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Lección 62: Mosíah 19–20


Lección 62

Mosíah 19–20

Introducción

Después de que Alma y su pueblo huyeron del ejército del rey Noé, éste último y su pueblo comenzaron a sufrir las consecuencias de su propia iniquidad, como lo había profetizado Abinadí. Los lamanitas los atacaron y los redujeron a la servidumbre, y el rey Noé sufrió la muerte por fuego. Limhi, hijo de Noé, llegó a ser rey después de la muerte de su padre. Cuando los ex sacerdotes de Noé raptaron un grupo de hijas de los lamanitas, éstos culparon al pueblo de Limhi y se prepararon para atacarlo. El pueblo de Limhi luchó con valentía, e hirió y capturó al rey de los lamanitas. Limhi pacificó al rey de los lamanitas, quien a su vez persuadió a su pueblo a regresar a su propia tierra en paz.

Sugerencias para la enseñanza

Mosíah 19–20

Los nefitas de la tierra de Lehi-Nefi experimentan el cumplimiento de las profecías de Abinadí

Invite a los alumnos a pensar en alguna ocasión en que alguien les haya advertido de algún peligro que ellos no podían prever. Pídales que hablen sobre cómo les ha bendecido dar oído a alguna advertencia. Ayude a los alumnos a hablar sobre el propósito de las advertencias al formularles las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es el propósito de las advertencias? ¿Quiénes les advierten sobre lo que ustedes deben evitar o lo que puede hacerles daño?

  • ¿A quién revela Dios las advertencias espirituales para Su Iglesia?

Recuerde a los alumnos que el Señor envió a Abinadí a advertir a los nefitas sobre las consecuencias de sus pecados. Para ayudar a los alumnos a repasar las profecías de Abinadí a los nefitas de la tierra de Lehi-Nefi, copie el siguiente cuadro en la pizarra. Procure dejar suficiente espacio para que los alumnos escriban debajo de cada referencia a las Escrituras.

Profecía sobre el pueblo del rey Noé (Mosíah 12:1–2; 17:17).

Cumplimiento (Mosíah 19:10, 14–15; 20:20; 21:2–4).

Profecía sobre el rey Noé (Mosíah 12:3; 17:18).

Cumplimiento (Mosíah 19:18–20).

Pida a un alumno que lea Mosíah 12:1–2 en voz alta. Pida a la clase que determine lo que Abinadí profetizó que sucedería a los del pueblo del rey Noé si no se arrepentían. Invite a un alumno a enumerar esas consecuencias en el recuadro de la esquina superior izquierda en la pizarra. Pida a otro alumno que lea Mosíah 12:3 en voz alta. Indique a la clase que determine lo que Abinadí profetizó que sucedería al rey Noé. Invite a un alumno a escribir dicha consecuencia en el cuadro.

Para ayudar a los alumnos a pensar en la importancia de las advertencias espirituales que recibimos a través de los profetas, comparta el siguiente relato del élder David R. Stone, de los Setenta:

“Un domingo por la mañana, hace más de un año, amanecimos con un hermoso día en Santo Domingo en la República Dominicana. El sol del Caribe brillaba y el cielo estaba despejado. La brisa apenas movía las hojas de los árboles; era un día cálido y tranquilo. Pero a lo lejos en el mar, más allá del alcance de nuestros sentidos ese día, el destructor se acercaba, implacable e irresistible. El Centro Meteorológico, que tenía la responsabilidad de seguir la trayectoria y de predecir la ruta del huracán Georges, estaba constantemente actualizando la información en internet. Esa mañana tranquila y apacible, por medio de ese sistema de ojos en el cielo, vi el camino previsto del ciclón, que apuntaba como una flecha hacia el corazón de Santo Domingo.

“En menos de 48 horas, el huracán azotó la isla con furia intensa…, dejando a su paso destrucción, desolación y muerte…

“Aunque el daño, la destrucción y la muerte que resultan de este espectacular fenómeno de fuerza física son inmensos, hay aún más desolación causada en la vida de la gente por huracanes espirituales. Estas fuerzas furiosas a veces causan daño mucho más devastador que los ciclones físicos porque destruyen nuestras almas y nos privan de nuestra perspectiva y promesa eternas…

“Pero también tenemos a nuestros guardianes que vigilan a estos huracanes espirituales, cuyo llamamiento es el de velar y amonestar, ayudándonos a evitar el daño, la destrucción, devastación y hasta la muerte espiritual. A nuestros atalayas en la torre se les conoce como apóstoles y profetas. Ellos son nuestros ojos espirituales en el cielo, y ellos saben, por inspiración, intuición e inteligencia pura, qué curso pueden tomar estas tormentas. Ellos continúan alzando la voz de amonestación para prevenirnos en cuanto a las consecuencias trágicas de la violación deliberada e intencional de los mandamientos de Dios. El desoír sus advertencias es ponernos en el camino de la tristeza, la miseria, y la ruina; el seguirlas es seguir a los siervos escogidos del Señor a los prados espirituales de paz y abundancia” (véase “Huracanes espirituales”, Liahona, enero de 2000, págs. 36–37).

  • ¿Cómo se relaciona este relato con la función que Abinadí desempeñó entre el pueblo del rey Noé?

Indique a los alumnos que la siguiente actividad les ayudará a familiarizarse más con la historia de Mosíah 19–20 y ver el cumplimiento de las profecías de Abinadí en esos capítulos. Después de la actividad, los alumnos llenarán la columna derecha del cuadro de la pizarra.

Escriba los once puntos siguientes en la pizarra antes de que comience la clase, o cópielos en una hoja para cada alumno. Invite a los alumnos a leer detenidamente Mosíah 19–20. Pídales que mientras vayan leyendo, enumeren los puntos de la lista según el orden de los acontecimientos. Puede indicar a los alumnos que en los encabezamientos de los capítulos hay indicios útiles.

Gedeón intenta matar al rey Noé.

Las mujeres y los niños nefitas ruegan a los lamanitas que no los maten.

El rey Noé padece la muerte por fuego.

Un ejército lamanita llega a las fronteras de Shemlón.

Los sacerdotes de Noé raptan a 24 hijas de los lamanitas.

El rey de los lamanitas intercede ante su ejército para que se perdone la vida al pueblo de Limhi.

Noé y algunos de sus hombres huyen de los lamanitas y abandonan a sus esposas e hijos.

Limhi ordena a su pueblo que no mate al rey lamanita.

Hay paz entre los nefitas y lamanitas durante dos años.

Limhi promete que su pueblo pagará como tributo a los lamanitas la mitad de todo lo que posea.

Los nefitas rechazan un ataque lamanita y capturan al rey lamanita.

Conceda a los alumnos entre 5 y 10 minutos para realizar la actividad. Luego use la lista para repasar la historia de Mosíah 19–20. (La secuencia correcta de los acontecimientos es la siguiente, en orden descendente: 1, 4, 5, 2, 8, 11, 3, 10, 7, 6, 9.)

Remita a los alumnos nuevamente al cuadro de la pizarra. Divida la clase en dos grupos. Pida a un grupo que busque Mosíah 19:10, 14–15; 20:20; 21:2–4 para ver cómo se cumplieron las profecías de Abinadí sobre el pueblo del rey Noé. Pida al segundo grupo que busque Mosíah 19:18–20 para ver cómo se cumplió la profecía de Abinadí sobre el rey Noé. Invite a un alumno de cada grupo a que resuma cómo se cumplieron las profecías de Abinadí. Pida a otro alumno que escriba sus reseñas en el cuadro.

Pida a los alumnos que lean Mosíah 20:21 en silencio.

  • ¿Cuál dijo Gedeón que era la causa del sufrimiento del pueblo?

Pida a los alumnos que expliquen con sus propias palabras lo que Gedeón quería que el pueblo comprendiera. Aunque utilicen palabras diferentes, los alumnos deben demostrar que entienden que rechazar las palabras de los siervos del Señor trae sufrimiento y pesar. (Tal vez desee anotar este principio en la pizarra.)

Diga a los alumnos que el Señor ha dado una amonestación semejante a las personas de los últimos días que no den oído a Su voz. Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 133:70–72 en voz alta. Tal vez desee sugerir a los alumnos que apunten esa referencia en el margen de su ejemplar de las Escrituras, junto a Mosíah 20:21.

  • ¿Cuáles son algunas de las cosas que los profetas y los apóstoles enseñan en nuestros días que nos ayudarán a evitar sufrimientos y pesar? Según sus enseñanzas, ¿qué cosas contribuyen a darnos paz y felicidad y que nos ayudarán a regresar a la presencia de Dios? (Quizás desee mostrar a los alumnos algún número de la revista Liahona de alguna conferencia general reciente, y mencionar los títulos de algunos de los discursos ofrecidos por los profetas.)

Invite a los alumnos a hablar sobre ocasiones en las que hayan recibido bendiciones por haber seguido el consejo de los líderes de la Iglesia.

Para ayudar a los alumnos a comprender que dar oído a las palabras de los profetas puede darnos paz y ayudarnos a regresar a la presencia de Dios, lea la siguiente declaración del élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles:

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Élder Robert D. Hales

“Nuestra seguridad espiritual depende de que sigamos la voz clara del profeta que nos dirige. Si escuchamos su voz y seguimos su consejo, viviremos como Cristo quiere que vivamos y permaneceremos hasta el fin para regresar algún día, junto con nuestra familia, a la presencia de nuestro Padre Celestial y de nuestro Salvador Jesucristo” (“Escuchemos y obedezcamos la voz del profeta”, Liahona, julio de 1995, pág. 19).

Concluya la lección testificando de la paz y la seguridad espiritual que provienen de seguir el consejo de los siervos del Señor.

Repaso del dominio de las Escrituras

Si el tiempo lo permite, tal vez desee repasar los pasajes de dominio de las Escrituras que haya enseñado durante el año a fin de ayudar a los alumnos a recordar las palabras clave de cada pasaje.

Conceda algunos minutos a los alumnos para que repasen los pasajes de dominio de las Escrituras que hayan aprendido durante este año lectivo. Invite a algún alumno a pasar al frente del salón con su ejemplar de las Escrituras. Pida al alumno que busque uno de los pasajes de dominio de las Escrituras y que no lo muestre a nadie. (Si tuvieran tarjetas de dominio de las Escrituras, podría pedir al alumno que use una de ellas.) Pida al alumno que escriba una palabra del pasaje de dominio de las Escrituras en la pizarra. (Sugiera al alumno que escoja alguna palabra clave del pasaje en vez de palabras menos importantes como y o el, por ejemplo.) Pida al resto de la clase que busque en sus ejemplares de las Escrituras el pasaje de dominio de las Escrituras que crean que corresponde a la palabra. Si nadie pudiera hallar el pasaje correcto valiéndose de una sola palabra, indíquele al alumno que escriba otra palabra del pasaje en la pizarra. Repita el proceso hasta que al menos un alumno haya hallado el pasaje correcto. Invite al resto de la clase a buscar el pasaje y pida a los alumnos que lo reciten juntos. Luego repita la actividad con otro alumno y otro pasaje de dominio de las Escrituras.