Liahona, agosto de 1979, pág. 118). Además enseñó: “Debemos alargar el paso y debemos hacerlo ahora mismo” (“Always a Convert Church: Some Lessons to Learn and Apply This Year”, Ensign, septiembre de 1975, pág. 3).
¿Qué creen que quiso decir el presidente Kimball cuando dijo que debemos “alargar el paso”?
Para ayudar a los alumnos a comprender algunas de las formas en que el Señor apresura Su obra hoy en día y algunas de las maneras en que ellos pueden participar en dicha obra, realice la siguiente actividad:
Divida a la clase en tres grupos y dé a cada alumno una copia de una de las siguientes asignaciones de enseñanza. Conceda a los alumnos algunos minutos para estudiar y prepararse para enseñar las asignaciones a sus compañeros. Tras concederles el tiempo suficiente, organícelos en grupos de tres personas, integrados por un alumno de cada uno de los primeros tres grupos. Invite a los alumnos a turnarse para enseñar al grupo respectivo sobre cómo el Señor apresura Su obra y cómo pueden ellos participar en dicha obra.
Nuestra responsabilidad de hacer progresar la obra
Después que los alumnos hayan terminado de enseñar en los grupos pequeños, invite a algunos de ellos a compartir sus ideas y opiniones en cuanto a apresurar la obra del Señor.
Invite a un alumno a leer las siguientes palabras del élder David B. Haight, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que preste atención a lo que ocurre conforme participamos en la obra del Señor.
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Élder David B. Haight
“Hermanos y hermanas, el Señor está abriendo el camino y expandiendo Su obra a través del mundo, y ¡qué bendecidos somos al participar en esta obra, cada uno a su propia manera!…
“¿Quién, sino los profetas de Dios, podrían prever el milagro de la expansión tan rápida de la obra del Señor? En verdad, como lo predijo el Señor en la sección 88 de Doctrina y Convenios, Él apresurará Su obra en Su tiempo (véase D. y C. 88:73)” (“La obra misional: Nuestra responsabilidad”, Liahona, enero de 1994, pág. 72).
Según el élder Haight, ¿qué ocurre cuando participamos en la obra del Señor? (Conforme los alumnos contesten, escriba la siguiente verdad en la pizarra: Podemos ser bendecidos al participar en el apresuramiento de la obra del Señor).
¿Qué bendiciones han recibido al participar en el apresuramiento de la obra del Señor?
Invite a los alumnos a considerar las oportunidades que tienen de contribuir al apresuramiento de la obra del Señor. Pídales que respondan la siguiente pregunta en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras:
¿Cuáles son algunas de las formas en que pueden contribuir al apresuramiento de la obra del Señor?
Después de haberles dado suficiente tiempo, invítelos a fijar una meta para dar seguimiento a lo que hayan escrito. Concluya testificando del apresuramiento de la obra del Señor y nuestras responsabilidades y oportunidades de participar en Su obra.
Comentarios e información de contexto
“Debemos alargar el paso”
El presidente Spencer W. Kimball enseñó:
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Presidente Spencer W. Kimball
“¿También nosotros tenemos algo para compartir? ¡Sí! Tenemos el evangelio de Jesucristo, el Evangelio de paz, el Evangelio de gozo. Tenemos verdades que pueden hacer mejor y más completa a cualquier persona, más feliz y más dulce a cualquier matrimonio, cualquier hogar más celestial. Tenemos el poder del sacerdocio de Dios para bendecir nuestro hogar, nuestra vida y la vida de las demás personas. Sí, es a nosotros mismos, nuestros hogares, nuestros cuórums, nuestras clases, nuestras asignaciones de la Iglesia que debemos llevar con más energía aquellas cosas que hemos recibido. Y es a nuestros vecinos y conocidos no miembros que se nos pide ahora que también ‘lo que [tenemos demos]’. El Señor nos ha mandado hacerlo; debemos alargar nuestro paso y debemos hacerlo ahora mismo” (véase “Una Iglesia de conversos”, Liahona, junio de 1976, pág. 2).
Los Cuórums de los Setenta
La expansión de los Cuórums de los Setenta es una evidencia de que el Señor está apresurando Su obra.
En 1976, el presidente Spencer W. Kimball organizó el Primer Cuórum de los Setenta, y se han organizado más Cuórums de los Setenta conforme la Iglesia ha crecido. El número de cuórums podría seguir aumentando según fuera necesario.
“[En 2014] existen… ocho Cuórums de los Setenta. Cada cuórum puede tener hasta 70 miembros. Con frecuencia, a los miembros de los Cuórums de los Setenta se les llama simplemente ‘Setentas’. Los Setenta son llamados a proclamar el Evangelio y a edificar la Iglesia. Trabajan bajo la dirección del Cuórum de los Doce Apóstoles y de la Presidencia de los Setenta…
“A los miembros del Primer y Segundo Cuórum de los Setenta se les considera Autoridades Generales, lo que significa que ellos tienen autoridad para servir en cualquier parte del mundo. A los miembros de los cuórums restantes se les llama Setenta de Área y su autoridad está restringida al área en que sirven” (“Cuórums de los Setenta”, LDS.org).