Ayudas para las Escrituras
Mateo 27; Marcos 15; Lucas 23; Juan 19


“Mateo 27; Marcos 15; Lucas 23; Juan 19”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024

Ayudas para las Escrituras

Mateo 27; Marcos 15; Lucas 23; Juan 19

Después de que Jesucristo fue arrestado, los romanos lo azotaron, se burlaron de Él y lo golpearon. Pilato encontró a Jesús inocente, pero la multitud clamó pidiendo Su crucifixión. Pilato sucumbió a la presión y sentenció al Salvador a ser crucificado. Jesucristo fue crucificado en el Gólgota entre dos ladrones. Mientras colgaba en la cruz, oró para que el Padre Celestial perdonara a los soldados y le pidió al apóstol Juan que cuidara de Su madre. Finalmente, Jesús encomendó Su espíritu en las manos de Su Padre y murió. José de Arimatea y Nicodemo pusieron el cuerpo del Salvador en un sepulcro.

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Antecedentes y contexto

Mateo 27:11

¿Qué sabemos sobre Pilato, el gobernador romano?

Véase “Juan 18:29. ¿Quién era Pilato?” y “Juan 18:29–36. ¿Por qué llevaron los líderes judíos a Jesús ante Pilato?”.

Mateo 27:14, 26, 30, 34–35, 38, 41

¿Qué profecías se cumplieron durante el juicio y la Crucifixión de Jesucristo?

Profecía

Cumplimiento de la profecía

Isaías 53:7. “Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca”.

Mateo 27:14. “Jesús no le respondió ni una palabra”.

Isaías 53:5. “El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados”.

1 Nefi 19:9. “Por tanto, lo azotan, y él lo soporta”.

Mateo 27:26. Los soldados romanos “azota[ron] a Jesús”.

Isaías 50:6. “No escondí mi rostro de injurias ni de esputos”.

1 Nefi 19:9. “Escupen sobre él, y él lo soporta”.

Mateo 27:30. “Escupie[ron] en él”.

Salmo 69:21. “Me pusieron además hiel por comida y en mi sed me dieron a beber vinagre”.

Mateo 27:34. “Le dieron de beber vinagre mezclado con hiel”.

Salmo 22:16. “Horadaron mis manos y mis pies”.

1 Nefi 19:10. Él “se entrega a sí mismo […] para ser levantado […] y para ser crucificado”.

Mateo 27:35. “Le hubieron crucificado”.

Salmo 22:18. “Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”.

Mateo 27:35. Los soldados romanos “repartieron entre sí sus ropas, echando suertes”.

Isaías 53:9, 12. “Él dispuso con los inicuos su sepultura […] y fue contado con los transgresores”.

Mateo 27:38. “Entonces crucificaron con él a dos ladrones”.

Salmo 22:7–8. “Todos los que me ven me escarnecen […], diciendo: Se encomienda a Jehová; que él lo rescate; sálvele”.

Mateo 27:41, 43. “Los principales sacerdotes, escarneciéndole […] decían […]: Confió en Dios; libérele ahora”.

Salmo 22:1. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.

Mateo 27:46. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.

Salmo 34:20. “Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrado”. (Véase también Éxodo 12:46).

Juan 19:33. “Pero cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”.

Zacarías 12:10. “Me mirarán a mí, a quien traspasaron”.

Juan 19:34. “Pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza”.

Isaías 53:9. “Él dispuso […] su sepultura […] con el rico […] en su muerte”.

Mateo 27:57, 59–60.. “Un hombre rico de Arimatea, […] envolvió [el cuerpo de Jesús] en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo”.

Mateo 27:15–21

¿De qué manera cumplió la ley de Moisés la liberación de Barrabás?

(Compárese con Marcos 15:7–11; Lucas 23:18–25; Juan 18:39–40).

De acuerdo con una antigua versión griega de Mateo 27:16–17, el primer nombre de Barrabás era Jesús. El nombre Barrabás literalmente significa “hijo del padre”. La multitud enfurecida escogió a Jesús Barrabás en lugar de a Jesucristo, el Hijo literal del Padre. La liberación de Barrabás cumplió con el ritual del macho cabrío expiatorio que se realizaba el Día de la Expiación. Según la ley de Moisés, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote seleccionaba dos machos cabríos. Uno de los machos cabríos se convertía en el chivo expiatorio y era soltado vivo en el desierto; y el otro macho cabrío era sacrificado como ofrenda por el pecado a Jehová. Barrabás cumplió la función de chivo expiatorio. El Redentor cumplió la función del segundo macho cabrío al dar Su vida para expiar los pecados de todas las personas.

Mateo 27:22–50

¿Qué sabemos acerca de la crucifixión?

(Compárese con Marcos 15:22–37; Lucas 23:26–46; Juan 19:17–30).

La ejecución por crucifixión era el castigo por una variedad de delitos, entre ellos la rebelión política. Josefo, el antiguo historiador judío, llamó a la crucifixión una “muerte de lo más infame”. “Por lo general, a la persona crucificada se la obligaba a llevar su propia cruz al lugar de la ejecución”. A menudo se despojaba a la persona de sus ropas. Luego, el verdugo ataba a la víctima a la cruz con cuerdas o clavos, o con ambos. Si bien las heridas infligidas por los clavos causaban un dolor insoportable, eso no era lo que mataba a la persona. Por lo general, la muerte era el resultado de una “combinación de hambre, conmoción, sed, infección, agotamiento y exposición al frío”. La persona podía sufrir durante dos o tres días antes de morir.

Mateo 27:24

¿Por qué se lavó las manos Pilato?

Pilato reconoció que Jesucristo era inocente de los cargos que se le imputaban. Incluso la esposa de Pilato le había advertido de la inocencia de Jesucristo. Para librarse de la responsabilidad de condenar a un hombre inocente, Pilato se lavó las manos. La ley de Moisés incluía una práctica similar. De modo que, cuando Pilato se lavó las manos, pudo haber estado alegando su inocencia de una manera que los líderes judíos habrían entendido. No obstante, el que se hubiera lavado las manos no hizo que Pilato evadiera la responsabilidad. El presidente Jeffrey R. Holland señaló: “Las manos recién lavadas de Pilato nunca pudieron haber estado más manchadas ni más sucias”.

Pilato se lava las manos de la decisión de crucificar a Jesucristo

Mateo 27:25

¿Quién fue el responsable de la muerte del Salvador?

La Crucifixión de Jesucristo fue impulsada por un pequeño grupo de líderes judíos en cooperación con las autoridades romanas. Es importante recordar que durante el ministerio terrenal del Salvador, muchos judíos creyeron en Jesucristo.

Mateo 27:26

¿Qué era el azote?

(Compárese con Marcos 15:15; Juan 19:1).

La flagelación, o azote, era un castigo romano destinado a debilitar a una persona antes de la crucifixión. El látigo estaba hecho de cuerdas de cuero con pequeños trozos de metal o hueso sujetos a ellos. Al condenado se lo ataba a una columna y se lo azotaba repetidamente. Los primeros latigazos provocaban que la piel se desgarrara. Los latigazos repetidos provocaban el desgarro de los músculos del esqueleto; esto causaba un terrible dolor y pérdida de sangre. “La idea era debilitar a la víctima hasta un estado cercano al colapso o a la muerte. Era común que las burlas y el ridículo acompañaran el procedimiento”.

Mateo 27:28–29

¿Cómo se burlaron de Jesucristo los soldados romanos?

(Compárese con Marcos 15:17–18; Juan 19:2–3).

Los soldados romanos utilizaron símbolos de realeza para burlarse de Jesucristo como rey de los judíos. Según los relatos que se encuentran en Marcos, Juan y en la Traducción de José Smith, le dieron un manto de púrpura para que se lo pusiera. El color púrpura simboliza la realeza. Hicieron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza. También pusieron una caña o un bastón en Su mano derecha, que representaba un cetro.

Mateo 27:37

¿Qué tenía de significativo el título que Pilato escribió en la cruz?

(Compárese con Juan 19:19).

Era costumbre colocar un letrero sobre la cabeza del acusado en la cruz. En el letrero estaba escrito su delito. El letrero colocado encima de Jesús en la cruz decía: “Jesús de Nazaret, Rey de los judíos” en griego, latín y hebreo. Todos los que pasaban por allí podían leer esa declaración oficial y saber que Jesús, “Rey de los judíos”, había sido crucificado. Los principales sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: “No escribas: Rey de los judíos, sino que él dijo: Soy rey de los judíos”. Ese cambio indicaría su creencia de que Jesús no era el rey de los judíos, aunque Él afirmaba serlo. Pilato hizo caso omiso de su petición de cambiar el texto del letrero.

Mateo 27:45

¿A qué hora del día cubrió la oscuridad la tierra?

“Era la hora tercera” del día, o alrededor de las 9:00 h, cuando Jesucristo fue clavado a la cruz. Mateo registró que “hubo tinieblas sobre toda la tierra” desde la hora sexta (alrededor de las 12:00 h del día) hasta la hora novena (alrededor de las 15:00 h), que es cuando murió el Salvador.

Mateo 27:46

¿Por qué se sintió Jesús desamparado?

El élder Jeffrey R. Holland enseñó:

“A fin de que el sacrificio supremo de Su Hijo fuera igualmente completo como lo fue voluntario y solitario, el Padre retiró brevemente de Jesús el consuelo de Su Espíritu, el apoyo de Su presencia personal […]. Para que Su Expiación fuese infinita y eterna, Él tenía que sentir lo que era morir no solo física sino espiritualmente, sentir lo que era el alejamiento del Espíritu divino, dejando a la persona sintiéndose total, vil y completamente sola.

“Pero Jesús perseveró y siguió adelante. Lo bueno en Él permitió que la fe triunfara aun en un estado de completa angustia […]. Debido a que Jesús caminó totalmente solo por el largo y solitario sendero, nosotros no tenemos que hacerlo”.

Mateo 27:51

¿Qué tiene de significativo que el velo del templo se haya rasgado?

(Compárese con Marcos 15:38; Lucas 23:45).

El velo de un templo de la antigüedad

El Lugar Santísimo era la habitación más sagrada en el templo antiguo y estaba separado por un velo. Esta sala simbolizaba la presencia de Dios. Una vez al año, en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote atravesaba el velo del templo para entrar en el Lugar Santísimo. Rociaba sobre el altar la sangre de una ofrenda por el pecado para expiar los pecados de toda la congregación de Israel.

Cuando el velo del templo se “rasgó en dos” en el momento de la muerte de Jesucristo, fue un símbolo impresionante de lo que logró la Expiación del Salvador. El apóstol Pablo enseñó que así como el velo rasgado del templo permitió la entrada simbólica al Lugar Santísimo, la carne desgarrada de Jesucristo nos abre el camino para entrar en la presencia del Padre Celestial.

Mateo 27:52–53

¿Resucitó alguien antes que Jesucristo?

No se sabe por qué los versículos sobre la resurrección en Mateo 27 están colocados en esa ubicación del texto. El versículo 53 deja en claro que las apariciones de esos seres resucitados en Jerusalén ocurrieron “después de la resurrección de Jesús”. Otros pasajes de las Escrituras confirman que Jesucristo fue el primero en resucitar. El profeta Abinadí, del Libro de Mormón, enseñó que los que resucitaron en el momento de la Resurrección del Salvador fueron los profetas y los que habían guardado los mandamientos de Dios.

Marcos 15:1–2

¿Qué tenía de significativo que se presentara a Jesús como rey ante Pilato?

(Compárese con Lucas 23:1–3).

Véase “Mateo 26:59–68. ¿Qué tenía de significativo la acusación de blasfemia?”.

Lucas 23:4–12

¿Quién era Herodes Antipas?

Herodes Antipas era hijo de Herodes el Grande, quien había ordenado la matanza de los niños en Belén. Herodes Antipas había contraído un matrimonio adúltero con la esposa de su hermano Felipe. Cuando Juan el Bautista se enteró de ese matrimonio, lo calificó de ilícito. Herodes hizo que se matara a Juan el Bautista. Anteriormente, Jesús se había referido a Herodes como “aquel zorro”, indicando el carácter engañoso de Herodes. El élder James E. Talmage comentó: “Por lo que sabemos, Herodes […] [es] la única persona que vio a Cristo cara a cara y le habló, y sin embargo nunca escuchó su voz”.

Lucas 23:31

¿Qué significan el árbol verde y el árbol seco?

El árbol verde representa el tiempo del ministerio terrenal de Jesucristo. El árbol seco representa el tiempo después de la muerte del Salvador. La Traducción de José Smith agregó la siguiente reflexión: “¿En el seco, qué no se hará? Esto dijo, dando a entender el esparcimiento de Israel, y la desolación de las naciones, o en otras palabras, de los gentiles”. Este pasaje implica que si los opresores del pueblo judío pudieron cometer tales actos malvados cuando Jesús estaba entre ellos, harían cosas mucho peores después de que Él se fuera.

Lucas 23:34

¿A quién le pidió Jesús al Padre que perdonara?

La Traducción de José Smith aclara que el Salvador pidió al Padre que perdonara a los soldados romanos que lo crucificaron.

Lucas 23:42–43

¿Fue el ladrón con Jesús al paraíso?

El profeta José Smith aclaró que el Señor quiso decir que el ladrón estaría con Él en el mundo de los espíritus, en lugar de en el paraíso de los espíritus. De la revelación moderna aprendemos que todos los que mueren entran en el mundo de los espíritus posterrenal. Los que son justos y han sido bautizados moran en un estado paradisíaco, mientras que los inicuos y los que no han recibido el Evangelio del Salvador moran en la prisión espiritual. Los que se encuentran en la prisión espiritual tienen oportunidades de que se les enseñe el Evangelio de Jesucristo, de arrepentirse de sus pecados y de recibir las ordenanzas vicarias a través de la obra que realizamos en los templos. Si aceptan el Evangelio, pueden salir de la prisión espiritual y morar en el paraíso.

Juan 19:30

¿Qué hay de significativo en la declaración del Salvador: “¡Consumado es!”?

(Compárese con Mateo 27:50; Lucas 23:46).

El élder Robert D. Hales enseñó: “Desde antes de la fundación del mundo hasta los momentos finales en la cruz, el Salvador se había ocupado de los negocios de Su Padre. Terminó la obra que se le había mandado hacer, por lo tanto, no dudamos a quién le hablaba cuando, en la cruz, ‘dijo: ¡Consumado es!’ [Juan 19:30] y, ‘clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró’ [Lucas 23:46]. Sabemos que estaba orando a Su Padre Celestial”. La Traducción de José Smith añade: “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, dijo: Padre, consumado es, se ha hecho tu voluntad, y entregó el espíritu”. Esa declaración indica que Jesucristo entregó Su vida voluntariamente.

Más información

La cruz

El sacrificio del Salvador

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Videos

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Jesús es colocado en un sepulcro” (3:30)

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Imágenes

Pilato permite que la multitud determine el destino de Cristo
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