Seminario
Lección 51: Doctrina y Convenios 45:1–15


Lección 51

Doctrina y Convenios 45:1–15

Introducción

En marzo de 1831, la Iglesia continuaba creciendo en Kirtland. La oposición en contra de la Iglesia también continuaba. El profeta José Smith escribió: “Se han publicado en los diarios muchos informes falsos, mentiras y relatos ridículos, los que circularon en todas direcciones para evitar que la gente investigara la obra o aceptara la fe”. En ese momento de crecimiento y oposición, José Smith recibió una revelación que más tarde dijo que vino “para gozo de los santos, que tuvieron que luchar contra todo lo que el prejuicio y la maldad pudieron inventar” (en History of the Church, tomo I, pág. 158). Esa revelación, que ahora se encuentra en Doctrina y Convenios 45, comenzó con declaraciones del Señor en cuanto a Su función en nuestra salvación. La lección de hoy es la primera de tres lecciones que se centrarán en Doctrina y Convenios 45.

Sugerencias para la enseñanza

Doctrina y Convenios 45:1–5

Jesucristo resalta Su función de Creador y de Intercesor

Pida a los alumnos que se imaginen que están buscando dirección en cuanto a algo que es importante para ellos, y que hay varias personas diferentes que quieren ofrecerles consejo.

  • ¿Qué cualidades debería tener una persona antes de que quisieran escuchar su consejo? (Los alumnos podrían ofrecer varias respuestas diferentes a esta pregunta. Según sea necesario, tal vez quiera sugerir que sería más probable que escucharan a alguien que los quiera personalmente y que haya tenido éxito en el tema sobre el cual está ofreciendo consejo).

Explique que la revelación que se encuentra en Doctrina y Convenios 45 llegó en un momento en que los Santos de los Últimos Días y otras personas estaban escuchando y leyendo mensajes contradictorios en cuanto a la Iglesia. Invite a un alumno a leer en voz alta la introducción a Doctrina y Convenios 45. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque las circunstancias que afrontaban los santos.

Invite a un alumno a leer la primera palabra del Señor en la revelación.

Recuerde a los alumnos que en este contexto, escuchar significa oír con atención y obedecer. Cuando realmente escuchamos al Señor, seguimos Su consejo y Sus mandamientos. Explique que al comienzo de esta revelación, el Señor hizo declaraciones en cuanto a algunas de Sus funciones y en cuanto a Su esfuerzo por ayudarnos. Al leer esas declaraciones, podremos encontrar razones para escuchar y obedecer Sus palabras. Inste a los alumnos a prestar atención a las palabras escuchad y dad oído en los versículos que estudien hoy.

Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 45:1 en silencio y a buscar lo que Jesucristo dijo acerca de Sí mismo. Pida a los alumnos que den un informe de lo que hayan encontrado. A medida que respondan, escriba la siguiente doctrina en la pizarra: Jesucristo creó los cielos y la Tierra.

Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 45:2 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque razones para escuchar y obedecer al Salvador.

  • De acuerdo con este versículo, ¿por qué debemos escuchar y obedecer al Salvador? (Tal vez tenga que explicar que la frase “a la hora en que menos lo penséis, el verano habrá pasado” se refiere a la idea de que el verano puede ser una época para trabajar y prepararse para la cosecha al final de la estación. Este versículo enseña que debemos escuchar al Salvador ahora y arrepentirnos de nuestros pecados mientras todavía tenemos tiempo de trabajar para la salvación de nuestra alma).

Explique que Doctrina y Convenios 45:3 contiene la palabra intercesor. Un intercesor es alguien que aboga una causa a favor de otra persona. A veces esto ocurre en una corte legal, donde un intercesor o abogado presenta evidencia a un juez a favor de alguien que ha sido condenado.

Antes de la clase, prepare los siguientes carteles:

Imagen
juez, intercesor, acusado

Prepare la parte de atrás de los carteles de esta manera:

Imagen
Padre Celestial, Jesucristo, nosotros

Invite a tres alumnos al frente del aula y dé uno de los carteles a cada alumno. Pídales que sujeten los carteles mostrando las palabras juez, intercesor y acusado. Pida al alumno que esté sujetando el cartel de intercesor que se coloque entre los otros dos alumnos.

Pida a los de la clase que se imaginen que están en una sala de juzgado en la que hay un juez, un abogado (intercesor) y una persona acusada de un crimen.

  • ¿Cuál es la función del juez?

  • ¿Cómo podría el abogado (intercesor) ayudar al acusado?

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 45:3 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a buscar lo que este versículo enseña en cuanto al Salvador.

  • En este versículo, ¿quién es el juez? (A medida que los alumnos contesten esta pregunta, pida al que esté sujetando el cartel de juez que voltee el cartel). ¿Quién es el acusado? (Pida al alumno que esté sujetando el cartel de acusado que voltee el cartel). ¿Quién es el intercesor? (Pida al alumno que esté sujetando el cartel de intercesor que voltee el cartel). Entonces escriba la siguiente doctrina en la pizarra: Jesucristo es nuestro Intercesor con el Padre Celestial).

  • ¿Por qué necesitamos un intercesor con el Padre Celestial? (Somos culpables de pecado. De acuerdo con la justicia de Dios, ninguna cosa impura puede morar en Su presencia. Por eso necesitamos un intercesor que abogue por nuestra causa ante el Padre y nos ayude a reconciliarnos con Él).

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 45:4–5 en voz alta. Invite a la clase a seguir la lectura en silencio y a buscar cómo Jesucristo aboga nuestra causa ante el Padre.

  • De acuerdo con el versículo 4, ¿que le pide Jesucristo al Padre Celestial que tenga en cuenta? (El Salvador menciona Su vida libre de pecado, Su sufrimiento y Su muerte).

  • De acuerdo con el versículo 5, ¿qué más pide el Salvador que considere el Padre? (Nuestra fe en Jesucristo).

Invite a los alumnos a meditar en maneras en que necesitan que Jesucristo sea su Intercesor en su vida diaria. Ofrézcales tiempo para escribir en su cuaderno de apuntes o en su diario de estudio de las Escrituras en cuanto a sus sentimientos acerca del Salvador como su Intercesor. Invítelos también a escribir lo que piensan que Él desea que hagan para demostrar que creen en Su nombre.

Doctrina y Convenios 45:6–10

El Salvador declara que Él es la luz y la vida del mundo y que ha enviado Su convenio sempiterno al mundo

Divida a los alumnos en equipos de dos, y pida a los equipos que lean juntos Doctrina y Convenios 45:6–10. Una vez que los alumnos hayan tenido suficiente tiempo para leer, hágales las preguntas siguientes:

  • De acuerdo con los versículos 6–7, ¿qué razones nos da el Salvador para escucharle y obedecerle? ¿Qué significa para ustedes que Él sea “el principio y el fin”? ¿En qué forma trae Él luz y vida al mundo?

Escriba en la pizarra las siguientes descripciones del Salvador:

Jesucristo es el principio y el fin.

Jesucristo es la luz y la vida del mundo.

  • De acuerdo con el versículo 8, ¿qué les promete el Salvador a aquellos que lo reciben?

Señale que en el versículo 9 leemos que Jesucristo ha enviado Su “convenio sempiterno, a fin de que sea una luz al mundo y un estandarte a [Su] pueblo”. En otra revelación, Él dijo que Su convenio sempiterno es “la plenitud de [Su] evangelio” (D. y C. 66:2).

  • ¿Qué creen que significa “buscar” el Evangelio?

  • ¿En qué maneras han visto que el Evangelio sea una luz al mundo? ¿En qué formas es el Evangelio un estandarte para aquellos de nosotros que hemos hecho convenios con el Señor?

Doctrina y Convenios 45:11–15

El Salvador declara que Él es el Dios de Enoc

Muestre la lámina La ciudad de Sion es llevada al cielo (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, nro. 6; véase también LDS.org). Explique que esta ilustración de Enoc y su pueblo es la representación de un artista. Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 45:11 en voz alta. Resalte que en este versículo, el Señor dice que algunas personas le llaman “el Dios de Enoc”.

Imagen
La ciudad de Sion es llevada al cielo

Invite a los alumnos a decir a la clase lo que saben en cuanto al profeta Enoc. Según sea necesario, ofrezca la siguiente información: Enoc vivió antes de la época de Noé. En los tiempos de Enoc, la tierra estaba envuelta en la iniquidad, pero él dirigía una sociedad de personas justas que vivían en una ciudad llamada Sion. Con el tiempo, debido a su rectitud, los habitantes de Sion “fueron separados de la tierra” (D. y C. 45:12), o sea, llevados al cielo (véase Moisés 7:69).

Resuma Doctrina y Convenios 45:12–14; para ello, explique que el Señor ha recibido al pueblo de Sion para Sí, y que los reservará “hasta que venga un día de rectitud”. En ese entonces Enoc y su pueblo regresarán a la tierra para reunirse con los Santos de los Últimos Días en la ciudad de la Nueva Jerusalén, que también será llamada Sion (véase Moisés 7:62–64). Todos los profetas han anticipado ese día con anhelo. Debido a la iniquidad de las personas en la tierra, todavía no ha llegado ese día, pero aquellos que lo han estado anhelando lo verán algún día.

Invite a los alumnos a revisar las declaraciones que ha escrito en la pizarra que describen algunas de las funciones y características de Jesucristo. Pida a los alumnos que mediten en cuanto a estas declaraciones y que seleccionen una característica que sea especialmente significativa para ellos. Después de transcurrido suficiente tiempo, invite a varios alumnos a dar un informe de la función o la característica que han escogido y a explicar por qué es significativa para ellos. Después de que los alumnos hayan explicado lo que piensan, escriba el siguiente principio en la pizarra: Al aprender en cuanto a las funciones y las características de Jesucristo, aumenta nuestro deseo de seguirlo.

  • ¿Qué han aprendido hoy en cuanto al Salvador que hace que quieran escucharlo y obedecerlo?

Tal vez desee compartir sus pensamientos en cuanto a una de las funciones o características del Salvador y en cuanto a cómo el conocimiento que usted tiene de esa función o característica le ayuda en su deseo de seguirlo. Considere terminar testificando de las bendiciones de escuchar a Jesucristo y de obedecer Su consejo y Sus mandamientos.

Comentarios e información de contexto

Doctrina y Convenios 45:3–5. Jesucristo es nuestro intercesor

El presidente Boyd K. Packer, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la función del Salvador como mediador:

Imagen
Presidente Boyd K. Packer

“Cada uno de nosotros vive con una especie de crédito espiritual. Un día se cerrará la cuente y se demandará el pago. Por muy a la ligera que lo veamos ahora, cuando llegue ese día y la ejecución de la deuda sea inminente, buscaremos desesperadamente a alguien, a cualquiera, que nos ayude.

“Y, por la ley eterna, la misericordia no puede ser extendida a menos que exista alguien tan dispuesto como capaz de tomar nuestra deuda, pagar el precio y arreglar los términos de nuestra redención.

“A menos que haya un mediador, a menos que tengamos un amigo, verdaderamente deberá recaer sobre nosotros el peso total de la justicia, sin atenuantes, sin simpatía. El precio total de cada transgresión, por pequeña o grande que sea, se nos arrancará hasta que hayamos pagado el último cuadrante.

“Pero sepan esto: La verdad, la gloriosa verdad, proclama que existe un Mediador.

“‘Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre’ (1 Timoteo 2:5)” (véase “El Mediador”, Liahona, octubre de 1977, págs. 42–44).

El presidente Packer resaltó que el Señor actúa como nuestro intercesor con el Padre en nuestra vida cotidiana:

Imagen
Presidente Boyd K. Packer

“Por alguna razón pensamos que la expiación de Cristo se aplica solamente al final de la vida mortal para redimirnos de la Caída, de la muerte espiritual, pero es mucho más que eso. Se trata de un poder en constante vigencia al que podemos recurrir a diario. Cuando estamos siendo atormentados o torturados por la culpa o agobiados por las tribulaciones, Él puede sanarnos. Aunque no entendamos cabalmente cómo se realizó la expiación de Cristo, podemos sentir ‘la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento’ [Filipenses 4:7]” (“El toque de la mano del Maestro”, Liahona, mayo de 2001, pág. 23).

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describió sus sentimientos en cuanto a la manera en que el Salvador aboga por Su causa y por tanto proporciona acceso al Padre Celestial:

Imagen
Élder D. Todd Christofferson

“… significa mucho para mí… que en cualquier momento, y en cualquier circunstancia, puedo, mediante la oración, acercarme al trono de gracia, que mi Padre Celestial escuchará mi súplica, que mi Abogado, Aquel que no tenía pecado, cuya sangre fue derramada, intercederá por mi causa (Véase D. y C. 45:3–5). Dependo mucho de ese acceso a Dios, el cual Él da a todos Sus hijos, porque en verdad no hace acepción de personas, y el que pide, recibirá” (“Sé en quién he confiado”, Liahona, julio de 1993, pág. 93).

Doctrina y Convenios 45:11–12. “Enoc… [separado] de la tierra”

El profeta José Smith observó:

Imagen
Profeta José Smith

“Dios tomó a Enoc para sí, a fin de que no muriese en esa época, y le señaló un minis­terio para con los cuerpos terrestres, de quienes muy poco se ha revelado” (en La vida y enseñanzas de Cristo y Sus Apóstoles, pág. 418).

En otra ocasión, el Profeta añadió:

Imagen
Profeta José Smith

“Él [el Señor] seleccionó a Enoc, a quien dirigió y dio Su ley, y al pueblo que estaba con él; y cuando el mundo en general no obedecía los mandamientos de Dios, después de caminar con Dios, este trasladó a Enoc y a su Iglesia, y retiró el sacerdocio, o el gobierno del cielo” (en History of the Church, tomo V, pág. 64).