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Unidad 3, Día 1: Mateo 6–7


Unidad 3: Día 1

Mateo 6–7

Introducción

El Sermón del Monte de Jesús continúa en Mateo 6–7. Es esa parte del sermón, Él enseñó que se deben hacer actos rectos de devoción para agradar a nuestro Padre Celestial. También instruyó a Sus discípulos a buscar primero edificar el reino de Dios.

Mateo 6:1–18

El Salvador enseña a Sus discípulos a hacer obras justas

Reflexiona sobre las siguientes preguntas: ¿Has hecho alguna vez algo bueno por las razones equivocadas? Si fue así, ¿qué te motivó a hacerlo?

Lee Mateo 6:1–2 para saber lo que el Salvador dijo que era un motivo impropio para realizar acciones justas.

Las limosnas son actos de devoción religiosa, tales como dar ayuda a los pobres (véase la nota b al pie de página de Mateo 6:1). ¿Qué enseñan esos versículos en cuanto a por qué algunas personas dan limosnas?

Observa que el Salvador llamó a esas personas “hipócritas”, que en griego se refiere a los que son farsantes (véase la nota a al pie de página de Mateo 6:2).

Lee Mateo 6:3–4 y presta atención a lo el Salvador enseñó con respecto a la manera en la que Sus discípulos debían realizar acciones justas. Si lo deseas, marca la promesa del Salvador a quienes realizan acciones justas por las razones correctas.

Prestar servicio en secreto implica realizar servicio silencioso a otras personas, sin espectáculos y sin buscar ningún tipo de beneficio. Se puede decir mucho de los actos silenciosos de servicio que nadie sabe excepto el que recibe el servicio y el que lo da.

Completa la siguiente declaración para reconocer un principio que aprendemos de las enseñanzas del Salvador: Si llevamos a cabo actos de devoción para complacer a nuestro Padre Celestial en lugar de para buscar la atención de los demás, entonces Él .

La expresión “te recompensará en público” podría significar que nuestro Padre Celestial nos bendiga en formas temporales o espirituales que otras personas podrán ver o no, pero que podremos reconocer fácilmente cuando recibamos la bendición.

Lee Mateo 6:5–6 y Mateo 6:16–18 para ver los ejemplos que utilizó el Salvador para ilustrar el principio de realizar actos de devoción para complacer a nuestro Padre Celestial. La expresión “ellos demudan sus rostros” del versículo 16 se refieren a las personas que dan muestras evidentes de que están ayunando.

No está mal ofrecer oraciones en público, y no todas las oraciones deber hacerse en secreto. La oración y otras prácticas religiosas pueden realizarse en público si se hacen con sinceridad y devoción y de acuerdo con las prácticas correctas de la Iglesia.

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, describe una ocasión en la que hayas realizado actos de devoción rectos, como por ejemplo orar o ayunar, con el fin de complacer a nuestro Padre Celestial. Escribe las maneras en las que te sentiste bendecido a causa de tu adoración sincera.

En Mateo 6:7–15, el Señor proporcionó instrucción y un modelo de la manera apropiada de orar. Su propio ejemplo de oración se conoce como la Oración del Señor o el Padrenuestro. Lee estos versículos y busca verdades adicionales que puedes aprender sobre la oración del ejemplo del Señor.

Considera la posibilidad de buscar un lugar tranquilo y privado para orar en voz alta y ofrece allí una oración sincera a nuestro Padre Celestial. ¿Qué diferencias notaste entre el ofrecer una oración en voz alta y ofrecerla en silencio? ¿Estuvieron tus pensamientos más enfocados cuando pudiste orar en voz alta?

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe algunas ideas que tuviste al estudiar Mateo 6:7–15 que podrían ayudarte a ser más eficaz en tus oraciones diarias.

Mateo 6:19–24

Jesucristo enseña a Sus discípulos a hacerse tesoros en el cielo

Un tesoro es algo que valoramos mucho.

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coins and small bag

Lee Mateo 6:19–21 para ver qué tipos de tesoros enseñó el Salvador que debían buscar Sus discípulos.

¿Cuál dijo el Salvador que era la diferencia entre los tesoros acumulados en la tierra y los tesoros almacenados en el cielo?

En el siguiente cuadro, escribe tres ejemplos de tesoros que las personas pueden procurar acumular aquí en la tierra y tres ejemplos de tesoros que podemos acumular en el cielo.

Tesoros en la tierra

Tesoros en el cielo

Lee Mateo 6:22–24 y fíjate en lo que el Salvador enseñó que puede ayudarnos a hacernos tesoros en el cielo.

La Traducción de José Smith de Mateo 6:22 nos ayuda a comprender que el Salvador enseñó que con el fin de hacernos tesoros en el cielo debemos mantener “la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (Traducción de José Smith, Mateo 6:22 [en la nota b al pie de página de Mateo 6:22]), es decir, armonizar nuestra perspectiva y nuestra voluntad con las de Dios.

De la última frase de Mateo 6:24 aprendemos la siguiente verdad que puede ayudarnos a recordar hacernos tesoros en el cielo: No podemos servir a Dios y a las riquezas. En este contexto, la palabra riquezas se refiere también a las cosas mundanas.

  1. Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Por qué crees que no podemos servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo?

Reflexiona sobre tu propia vida y piensa en un ejemplo de cómo el centrar los deseos en las cosas mundanas podría distraerte de servir a Dios y de hacerte tesoros en el cielo.

Mateo 6:25–34

El Salvador instruye a Sus discípulos a buscar primero el reino de Dios.

Según está registrado en Mateo 6:25–34, el Salvador instruyó a Sus discípulos que no se preocuparan por proveer para sus necesidades básicas. La Traducción de José Smith de Mateo 6:25–27 nos ayuda a entender que Él estaba hablándoles específicamente a los que irían a predicar Su evangelio (véase la Traducción de José Smith, Mateo 6:25–27 [en el apéndice de la Biblia]).

Lee Mateo 6:31–34 y busca un principio que Jesús les enseñó a Sus discípulos que debían buscar primero en su vida. (Presta atención al vocabulario utilizado en la Traducción de José Smith, en la nota a al pie de página de Mateo 6:33).

¿Qué principio aprendemos de Mateo 6:33?

“El reino de Dios” (Mateo 6:33) representa a la Iglesia de Jesucristo de los tiempos antiguos y de la actualidad. En nuestros días representa a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la cual fue restaurada para preparar a los hijos de nuestro Padre Celestial para Su reino en los cielos, el reino celestial.

La siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson puede ayudarte a comprender la manera de poner en práctica ese principio en tu vida:

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President Ezra Taft Benson

“Debemos poner a Dios en el lugar de preeminencia, sobre todo lo demás de nuestra vida. Él debe estar primero…

“Cuando damos a Dios el lugar de preferencia, todos los demás aspectos de nuestra vida pasan a tener la posición que les corresponde o… dejan de tener valor. Nuestro amor por el Señor dirigirá nuestros afectos, la forma en que empleemos nuestro tiempo, los intereses que tengamos y el orden de prioridad que demos a las cosas.

“Debemos poner a Dios por delante de todos los demás en todo lo que hagamos” (“El Señor en primer lugar”, Liahona, julio de 1988, págs. 4–5).

  1. Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué ocasiones has experimentado las bendiciones de nuestro Padre Celestial cuando procuraste ponerlo en primer lugar en tu vida?

Mateo 7:1–5

Jesucristo enseña a Sus discípulos acerca de juzgar rectamente

Lee Mateo 7:1–2, incluyendo la nota a al pie de página de Mateo 7:1, para ver lo que el Salvador enseñó acerca de juzgar.

A menudo, Mateo 7:1 se malentiende en el sentido de que nunca debemos juzgar. Sin embargo, de la Traducción de José Smith aprendemos que Jesucristo enseñó que debemos “[juzgar] con justo juicio”.

¿Qué piensan que significa juzgar con justo juicio?

Lee Mateo 7:3–5 y medita en la analogía que utilizó el Salvador para enseñarnos la manera de evitar juzgar injustamente a los demás (véase también Juan 7:24).

El élder Dallin H. Oaks explicó los diferentes tipos de juicio:

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Elder Dallin H. Oaks

“Me ha sorprendido el que algunos pasajes de las Escrituras nos manden no juzgar mientras otros nos indican que debemos juzgar y hasta nos dicen cómo hacerlo. Pero a medida que he estudiado dichos pasajes, me he convencido de que esas instrucciones aparentemente contradictorias son coherentes cuando las vemos desde la perspectiva de la eternidad. La clave es entender que hay dos tipos de juicios: los juicios definitivos, que nos está prohibido emitir, y los juicios intermedios, que se nos manda emitir, pero con base en principios rectos…

“En contraste con la prohibición de que los mortales emitan juicios definitivos, las Escrituras requieren que los mortales emitan lo que llamaré ‘juicios intermedios’. Esos juicios son esenciales para el ejercicio del albedrío moral personal…

“Todos formamos juicios al escoger a nuestros amigos, al escoger la forma en que emplearemos nuestro tiempo y nuestro dinero y, desde luego, al escoger una compañera o un compañero eternos…

“En los juicios intermedios que debemos emitir, debemos tener cuidado de juzgar con rectitud. Debemos buscar la guía del Espíritu en nuestras decisiones; debemos limitar nuestros juicios a nuestras propias mayordomías. Siempre que sea posible, evitemos juzgar hasta tener un buen conocimiento de los hechos; hasta donde sea posible, debemos juzgar circunstancias en lugar de personas. En todos nuestros juicios debemos aplicar normas justas. Y en todo esto debemos recordar el mandamiento de perdonar” (“‘Judge Not’ and Judging”, Ensign, agosto de 1999, págs. 7, 9, 13).

El presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia, comentó acerca de Mateo 7:3–5:

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President Dieter F. Uchtdorf

“Este asunto de las vigas y las pajas parece relacionarse íntimamente con la incapacidad de vernos claramente a nosotros mismos. No sé por qué somos tan buenos para diagnosticar y recomendar remedios para los males de otras personas mientras que se nos dificulta ver los nuestros.

“Hace algunos años, en las noticias se habló de un hombre que creía que si se frotaba la cara con jugo de limón se haría invisible a las cámaras. Así que se puso jugo de limón en toda la cara y salió a robar dos bancos. Poco después lo arrestaron cuando transmitieron su imagen por el noticiero vespertino. Cuando la policía le mostró al hombre los videos de las cámaras de seguridad, él no lo podía creer. ‘¡Pero si me puse jugo de limón en la cara!’, protestó. [Véase de Errol Morris, ‘The Anosognosic’s Dilemma: Something’s Wrong but You’ll Never Know What It Is’ (Parte 1), New York Times, 20 de junio de 2010; opinionator.blogs.nytimes.com/2010/06/20/the-anosognosics-dilemma-1].

“Cuando un científico de la Universidad Cornell se enteró de esa historia, le intrigó que alguien pudiera estar tan ciego a su propia ignorancia. Para determinar si era un problema generalizado, dos investigadores invitaron a estudiantes universitarios a participar en una serie de pruebas sobre habilidades básicas y después les pidieron que calificaran su desempeño. Los estudiantes que salieron mal en las pruebas fueron los peores en evaluar su desempeño. Algunos se dieron un puntaje cinco veces más alto de lo que realmente era. [Véase de Justin Kruger y David Dunning, “Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments”, Journal of Personality and Social Psychology, diciembre de 1999, págs. 1121–1134].

“Ese estudio se ha repetido en muchas formas, confirmando una y otra vez la misma conclusión: a muchos se nos hace difícil vernos tal y como somos, e incluso las personas de éxito sobrestiman su propia contribución y subestiman las contribuciones de los demás. [Véase de Marshall Goldsmith, What Got You Here Won’t Get You There, 2007, capítulo 3].

“Tal vez no sea tan importante sobrestimar lo bien que manejamos un auto o lo lejos que podemos lanzar una pelota de golf; pero cuando empezamos a creer que nuestras contribuciones en la casa, el trabajo y la Iglesia son mayores de lo que son, nos cegamos a las bendiciones y oportunidades de mejorar de manera profunda y significativa” (véase “¿Soy yo, Señor?”, Liahona, noviembre de 2014, págs. 56–57).

Mateo 7:6–14

El Salvador enseña acerca de buscar revelación personal

La Traducción de José Smith de Mateo 7:6 nos ayuda a comprender que Jesucristo llamó a Sus discípulos para que fueran por el mundo a predicar. Ellos debían predicar el arrepentimiento pero guardar para sí los misterios del reino. En otras palabras, no debían hablar de temas sagrados con personas que no estuvieran listas para entenderlos. (Véase la Traducción de José Smith, Mateo 7:9–11 [en el apéndice de la Biblia]).

Según la Traducción de José Smith, Mateo 7:7 comienza con la frase “Decidles: Pedid a Dios”. Lee el versículo 7 comenzando con esa frase y busca lo que el Salvador les dijo a Sus discípulos que enseñaran.

De ese versículo aprendemos el siguiente principio: Cuando pedimos, buscamos y llamamos en nuestra búsqueda de la verdad, nuestro Padre Celestial nos responderá y nos bendecirá con revelación personal.

Las palabras pedir, buscar y llamar, ¿qué indican que debemos hacer para recibir revelación personal?

Piensa en alguna ocasión en la que al pedir, buscar y llamar recibiste revelación personal.

Según está registrado en Mateo 7:9–11, el Salvador enseñó que así como un padre amoroso no le daría una piedra o una serpiente a su hijo cuando este pidiera pan o pescado, nuestro Padre Celestial no les negará el don de la revelación personal a aquellos de entre Sus hijos que busquen y pidan cosas adecuadas

Lee Mateo 7:12–14 y busca las verdades adicionales que el Salvador les dijo a Sus discípulos que enseñaran. La palabra estrecha en este pasaje se refiere a que la puerta es angosta.

Mateo 7:15–27

El Salvador promete salvación para quienes hagan la voluntad del Padre

¿Cuáles son algunas de las ideas que el mundo comúnmente acepta pero que son contrarias al plan de nuestro Padre Celestial?

Piensa acerca de por qué sería importante que pudieras comprender si una persona o un grupo están promoviendo una idea que es contraria al plan de nuestro Padre Celestial.

Lee Mateo 7:15 para ver la advertencia que el Señor les hizo a Sus discípulos.

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Elder M. Russell Ballard

El élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, advirtió “…de los falsos profetas y de los falsos maestros, tanto hombres como mujeres, quienes se eligen a sí mismos para declarar las doctrinas de la Iglesia…” y de “…los que hablan y escriben oponiéndose a los profetas verdaderos de Dios, que son activos en la conversión de otras personas pero que desatienden de manera imprudente el bienestar eterno de aquellos a quienes seducen” (“Guardaos de los falsos profetas y de los falsos maestros”, Liahona, enero de 2000, pág. 74).

Lee Mateo 7:16–20 para descubrir una forma en la que podemos discernir si alguien es un falso profeta o un falso maestro.

De esos versículos aprendemos la siguiente verdad: Podemos discernir los falsos profetas por sus frutos. Del mismo modo en que reconocemos la calidad de una planta por el tipo o calidad del fruto que produce, podemos reconocer a los falsos profetas y los falsos maestros por sus enseñanzas, acciones e ideas.

¿Cuáles piensas que serían algunos de los frutos de los falsos profetas?

Lee Mateo 7:21–27 y busca lo que enseñó el Salvador acerca de la importancia de vivir de acuerdo con Sus enseñanzas. Presta atención a que la Traducción de José Smith cambia la declaración del versículo 23 de “Nunca os conocí” a “Nunca me conocisteis” (Traducción de José Smith, Mateo 7:33 [en la nota a al pie de página de Mateo 7:23]).

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, escribe de qué manera pondrás en práctica en tu vida uno o más de los principios que reconociste en esta lección.

  2. Escribe lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Mateo 6–7 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: