Ayudas para las Escrituras
2 Corintios 1–7


“2 Corintios 1–7”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024

Ayudas para las Escrituras

2 Corintios 1–7

En la segunda epístola del Apóstol Pablo a los Corintios vemos indicios de una desavenencia cada vez mayor entre algunos de los santos de Corinto y Pablo. Un pequeño grupo de miembros de la Iglesia de Corinto se oponía a Pablo y quería que él tuviera menos influencia entre ellos. Pablo defendió su conducta y expresó afecto por los corintios. Enseñó acerca de la paz que proviene de amar y perdonar a los demás. Les testificó que podían reconciliarse con su Padre Celestial mediante la Expiación de Jesucristo. Pablo expresó su gozo por saber que los santos de Corinto habían aceptado el consejo que les había dado en una epístola anterior y enseñó sobre la importancia de la “tristeza que es según Dios”.

Recursos

Nota: La cita de una fuente no publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no implica que esta o su autor cuenten con el respaldo de la Iglesia ni que representen la posición oficial de la Iglesia.

Antecedentes y contexto

¿Para quiénes se escribió 2 Corintios y por qué?

Poco después de que Pablo escribiera 1 Corintios, se produjo un alboroto en Éfeso en oposición a sus enseñanzas. Como consecuencia, él se fue a Macedonia. Es posible que haya escrito 2 Corintios mientras estaba allí. Es probable que esta carta se escribiera entre los años 54 y 56 d. C..

En general, esta carta tiene como objetivo lo siguiente:

  • Expresar agradecimiento y fortalecer a los santos que habían recibido bien su carta anterior.

  • Advertir sobre los falsos maestros que corrompían la doctrina pura de Cristo.

  • Defender el carácter y la autoridad de Pablo como Apóstol del Señor Jesucristo.

  • Animar a los santos corintios a hacer ofrendas económicas generosas a los santos empobrecidos de Jerusalén.

Gran parte de esta carta hace hincapié en el amor y la preocupación de Pablo por los santos de Corinto. Aunque Pablo era firme en su oposición a quienes lo criticaban, también lo vemos como un líder que se preocupaba por la felicidad y el bienestar de los santos.

En esta carta, Pablo se refirió a un momento muy sagrado de su vida. En 2 Corintios 12:2–4, Pablo se describe como “un hombre en Cristo” que “fue arrebatado hasta el tercer cielo”. En esa visión vio y oyó cosas que no se pueden explicar con palabras.

2 Corintios 1:15–20

¿Por qué enseñó Pablo acerca de las promesas de Dios?

Estos versículos parecen ser la respuesta de Pablo a una acusación de que había mostrado frivolidad al prometer visitar Corinto y luego cambiar sus planes de viaje. Algunos decían que no se podía confiar en él; que un día decía “sí” (“sí, iré”), pero al día siguiente decía “no” (“no, no iré”). Los críticos de Pablo parecían insinuar: “Si no podemos confiar en Pablo, ¿cómo podemos confiar en lo que él nos enseñó acerca de Dios?”. Como respuesta, Pablo dijo que el mensaje que él y sus compañeros enseñaban era verdadero, y declaró que Dios y Jesucristo son dignos de confianza y que no varían.

2 Corintios 1:21–225:5

¿Qué garantías se reciben por medio del Espíritu Santo?

Pablo declaró que él y sus compañeros misionales habían sido “ungi[dos]” y “sell[ados]” por Dios. La palabra griega que Pablo usó para indicar que Dios los había sellado refleja que Él había puesto Su sello de propiedad sobre ellos.

En relación con esta unción y sellamiento, Pablo utilizó la palabra griega arrabōn, que se puede traducir como “fianza”, “prenda”, “depósito”, “la primera cuota” o “garantía”. Es un término comercial que se refiere a un comprador que hace un depósito como parte de un acuerdo de pago completo en el futuro. Pablo utilizó este término para expresar “que el Señor nos da su Santo Espíritu en esta vida como un anticipo del gozo de la vida eterna. El Espíritu es también la garantía del Señor de que cumplirá Su promesa de dar vida eterna a los fieles”. Cuando experimentamos la compañía del Espíritu del Señor, podemos saber que Él nos acepta y que Sus promesas se cumplen en nuestra vida.

2 Corintios 2:14–17

¿En qué sentido son los santos como olor grato o fragancia para Dios?

Para describir a los santos, Pablo utilizó el simbolismo de los sacrificios y del incienso que se quemaba en el templo. Así como el humo de las ofrendas del templo se describía como olor grato o fragancia a Dios, la vida de los santos justos representaba una ofrenda que complacía a Dios.

El versículo 16 describe los efectos que los santos y el Evangelio de Jesucristo tenían sobre quienes los escuchaban. Para los enemigos de Cristo, la fragancia grata de los santos y su testimonio de Cristo era como el olor de la muerte; sin embargo, para aquellos que aceptaban a los Apóstoles y sus enseñanzas, era como el olor de la vida.

2 Corintios 3:1–3

¿Qué carta de recomendación necesitaba Pablo?

En respuesta a quienes intentaban desacreditarlo, Pablo preguntó de manera retórica si realmente necesitaba cartas de recomendación para demostrar que era un Apóstol legítimo. Pablo se refería a la antigua práctica de llevar cartas de recomendación cuando se visitaba una nueva comunidad. Esas cartas por lo general presentaban a las personas, testificaban acerca de su carácter y atestiguaban que no eran impostores.

Pablo enseñó que las vidas cambiadas de los miembros de la Iglesia eran sus mejores cartas de recomendación, las cuales no se escribían con tinta, sino con el Espíritu de Dios en el corazón. El presidente Russell M. Nelson explicó que cuando las verdades del Evangelio están escritas en las tablas de carne de nuestro corazón, “se convierten en parte integral de nuestra naturaleza”.

2 Corintios 3:18

¿Qué significa ser transformados en la imagen o semejanza del Señor?

La palabra griega metamorphoō se puede traducir como “cambiar, transformar, transfigurar” o “cambiar de forma”. En este pasaje, metamorphoō se usa para indicar una transformación gradual en un ser glorioso a semejanza de Dios. De manera similar, Alma enseñó que cuando nacemos espiritualmente de Dios, recibimos Su imagen en nuestros rostros.

2 Corintios 4:3–4

¿Quién es el dios de este mundo?

La palabra griega traducida como mundo “generalmente se refiere a una era o período histórico”. La frase “dios de este mundo” expresa “la época y el lugar donde el diablo gobierna los pensamientos y las acciones de las personas; es decir, el mundo actual”. El dios de este mundo es Satanás, que procura desviar a los hijos de Dios y aunque tiene poder sobre “el mundo”, su poder en la tierra es limitado. Jesucristo nos ha asegurado: “Soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra”, y “los cielos y la tierra están en mis manos”.

2 Corintios 5:10

¿Cuál es el mensaje de Pablo acerca del Juicio Final?

Pablo enseñó que todos compareceremos ante Cristo para ser juzgados por las cosas que hayamos hecho durante nuestra vida terrenal. Una lectura cuidadosa del texto griego sugiere que “aunque a cada persona se la juzga de acuerdo con su conducta, las acciones habituales de la persona serán la base del juicio, no sus actos individuales”. Al hablar sobre el juicio final, el presidente Dallin H. Oaks enseñó lo siguiente: “Seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras, los deseos de nuestro corazón y la clase de personas que hayamos llegado a ser. Ese juicio de Dios hará que todos los hijos de Dios entren en un reino de gloria para el cual su obediencia los haya hecho merecedores y donde se sentirán cómodos. El juez de todo esto es nuestro Salvador Jesucristo […]. Su omnisciencia le da un conocimiento perfecto de todos nuestros hechos y deseos, tanto de los que no nos hemos arrepentido o que no hemos cambiado, como de los que nos hemos arrepentido o que son rectos. Por tanto, después de Su juicio, todos confesaremos ‘que sus juicios son justos’ (Mosíah 16:1)”.

2 Corintios 5:14–17

¿Qué significa convertirse en una nueva criatura en Cristo?

Pablo enseñó que podemos llegar a ser nuevas criaturas o creaciones “en Cristo”. En griego, “en Cristo” indica una “relación cercana con Cristo”, incluso una “unión por convenio con el Señor”. El élder David A. Bednar enseñó que estamos destinados a recibir un “cambio espiritual y una transformación por medio de la Expiación de Jesucristo […]. Se nos ha instruido que debemos […] convertirnos en ‘nueva[s] criatura[s]’ en Cristo (véase 2 Corintios 5:17), despojarnos del ‘hombre natural’ (Mosíah 3:19) y experimentar ‘un potente cambio en nosotros, o sea, en nuestros corazones, por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente’ (Mosíah 5:2). Tengan a bien notar que la conversión que se describe en esos versículos es potente, no pequeña; es un nacimiento espiritual y un cambio fundamental en lo que sentimos y en lo que deseamos, en lo que pensamos, en lo que hacemos y en lo que somos. En efecto, la esencia del Evangelio de Jesucristo supone un cambio fundamental y permanente en nuestra naturaleza, lo cual es posible a través de nuestra dependencia en ‘los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías’ (2 Nefi 2:8). Al escoger seguir al Maestro, escogemos cambiar, para nacer de nuevo espiritualmente”.

2 Corintios 5:18–21

¿Qué significa reconciliarse con Dios?

El significado principal de la palabra griega katallassō (“reconciliación”) es el intercambio de hostilidad por amistad. Nuestros pecados nos distancian de Dios y dañan nuestra relación con Él. En este sentido, “Dios [es] el compañero herido que, sin embargo, busca la reconciliación con nosotros y lo hace enviando a Su Hijo”. Para brindarnos reconciliación, Jesucristo proporciona “lo que podría llamarse ‘el gran intercambio’ […]. [Jesucristo] vino para intercambiar con nosotros. En Getsemaní y en la cruz, nuestro Señor tomó sobre Sí nuestros pecados. Él se ofrece para darnos (para poner en nuestra cuenta espiritual, como parte de nuestros bienes eternos) su justicia”. De manera significativa, la palabra Expiación “describe el hecho de que aquellos que se han distanciado se reúnan ‘en uno’ y denota la reconciliación del hombre con Dios. El pecado es la causa del distanciamiento y, por lo tanto, el propósito de la Expiación es corregir o superar las consecuencias del pecado”.

2 Corintios 6:14–17

¿Qué advertencias hizo Pablo en cuanto a relacionarse con cosas inmundas?

Pablo utilizó la imagen de animales diferentes unidos con un yugo para disuadir a los miembros de la Iglesia de “un[irse] en yugo […] con los incrédulos”. La ley de Moisés prohibía poner una yunta de un buey y un asno para arar juntos. El unir un buey con un asno haría que el asno (el animal más débil) frenara al buey (el animal más fuerte). Además, el animal más fuerte podría infligir dolor o incomodidad al más débil si estuvieran unidos en yugo.

Una traducción de la Biblia capta la preocupación de Pablo de la siguiente manera: “No os juntéis con los incrédulos, porque, ¿qué compañerismo hay entre la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión hay entre la luz y las tinieblas? ¿Y qué acuerdo tiene Cristo con Beliar? ¿O qué comparte un creyente con el incrédulo? ¿Qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?”.

En pocas palabras, Pablo disuadió a los santos de entablar relaciones con los adoradores de ídolos o participar en sus prácticas inmundas y concluyó afirmando una promesa que el Señor dio por medio de Isaías: Si los creyentes se apartan de las prácticas falsas y las cosas inmundas, el Señor los recibirá.

2 Corintios 7:8–11

¿Qué es la tristeza que es según Dios?

El élder Neil L. Andersen enseñó lo siguiente:

“[La tristeza que es según Dios significa] sentir gran pesar y remordimiento por los comportamientos que hayan aumentado el dolor y el sufrimiento al Salvador, conforme nuestra alma elimina cualquier negación o excusa […].

“Quizás el mayor despertar en esta vida mediante el cual llegamos a ser hijos o hijas de Dios espiritualmente perceptivos sea comprender de modo singular y personal que el pago que Jesucristo hizo por el pecado es muy real, y que Su sufrimiento no es tan solo por todos los demás, ¡sino también por usted y por mí! […]. Conforme entendemos de manera espiritual que Él ha padecido por nuestros pecados, sentimos tristeza por la parte de Su dolor que nosotros causamos. Nos damos cuenta de que aquello es parte del plan de nuestro Padre, pero el don que Él nos ofrece nos sobrecoge; ese asombro, ese agradecimiento, esa adoración del Salvador que ha hecho esto por nosotros, nos hace hincar la rodilla conforme nuestro espíritu se llena de la tristeza que es según Dios”.

La tristeza del mundo puede incluir sentimientos de remordimiento por las consecuencias negativas de nuestras acciones; por ejemplo, el pesar porque se nos ha “descubierto y castigado por [nuestras] acciones”. El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, observó lo siguiente: “La tristeza del mundo nos desanima, apaga la esperanza y nos persuade a ceder a más tentación”.

Más información

Nuevas criaturas en Cristo

Reconciliación

Multimedia

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“Reconciliarse con Dios” (1:55)

1:55

“Arrepentimiento” (1:39)

1:39

Imagen

dos bueyes sujetos a un yugo

Covered Wagons [Carretas cubiertas], por Gary L. Kapp. Dos bueyes sujetos a un yugo. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14–17).

Notas

  1. Véase Hechos 19:23–41.

  2. Véanse Hechos 20:1; 2 Corintios 2:137:5.

  3. Algunos eruditos creen que 2 Corintios es una compilación de más de una carta escrita por Pablo (véase Harold W. Attridge y otros, editores, The HarperCollins Study Bible: New Revised Standard Version, Including the Apocryphal/Deuterocanonical Books, 2006, pág. 1956). Aunque en la segunda epístola a los Corintios se afirma que fue escrita por el apóstol Pablo y por Timoteo (véase 2 Corintios 1:1), es probable que Pablo la escribiera en nombre de él y de Timoteo. Las numerosas referencias que Pablo hace a sus propias experiencias sugieren que él es el único autor de este libro (véanse 2 Corintios 11:16–33; 12:1–14; 13:1).

  4. Véase Attridge y otros, The HarperCollins Study Bible, pág. 1958.

  5. Véase 2 Corintios 1:17.

  6. Véase Michael D. Coogan y otros, editores, The New Oxford Annotated Bible: New Revised Standard Version, 5.ª edición, 2018, pág. 1665, nota sobre 2 Corintios 1:15–20. Pablo tenía pensado hacer una doble visita (“doble bendición” [2 Corintios 1:15]), una por cada tramo de su viaje a Macedonia (véase 1 Corintios 16:5–6), pero alteró sus planes por segunda vez.

  7. Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, Brigham Young University New Testament Commentary, 2023, págs. 114–115.

  8. Véanse Éxodo 29:7; 1 Reyes 1:34, 39; 19:15–16. La unción se podría haber referido a una unción con aceite, similar a la que recibían los reyes, sacerdotes y profetas en el Antiguo Testamento, apartándolos para su obra divinamente ordenada.

  9. “El verbo σφραγίζω (sphragizō), ‘sellar’, denota el acto de colocar sobre algo un sello como medida de seguridad. El propósito principal del sello es garantizar que el contenido del objeto sellado no sea manipulado. Este acto marca la permanencia y pureza del objeto. Además, el sello indica al propietario que lo que ha sellado le pertenece” (Draper y Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, pág. 123).

  10. Véanse Tremper Longman III y Mark L. Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, 2023, entrada 1052, página 728; Attridge y otros, The HarperCollins Study Bible, pág. 1959, nota sobre 2 Corintios 1:22.

  11. Véase Frank F. Judd Jr., “The Epistles of the Apostle Paul: An Overview”, en New Testament History, Culture, and Society: A Background to the Texts of the New Testament, editado por Lincoln H. Blumell, 2019, pág. 436.

  12. Bible Dictionary, “Earnest”; véanse también 2 Corintios 5:5; Efesios 1:14; 1 Juan 4:13; Doctrina y Convenios 88:3–5.

  13. Véase 2 Corintios 2:15.

  14. Véanse Éxodo 29:18; Levítico 1:9, 13, 17; Números 15:7.

  15. Véase 2 Corintios 2:15.

  16. Véanse Hechos 18:27; Romanos 16:1–2.

  17. Russell M. Nelson, “El vivir mediante la guía de las Escrituras”, Liahona, enero de 2001, pág. 21.

  18. Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, pág. 1107.

  19. Véase Alma 5:14; véase también New Testament Student Manual, 2018, pág. 349.

  20. Draper y Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, págs. 219–220.

  21. Véanse Efesios 6:12; Apocalipsis 12:9, 13, 17.

  22. Véanse Mosíah 16:3–5; Doctrina y Convenios 10:20; Moisés 7:26.

  23. El profeta José Smith describió una manera en la que el poder de Satanás es limitado. Él dijo lo siguiente: “El diablo solo tiene poder sobre nosotros cuando se lo permitimos; en el momento en que nos rebelamos contra algo que proviene de Dios, el diablo obtiene potestad” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 225).

  24. 3 Nefi 11:14.

  25. Doctrina y Convenios 67:2; véanse también Salmo 47:7; 1 Nefi 11:6.

  26. Ralph P. Martin, 2 Corinthians, 2.ª edición, Word Biblical Commentary, tomo XL, 2014, pág. 271, citado en Draper y Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, pág. 289.

  27. Dallin H. Oaks, “El gran plan”, Liahona, mayo de 2020, pág. 96.

  28. Draper y Rhodes, Paul’s Second Epistle to the Corinthians, pág. 427. Compárese con Romanos 8:1–2; Gálatas 2:4; 3:286:15; Efesios 2:6, 10, 13; 3:11.

  29. David A. Bednar, “Os es necesario nacer de nuevo”, Liahona, mayo de 2007, pág. 20.

  30. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, pág. 1095.

  31. Richard Neitzel Holzapfel y Thomas A. Wayment, editores, Life and Teachings of the New Testament Apostles, 2010, pág. 339.

  32. Robert D. Millet, Alive in Christ: The Miracle of Spiritual Rebirth, 1997, pág. 50; véase también Jacob 4:11.

  33. Bible Dictionary, “Atonement”.

  34. 2 Corintios 6:14; véase también Judd, “The Epistles of the Apostle Paul”, pág. 428. Los profetas de los últimos días han aplicado la enseñanza de Pablo de no “un[irse] en yugo desigual con los incrédulos” como principio rector al establecer relaciones con las demás personas, incluso al decidir con quién casarse (véanse Ezra Taft Benson,“El Señor en primer lugar”, Liahona, julio de 1988, pág. 6; Spencer W. Kimball, “Importancia del matrimonio celestial”, Liahona, octubre de 1980, págs. 1–3; Neal A. Maxwell, “El séptimo mandamiento: un escudo”, Liahona, enero de 2002, pág. 92).

  35. Véase Deuteronomio 22:10.

  36. Véase D. Kelly Ogden y Andrew C. Skinner, Verse by Verse: Acts through Revelation, 2006, pág. 154.

  37. Beliar, una variante de Belial (en hebreo, “sin valor”), uno de los diversos nombres judíos para Satanás”. Attridge y otros, The HarperCollins Study Bible, pág. 1965, nota sobre 2 Corintios 6:15.

  38. 2 Corintios 6:14–16, New Revised Standard Version.

  39. Véase Isaías 52:11; compárese con Doctrina y Convenios 133:5, 14.

  40. Véase 2 Corintios 6:17; véanse también Éxodo 25:8; Levítico 26:11–12; Jeremías 32:38; Ezequiel 11:19–20.

  41. Neil L. Andersen, El don divino del perdón, 2019, págs. 114, 115.

  42. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 89–90; véase también Mormón 2:12–14.

  43. Dieter F. Uchtdorf, “¡Pueden hacerlo ahora!”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 56.