El apóstol Pablo se enteró de que algunos miembros de la Iglesia de Corinto enseñaban que no había resurrección de los muertos. Él testificó que Jesucristo se levantó de los muertos y explicó lo que significa la resurrección para todos los hijos del Padre Celestial.
Pablo da evidencia de la resurrección de Jesucristo
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President Thomas S. Monson
Lee la siguiente cita del presidente Thomas S. Monson: “Mis hermanos y hermanas, reímos, lloramos, trabajamos, jugamos, amamos y vivimos; y luego morimos. La muerte es nuestro legado universal y todos debemos cruzar su umbral. La muerte reclama al anciano, al cansado y al agotado; visita al joven en el albor de su esperanza y en la gloria de su futuro. Ni siquiera los niños pequeños quedan fuera de su alcance. El apóstol Pablo lo expresó así: ‘Está establecido para los hombres que mueran una sola vez’ Hebreos 9:27” (“¡Yo sé que vive mi Señor!”,Liahona, mayo de 2007, pág. 24).
Reflexiona sobre lo que has pensado o sentido cuando murió alguien a quien conocías.
Al estudiar 1 Corintios 15:1–29, busca los principios que puedan ayudarte cuando muere alguien a quien conoces.
Cuando concluía su epístola a los santos de Corinto, el apóstol Pablo trató una creencia falsa que habían enseñado algunos miembros de la Iglesia. Lee 1 Corintios 15:12 para saber qué creencia falsa se había enseñado.
¿Por qué crees que Pablo estaba preocupado por esa creencia falsa?
Lee 1 Corintios 15:3–8 para averiguar lo que Pablo escribió a fin de ayudar a los miembros de la Iglesia a comprender la realidad de la resurrección del Salvador. (Ten en cuenta que Cefas es otro nombre del apóstol Pedro).
En esos versículos aprendemos que los apóstoles testifican que Jesucristo murió por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. (Si quieres, marca o apunta esa verdad en tus Escrituras).
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President Thomas S. Monson
El presidente Monson dio el siguiente testimonio: “Con todo mi corazón y el fervor de mi alma levanto mi voz en testimonio, como testigo especial, y declaro que Dios vive; Jesús es Su Hijo, el Unigénito del Padre en la carne. Él es nuestro Redentor y nuestro Mediador ante el Padre. Fue Él quien murió en la cruz para expiar nuestros pecados. Él fue las primicias de la Resurrección, y gracias a Su muerte todos volveremos a vivir. Cuán dulce es el gozo que dan estas palabras: ‘¡Yo sé que vive mi Señor!’ [“Yo sé que vive mi Señor”, Himnos, nro. 73]. Ruego que todo el mundo lo sepa y viva de acuerdo con este conocimiento” (“¡Yo sé que vive mi Señor!”, pág. 25).
Medita en cómo los testimonios de los apóstoles sobre la resurrección de Jesucristo han fortalecido tu fe en el Salvador y en Su resurrección.
Tal como se indica en 1 Corintios 15:11–15, el apóstol Pablo cuestionó por qué los santos de Corinto habían empezado a dudar de la realidad de la resurrección. Razonó que si no hubiera resurrección de los muertos, entonces Jesucristo no había resucitado. Y si Jesucristo no se hubiese levantado de entre los muertos, entonces todos los testigos de Su resurrección serían falsos y no tendría sentido predicar el Evangelio.
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Prophet Joseph Smith
El profeta José Smith enseñó: “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 51–52; la palabra apéndice significa agregados a algo, o partes que se añaden para extender algo).
Copia el siguiente cuadro en el diario de estudio de las Escrituras. Luego lee los pasajes de las Escrituras de la columna izquierda del cuadro, para saber cómo completarías las oraciones correspondientes de la columna derecha. Después completa las oraciones en el diario de estudio de las Escrituras.
Tenga en cuenta que la palabra primicias, en 1 Corintios 15:20, se refiere a los primeros cultivos que cosecha el agricultor. Al igual que esos frutos de la cosecha son los primeros de los muchos que se cosechan, Jesucristo fue el primero en resucitar. (Recuerda que 1 Corintios 15:20–22 es un pasaje de dominio de las Escrituras. Si lo deseas, márcalo de una forma especial para poder localizarlo en el futuro).
Considera las palabras de Pablo en 1 Corintios 15:19: “Si solamente en esta vida tenemos esperanza en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres”. Una verdad que aprendemos del testimonio de Pablo que está en los versículos 20–22 es que podemos tener esperanza gracias a la resurrección de Jesucristo.
En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe cómo la resurrección de Jesucristo puede brindarte esperanza cuando alguien que conoces muera o cuando temes el momento en que ocurra tu propia muerte.
Contesta una o ambas asignaciones siguientes en el diario de estudio de las Escrituras:
Escribe tu testimonio de la realidad de la resurrección y de su importancia en el plan de salvación del Padre Celestial. Podrías compartir tu testimonio de la resurrección con otra persona.
Pide a uno de tus padres, a un amigo o a un líder de la Iglesia que comparta su testimonio de la resurrección contigo. Escribe sobre lo que hayas aprendido y sentido al escuchar el testimonio.
Como se indica en 1 Corintios 15:23–24, Pablo enseñó que habrá un orden en la resurrección. Jesucristo resucitó primero, y Sus fieles discípulos serán los próximos en resucitar. Doctrina y Convenios enseña que esos fieles discípulos heredarán la gloria celestial (véanse D. y C. 76:50–70; 88:97–98). Quienes no sean valientes en su testimonio de Jesucristo y quienes sean inicuos resucitarán después (véanse D. y C. 76:71–86; 88:99–101). Pablo enseñó además que en “el fin” (durante el Milenio), Jesucristo “[entregará] el reino” al Padre Celestial después de terminar con toda forma de “autoridad y… poder” terrenales (o mundanos) (1 Corintios 15:24).
Lee 1 Corintios 15:25–26 para saber lo que Pablo enseñó que sucederá a los enemigos de Jesucristo durante el Milenio.
Observa quién es el último enemigo que Jesucristo destruirá. ¿Por qué se puede considerar que la muerte es un enemigo de Jesucristo y del plan del Padre Celestial? (Véase Moisés 1:39).
Lee 1 Corintios 15:29 para saber cuál era la ordenanza que los santos de Corinto habían estado llevando a cabo.
Resume en tus propias palabras lo que Pablo preguntó a los santos sobre su participación en los bautismos por los muertos:
Una de las verdades que aprendemos de 1 Corintios 15:29 es que quienes han muerto sin bautizarse pueden recibir esa ordenanza esencial.
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President Gordon B. Hinckley
El presidente Gordon B. Hinckley explicó que los templos son un símbolo de nuestra creencia en la resurrección: “Todos los templos, ya sean grandes o pequeños, viejos o nuevos, demuestran nuestro testimonio de que la vida venidera es tan real como la vida mortal. No habría necesidad de edificar templos si el espíritu humano no fuera eterno. Todas las ordenanzas que se realizan en estos edificios sagrados tienen consecuencias eternas” (“Esta pacífica Casa de Dios”, Liahona, julio de 1993, pág. 85).
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Payson Utah Temple
Templo de Payson, Utah
Si vives cerca de un templo, piensa en alguna vez en que hayas efectuado bautismos por los muertos o preparado nombres de tus antepasados para llevarlos al templo. ¿Qué sentiste al preparar los nombres o al efectuar la obra por ellos en el templo? Si no vives cerca de un templo, piensa en lo que podrías hacer para colaborar en la obra de la salvación de los muertos.
Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué puedes hacer para participar más plenamente en la obra del templo y de historia familiar, y cómo crees que tu participación ayuda a fortalecer tu testimonio de la resurrección?
En una hoja de papel, escribe una meta personal sobre cómo puedes participar más en la obra del templo y de historia familiar. Coloca el papel donde te recuerde esforzarte para lograr tu meta.
Memorizar el pasaje de dominio de las Escrituras (1 Corintios 15:20–22) te ayudará a tener las palabras y el entendimiento para enseñar la doctrina de la resurrección a otras personas. Dedica algunos instantes a memorizar el versículo 22; luego recítalo sin mirar las Escrituras. Repite el proceso con el versículo 21 y luego recita los versículos 21–22; después repite el proceso con el versículo 20, para luego recitar los tres versículos en orden. Por último, intenta escribir de memoria todo el pasaje de dominio de las Escrituras en el diario de estudio de las Escrituras.
Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy: