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Unidad 6, Día 2: José Smith—Mateo; Mateo 24


Unidad 6 Día 2

José Smith—Mateo; Mateo 24

Introducción

Jesucristo profetizó acerca de la destrucción de Jerusalén y del templo. También reveló las señales de Su segunda venida e instruye a los fieles a esperar y prepararse para ese día.

José Smith—Mateo 1:1–20

Jesús profetiza acerca de la destrucción de Jerusalén y del templo

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Jesucristo resucitado
  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras una o más preguntas que tengas acerca de la segunda venida de Jesucristo. A medida que estudies hoy José Smith—Mateo, busca respuestas para las preguntas que escribiste.

José Smith—Mateo es la Traducción de José Smith, Mateo 23:39–24:56. Se encuentra en la Perla de Gran Precio después del libro de Abraham.

Lee José Smith—Mateo 1:4, para buscar las dos preguntas que los discípulos le hicieron a Jesús. Si lo deseas, puedes marcar esas preguntas en tu ejemplar de las Escrituras.

En José Smith—Mateo 1:5–20 el Salvador habló de la primera pregunta, acerca de cuándo serían destruidos Jerusalén y el templo. En los versículos 21–37 Él contestó la segunda pregunta, acerca de las señales de Su segunda venida y de la destrucción de los inicuos.

Lee José Smith—Mateo 1:5–12 para averiguar las señales relacionadas con la destrucción de Jerusalén.

Aunque Jesús dijo que Sus discípulos sufrirían durante ese tiempo, Él hizo la importante promesa de que si permanecemos firmes y no somos vencidos, seremos salvos. Podrías marcar esa verdad en el versículo 11.

Permanecer firmes implica no ser vencidos por las tentaciones y el mal. En las Escrituras, la palabra firmes en ocasiones se relaciona con la palabra inmutables (por ejemplo, véase Mosíah 5:15).

La Presidencia General de los Hombres Jóvenes y la de las Mujeres Jóvenes explicaron el significado de la frase “firmes e inmutables”: “¿Qué significa ser firme e inmutable? Ser firme es estar completamente fijo en algo, no estar sujeto a cambios, ser de creencia y de resolución sólidas, y ser leal y fiel. Igualmente, ser inmutable equivale a no ceder y a ser incapaz de moverse ni desviarse. Ser firme e inmutable en el evangelio de Jesucristo consiste en comprometerse a seguirlo, por lo cual se abunda siempre en buenas obras” (“Firmes e inmutables”, Liahona, enero de 2008, pág. 42).

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, hizo la siguiente observación. Marca las características que dio de “una persona que es firme e inmutable”. (Podrías escribir las palabras que él usó en el margen de tu ejemplar de las Escrituras junto a la palabra firme en José Smith—Mateo 1:11).

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Elder David A. Bednar

“La palabra ‘firmes’ se utiliza para sugerir que se está fijo en una posición, sólido y constante, inquebrantable y resuelto (Oxford English Dictionary Online, segunda edición, 1989, “Steadfast”)… Una persona que es firme e inmutable es sólida, constante, resuelta, firmemente asegurada e incapaz de desviarse de un propósito o misión principal” (“Steadfast and Immovable, Always Abounding in Good Works”, New Era, enero de 2008, pág. 2).

La palabra salvo en José Smith—Mateo 1:11 no significa que seremos separados de toda dificultad en la vida.

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Prophet Joseph Smith

Lee la siguiente declaración del profeta José Smith y marca lo que significa ser salvo: “…es falsa la idea de que los santos se escaparán de todos los juicios, mientras los inicuos sufren; porque toda carne está sujeta al padecimiento, ‘y los justos apenas escaparán’ [véase D. y C.63:34]… muchos de los justos caerán presa de las enfermedades, las pestilencias, etc., por motivo de la debilidad de la carne, mas no obstante, se salvarán en el reino de Dios” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 266).

En José Smith—Mateo 1:13–20 aprendemos que Jesús advirtió a Sus discípulos que estuvieran listos para huir a los montes y no regresar a sus casas ya que Jerusalén sería atacada y destruida. Él profetizó que la tribulación de esos días sería la peor que Israel hubiera visto.

En el año 70 d.C., aproximadamente cuarenta años después de que Jesús habló esas palabras, los romanos sitiaron Jerusalén y mataron a más de un millón de judíos y cerca de 100,000 judíos fueron llevados cautivos. El templo fue destruido y no quedó piedra sobre piedra que no fuera derribada, tal como el Salvador había profetizado (véase José Smith—Mateo 1:3). Sin embargo, aquellos que hicieron caso a la advertencia de Jesús escaparon de manera segura a Pella, una ciudad ubicada cerca de ochenta kilómetros al noreste de Jerusalén (véase Bible Dictionary, “Pella”).

¿Cómo ilustra la experiencia de los judíos la importancia de permanecer firmes al obedecer las palabras del Salvador?

Considera cómo el seguir y obedecer en la actualidad al profeta viviente es tan importante como cuando los judíos hicieron caso a la advertencia de Jesús.

José Smith—Mateo 1:21–37

Jesús profetiza las señales de Su segunda venida

Lee José Smith—Mateo 1:21–23 para averiguar por qué reveló el Señor las señales de Su segunda venida.

Presta atención a que el Salvador advirtió cuidarse de “falsos Cristos” y “falsos profetas” (José Smith—Mateo 1:22). Esos términos se refieren a cualquier persona —dentro o fuera de la Iglesia— que asegura que habla por el Señor sin tener la autoridad o que promueve enseñanzas que son contrarias a las palabras de los profetas vivientes. La frase “los escogidos conforme al convenio” en el versículo 22 se refiere a los miembros de la Iglesia de Jesucristo.

Con respecto a esos falsos Cristos y falsos profetas, leemos que “engañarán, si fuere posible, aun a los mismos escogidos” (José Smith—Mateo 1:22).

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Elder Bruce R. McConkie

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio la siguiente advertencia acerca de los falsos Cristos y los falsos profetas: “Esos falsos Cristos serán los falsos sistemas religiosos del mundo, y los falsos profetas serán los maestros y expositores de esos sistemas. Sus doctrinas serán tan profundas y doctas, sus hechos tan grandes y maravillosos… que aun los mismos escogidos serán casi engañados” (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1965–1973, tomo I, pág. 647).

¿Cuáles son algunas de las cosas que podemos hacer para evitar ser engañados, incluso por algunos que sean miembros de la Iglesia?

El presidente Joseph F. Smith brindó la siguiente advertencia a los miembros de la Iglesia:

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President Joseph F. Smith

“No podemos aceptar como autorizado sino lo que viene directamente por medio de la vía señalada, las organizaciones constituidas del sacerdocio, que es la vía que el Señor ha señalado para dar a conocer su disposición y voluntad al mundo.

“… Y en el momento en que los individuos buscan otra fuente, en ese instante le abren la puerta a las influencias seductoras de Satanás y se exponen a convertirse en siervos del demonio; pierden de vista el orden verdadero mediante el cual pueden disfrutarse las bendiciones del sacerdocio; se salen de la protección del reino de Dios a terreno peligroso. Cuando vean que un hombre se levanta y afirma haber recibido revelaciones directas del Señor para la Iglesia, independientemente del orden y vía del sacerdocio, podrán tacharlo de impostor” (véase Doctrina del Evangelio, 1978, págs. 40–41).

Lee José Smith—Mateo 1:24–26 para averiguar lo que el Salvador dijo acerca de cómo aparecería en Su segunda venida.

Lee José Smith—Mateo 1:27–31 para localizar señales que precederán la Segunda Venida.

Haz una lista de las señales:

Observa que no todas las señales son negativas. De acuerdo con los versículos 27 y 31, antes de la segunda venida de Jesucristo, los elegidos del Señor serán recogidos y el Evangelio será predicado en todo el mundo.

  1. En tu diario de Estudio de las Escrituras, escribe cómo se está cumpliendo en la actualidad esa profecía. Incluye ideas de cómo puedes ser parte del cumplimiento de esa profecía.

El Salvador advirtió que en los últimos días “falsos Cristos y falsos profetas” buscarían “[engañar]… aun a los mismos escogidos” (José Smith—Mateo 1:22). Lee José Smith—Mateo 1:37 para saber cómo podemos evitar ser engañados.

Posiblemente quieras escribir el siguiente principio en tus Escrituras, junto a José Smith—Mateo 1:37: Si atesoramos la palabra del Señor, entonces no seremos engañados.

Lee el siguiente relato del élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Marca partes de la historia que ilustren el principio que se enseña en José Smith—Mateo 1:37.

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Elder M. Russell Ballard

“Uno de mis buenos misioneros que sirvió conmigo cuando fui el presidente de misión en Toronto [Canadá] vino a verme unos años después. Le pregunté, ‘Élder, ¿en qué le puedo servir?’

“‘Presidente’, me dijo, ‘creo que estoy perdiendo mi testimonio’.

“No podía creerlo; le pregunté cómo podía ser eso posible.

“‘Por primera vez he leído un poco de literatura antimormona’, me dijo. ‘Tengo algunas preguntas y nadie quiere contestarlas. Estoy confundido y creo que estoy perdiendo mi testimonio’” (“When Shall These Things Be?” Ensign, diciembre de 1996, pág. 60).

¿Has experimentado tú o alguien que conoces algo similar a lo que vivió ese exmisionero? ¿Qué consejo le darías a alguien en esa situación? ¿Por qué?

El élder Ballard continuó:

“Le pregunté cuáles eran sus preguntas y él me las dijo. Se trataba de los temas antimormones usuales, pero quise tener un poco de tiempo para reunir los materiales para darle respuestas significativas. Así que fijamos una cita para diez días después, momento en el que le dije que contestaría cada una de sus preguntas. Cuando se disponía a irse, lo detuve.

“‘Élder, usted me ha hecho hoy varias preguntas’, le dije. ‘Ahora deseo hacerle una a usted’.

“‘¿Sí, presidente?’

“‘¿Hace cuánto tiempo que leyó el Libro de Mormón?’, le pregunté.

“Bajó la mirada y se mantuvo así por un rato. Luego me miró. ‘Ha pasado mucho tiempo, presidente’, confesó.

“‘Muy bien’, le dije. ‘Usted me ha dado una asignación. Ahora es justo que yo le dé una a usted. Quiero que me prometa que leerá el Libro de Mormón durante al menos una hora cada día entre hoy y nuestra próxima cita’. Estuvo de acuerdo en hacerlo.

“Diez días después volvió a mi oficina y yo ya estaba listo. Saqué mis papeles para comenzar a responder sus preguntas, pero él me detuvo.

“‘Presidente’, me dijo, ‘eso no va a ser necesario’. Entonces me explicó: ‘Sé que el Libro de Mormón es verdadero. Sé que José Smith es un profeta de Dios’.

“Le dije: ‘Bueno, eso es estupendo’. ‘Pero de cualquier manera le voy a dar las respuestas a sus preguntas. Trabajé mucho tiempo en esto, así que siéntese y escuche’.

“Y entonces le respondí todas sus preguntas y luego le pregunté: ‘Élder, ¿qué ha aprendido de esto?’

“Y él dijo: ‘A darle al Señor la misma cantidad de tiempo’” (“When Shall These Things Be?”, pág. 60).

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe una manera en la que podrías mejorar al “atesor[ar] la palabra [del Señor]” (José Smith—Mateo 1:37).

Atesorar la palabra del Señor nos ayuda a evitar ser engañados y la revelación moderna nos advierte que “…[permanezcamos] en lugares santos y no [seamos] movidos, hasta que venga el día del Señor” (D. y C. 87:8). Además de estudiar las Escrituras para ayudarnos a atesorar la palabra del Señor, podemos recibir las palabras de Dios al permanecer o asistir a lugares sagrados tales como templos y capillas y esforzarnos para que nuestros hogares sean lugares santos. Considera cómo el estar en esos lugares puede ayudarte a aprender la verdadera doctrina y a evitar ser engañado.

José Smith—Mateo 1:38–55

Jesús instruye a Sus discípulos acerca de estar preparados para Su segunda venida

El Salvador concluyó ese discurso al instruir a Sus discípulos sobre cómo atesorar Su palabra y estar preparados para Su segunda venida.

En los recuadros de la siguiente tabla haz dibujos simples que ilustren los ejemplos que el Salvador usó para enseñar acerca de la preparación para Su segunda venida. Después, escribe debajo de cada dibujo una verdad que localizaste acerca de la preparación para la Segunda Venida.

José Smith—Mateo 1:38–39

José Smith—Mateo 1:40–43

José Smith—Mateo 1:46–47

José Smith—Mateo 1:48–54

De esos ejemplos aprendemos que solo el Padre Celestial sabe cuándo tendrá lugar la segunda venida del Salvador, y que si estamos atentos a las señales y obedecemos los mandamientos del Señor, entonces estaremos preparados para la segunda venida del Salvador.

Repasa las verdades que encontraste en José Smith—Mateo y considera cómo esas verdades ayudan a responder las preguntas que escribiste al inicio de la lección.

Una de las mejores maneras de prepararse para la segunda venida de Jesucristo es al seguir las enseñanzas de Sus profetas y apóstoles modernos. Considera la siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Elder Dallin H. Oaks

“¿Qué tal si el día de Su venida fuese mañana? Si supiéramos que mañana nos encontraríamos con el Señor, ya fuese por medio de nuestra muerte prematura o de Su inesperada venida, ¿qué haríamos hoy? ¿Qué confesiones haríamos? ¿Qué dejaríamos de hacer? ¿Qué problemas o desacuerdos solucionaríamos? ¿A quién perdonaríamos? ¿De qué cosas testificaríamos?

“Si entonces hiciésemos esas cosas, ¿por qué no ahora?” (“La preparación para la Segunda Venida”, Liahona, mayo de 2004, pág. 9).

  1. Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: Si te fueras a encontrar con el Salvador mañana, ¿qué cambiarías el día de hoy?

  2. Escribe lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado José Smith—Mateo; Mateo 24 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: