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Unidad 31, Día 2: Apocalipsis 4–5


Unidad 31: Día 2

Apocalipsis 4–5

Introducción

En una visión, el apóstol Juan vio a seres glorificados que adoraban al Padre Celestial mientras Él se sentaba en Su trono. Además, vio un libro que estaba sellado con siete sellos y al Cordero, es decir, a Jesucristo, quien es digno de abrir el libro.

Apocalipsis 4

Juan ve a seres glorificados que adoran al Padre Celestial

Imagina que estás en el reino celestial. ¿Cómo te imaginas el reino celestial? ¿Cómo crees que será?

Tal como se indica en Apocalipsis 4–5, el apóstol Juan vio en visión una parte del reino celestial.

  1. Lee Apocalipsis 4:1–8. En el diario de estudio de las Escrituras, haz un dibujo sencillo de lo que Juan vio. Ten en cuenta que estar “en el Espíritu” (versículo 2) significa hallarse en un estado de revelación o tener una visión por medio del Espíritu.

En Apocalipsis 4:3, Juan escribió que contemplar al Padre Celestial era “semejante a una piedra de jaspe y de cornalina”. El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Elder Bruce R. McConkie

“En un esfuerzo por dejar asentado para el entendimiento de los mortales la grandeza, la gloria y la belleza del Todopoderoso de los todopoderosos, Juan compara Su aspecto con piedras preciosas y semipreciosas. Algunos comentaristas creen que la piedra de jaspe que se menciona es un diamante…

“¿Cómo podrían los profetas terrenales hallar palabras para develar a los ojos de sus semejantes mortales el esplendor y la belleza extraordinaria de aquel mundo eterno de poder y gloria celestiales? Mencionan arcoíris y gemas, llamas de fuegos circundantes, tizones ardientes que emiten destellos; hablan de truenos y de voces, del estruendo de muchas aguas y de majestuosas manifestaciones de poderío y hermosura; todo ello en un intento por dejar asentado con palabras terrenales aquello que solo se puede ver y conocer por el poder del Espíritu. (Ezequiel 1 y 10; Isaías 6). No obstante, alabado sea el Señor porque han hecho tales intentos a fin de que aquellos que no han visto ni oído puedan alcanzar algún escaso grado de conocimiento de las cosas que están ocultas detrás de las ventanas de los cielos” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo III, págs. 464–466).

La revelación moderna nos ayuda a entender más acerca de lo que Juan vio. Por ejemplo, el Señor dio la revelación que se encuentra en Doctrina y Convenios 77 después que el profeta José Smith le pidió que interpretara algunos de los símbolos y acontecimientos registrados en Apocalipsis 1–11.

  1. Copia el siguiente cuadro en el diario de estudio de las Escrituras. Lee cada pasaje correlacionado y escribe en el cuadro la información adicional que encuentres sobre lo que Juan vio. (Después de terminar, compara tus respuestas con las que aparecen al final de la lección).

Apocalipsis 4

Lo que Juan vio

Pasajes correlacionados

Información adicional

Trono (Apocalipsis 4:2–3)

D. y C. 137:1–4

Veinticuatro ancianos [élderes] con coronas (Apocalipsis 4:4)

D. y C. 77:5

Siete espíritus de Dios (Apocalipsis 4:5)

Traducción de José Smith, Apocalipsis 4:5 (en la nota a al pie de página de Apocalipsis 4:5).

Mar de vidrio (Apocalipsis 4:6)

D. y C. 77:1–37; 130:6–9

Cuatro seres vivientes (Apocalipsis 4:6–7)

D. y C. 77:2–3

Los ojos y las alas de los seres vivientes (Apocalipsis 4:8)

D. y C. 77:4

Lee Apocalipsis 4:8–11 para conocer lo que dijeron e hicieron aquellos que estaban reunidos alrededor del Padre Celestial.

¿Qué podría representar el que los ancianos echaran sus coronas delante del trono del Padre Celestial?

Un principio que aprendemos en esos versículos es que al reconocer la grandeza del Padre Celestial, deseamos adorarlo y alabarlo.

Piensa en lo que puede ayudarnos a reconocer la grandeza del Padre Celestial.

Esta noche, antes de orar, piensa en el gran plan de felicidad y en cómo te ha bendecido el Padre Celestial. Al orar, recuerda agradecerle específicamente todo aquello con lo que Él te ha bendecido.

Apocalipsis 5

Juan ve un libro sellado con siete sellos y al Cordero, quien es digno de abrirlo

Lee Apocalipsis 5:1–4 para saber lo que vio Juan en la mano del Padre Celestial.

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scroll with seals

Observa que el libro o rollo de pergamino que Juan vio estaba sellado con siete sellos. En la antigüedad, los documentos importantes se sellaban con sellos de arcilla o cera. Solo el propietario del documento y a quienes autorizaba el dueño se les permitía romper los sellos y leer el texto.

Lee Doctrina y Convenios 77:6–7 para ver qué significan el libro y los sellos.

El período de 7.000 años de la “duración temporal” de la tierra (D. y C. 77:6) se refiere al tiempo desde la caída de Adán y Eva; no se refiere a la edad en sí de la tierra, que abarca los períodos de creación. Cada sello representa un período de 1.000 años.

Según Apocalipsis de 5:2, ¿qué cualidad debía poseer una persona para abrir el libro?

Observa que Juan lloró cuando vio que nadie podía abrir el libro. Tal vez haya pensado que “la voluntad, los misterios y las obras de Dios” (Doctrina y Convenios 77:6) relacionados con la salvación de Sus hijos no se revelarían ni se llevarían a cabo. ¿Qué sucedería a los hijos del Padre Celestial si Su plan para la salvación de ellos no pudiera llevarse a cabo?

Lee Apocalipsis 5:5–7 para conocer por qué se dijo a Juan que no llorara. También lee Traducción de José Smith, Apocalipsis 5:6 (en la nota b al pie de página de Apocalipsis 5:6). En las Escrituras, con frecuencia los cuernos son símbolo de poder o autoridad; los ojos a menudo simbolizan luz y conocimiento; y el número doce puede simbolizar el gobierno y la organización divinos, o el sacerdocio.

El título “Cordero” (Apocalipsis 5:6) se refiere a la función de Jesucristo como ofrenda del sacrificio que se proporcionó para expiar por los hijos de Dios (véanse también Isaías 53:7; 1 Corintios 5:7; 1 Pedro 1:18–19). La expresión “Un Cordero como inmolado” (Apocalipsis 5:6) se refiere al Cordero que tenía las marcas de haber sido sacrificado. Juan el Bautista se refirió al Salvador como “el Cordero de Dios” (Juan 1:29, 36).

Lee Apocalipsis 5:8–10 para conocer cómo los seres que rodeaban el trono del Padre Celestial alababan al Cordero.

De acuerdo con lo que Juan vio y oyó en cuanto al Cordero, aprendemos que Jesucristo es el único digno y capaz de redimirnos.

¿Por qué crees que Jesucristo es el único que es digno y capaz de redimirnos?

Según Apocalipsis 5:10, aquellos a quienes Jesucristo redime llegan a ser reyes y sacerdotes, lo cual incluye a las mujeres como reinas y sacerdotisas.

Lee Apocalipsis 5:11–14 para ver cómo otros se sumaron para adorar y alabar a Jesucristo y al Padre Celestial.

Los seres glorificados y toda la creación reconocieron todo lo bueno del Padre Celestial y de Jesucristo, y sintieron agradecimiento por la función que desempeñó el Cordero en el plan del Padre Celestial; por ello, adoraron y alabaron al Padre y al Hijo. Del mismo modo, al reconocer y sentirnos agradecidos por lo que el Padre Celestial y Jesucristo han hecho por nosotros, deseamos adorarlos y alabarlos.

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Elder Bruce R. McConkie

El élder Bruce R. McConkie enseñó lo siguiente en cuanto la adoración: “La adoración verdadera y perfecta consiste en seguir los pasos del Hijo de Dios; consiste en guardar los mandamientos y obedecer la voluntad del Padre hasta que avancemos de gracia en gracia hasta ser glorificados en Cristo tal como Él lo es en Su Padre. Es mucho más que la oración, el sermón y el himno; es vivir, hacer y obedecer; es emular la vida del Gran Ejemplo” (véase “Cómo adorar”, Liahona, octubre de 1972, pág. 33).

  1. Contesta lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. Haz una lista de algunas de las razones por las que sientes gratitud y amor hacia el Padre Celestial y Jesucristo.

    2. ¿De qué modo lo que has enumerado influye en tu deseo de adorar y alabar al Padre Celestial y a Jesucristo?

Piensa en la siguiente pregunta: ¿Qué más podrías hacer para adorar al Padre Celestial y a Jesucristo? Planifica y actúa de acuerdo con la inspiración que recibas.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Apocalipsis 4–5 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: