Ayudas para las Escrituras
2 Corintios 8–13


“2 Corintios 8–13”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024

Ayudas para las Escrituras

2 Corintios 8–13

Pablo enseñó que Jesucristo es nuestro ejemplo de cómo debemos dar. Agradeció a los santos de Corinto por sus contribuciones a los pobres de Jerusalén y los instó a seguir dando generosamente. Habló con firmeza contra los falsos apóstoles y defendió su llamamiento como Apóstol de Jesucristo. También se glorió en el Señor y contó detalles sobre su vida, sus tribulaciones y su fe en Jesucristo. Pablo registró su visión del tercer cielo e invitó a los santos a examinarse a sí mismos y ser fieles.

Recursos

Nota: La cita de una fuente no publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no implica que esta o su autor cuenten con el respaldo de la Iglesia ni que representen la posición oficial de la Iglesia.

Antecedentes y contexto

2 Corintios 8–9

¿De qué manera cuidaban de los pobres los santos de la Iglesia primitiva?

Uno de los esfuerzos constantes de Pablo durante sus misiones fue reunir una colecta para los pobres de Jerusalén. Él escribió a los santos corintios en cuanto a este esfuerzo en 2 Corintios 8–9. Las iglesias de Macedonia habían contribuido generosamente a la causa y Pablo animó a los santos de Corinto a hacer lo mismo. Parece haber dado a entender que los santos corintios estaban en mejor situación económica que los de Jerusalén. Pablo escribió más tarde que los corintios habían respondido favorablemente a su petición.

2 Corintios 9:6–13

¿Cuál fue el consejo de Pablo acerca de dar?

Pablo explicó que la disposición de una persona para dar es más importante que su capacidad para hacerlo y prometió que los que fueran generosos recibirían grandes bendiciones, mientras que los que dieran poco recibirían poco. Pablo citó un salmo que habla acerca de dar con alegría y advirtió sobre el dar de mala gana o por obligación. Prometió que las donaciones desinteresadas no solo ayudaban a los necesitados, sino que también aumentaban la fe en Dios.

Pablo se refería a que allí hubiera igualdad entre los santos y por eso animó a los que más tenían a dar a aquellos que tenían menos. La revelación de los últimos días aclara que la igualdad temporal se basa en las circunstancias, las carencias y las necesidades de cada persona. Hoy en día, los miembros de la Iglesia pueden hacer donaciones generosas a los pobres por medio de las ofrendas de ayuno y el fondo de ayuda humanitaria de la Iglesia.

2 Corintios 10:3–6

¿A qué “armas de nuestra lucha” se refería Pablo?

Pablo enseñó que, aunque vivimos en un mundo físico, la guerra que libramos es espiritual y, como resultado, en nuestra guerra contra Satanás no utilizamos armas físicas sino armas espirituales. La imagen de Pablo sobre la “destrucción de fortalezas” y “destru[ir] […] toda altivez” puede haber aludido a una fortaleza en la cima de una colina que se alzaba junto a Corinto en su época. Pablo hizo hincapié en el hecho de que los santos debían usar sus armas espirituales para vencer el orgullo. Muchos de los santos corintios habían adoptado las ideas, los razonamientos y la concepción del mundo de su sociedad. Pablo los invitó a unirse a él para derribar todo lo que los apartara de seguir al Salvador.

ilustración de la antigua Corinto

La colina alta que dominaba la antigua Corinto. Balage Balogh / archaeologyillustrated.com

2 Corintios 10:7–18

¿Cómo respondió Pablo a las críticas en cuanto a sus limitaciones?

Algunos de los que se oponían a Pablo habían criticado su apariencia física y su capacidad para hablar. Pablo no negó sus debilidades, sino que trató de ayudar a los santos corintios a dejar de usar los criterios del mundo para medirse unos a otros.

Las Escrituras contienen muchos ejemplos que muestran al Señor utilizando “lo débil del mundo” para llevar a cabo Su obra. Él ayudó a personas como Enoc, Moisés, Moroni y José Smith a superar sus limitaciones y efectuar la obra que Él tenía para ellos.

2 Corintios 10:8, 13–17; 11:10–18, 21

¿Por qué se jactaba Pablo?

La palabra griega kauchaomai a veces se traduce como “gloriarse” o jactarse y generalmente tiene una connotación negativa. De las treinta y siete veces que se usa kauchaomai en el Nuevo Testamento, treinta y cinco se encuentran en las cartas de Pablo. Él consideraba que su jactancia era buena porque se centraba en Jesucristo. Cuando se jactaba de sí mismo, en realidad se refería a lo que era capaz de hacer por medio del Salvador. “En resumen, la jactancia de Pablo proviene de la obra que hace para el Señor y, como resultado, su jactancia está en lo que Cristo hace y no en lo que él hace”. La “jactancia” de Pablo podría verse como algo similar a la forma en que Ammón se gloriaba en el Señor.

2 Corintios 11:1–5, 13–15; 12:11–12

¿Cómo procuró Pablo proteger a la Iglesia contra las enseñanzas falsas?

Pablo escribió a los santos de Corinto como el padre metafórico de una novia comprometida con Cristo, una novia que él sentía la responsabilidad de mantener pura. Advirtió en cuanto a los falsos maestros que parecían ministros rectos y los comparó con la serpiente que engañó a Eva en el jardín. Pablo razonó que así como Satanás mismo puede aparecerse como un ángel de luz, los falsos apóstoles de Corinto se disfrazaban de ministros de rectitud. Esas personas predicaban sobre “otro” Cristo y, aunque no está claro lo que enseñaban esos falsos apóstoles acerca de Jesucristo, sabemos que en otra ocasión Pablo tuvo que refutar las afirmaciones que se difundían en Corinto de que Cristo no había resucitado de entre los muertos.

Pablo testificó que, a diferencia de los falsos apóstoles de Corinto, él era un Apóstol verdadero e invitó a los miembros de Corinto a considerar si las obras que él realizaba entre ellos eran señales de un verdadero Apóstol y confirmaban su ministerio.

2 Corintios 11:7–9, 12:13–17

¿Por qué habló Pablo de no ser una carga para los santos?

Mientras ministraba en Corinto, Pablo dependía en cierto grado de las contribuciones de los miembros de la Iglesia de Macedonia, pero también trabajaba para mantenerse económicamente. No deseaba que sus propias necesidades temporales fuesen una carga para la Iglesia.

2 Corintios 12:2–4

¿Quién era el hombre que fue arrebatado hasta el tercer cielo?

Pablo se refería a sí mismo en tercera persona cuando habló de un hombre que fue arrebatado hasta el tercer cielo, que es el Reino Celestial. Es posible que Pablo haya relatado parte de esa experiencia para oponerse a los falsos maestros y sus afirmaciones.

2 Corintios 12:4

¿Por qué no pudo Pablo hablar más acerca de su experiencia en la visión?

No solo habría sido difícil para Pablo describir su experiencia, sino que se le prohibió hacerlo. El Señor puede revelar cosas a Sus discípulos que no son para el mundo. Al igual que Pablo, nosotros también podemos tener experiencias espirituales de las cuales debemos hablar solo cuando el Espíritu nos lo indique.

2 Corintios 12:7–9

¿Cuál era el aguijón que atribulaba a Pablo?

La palabra griega traducida como aguijón podría significar cualquier cosa puntiaguda: una espina, una astilla o incluso, metafóricamente, una plaga. Pablo empleó el término para aludir a una dolencia que no nombró y que lo mantenía humilde.

2 Corintios 12:8–10

¿Cómo nos hacemos fuertes en la debilidad?

La palabra griega traducida como “débil” tiene varios significados posibles. Podría referirse a alguien que está físicamente enfermo o débil. En otras ocasiones, la palabra se usa para aquellos que son moralmente débiles o inmaduros en lo espiritual. Pablo usó la palabra en este caso para responder a las críticas sobre su forma de hablar y su apariencia poco impresionantes.

Tanto Pablo como Moroni relataron una importante revelación que recibieron del Señor en cuanto a la debilidad humana. La gracia del Salvador es suficiente para aquellos que reconocen su debilidad y vienen a Él. El poder de Cristo fluye a través de los débiles que son humildes y, por esa razón, Pablo se regocijaba en su debilidad.

2 Corintios 12:12

¿Cuáles son las señales de un Apóstol?

Pablo enseñó a los santos de Corinto que deberían reconocer su autoridad apostólica, ya que mostraba las señales de un Apóstol. El élder Bruce R. McConkie enseñó que las señales de un Apóstol “son sanar a los enfermos, echar fuera demonios, levantar a los muertos; predicar, enseñar y sufrir en la causa de Cristo; andar rectamente delante de todos los hombres y ser adoptados en la familia de Dios como Sus hijos, convirtiéndose así en coherederos con Su Hijo biológico. Son precisamente las mismas dotes divinas que deben recaer sobre todos los élderes del Reino, sobre toda persona que haya recibido el derecho a la compañía constante del Santo Espíritu”.

2 Corintios 12:15

¿Por qué sentía Pablo que no era amado?

Pablo dijo a los santos de Corinto que los visitaría por tercera vez, y prometió no ser una carga para ellos. Parece haber un tono defensivo en esta carta, ya que Pablo preguntó si se le debía amar menos por amarlos más. Una parte difícil de procurar ser un discípulo de Jesucristo es la división y los resentimientos que pueden surgir cuando tratamos de demostrar amor por los demás al compartir la verdad. Pablo expresó temor de que cuando visitara a los santos de Corinto, aún existieran malos sentimientos entre ellos.

El presidente Russell M. Nelson enseñó lo siguiente: “A veces, a nosotros, como líderes de la Iglesia, se nos critica por aferrarnos firmemente a las leyes de Dios, por defender la doctrina del Salvador y por resistir las presiones sociales de nuestros días, pero nuestra comisión como Apóstoles ordenados es ‘ir por todo el mundo a predicar [Su] evangelio a toda criatura’ [Doctrina y Convenios 18:28]. Eso significa que se nos manda enseñar la verdad”.

Más información

Cuidar de los pobres y los necesitados

Falsos profetas

Multimedia

Imágenes

una representación de los tres grados de gloria

Glory by Degrees [Gloria por grados], por Annie Henrie Nader

una espina pinchando un dedo
el apóstol Pablo encadenado, arrodillado en una prisión romana

Except for These Chains [Excepto por estas cadenas], © Pacific Press, bajo licencia de GoodSalt.com

Notas

  1. Véanse Hechos 24:17; Romanos 15:25–32; 1 Corintios 16:1–4.

  2. Véase 2 Corintios 8:1–7.

  3. Véase Romanos 15:26. Corinto era una ciudad de Acaya.

  4. Véase 2 Corintios 8:12; véase también Mosíah 4:24.

  5. Véase 2 Corintios 9:6. La palabra griega eulogia se traduce como “abundancia” en la versión Reina-Valera y también puede significar bendecir, alabar o dar gracias (véase Tremper Longman III y Mark L. Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, entrada 2129b, página 1084).

  6. Pablo enseñó esta idea, a veces denominada “la ley de la cosecha”, de forma más amplia en Gálatas 6:7–10.

  7. Véanse 2 Corintios 9:9; Salmo 112:5, 9.

  8. Véanse 2 Corintios 9:7; Moroni 7:6–7.

  9. Véase 2 Corintios 9:12–13.

  10. Véase 2 Corintios 8:14.

  11. La palabra necesitan aquí no significa necesariamente lo que desean. La palabra griega traducida como “necesitan” en 2 Corintios 8:14 significa “lo que falta, pobreza, deficiencia” (Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, pág. 463). Esto concuerda con el significado típico de la palabra carencia en la época de José Smith (véase Noah Webster, An American Dictionary of the English Language, 1828, “want”, webstersdictionary1828.com).

  12. Véanse Doctrina y Convenios 51:382:17.

  13. Véase Temas y preguntas, “Ayuno y ofrendas de ayuno”, Biblioteca del Evangelio.

  14. Véase Humanitarian Services, philanthropies.ChurchofJesusChrist.org.

  15. 2 Corintios 10:4–5; véase Earl D. Radmacher y otros, NKJV Study Bible, 2018, pág. 1743, nota sobre 2 Corintios 10:4–5.

  16. Para conocer enseñanzas proféticas modernas sobre los peligros del orgullo, véanse Dieter F. Uchtdorf, “El orgullo y el sacerdocio”, Liahona, noviembre de 2010, págs. 55–58; David A. Bednar, “En el término de no muchos años”, Liahona, noviembre de 2024.

  17. Véase 2 Corintios 10:4–5.

  18. Véase 2 Corintios 10:10.

  19. Véase 2 Corintios 10:12–14; véase también 1 Corintios 1:25–27.

  20. Doctrina y Convenios 1:19–28.

  21. Véanse Éxodo 4:10; Moisés 6:31; Éter 12:23–27; José Smith—Historia 1:28–29; compárese con Gálatas 4:13.

  22. Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, Brigham Young University New Testament Commentary, 2023, pág. 537.

  23. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, pág. 110.

  24. Draper y Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, pág. 537.

  25. Véase Alma 26:10–12, 16.

  26. Véase Harold W. Attridge y otros, editores, The HarperCollins Study Bible: New Revised Standard Version, Including the Apocryphal/Deuterocanonical Books, 2006, pág. 1968, nota sobre 2 Corintios 11:2. Algunas traducciones usan la palabra celoso en este versículo. La palabra griega zēlos significa “celo” o “pasión” y puede ser positiva o negativa, dependiendo de hacia dónde se dirija la emoción. “Ferviente interés” es el sentido positivo que se centra en Dios (véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, pág. 930).

  27. Véase 2 Corintios 11:3.

  28. Véanse 2 Corintios 11:12–15; véanse también 2 Nefi 9:9; Alma 30:53; Doctrina y Convenios 129:8; Moisés 5:13, 28–30.

  29. La palabra griega que se aplica a Satanás y a los falsos apóstoles disfrazados es metaschēmatizō, que significa cambiar o transformar su apariencia (véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, pág. 1108).

  30. Véase 2 Corintios 11:15.

  31. 2 Corintios 11:4.

  32. Véase 1 Corintios 15:13–19.

  33. Pablo se refirió a los apóstoles hyperlian, que significa “en extremo; preeminente” o los apóstoles más elevados (véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, entrada 5244b, página 1151). Algunos interpretan esto como un título sarcástico dirigido a los falsos apóstoles, mientras que otras personas lo ven como una referencia a los apóstoles auténticos (véase Radmacher y otros, NKJV Study Bible, pág. 1744, nota sobre 2 Corintios 11:5). En algunas traducciones se ha preferido el término “superapóstoles” (véase Attridge y otros, HarperCollins Study Bible, pág. 1968, nota sobre 2 Corintios 11:5).

  34. Véase también Marcos 16:17–18.

  35. Véase 2 Corintios 11:2.

  36. Véase Hechos 18:3.

  37. Una lectura atenta de los versículos 5 y 7 muestra que esa persona era Pablo mismo (véase Michael D. Coogan y otros, editores, The New Oxford Annotated Bible: New Revised Standard Version, 5.ª edición, 2018, pág. 1675, nota sobre 2 Corintios 12:2–3).

  38. El profeta José Smith explicó que “Pablo ascendió al tercer cielo y pudo comprender los tres peldaños principales de la escalera de Jacob: las glorias o reinos Telestial, Terrestre y Celestial, donde Pablo vio y oyó cosas que no le era lícito pronunciar” (en History, 1838–1856 [Manuscript History of the Church], tomo D-1, pág. 1556, josephsmithpapers.org; véase también Doctrina y Convenios 137:1).

  39. Véanse Radmacher y otros, NKJV Study Bible, pág. 1746, notas sobre 2 Corintios 12:1–11; Coogan y otros, The New Oxford Annotated Bible, pág. 1675, notas sobre 2 Corintios 12:1–13.

  40. Las experiencias visionarias a menudo son difíciles de describir. Véase José Smith—Historia 1:17.

  41. A otros profetas también se les ha prohibido hablar sobre sus experiencias completas (véanse 1 Nefi 14:28; 3 Nefi 28:14; Éter 4:1, 6–713:13).

  42. Véanse Moisés 1:42;Doctrina y Convenios 41:6.

  43. José Smith enseñó lo siguiente: “La razón por la que no se nos revelan los secretos del Señor es porque no los guardamos, sino que los revelamos; no guardamos nuestros propios secretos, sino que revelamos nuestras dificultades al mundo, incluso a nuestros enemigos; entonces, ¿cómo guardaríamos los secretos del Señor? ‘Yo puedo guardar un secreto hasta el día del Juicio Final’” (en History, 1838–1856 [Manuscript History of the Church], tomo C-1 Adenda, pág. 46, josephsmithpapers.org).

  44. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, entrada 4647, pág. 1137.

  45. Muchos han especulado sobre cuál pudo haber sido la dolencia de Pablo: problemas de salud mental, una enfermedad o incluso la persecución. Sin embargo, Pablo nunca especificó cuál era su aflicción. Véase Attridge y otros, The HarperCollins Study Bible, pág. 1970, nota sobre 2 Corintios 12:7.

  46. La palabra griega es asthenēs, que significa “débil, endeble, enfermo; moralmente débil; falto de conocimiento o de fe” (Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, pág. 891).

  47. Véase Lucas 10:9, donde asthenēs se refiere a aquellos a quienes Jesús envió Sus discípulos para sanar.

  48. Véase 1 Corintios 8:9, donde asthenēs describe la fe de los santos corintios.

  49. Véanse 2 Corintios 10:10; 12:9–10.

  50. Véase Éter 12:26–27.

  51. El élder Dieter F. Uchtdorf enseñó lo siguiente: “Cuando se sientan débiles, Jesucristo es su fortaleza. Él da fuerzas al cansado y multiplica la fortaleza de quien se siente sin fuerzas. Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas por medio de Su fortaleza” (Dieter F. Uchtdorf, “Jesucristo es la fortaleza de la juventud”, Liahona, noviembre de 2022, pág. 10).

  52. La misma palabra griega, sēmeion (que significa “señal”, “marca”, “prenda” o “muestra”) fue utilizada por Juan en su Evangelio para demostrar que Jesús era el Cristo. Esa palabra se usa setenta y siete veces en el Nuevo Testamento, en su mayoría refiriéndose a un acontecimiento milagroso, y denota una señal visible y simbólica (véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, entrada 4592, página 1136).

  53. Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary, 1971, tomo II, pág. 450.

  54. Véase 2 Corintios 12:14.

  55. A la versión Reina-Valera le falta el signo de interrogación en 2 Corintios 12:15, pero este sí se encuentra en otras traducciones: “Si os amo más, ¿seré amado menos?” (2 Corintios 12:15, New Revised Standard Version).

  56. A lo largo de los siglos, se ha odiado y rechazado a los profetas por enseñar la verdad de Dios (véanse Juan 15:18; José Smith—Historia 1:25; 1 Samuel 8:7; 1 Reyes 19:10, 14; 1 Nefi 1:19–20).

  57. Véase 2 Corintios 12:20–21.

  58. Russell M. Nelson, “El amor y las leyes de Dios”, devocional de la Universidad Brigham Young, 17 de septiembre de 2019, speeches.byu.edu.