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Estudio individual supervisado: Unidad 20


Lección de estudio individual supervisado

Alma 39–44 (Unidad 20)

Material de preparación para el maestro del curso de estudio individual supervisado

Resumen de lecciones diarias de estudio individual supervisado

El resumen que sigue a continuación de las doctrinas y los principios que los alumnos aprendieron al estudiar Alma 39–44 (unidad 20) no es para enseñarse como parte de la lección. La lección que usted enseñe se concentra solamente en unos cuantos de estos principios y doctrinas. Siga la inspiración del Espíritu Santo al considerar las necesidades de los alumnos.

Día 1 (Alma 39)

Al estudiar las palabras de Alma a su hijo descarriado Coriantón, los alumnos aprendieron que el pecado sexual es una abominación a la vista del Señor. Alma también enseñó a su hijo que el arrepentimiento incluye el reconocer y abandonar nuestros pecados y volvernos al Señor con toda nuestra mente, poder y fuerza. Los alumnos leyeron el testimonio de Alma de que Jesucristo vino a quitar los pecados del mundo.

Día 2 (Alma 40–41)

Coriantón tenía dudas en cuanto a la Resurrección y el Juicio Final. De la respuesta que Alma dio a esas dudas, los alumnos aprendieron varias doctrinas relacionadas con la Resurrección, incluso la verdad de que seremos restaurados ya sea a la felicidad o a la miseria de acuerdo con nuestras obras y deseos en la vida mortal. Alma también recalcó que “la maldad nunca fue felicidad” (Alma 41:10).

Día 3 (Alma 42)

Alma ayudó a Coriantón a darse cuenta de que la desobediencia causa que las personas queden separadas de la presencia de Dios. Los alumnos, a su vez, aprendieron cómo el plan de redención permite que las personas venzan su estado caído. Las enseñanzas de Alma confirman que el sufrimiento de Jesucristo satisfizo las demandas de la justicia para que se pudiera extender la misericordia a los que se arrepientan.

Día 4 (Alma 43–44)

Los alumnos aprendieron acerca de una guerra entre los lamanitas y los nefitas. Una lección que aprendieron de Alma 43–44 es que si buscamos y seguimos el consejo de los profetas, seremos más capaces de defendernos contra el adversario. Además, los alumnos descubrieron que cuando oramos al Señor acerca de nuestros planes y deseos rectos, Él nos ayudará a lograrlos.

Introducción

Tal como está registrado en Alma 39–42, Alma ayudó a su hijo Coriantón a entender la gravedad del pecado sexual, las doctrinas relacionadas con la Resurrección y el Juicio Final y las consecuencias eternas de las leyes de la justicia y la misericordia. En esta lección se darán oportunidades a los alumnos de enseñar y explicar estas doctrinas unos a otros.

Sugerencias para la enseñanza

Antes de la clase, prepare volantes con las instrucciones de esta lección. Familiarícese con las instrucciones para que pueda ayudar a los alumnos a tener éxito en su esfuerzo por enseñarse unos a otros.

Alma 39–41

Alma enseña que el arrepentimiento produce felicidad

Comience la clase pidiendo a los alumnos que reciten juntos Alma 39:9, que es el pasaje de dominio de las Escrituras que se les animó a memorizar como parte de su estudio esta semana. Pregunte si alguien puede recordar a la clase por qué en este versículo Alma aconsejó a su hijo Coriantón que se arrepintiera y abandonara sus pecados.

Recuérdeles que en Alma 40–41, Alma también resolvió las dudas que tenía Coriantón acerca de la resurrección de los muertos y el Juicio Final. Para ayudar a los alumnos a explicar lo que aprendieron y a compartir sus sentimientos y testimonio acerca de las verdades de Alma 39–41, escriba en la pizarra las siguientes preguntas y referencias de las Escrituras antes de que empiece la clase:

  1. ¿Por qué es importante guardar la ley de castidad? (Véase Alma 39:1–9.)

  2. ¿Qué es la Resurrección? ¿Qué diferencia existe entre un cuerpo mortal y un cuerpo resucitado? ¿Qué ocurre después de que resucitemos? (Véase Alma 40:21–26.)

  3. ¿Cómo seré juzgado en el Juicio Final? (Véase Alma 41:1–7).

  4. A veces uno piensa que algunas personas que quebrantan los mandamientos son felices. ¿Es eso verdad? (Véase Alma 41:10–15.)

Pida a los alumnos que se imaginen que son misioneros y que tienen una cita para reunirse con alguien que está buscando la respuesta a esas preguntas. Infórmeles que se les dará tiempo para prepararse, y luego tendrán la oportunidad de contestar algunas de estas preguntas usando lo que aprendieron en Alma 39–41.

Si el tamaño de la clase lo permite, asigne a cada alumno un compañero que represente a su compañero misional. Asigne a cada pareja una de las preguntas que están en la pizarra. (Si tiene una clase pequeña, podría asignar cada pregunta a un alumno.) Dé a cada pareja una copia de las instrucciones que figuran a continuación; pídales que para contestar las preguntas de su investigador usen los versículos mencionados al final de la pregunta que se les asignó. Deles tiempo para repasar los versículos y para preparar una lección corta para su investigador. Inste a las parejas a decidir entre ellos qué porciones de las instrucciones será responsable de enseñar cada uno.

Mientras los alumnos se preparan, usted podría caminar entre ellos para escuchar y dar la ayuda necesaria. Si es necesario, ayúdeles a identificar las doctrinas de Alma 39–41 que ayuden a contestar las preguntas que se les asignaron. Usen las siguientes doctrinas como guía:

El pecado sexual es una abominación a los ojos del Señor (véase Alma 39:1–9).

La resurrección es volver a unir el espíritu y el cuerpo, y todo es restaurado a su propia y perfecta forma (véase Alma 40:21–26).

Seremos restaurados ya sea a la felicidad o a la miseria según nuestras obras y deseos en la vida mortal (véase Alma 41:1–7).

La maldad nunca fue felicidad (véase Alma 41:10–15).

Instrucciones

Prepárense para hacer lo siguiente al enseñar:

  1. Proporcionen información de contexto acerca de los versículos (por ejemplo, expliquen quién hablaba, a quién se dirigía y por qué).

  2. Para ayudarles a contestar la pregunta que se les asignó, lean partes del pasaje de las Escrituras que se les dio.

  3. Escriban una doctrina o un principio que se enseñe en los versículos que estudiaron y que se aplique a la pregunta asignada.

  4. Expliquen cómo la doctrina o el principio que escribieron ayuda a contestar la pregunta asignada. Si lo desean, pueden sugerir que las personas a las que enseñen escriban esta doctrina o principio en sus Escrituras.

  5. Compartan por qué esta doctrina o este principio es importante para ustedes, y testifiquen de las verdades que han enseñado.

Después de que los alumnos se hayan preparado para contestar las preguntas asignadas, póngalos en grupos pequeños para que se enseñen unos a otros. (Si la clase es pequeña, pida a cada alumno o a cada pareja que enseñe a toda la clase.) Después de que los alumnos hayan terminado de enseñarse entre sí, haga las siguientes preguntas a la clase:

  • Al considerar los pecados de Coriantón, ¿por qué piensan que le sería de beneficio entender esas doctrinas?

  • ¿Por qué es importante saber explicar esas verdades a las personas con las que ustedes se relacionarán en el transcurso de su vida?

  • ¿Por qué es importante que entiendan y vivan estas verdades?

Alma 42

Alma enseña a Coriantón acerca de la justicia y la misericordia

Dibuje en la pizarra una balanza o pesa sencilla. Pida a un alumno que enseñe a la clase los conceptos de la justicia y la misericordia usando la ilustración y lo que haya aprendido de las instrucciones de Alma a Coriantón en Alma 42. Diga a los alumnos que abran sus Escrituras en Alma 42 y que busquen frases y declaraciones acerca de la justicia y la misericordia que hayan marcado o subrayado.

Imagen
balanza o pesa

Para ayudar a los alumnos a entender las condiciones para acceder a la misericordia, haga las siguientes preguntas:

  • ¿Qué tuvo que hacer Jesucristo para que pudiéramos tener acceso a la misericordia?

  • ¿Qué tenemos que hacer para recibir misericordia?

Pida a varios alumnos que expresen por qué están agradecidos por la expiación de Jesucristo.

Alma 43–44

El hacer caso al consejo de los profetas nos protege del adversario

Si queda tiempo, considere pedir a los alumnos que repasen lo que hayan aprendido en Alma 43–44; para ello, dígales que compartan lo que escribieron en su diario de estudio de las Escrituras acerca de pelear sus propias batallas espirituales (día 4, asignaciones 3 y 4). Testifique de Jesucristo y de Su poder para extender misericordia cuando nos arrepentimos y para protegernos cuando venimos a Él.

Siguiente unidad (Alma 45–63)

¿Por qué tuvieron tanto éxito los nefitas contra sus enemigos? ¿Cómo lograron pelear con la fuerza del Señor? Las respuestas se pueden encontrar estudiando los ejemplos del capitán Moroni y de Helamán y sus jóvenes guerreros.