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Unidad 5, Día 1: Mateo 18-20


Unidad 5: Día 1

Mateo 18-20

Introducción

Jesucristo enseñó a Sus discípulos principios que les ayudarían a dirigir Su Iglesia después de Su ascensión. También les dio la parábola del siervo despiadado en respuesta a la pregunta de Pedro acerca del perdón, y enseñó en cuanto a la santidad del matrimonio. El Salvador destacó la importancia de escoger la vida eterna por encima de las riquezas terrenales, y dio la parábola de los obreros de la viña.

Mateo 18

Jesucristo enseña a Sus discípulos principios que les ayudarán a dirigir Su Iglesia, y enseña la parábola del siervo despiadado.

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Presidente Thomas S. Monson

La siguiente historia, que relató el presidente Thomas S. Monson, cuenta de una familia cuyo bebé de dos meses falleció: “El padre, que era ebanista, hizo un hermoso ataúd para el cuerpo de su precioso hijo. El día del funeral fue sombrío, lo que reflejaba la tristeza que sus seres queridos sentían ante la pérdida sufrida. Al caminar hasta la capilla, el padre llevando el pequeño ataúd, se había congregado un pequeño número de amigos; sin embargo, la puerta de la capilla estaba cerrada con llave. El ocupado obispo se había olvidado del funeral, y los intentos que se hicieron para ponerse en contacto con él fueron inútiles. No sabiendo qué hacer, el padre se colocó el ataúd bajo el brazo y, junto con su familia, lo llevó a casa, andando bajo una lluvia torrencial” (“Cuñas escondidas”, Liahona, mayo de 2002, pág. 19).

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. Si hubieras sido un miembro de esa familia, ¿cómo te hubieras sentido si el obispo no hubiera aparecido para el funeral?

    2. ¿Por qué sería difícil perdonar al obispo?

En Mateo 18:1–20, leemos que Jesús enseñó a Sus discípulos en Galilea que se humillaran y llegaran a ser como niños. También explicó que aquellos que “ofendieran” o hiciesen tropezar a Sus seguidores que son como niños, sufrirán (véanse los versículos 6–7, incluso Mateo 18:6, nota a al pie de página).

La humildad de los niños se puede comparar a la humildad de los nuevos conversos de la Iglesia. ¿Qué lecciones podemos aprender de los nuevos conversos? ¿Cómo se puede nutrir a los niños y a los nuevos conversos de la Iglesia?

Entonces, el Salvador aconsejó a Sus discípulos que eliminaran de su vida las cosas que les pudieran ofender o que los hiciera tropezar (véase el versículo 9). También enseñó a los apóstoles que si alguien transgredía o pecaba en contra de ellos, primero debían intentar resolver el problema en privado con la persona. Si la persona se negaba a arrepentirse, entonces se le podía llevar ante las autoridades de la Iglesia. (Nota: Las enseñanzas del Salvador que se encuentran en Mateo 18:1–14 se analizarán más detenidamente en las lecciones de Marcos 9 y Lucas 15).

Siguiendo esa instrucción, Pedro le hizo una pregunta al Señor en cuanto al perdón. Lee Mateo 18:21 en busca de la pregunta de Pedro.

Algunos líderes religiosos de la época de Pedro enseñaban que una persona no debía ofrecer perdón a otra más de tres veces. Al preguntar al Señor si debía perdonar a alguien siete veces, Pedro pudo haber pensado que estaba siendo generoso (véase Bruce R. McConkie, The Mortal Messiah:, From Bethlehem to Calvary, 4 tomos, 1979–1981, tomo III, pág. 91). Lee Mateo 18:22 para ver la respuesta del Salvador a Pedro.

“Setenta veces siete” es una manera de decir que no deberíamos ponerle límite al número de veces que perdonamos a los demás. La respuesta del Salvador a Pedro enseña la verdad de que el Señor nos ha mandado que perdonemos a aquellos que nos hayan ofendido o hayan pecado contra nosotros.

Perdonar a otras personas es tratar con amor a la persona que te ha ofendido o dañado y no tener malos sentimientos contra ella (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Perdonar”, scriptures.lds.org; D. y C. 64:9–11). Perdonar no significa que sigues permitiendo que otros te dañen o que el ofensor no debería ser responsable de sus acciones, ya sea de forma legal o de otra manera.

Después de contestar la pregunta de Pedro, el Salvador enseñó una parábola a Sus discípulos que nos puede ayudar a entender por qué debemos perdonar a los demás.

Lee Mateo 18:23–30 para saber cuánto dinero debían el siervo y el consiervo.

¿Cuánto dinero le debía el siervo al rey?

¿Cuánto dinero le debía el consiervo al siervo?

Usa la siguiente información para ayudarte a calcular cuánto tiempo le podría llevar a cada deudor pagar lo que debía:

En los días de Jesús, “se estima que 10.000 talentos equivalían a 100.000.000 denarios [dinero romano]. Un denario era el salario típico de un día para un trabajador” (Jay A. Parry y Donald W. Parry, Understanding the Parables of Jesus Christ, 2006, pág. 95). Calcula cuánto tiempo le llevaría a ese siervo pagar su deuda dividiendo 100.000.000 denarios por 365 días.

Si diera todo su sueldo, ¿cuántos días le tomaría al siervo pagar su deuda?

(Recuerda que la mayoría de los trabajadores solo ganaban un denario al día). Calcula cuánto tiempo le llevaría al consiervo pagar su deuda.

Si diera todo su sueldo, ¿cuántos días le tomaría al consiervo pagar su deuda?

Lee Mateo 18:31–35 para averiguar cómo respondió el rey cuando descubrió las acciones del siervo hacia el consiervo.

¿Por qué piensas que el rey le dijo al siervo que era malvado por no perdonar la deuda al consiervo?

Basándote en la lectura del versículo 35, escribe a quién piensas que podía representar cada una de las tres personas de la parábola.

Rey = 

Siervo = 

Consiervo = 

Utilizando lo que has aprendido en esa parábola, completa el siguiente principio: Si queremos que Dios nos perdone, entonces Podrías escribir la siguiente verdad en el margen de tu ejemplar de las Escrituras junto a Mateo 18:24–35.

¿Qué puede hacer una persona si le resulta difícil perdonar a alguien?

El presidente James E. Faust, de la Primera Presidencia, enseñó:

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President James E. Faust

“Debemos reconocer y admitir los sentimientos de enojo, lo cual requiere humildad, pero si nos arrodillamos y pedimos al Padre Celestial sentimientos de perdón, Él nos ayudará. El Señor nos requiere ‘perdonar a todos los hombres’ [D. y C. 64:10] por nuestro propio bien, ya que ‘el odio retrasa el crecimiento espiritual’ [Orson F. Whitney, Gospel Themes, 1914, pág. 144]. Solamente al deshacernos del odio y de la amargura puede el Señor dar consuelo a nuestro pecado…

“Cuando una tragedia ocurre, no debemos reaccionar procurando la venganza personal, sino más bien permitir que la justicia tome su curso y después dejar atrás la tragedia; no es fácil hacerlo y vaciar nuestro corazón de un resentimiento cada vez mayor. El Salvador nos ha ofrecido a todos una valiosísima paz por medio de Su expiación, pero sólo la podemos recibir si estamos dispuestos a despojarnos de los sentimientos negativos de ira, de rencor o de venganza. Para todos los que perdonemos ‘a los hombres sus ofensas’ [Traducción de José Smith, Mateo 6:13], aun a los que hayan cometido crímenes graves, la Expiación nos brinda una medida de paz y de consuelo” (“El poder sanador del perdón”, Liahona, mayo de 2007, pág. 69).

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras acerca de alguna ocasión en la que el Señor te haya ayudado a perdonar a alguien que haya pecado en contra de ti o te haya ofendido.

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Presidente Thomas S. Monson

Lo siguiente es el desenlace de la historia del presidente Monson que compartimos al principio de la lección: “Si los miembros de esa familia hubiesen tenido menos carácter, hubiesen culpado al obispo y hubiesen albergado malos sentimientos. Cuando el obispo descubrió la tragedia, visitó a la familia y se disculpó; y con el dolor todavía evidente en su semblante, pero con lágrimas en los ojos, el padre aceptó la disculpa y los dos se abrazaron con espíritu de comprensión” (“Cuñas escondidas”, Liahona, julio de 2002, pág. 19).

Medita en cuanto a personas a las que podrías estar negando el perdón. Ora para tener el deseo de perdonar y la habilidad de dejar atrás el dolor y la ira para que Jesucristo te pueda ayudar a sentir paz y consuelo mediante Su expiación.

Mateo 19:1-12

El Salvador enseña en cuanto a la santidad del matrimonio

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bride and groom on temple grounds

La doctrina del Señor en cuanto al matrimonio y el divorcio difiere de muchas de las creencias del mundo.

¿Cuáles son algunas creencias del mundo en cuanto al matrimonio y el divorcio?

Conforme estudies Mateo 19:1–12, busca las enseñanzas del Señor en cuanto al matrimonio y el divorcio y considera la importancia que esas enseñanzas tienen para ti.

Lee Mateo 19:1–3 para saber qué preguntaron los fariseos a Jesús.

La frase “repudiar a su esposa por cualquier causa” (Mateo 19:3) se refiere a un hombre que divorcia a su esposa por cualquier razón, aunque sea trivial o egoísta.

Lee Isaías 19:4–6 para averiguar lo que el Salvador enseñó en cuanto al matrimonio y el divorcio.

Esos versículos enseñan que el matrimonio entre un hombre y una mujer es una relación sagrada que Dios ha diseñado y establecido. Podrías escribir esa doctrina al margen de tus Escrituras junto a Mateo 19:6. En una revelación moderna, el Señor confirmó que el “nuevo y sempiterno convenio del matrimonio” (el matrimonio en el templo) es esencial para recibir la exaltación (véase D. y C. 131:1–4).

Lee Mateo 19:7 para saber qué otra pregunta hicieron los fariseos a Jesús.

En Mateo 19:8–9 está registrado que el Salvador les dijo a los fariseos que Moisés permitió que el divorcio ocurriera en sus días debido a la dureza de corazón del pueblo. La palabra “repudiar” en esos versículos también puede significar separarse o dejar.

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Elder Dallin H. Oaks

La siguiente declaración del élder Dallin H. Oaks, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ayuda a aclarar cómo se aplica esa enseñanza a nuestros días: “El tipo de matrimonio que se requiere para la exaltación, de duración eterna y de calidad divina, no considera el divorcio. En los templos del Señor, las parejas se casan por toda la eternidad; pero algunos matrimonios no progresan hacia ese ideal. A causa de ‘la dureza de [nuestros] corazones’ [Mateo 19:8], el Señor actualmente no hace valer las consecuencias de la norma celestial. Permite que las personas divorciadas se vuelvan a casar sin la mancha de inmoralidad especificada en la ley superior” (“El divorcio”, Liahona, mayo de 2007, pág. 70).

  1. En tu diario de estudio de las Escrituras, haz una lista de las maneras en las que te estás preparando para “el tipo de matrimonio que se requiere para la exaltación” como lo describe el élder Oaks. ¿Qué puedes hacer para entrar en un matrimonio eterno con un compromiso fuerte de solucionar las diferencias sin el divorcio?

Mateo 19:13–20:34

Jesús enseña en cuanto a la vida eterna y da la parábola de los obreros de la viña

En Mateo 19:13–30 está registrado que Jesús alentó a sus seguidores a procurar la vida eterna en lugar de las riquezas del mundo. Pedro preguntó lo que recibirían los discípulos por haber abandonado sus posesiones terrenales para seguir al Salvador. (Nota: Las enseñanzas que se analizan en esos versículos se cubrirán más detenidamente en la lección de Marcos 10).

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workers in vineyard

En Mateo 20:1–16, leemos que el Salvador enseñó a Sus discípulos una parábola para ayudarles a entender el deseo del Padre Celestial para dar a todos Sus hijos la oportunidad de recibir la vida eterna. En esa parábola, un hombre contrata a obreros en diferentes momentos del día para trabajar en su viña, y después les paga a todos el mismo salario al final del día.

En Mateo 20:1–16 está registrado que Jesucristo predijo que sería entregado y condenado a muerte cuando regresara de Jerusalén. Enseñó a Sus discípulos que, en lugar de procurar estatus y autoridad, deberían seguir Su ejemplo y servir a los demás.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Mateo 18–20 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: