Ayudas para las Escrituras
1 Corintios 8–13


“1 Corintios 8–13”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024

Ayudas para las Escrituras

1 Corintios 8–13

Las creencias y prácticas paganas influenciaron a algunos miembros de la Iglesia de Corinto. El apóstol Pablo abordó la duda de si era aceptable comer carne ofrecida a los ídolos paganos. Enseñó sobre la ordenanza de la Santa Cena. También aconsejó sobre la costumbre de las mujeres de cubrirse el cabello durante los servicios de adoración. Pablo enseñó a los santos acerca de los dones espirituales, haciendo hincapié en la importancia de la caridad por encima de todos los demás dones.

Recursos

Nota: La cita de una fuente no publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no implica que esta o su autor cuenten con el respaldo de la Iglesia ni que representen la posición oficial de la Iglesia.

Antecedentes y contexto

1 Corintios 8:1–13

¿Por qué a algunos conversos les preocupaba comer carne que se había ofrecido a los ídolos?

En la época de Pablo, parte de la carne que se vendía en los mercados de Corinto y de otras ciudades se había utilizado como ofrenda durante la adoración pagana. Los judíos fieles pensaban que la ley de Moisés les prohibía comer esa carne. Además, en el concilio de Jerusalén, Santiago había instruido específicamente a los gentiles conversos a la Iglesia que se “abst[uvieran] de lo sacrificado a ídolos”. La carta de Pablo indica que algunos de los conversos gentiles recientes de Corinto consideraban que estaba bien comer esa carne.

Pablo recordó a los miembros de la Iglesia que los ídolos representan dioses falsos y que no significan nada. También les recordó a los corintios que los alimentos que comemos no determinan nuestra salvación. Por lo tanto, no estarían mejor si comían la carne ni peor si no lo hacían. Sin embargo, a Pablo le preocupaba que comer la carne pudiera dar a las demás personas la impresión de que los cristianos fomentaban los ritos paganos. Pablo recomendó que se abstuvieran de comer esa carne para evitar dar la impresión equivocada a los demás.

1 Corintios 8:4–6

¿A qué se refería Pablo al decir que hay “muchos dioses y muchos señores”?

Pablo enseñó que los ídolos, o dioses falsos, no existen. Afirmó que “no tenemos más que un solo Dios, el Padre, […] y un Señor, Jesucristo”.

El profeta José Smith brindó conocimiento adicional: “Siempre he declarado que Dios es un Personaje distinto, que Jesucristo es un Personaje aparte y distinto de Dios el Padre, y que el Espíritu Santo es otro Personaje distinto, y es espíritu; y estos tres constituyen tres Personajes distintos y tres Dioses […].

“Algunos dicen que no interpreto las [enseñanzas de Pablo en 1 Corintios 8:5] igual que ellos. Dicen que alude a los dioses paganos. Pablo dice que hay muchos Dioses y muchos Señores; y eso constituye una pluralidad de Dioses […]. Tengo un testimonio del Espíritu Santo y un testimonio de que el texto de Pablo no aludía a los dioses paganos”.

1 Corintios 9:19–23

¿Por qué era Pablo para “tod[a]s [las personas] de todo”?

Pablo no quería ofender a quienes tenían tradiciones culturales diferentes y estaba comprometido a compartir el Evangelio de Jesucristo con todas las personas. Adaptó su conducta de buena gana para ministrar a personas de diferentes orígenes, lo que no significa que aceptara doctrinas o prácticas falsas. Su lealtad no era hacia ninguna cultura ni país, sino a la predicación del Evangelio de Jesucristo.

1 Corintios 9:24–27

¿Qué podemos aprender de la comparación que hace Pablo con correr una carrera?

Los antiguos griegos y romanos daban mucha importancia a las competencias atléticas. Los Juegos Olímpicos eran eventos que se realizaban cada algunos años en toda la región del Mediterráneo y se esperaban con gran expectativa. Los Juegos Ístmicos, celebrados en Corinto, eran muy similares a los Juegos Olímpicos: los atletas competían por el premio de la corona del ganador, que estaba hecha de hojas o de ramas de pino. Pablo señaló que los atletas se esfuerzan por tener templanza o autocontrol; probablemente se estaba refiriendo a las dietas estrictas y las rutinas de entrenamiento que los atletas adoptan para prepararse para una competencia.

Pablo escribió que los seguidores de Jesucristo también están corriendo una carrera, no contra otras personas, sino contra el pecado y los desafíos de la vida terrenal. Los miembros de la Iglesia se esfuerzan por vencer la tentación y lograr el autodominio espiritual y la recompensa no es una corona corruptible, sino una corona de vida eterna.

1 Corintios 10:1–11

¿Qué quería Pablo que los santos corintios supieran acerca de las experiencias de los hijos de Israel?

Cuando Moisés condujo a los hijos de Israel fuera de Egipto, el Señor los bendijo con numerosos milagros. Jehová dividió el mar Rojo para que los hijos de Israel pudieran cruzar sobre tierra seca. Pablo enseñó que ese cruce simboliza el bautismo. Más tarde, Moisés golpeó una roca e hizo que saliera agua de ella. Pablo explicó que la roca representa a Jesucristo y que el agua simboliza las palabras y enseñanzas de Jehová, incluidos los consejos de Su siervo Moisés. Algunos de los hijos de Israel siguieron las instrucciones espirituales que se dieron en el desierto pero, desafortunadamente, otros murmuraron y no siguieron las indicaciones del Señor. Por ejemplo, cometieron pecados sexuales e hicieron ofrendas a un becerro de oro. También se quejaron de la comida milagrosa que el Señor les proporcionó cuando tenían hambre. Pablo advirtió a los santos de Corinto que no cometieran los mismos errores. La Traducción de José Smith deja claro que la advertencia de Pablo también se dirige a nosotros hoy en día: “Y fueron escritas también para nuestra admonición, y para admonición a aquellos sobre quienes vendrá el fin [del mundo]”.

1 Corintios 10:14–22

¿Qué enseñó Pablo acerca de participar de la Santa Cena y en cuanto a los sacrificios paganos?

Pablo contrapuso la Santa Cena a las fiestas relacionadas con las celebraciones paganas. Así como el participar de la Santa Cena crea un vínculo y una asociación con Cristo, la participación en una fiesta pagana creaba un vínculo y una relación con un dios falso. Pablo advirtió a los santos de Corinto que “si insisten en participar de ambas comidas (la Cena del Señor y los sacrificios paganos) terminarán provocando al Señor de manera similar a como lo hizo el antiguo Israel. Lo que estaba en juego era algo más que el consumo de carne ofrecida a los ídolos, y el argumento de Pablo es que ‘los fuertes’ caminaban en territorio peligroso y podían provocar los celos de Dios con resultados nefastos”.

1 Corintios 10:23–24

¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo: “Todo me es lícito”?

Pablo citó y rechazó un eslogan que era común entre los corintios: “Todas las cosas me son permisibles”. Parece ser que algunos santos de Corinto utilizaban ese eslogan para justificar su comportamiento pecaminoso.

La versión Reina-Valera de la Biblia incluye las palabras “todo me es lícito”. Muchas otras traducciones no incluyen la palabra “me”. Además, la Traducción de José Smith aclara la frase como “todo no me es lícito”. En otras palabras, Pablo no estaba hablando de sí mismo; más bien, estaba rechazando la idea de que su nueva libertad en Cristo significara que ahora todo era apropiado.

1 Corintios 11:3–15

¿Por qué se requería que las mujeres se cubrieran la cabeza al orar?

En la época de Pablo, los judíos, los griegos y los romanos tenían normas en cuanto a cubrirse la cabeza; por ejemplo, en la sociedad romana se consideraba respetable que las mujeres se cubrieran la cabeza mientras estaban en público.

En este pasaje de las Escrituras aprendemos que las mujeres de Corinto participaban en los servicios de adoración y se esperaba que se cubrieran la cabeza al hacerlo. Pablo señaló que las mujeres que adoraban con la cabeza descubierta acarreaban deshonra. En la época de Pablo, la deshonra era un asunto serio porque acarreaba vergüenza y humillación a una persona o a quienes se relacionaban con ella.

Parece ser que algunos hombres y mujeres iban en contra de las costumbres aceptadas de su época. Las razones por las que lo hacían no están claras; lo que está claro es que Pablo “animó a los cristianos a ajustarse a las normas contemporáneas de modestia y decoro”.

1 Corintios 12:1–11

¿Qué son los dones espirituales?

“Los dones espirituales son bendiciones o capacidades que Dios da a Sus hijos mediante el poder del Espíritu Santo”. Pablo explicó que los dones del Espíritu permiten a los discípulos del Salvador satisfacer las necesidades de otras personas. Para ver una breve descripción de los diferentes dones espirituales, véase Temas y preguntas, “Dones espirituales”, Biblioteca del Evangelio.

1 Corintios 12:12–27

¿Por qué comparó Pablo a la Iglesia con el cuerpo humano?

Así como cada parte del cuerpo realiza una función necesaria, cada miembro de la Iglesia tiene una función única que desempeñar. El presidente Jeffrey R. Holland escribió lo siguiente: “Es inmensamente satisfactorio ser necesitado en el cuerpo de Cristo, y se necesita a todos. Que nuestra función sea la de un ojo o la de un brazo es irrelevante, el hecho es que se nos necesita en esta majestuosa estructura y que el cuerpo es imperfecto sin nosotros”.

1 Corintios 13:1

¿Qué es la caridad?

El término caridad en la versión Reina-Valera de la Biblia proviene de la palabra griega agapē. El presidente Russell M. Nelson enseñó lo siguiente: “El idioma griego original del Nuevo Testamento […] [tiene] tres palabras diferentes para amor, a diferencia de la única que tenemos a nuestro alcance en el idioma inglés. Las tres palabras griegas para amor se aplican a diferentes niveles de emoción. El término que se emplea para referirse al nivel más elevado de amor es agapē, para describir la clase de amor que sentimos por el Señor o por otras personas altamente estimadas. Es un término de gran respeto y adoración”. El Libro de Mormón nos enseña que “la caridad es el amor puro de Cristo”. Solo cuando tenemos caridad podemos llegar a ser semejantes a Jesucristo.

1 Corintios 13:1–3

¿Qué importancia le dio Pablo al don de la caridad?

Después de enseñar acerca de los dones espirituales, Pablo alentó a los santos a “procura[r] […] los mejores dones” y luego explicó que el don de la caridad es “un camino aún más excelente”. En otras palabras, la caridad es algo “inconmensurablemente mejor” que otros dones espirituales. No solo es el don más grande, sino “la base sobre la cual operan todos los demás”. Sin caridad, proclamó Pablo, no somos nada. El élder Joseph B. Wirthlin enseñó lo siguiente: “El mensaje de Pablo a este nuevo grupo de santos fue simple y directo: nada de lo que hagan tendrá gran influencia si no tienen caridad. Pueden hablar en lenguas, tener el don de profecía, entender todos los misterios y poseer toda ciencia, y aun cuando tengan la fe para mover montañas, si no tienen amor, de nada les sirve”.

1 Corintios 13:9–12

¿De qué manera utilizó Pablo el ejemplo de un espejo para describir el entendimiento terrenal?

El conocimiento que tenemos durante esta vida es imperfecto. Pablo explicó que nuestra perspectiva limitada se asemeja a mirar nuestro reflejo en un espejo oscuro. En la época de Pablo, los espejos solían ser de metal pulido, por lo que no habrían mostrado una imagen clara. Algún día tendremos un conocimiento perfecto, como ver a una persona cara a cara en lugar de ver un reflejo poco claro en un espejo de metal. El Espíritu Santo nos ayuda a ver las cosas desde la perspectiva de Dios.

un espejo romano-celta

Más información

Dones del Espíritu

Caridad

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“La caridad nunca deja de ser” (3:32)

3:32

Imágenes

Jesucristo prepara la Santa Cena para Sus discípulos

The Last Supper [La Última Cena], por Simon Dewey

Jesús con Sus apóstoles durante la Última Cena

The Last Supper [La Última Cena], por Harry Anderson

Notas

  1. Véanse Richard Neitzel Holzapfel y otros, Jesus Christ and the World of the New Testament, 2006, pág. 226; Eric D. Huntsman, “‘The Wisdom of Men’: Greek Philosophy, Corinthian Behavior, and the Teachings of Paul”, en Shedding Light on the New Testament: Acts–Revelation, editado por Ray L. Huntington y otros, 2009, págs. 79–82.

  2. Hechos 15:29; véanse también Hechos 15:20; 21:25.

  3. Véanse 1 Corintios 8:1–13, 10:19–33.

  4. Véanse 1 Corintios 8:4; Michael D. Coogan y otros, editores, The New Oxford Annotated Bible: New Revised Standard Version, 5.ª edición, 2018, pág. 1648, nota sobre 1 Corintios 8:1–13.

  5. Véase 1 Corintios 8:8.

  6. Véase Frank F. Judd Jr., “The Epistles of the Apostle Paul: An Overview”, en New Testament History, Culture, and Society: A Background to the Texts of the New Testament, editado por Lincoln H. Blumell, 2019, pág. 426.

  7. Véase 1 Corintios 8:9–13.

  8. 1 Corintios 8:6.

  9. José Smith, en History, 1838–1856 (Manuscript History of the Church), tomo F-1, págs. 101–102, josephsmithpapers.org; se ha modernizado la puntuación.

  10. Véase Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary, 1971, tomo II, pág. 353.

  11. Véase Earl D. Radmacher y otros, editores, NKJV Study Bible, 3.ª edición, 2018, pág. 1717; véase también Edward E. Hindson y Daniel R. Mitchell, editores, Zondervan King James Version Commentary: New Testament, 2010, pág. 474.

  12. Véanse 1 Corintios 9:25; Tremper Longman III y Mark L. Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words, 2023, entrada 1466, página 1069.

  13. Kenneth L. Barker y John R. Kohlenberger III, editores, The Expositor’s Bible Commentary: Abridged Edition: New Testament, 1994, pág. 634.

  14. Véanse Hebreos 12:1–2; Mosíah 4:27.

  15. Véase 1 Corintios 9:25.

  16. Véase Éxodo 13–17.

  17. Véase Éxodo 14:21–22.

  18. Véase 1 Corintios 10:1–2.

  19. Éxodo 17:6.

  20. Véase 1 Corintios 10:4.

  21. Véase Robert L. Millet, Becoming New: A Doctrinal Commentary on the Writings of Paul, 2022, págs. 104–105.

  22. Véase Éxodo 16:2–3, 7–8.

  23. Véanse 1 Corintios 10:7; Éxodo 32:1–8.

  24. Véanse 1 Corintios 10:9; Números 11:1–10.

  25. Traducción de José Smith, 1 Corintios 10:11 (en 1 Corintios 10:11, nota a al pie de página); las cursivas indican un cambio en el texto.

  26. Véase Radmacher y otros, NKJV Study Bible, pág. 1718, nota sobre 1 Corintios 10:14–22.

  27. Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, 2017, pág. 496.

  28. Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 502. Véase también 1 Corintios 6:12–13.

  29. 1 Corintios 10:23; cursiva agregada.

  30. “El pronombre dativo μοί (moi), traducido ‘me’ en la versión Reina-Valera, no se encuentra en los manuscritos principales” (Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 502).

  31. Traducción de José Smith, 1 Corintios 10:23 (en 1 Corintios 10:23, nota a al pie de página); las cursivas indican un cambio en el texto.

  32. Véase Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 502.

  33. Véase Huntsman, “The Wisdom of Men”, págs. 82–84.

  34. “Las palabras [de Pablo] no especifican la naturaleza de la cobertura que la mujer dejó de usar. Podría haber sido un velo pequeño o casi transparente, un velo pesado, una cubierta, un pañuelo o incluso parte de su vestimenta exterior que cubría su cabeza” (Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 521).

  35. Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 520.

  36. Huntsman, “The Wisdom of Men”, pág. 84.

  37. Temas y preguntas, “Dones espirituales”, Biblioteca del Evangelio.

  38. Véase 1 Corintios 12:5–7.

  39. Jeffrey R. Holland, Nuestra Estrella de la Mañana está saliendo: Exploremos el Nuevo Testamento con Jeffrey R. Holland, 2023, pág. 202.

  40. Véase Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 629.

  41. Russell M. Nelson, “A More Excellent Hope”, devocional de la Universidad Brigham Young, 8 de enero de 1995, pág. 7, speeches.byu.edu.

  42. Moroni 7:47.

  43. Véase Millet, Becoming New, págs. 122–123. Mormón enseñó que debemos poseer el amor puro de Cristo si hemos de llegar a ser semejantes a Él (véase Moroni 7:47–48). La palabra poseer significa “tener algo en el interior o formando parte de uno” (véase Diccionario de la Real Academia Española, webstersdictionary1828.com).

  44. 1 Corintios 12:31.

  45. 1 Corintios 12:31.

  46. Richard Lloyd Anderson, Understanding Paul: Revised Edition, 2007, pág. 117.

  47. Draper y Rhodes, Paul’s First Epistle to the Corinthians, pág. 624.

  48. Joseph B. Wirthlin, “El gran mandamiento”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 28.

  49. Véase 1 Corintios 13:12.

  50. Kenneth L. Barker y otros, editores, NIV Study Bible: Fully Revised Edition, 2020, pág. 2022, nota sobre 1 Corinthians 13:12.

  51. Véanse 1 Corintios 13:12; 2 Nefi 9:13–14.

  52. Véanse Juan 14:26; 16:13.