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CAPÍTULO TREINTA Y TRES: 1877–1887, UNA DÉCADA DE PERSECUCIÓN


CAPÍTULO TREINTA Y TRES

1877–1887, UNA DÉCADA DE PERSECUCIÓN

Inmediatamente después de la muerte de Brigham Young, la Iglesia se enfrentó a una de las décadas más difíciles, al mismo tiempo que una de las más emocionantes. El gobierno de los Estados Unidos, incitado y apoyado por muchos grupos de reforma, promulgó leyes contra la práctica de la pluralidad de esposas, asegurándose de hacerlas cumplir y lanzando una campaña de oposición a dicha práctica a través de las revistas y los periódicos. Pero, a pesar de la persecución encarnizada, la Iglesia, con la apta dirección del presidente John Taylor, continuó aumentando el número de miembros, expandiendo sus colonias y desarrollando sus programas1.

LOS ACONTECIMIENTOS DURANTE LA PRESIDENCIA DE LOS APÓSTOLES

Después de la muerte del presidente Young, el Quórum de los Doce Apóstoles volvió a dirigir la Iglesia. En una reunión que llevaron a cabo el 4 de septiembre de 1877, se tomaron tres decisiones importantes: Primero, que los Doce desempeñarían su función de Quórum Presidente de la Iglesia; segundo, que el élder John Taylor sería nombrado presidente de dicho quórum; y tercero, que los élderes John W. Young y Daniel H. Wells debían “ser los consejeros de los Doce así como lo habían sido de Brigham Young”2.

Un mes más tarde, el 6 de octubre de 1877, siguiendo una pauta cuyo origen se remontaba a la época del Templo de Kirtland pero que por muchos años no se había puesto en práctica, el élder George Q. Cannon anunció a los que se hallaban reunidos para la conferencia general que la sesión de la tarde iba a ser una asamblea solemne del sacerdocio; a continuación, indicó el lugar que debían ocupar los diversos quórumes. Esa tarde, la asamblea solemne votó, quórum por quórum, aceptando unánimemente a John Taylor como Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles y “a los Doce Apóstoles como quórum y autoridad presidente de la Iglesia”3.

John Taylor, nacido en Inglaterra y habiendo aprendido allí el oficio de tonelero, se trasladó a Canadá cuando era muy joven. En ese país conoció a Leonora Cannon, diez años mayor que él, y se casó con ella. Aunque era metodista devoto, cuando conoció la Iglesia empezó a investigar concienzudamente y durante tres semanas no se perdió ni uno solo de los discursos pronunciados por el élder Parley P. Pratt. Los escribió, los comparó con las Escrituras, oró sobre esa nueva religión y se convirtió a la Iglesia. En 1839 fue ordenado Apóstol, después fue editor de muchas publicaciones de la Iglesia, estuvo a punto de perder la vida con el Profeta José Smith en la cárcel de Carthage y cumplió varias misiones para la Iglesia. Se le conocía como un intrépido defensor de la fe y su lema personal era: “El Reino de Dios o nada”. Respondió con fidelidad a todos los llamamientos que recibió en los casi treinta años en que fue miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, y de esa manera, estaba preparado en todo sentido para dirigir a la Iglesia a través de las tumultuosas aguas de la persecución.

Después de los funerales de Brigham Young, John Taylor y los Doce se enfrentaron con la difícil tarea de poner en orden los bienes del presidente Young a fin de determinar cuánto pertenecía a la Iglesia y cuánto a sus herederos. Según el decreto antibigamia de Morrill, de 1862, era ilegal que la Iglesia poseyera propiedad avaluada en más de cincuenta mil dólares, aparte de la que se utilizaba exclusivamente con fines religiosos. A consecuencia de esa ley, se pusieron en manos del presidente Young algunas propiedades que la Iglesia había adquirido. El presidente Taylor continuó poniendo en práctica la norma de poner secretamente a nombre de personas de confianza ciertas propiedades comerciales que pertenecían a la Iglesia. John Taylor designó a George Q. Cannon, Albert Carrington y Brigham Young, hijo (éste para representar los intereses de la familia), como albaceas de los bienes. Esta tarea se hizo más difícil debido a la gran publicidad y las conjeturas que aparecieron en los periódicos de la nación. Por todos lados corrían rumores de que la herencia tenía un valor de millones de dólares, lo cual despertó la expectativa de algunos miembros de su extensa familia.

Después de varios meses de labor concienzuda, los tres albaceas llegaron a la conclusión de que los bienes tenían un valor de aproximadamente $1.626.000 dólares, de lo que más de un millón era en realidad propiedad de la Iglesia. Al enterarse de que la cantidad no estaba a la altura de sus cálculos, siete de los herederos del presidente Young presentaron una queja en el tribunal del tercer distrito, y el caso pasó a litigación provocando aún más publicidad en todo el país. El juez Jacob S. Boreman, que era conocido enemigo de los mormones, se puso de parte de los litigantes y falló declarando a los albaceas en desacato al tribunal. Los élderes Cannon, Young y Carrington pasaron tres semanas del mes de agosto de 1879 en la Penitenciaría Territorial de Utah, hasta que el tribunal supremo territorial dejó sin efecto la decisión del juez Boreman. A fin de resolver el caso, los líderes de la Iglesia acordaron dar a los herederos una suma adicional de $75.000 dólares4.

En la conferencia general de abril de 1880, la Iglesia celebró su quincuagésimo aniversario, y el presidente Taylor, tomando la idea del Antiguo Testamento, declaró todo el año de jubileo. En nombre de la Iglesia anunció que se cancelaba una deuda de $802.000 dólares (mitad del déficit) que tenían todavía algunos santos con la Compañía del Fondo Perpetuo para la Emigración; luego pidió que se diera a los pobres ganado vacuno y ovejas y exhortó a la Sociedad de Socorro a hacer préstamos del trigo que tenía almacenado, sin interés, a los granjeros desafortunados. Pidió a todos los presentes que extendieran una mano de ayuda a los necesitados para poder eliminar la pobreza del territorio5.

Durante los años en que presidieron los Apóstoles, continuaron expandiendo el reino; se fundaron más de cien colonias nuevas en lugares como Star Valley, en el oeste de Wyoming; Castle Valley, en el este de Utah; en la agreste región del río San Juan, en la parte sudeste de Utah; en las tierras del río Virgin, en el sur de Nevada; y otras en el norte de Arizona.

En octubre de 1880, más de tres años después del fallecimiento del presidente Young, se formó una nueva Primera Presidencia y los miembros la sostuvieron; una vez más se convocó a los poseedores del sacerdocio a una asamblea solemne y se les pidió que votaran por quórum. Cuando se presentaron a los santos los nombres de John Taylor, George Q. Cannon y Joseph F. Smith, la aprobación fue unánime. Los élderes Cannon y Smith eran hombres de gran capacidad que prestaron servicio como consejeros del presidente Taylor y de los otros dos presidentes sucesivos6.

LA PRÁCTICA DE LA PLURALIDAD DE ESPOSAS

Gran parte de la persecución que sufrieron los Santos de los Últimos Días se debía a la práctica de la pluralidad de esposas, que había sido instituida por el Profeta José Smith. Ya en 1831 se le había revelado esta ley, pero el Profeta sólo la había mencionado a unos pocos amigos de confianza. En 1841, con el mandamiento estricto de Dios de obedecerla, el Profeta empezó a enseñar a los líderes del sacerdocio de la Iglesia sobre la pluralidad de esposas y la responsabilidad que tenían de obedecer la ley. El Profeta José Smith dictó la revelación a William Clayton en 1843, fecha en que por primera vez se escribió. Sin embargo, pasaron nueve años antes de que la revelación se leyera en una conferencia general y luego se publicara7.

El 28 y 29 de agosto de 1852 se llevó a cabo una conferencia especial en el viejo tabernáculo de la Manzana del Templo en Salt Lake City. El primer día, se llamó a más de cien misioneros para que salieran a predicar por todos los Estados Unidos y fueran a Australia, India, China y las islas del mar; por haber recibido el llamamiento en agosto, los misioneros pudieron salir a tiempo para atravesar las planicies antes de comenzar el invierno.

El segundo día, bajo la dirección del presidente Brigham Young, Orson Pratt hizo públicamente el anuncio de que, por mandamiento de Dios, la Iglesia seguía la práctica de la pluralidad de esposas. Refiriéndose a los Estados Unidos, dijo: “…la Constitución da a todos los habitantes de este país el privilegio de ejercer libremente sus creencias religiosas y las opciones de su fe, así como de practicarla. Por lo tanto, si se puede demostrar que los Santos de los Últimos Días han aceptado la doctrina de la pluralidad de esposas como parte y elemento de su religión, entonces es constitucional. Y si alguna vez este gobierno decreta leyes que los restrinjan en el libre ejercicio de esta parte de su religión, dichas leyes deben ser inconstitucionales”8.

A continuación, el hermano Pratt pronunció un extenso discurso desarrollando el tema desde una perspectiva bíblica; explicó que el matrimonio era ordenado por Dios como un medio para que los espíritus adquirieran cuerpos mortales, y que, mediante la pluralidad de esposas, los dignos poseedores del sacerdocio podían criar una posteridad noble y numerosa dedicada al Señor. Después habló Brigham Young dando una breve historia de la revelación sobre el matrimonio celestial, luego de lo cual Thomas Bullock, que era uno de los secretarios de la oficina del historiador, la leyó a la congregación presentándola para el voto de sostenimiento9.

Con la seguridad de que surgirían grandes protestas públicas y un torrente de mala publicidad, las autoridades de la Iglesia mandaron inmediatamente a cuatro de sus líderes más fieles y elocuentes a otros tantos centros importantes de población a fin de que comenzaran la publicación de periódicos en los que se explicaran y justificaran el “matrimonio celestial” y otros principios restaurados del Evangelio. En la capital, Orson Pratt publicó el Seer (“El Vidente”); John Taylor publicó el Mormon en la ciudad de Nueva York; Erastus Snow, el Saint Louis Luminarie (“La Luz de Saint Louis”), en Saint Louis; y George Q. Cannon, el Western Standard (“El Estandarte del Oeste”), en San Francisco10. En cada uno de estos periódicos se describían los nobles motivos que llevaban a los santos a entrar en un matrimonio con pluralidad de esposas, los cuales ofrecían un claro contraste con los comentarios de los periódicos, las revistas populares y las novelas baratas de la nación. Al poco tiempo, a pesar de los artículos que escribían los mejores escritores de la Iglesia y de los discursos pronunciados por sus oradores más elocuentes, se formaron grupos que comenzaron a presionar al gobierno con el fin de que decretara leyes que erradicaran totalmente esa práctica matrimonial.

LA CAMPAÑA CONTRA LA POLIGAMIA

No obstante todos los esfuerzos que hicieron los Santos de los Últimos Días por convencer a sus coterráneos de que poseían el derecho religioso y moral de tener pluralidad de esposas, toda la nación se unió en oposición a la Iglesia. Los misioneros de Inglaterra y de la Europa continental sufrieron muchos ataques y en los Estados Unidos algunos élderes perdieron la vida. Infinidad de personas consideraban la poligamia inmoral, bárbara y deplorable. Hubo una inundación de escritos que condenaban la práctica afirmando que daban a conocer la verdadera historia de la degradación de la mujer en la poligamia, la mayoría de cuyos autores jamás habían estado en Utah o que sólo habían visto de lejos la situación.

En 1862, el presidente Lincoln firmó un decreto de ley “antibigamia”, llamado la ley de Morrill, pero, a causa de la Guerra Civil, pasó un tiempo sin que se obligara a cumplirla. Esta “ley atacaba al mismo tiempo la poligamia y la potestad de la Iglesia, prohibiendo el matrimonio con pluralidad de esposas en los territorios, privando a la… Iglesia de ser una corporación y limitando su derecho a poseer propiedad por valor de más de cincuenta mil dólares”11. Los santos, con la convicción de que, de forma inconstitucional, la ley los privaba del derecho a la libertad de religión promulgado en la Primera Enmienda de la Constitución, decidieron no hacer caso de ella hasta que tuviera una definición constitucional.

Durante los años siguientes, hubo varios proyectos de ley para reforzar el decreto “antibigamia”, pero ninguno fue aprobado por el Congreso de los Estados Unidos; entre éstos se encontraban los proyectos de Wade, de Cragin y de Cullom, todos los cuales se originaron en el territorio de Utah y provenían de hombres que se oponían encarnizadamente a la Iglesia. La propuesta de Wade, iniciada en 1866, habría destruido el gobierno local si se hubiera aprobado; a los tres años surgió la propuesta de Cragin, que a los pocos días fue reemplazada por la propuesta de Cullom, la cual era más radical que las otras dos. Los miembros de la Iglesia se levantaron en masa para oponerse al proyecto de ley y derrotarlo; en enero de 1870, las hermanas tuvieron reuniones por todo el territorio para expresar oposición a la propuesta.

“Mientras que la oposición era hacia todos los aspectos de la legislación en contra de los mormones, estas acciones tenían como objeto principal protestar contra las medidas propuestas y los comentarios de los seudo reformadores, en los cuales se hablaba de las mujeres de la Iglesia diciendo que eran ‘pisoteadas’ y ‘degradadas’ por sus maridos déspotas”12. Las protestas del elemento femenino de los Santos de los Últimos Días tomó de sorpresa a los políticos y a las sufragistas, que las consideraban la viva representación del sufrimiento y la sujeción. Los periódicos del Este también se oponían al proyecto de ley por las repercusiones militares que tendría; el presidente de los Estados Unidos podía ejercer su autoridad para mandar a Utah un ejército con el fin de hacer cumplir la ley. El periódico New York World comentó lo siguiente: “A esta acción seguiría, indudablemente, la guerra”13. El proyecto de ley de Cullom no fue aprobado.

Sin embargo, en junio de 1874 se aprobó la ley de Poland, acto por el cual se anulaba el sistema judicial de Utah y se daba jurisdicción civil y criminal exclusiva a los tribunales de distrito de los Estados Unidos (gobernados por funcionarios federales que no eran mormones). Con ello, se podía llevar a juicio a las personas por violar la ley de Morrill. Por el decreto de Poland, el secretario del tribunal de distrito, que no era mormón, y el juez de un tribunal local, que era mormón, debían preparar listas de jurados a fin de que hubiera entre éstos una representación equitativa de miembros de la Iglesia. De inmediato, el fiscal de los Estados Unidos trató de llevar a juicio a los principales líderes de la Iglesia, pero se encontró con algunos problemas. Muchos de los hermanos se habían casado antes de que la ley se hubiera aprobado en 1862, y no podían ser juzgados por una acción cometida antes de la existencia de la ley; por otra parte, no se podía pedir a una esposa que testificara contra su marido, y los registros de esos matrimonios se guardaban en la Casa de Investiduras y no eran de dominio público.

Los líderes de la Iglesia tenían interés de “poner a prueba” un caso ante el Tribunal Supremo con el fin de determinar si la ley “antibigamia” era o no constitucional. En consecuencia, cuando William Carey, Fiscal de los Estados Unidos, prometió que, mientras el caso estuviera a prueba, suspendería sus esfuerzos por acusar a las Autoridades Generales, la Primera Presidencia eligió a George Reynolds, de treinta y dos años, que era secretario en la oficina del Presidente y que acababa de casarse con una segunda esposa, para que se presentara a juicio en lugar de la Iglesia; éste presentó al fiscal numerosos testigos que podían atestiguar que él estaba casado con dos mujeres. Pero, cuando el fiscal Carey quebrantó su promesa y arrestó al presidente George Q. Cannon, los líderes de la Iglesia decidieron que no podían cooperar más con él14.

En 1875, Reynolds fue finalmente declarado culpable y condenado a dos años de trabajos forzados y a pagar una multa de quinientos dólares (el Tribunal Supremo anuló más tarde la multa, pero no el encarcelamiento). En 1876, el Tribunal Supremo territorial reafirmó la sentencia; en 1878, su apelación llegó al Tribunal Supremo de los Estados Unidos y, en enero de 1879, este órgano de justicia declaró que la ley “antipoligamia” era constitucional y volvió a reafirmar la sentencia del hermano Reynolds15. En enero de 1881, George Reynolds salió en libertad, después de haber cumplido en prisión dieciocho meses de la sentencia original. Durante el encarcelamiento, enseñó a otros prisioneros a leer y escribir, así como aritmética, gramática y geografía; además, trabajó en un libro que terminó y más tarde publicó, A Complete Concordance of the Book of Mormon (“Concordancia completa del Libro de Mormón”). Cuando quedó en libertad, había completado veinticinco mil anotaciones de esta concordancia16.

En 1882, el Congreso aprobó la ley de Edmunds, que definía “cohabitación ilícita” como el hecho de mantener y cuidar a más de una mujer; ya no era necesario probar que existía un segundo matrimonio. Por esta ley también se despojaba a los polígamos de sus derechos de ciudadanos y se les declaraba descalificados para cualquier cargo público. Se prohibía ser miembros de un jurado no sólo a los que practicaban la pluralidad de esposas sino también a los que creían en ese concepto. Se despidió a todos los funcionarios de registros y de la oficina electoral del Territorio, y se nombró una mesa directiva compuesta de cinco comisionados elegidos por el presidente de los Estados Unidos para encargarse de las elecciones17.

Poco después de la aprobación de la ley de Edmunds, se convocó a la conferencia general de abril de 1882. Al reunirse los santos el segundo día de la conferencia, las ráfagas de viento los azotaban con aguanieve. El presidente Taylor, refiriéndose a la vez al mal tiempo y a la legislación reciente, habló del profundo prejuicio hacia los santos que existía en la nación y “les advirtió que se aproximaba una tempestad, y que se desataría con furia sobre ellos. ‘Tratémosla’, les dijo con cierto sentido humorístico, ‘en la misma forma en que lo hicimos esta mañana cuando vinimos en medio de la tormenta de nieve: levantémonos el cuello del abrigo [y unió la acción a la palabra] y esperemos hasta que la tempestad se calme. Después de la tormenta, sale el sol. Mientras la tempestad ruja, es inútil tratar de razonar con el mundo; una vez que se calme, les hablaremos’ “. Al día siguiente dijo que los santos iban a “luchar centímetro a centímetro” por su libertad y sus derechos de ciudadanos estadounidenses19.

Muchos hombres Santos de los Últimos Días, e incluso algunas mujeres, tuvieron que ir a ocultarse para evitar el arresto. De ese modo, comenzó una de las épocas más difíciles de la historia de los santos. A fin de evadir el encarcelamiento, se inventaron códigos con los cuales se podía avisar a los varones polígamos de la aproximación de los funcionarios federales. El nombre en código del presidente de la Estaca Saint George, J.T.D. McAllister, era Dan; el de Henry F. Eyring era Look. Las poblaciones también tenían nombre en código; Saint George era Blanco, Beaver era Negro y Toquerville era Nublado. Alos alguaciles de los Estados Unidos se les llamaba Anillo y al juez Boreman le habían puesto Herodes. Con esos códigos, era posible enviar mensajes telegráficos que no tendrían significado alguno para las autoridades federales si caían en sus manos.

En el caso de algunos funcionarios, la persecución de los Santos de los Últimos Días se convirtió en una obsesión. El alguacil federal Fred T. Dubois, empeñado en aprovechar el sentimiento antimormón para sus propios fines políticos en Idaho, se escondió en agujeros excavados debajo de las casas, requisó caravanas para hacer viajes a los centros mormones, se deslizó de incógnito en los pueblos de los santos y allanó casas particulares durante la noche tratando de capturar a los varones polígamos. A fin de evitar que lo arrestaran, el obispo del Barrio Oxford, Idaho, partió por “la noche, escondido en una caja en la que decía, ‘Productos porcinos, carga para Ogden’ “. Permaneció veinticuatro horas dentro de la caja, hasta que un hermano de nombre Nesbitt lo sacó de allí. Después, otra vez a la sombra de la noche, hizo el recorrido hasta la casa de un cuñado que vivía en Ogden, Utah, donde permaneció a salvo.

James Morgan se internó en las montañas con su quinta esposa, Anna, donde se dedicó a cortar madera que sus hijos llevaban al pueblo.

Hyrum Poole “era un joven que vivía en Menan, Idaho. En el invierno de 1883, ya tarde, se hallaba cenando con su hermano, William… Mientras comían, se oyó un fuerte golpe en la puerta y, cuando el hermano Poole fue a abrirla, alguien metió violentamente un cañón de fusil y gritó: ‘¡Déjennos entrar o echaremos la puerta abajo!’ El joven Poole asió el cañón y se lanzó con todo su peso contra la puerta, al mismo tiempo que su hermano y dos empleados corrían en su auxilio.

“Por fin, las personas que estaban tratando de forzar la entrada consintieron explicarles que eran oficiales de policía y tenían una orden legal para registrar la vivienda en busca de N. A. Stevens. Inmediatamente se les permitió entrar, pero Hyrum Poole les echó en cara que hubieran intentado forzar la entrada ‘como una banda de malhechores’, a lo cual el líder, un tal William Hobson, que era tabernero y estaba un poco ebrio, le cruzó la cara con un golpe de su rifle y le dijo: ‘¡Considérense arrestados por resistir a un oficial!’.

“La búsqueda resultó inútil. Al prepararse para partir, los hombres ordenaron a Hyrum Poole que los siguiera; cuando él salió, Hobson lo golpeó en la cabeza con la culata del rifle causándole un corte profundo y haciéndolo caer”. El hermano Poole y otro prisionero “fueron llevados a Blackfoot [Idaho]; allí los arrojaron en la cárcel donde los tuvieron dos días sin alimento ni atención médica, y sin llevarlos ante un juez ni establecerles una fianza”20.

A otros Santos de los Últimos Días se les condenó y se les trasladó a puntos distantes del Este, como Detroit [Michigan], donde cumplieron su sentencia en medio de la soledad y el temor.

La mayoría de los miembros que recibieron condena fueron a cumplirla en la penitenciaría territorial de Utah, donde se destacaron como prisioneros modelos. Muchas veces se les encontraba estudiando el Evangelio, escribiendo un libro o enseñando a los otros presos a leer, a escribir y a adiestrarse en diversas habilidades. Cuando alguno salía en libertad, se hacía una fiesta y se rendía tributo a los que habían preferido obedecer la ley de Dios antes que las del hombre. Tal vez lo más difícil lo hayan pasado las familias que quedaban atrás; muchas sufrían pobreza, hambre y enfermedades sin la protección de un esposo y padre. De ese modo, la campaña contra la Iglesia desbarató la vida económica, social, eclesiástica y familiar de los miembros, y hacia fines de la década de 1880, las nubes que se cernían en el horizonte eran aún más oscuras.

EL REINO SIGUE AVANZANDO

A pesar de la tempestad desatada por la campaña contra la poligamia, en los primeros años de la década de 1880 el presidente Taylor condujo a la Iglesia a través de un constante progreso. Visitaba regularmente las estacas de Sión, estableciendo el orden, enseñando, aconsejando y animando vigorosamente a los santos; los exhortaba a mejorar su conducta en todas las relaciones de su vida —como marido y mujer, como padres, hijos, vecinos y ciudadanos— y continuar con unidad, honor, integridad, honestidad y pureza de pensamiento y acción.

En 1881, el presidente Taylor publicó un folleto escrito por él y titulado Items on Priesthood [”Asuntos del sacerdocio”], en el cual instruía a los poseedores del sacerdocio en sus respectivos oficios, especialmente a los jóvenes a los que se ordenaba al Sacerdocio Aarónico. Al año siguiente publicó su libro Mediation and Atonement [”La Mediación y la Expiación”], en el que reunía una colección de pasajes de las Escrituras junto con comentarios explicando la necesidad, la gloria y el poder de la expiación del Salvador por los pecados del mundo21.

Las instrucciones que daba a los santos se basaban en las revelaciones que había recibido. Siguiendo el modelo establecido por el Profeta José Smith, el presidente Taylor escribía y publicaba a menudo la inspiración que recibía. El 13 de octubre de 1882, pocos días después de la conferencia general, dictó una de esas revelaciones. Durante dos años, el Quórum de los Doce Apóstoles había tenido sólo diez integrantes, y el pensamiento de esas dos vacantes pesaba sobremanera en la mente del Profeta. En la revelación, se llamaba al apostolado a George Teasdale y a Heber J. Grant, y a Seymour B. Young, que era médico, al Primer Consejo de los Setenta; también indicaba que debía aumentarse la obra misional entre varias tribus de indios y exhortaba a un incremento de rectitud entre los poseedores del sacerdocio y entre todos los santos22.

Una experiencia que tuvo el entonces élder Heber J. Grant pocos meses después explica en cierto modo esta revelación. El élder Grant contó que durante los primeros meses del apostolado, pensaba que no reunía las condiciones para ser un testigo especial del Salvador. En febrero de 1843, mientras recorría la reserva india de los navajos en el norte de Arizona para ayudar a establecer la Iglesia entre los indios, les dijo a sus compañeros que necesitaba pasar un tiempo solo y tomó una ruta diferente de la que llevaban los demás. Más adelante, relató lo que le había sucedido en el camino:

“Me pareció ver y me pareció oír lo que para mí ha sido una de las escenas más claras de mi vida. Me pareció ver un concilio en los cielos. Me pareció oír las palabras que allí se pronunciaban… La Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles no habían llegado a un acuerdo en cuanto a dos hombres que llenaran las vacantes del Quórum de los Doce… En aquel concilio estaba presente el Salvador, mi padre [Jedediah M. Grant] estaba allí y también el Profeta José Smith. Ellos hablaban del asunto de que se había cometido un error al no llenar esas dos vacantes y que probablemente pasaran otros seis meses antes de que el quórum estuviera completo; se refirieron a quienes querían que ocuparan esas posiciones y decidieron que la forma de corregir el error que se había hecho no llenando las vacantes era enviar una revelación. Se me hizo saber que el profeta José Smith y mi padre me mencionaron pidiendo que se me llamara a ocupar esa posición. Me quedé sentado allí, llorando de gozo…

“…Desde aquel día jamás me ha molestado la idea de que no fuera digno de ser Apóstol”23.

El 17 de mayo de 1884, el presidente Taylor dedicó el Templo de Logan, Utah, que fue el cuarto templo de la Iglesia y el segundo que se terminó en Utah. La noche anterior el presidente Taylor le había preguntado al Señor si el edificio era aceptable. Su oración recibió respuesta y se le dio una revelación en la cual el Señor le dijo que “en estas casas que se me han edificado y que se me edificarán revelaré la abundancia de todo lo que pertenece al pasado, el presente y el futuro, a la vida de ahora, y la vida que vendrá; a lo que corresponde a la ley, al orden, a la norma, al dominio y al gobierno; a lo que afecte a esta nación y a otras; a las leyes de los cuerpos celestes en sus tiempos y estaciones, y a los principios o leyes por los cuales se les gobierna”24. Al día siguiente, en la dedicación del templo, los santos sintieron que el Espíritu se derramaba en abundancia.

Durante la administración del presidente Taylor se volvieron a imprimir algunas publicaciones de la Iglesia y se publicaron otras nuevas. Las de mayor importancia fueron el Libro de Mormón y Doctrina y Convenios, que se imprimieron nuevamente en 1879 con extensas referencias correlacionadas y notas de explicación. La Perla de Gran Precio, que se publicó en 1878, había sido hasta entonces un folleto misional. El élder Orson Pratt fue quien trabajó en esas publicaciones. Las ediciones nuevas de Doctrina y Convenios y de la Perla de Gran Precio se aceptaron oficialmente como libros canónicos durante la conferencia general de octubre de 1880. A principios de 1879, Junius F. Wells sacó la primera edición de la publicación mensual Contributor, que pasó a ser la revista oficial de la Asociación de Mejoramiento Mutuo. Andrew Jenson, que era historiador auxiliar de la Iglesia, publicó el Historical Record [”Registro histórico”], que contiene numerosos relatos y cronologías que han llegado a ser invalorables para estudiar y escribir la historia de la Iglesia. En ese período, también se continuó destacando la importancia de que hubiera unidad económica. Se organizó la “Mesa central de comercio de Sión” para reemplazar a la orden unida; en cada estaca se creó una mesa directiva de comercio, que funcionaba coordinada por la organización central y que se encargaba de promover actividades comerciales, buscar nuevos mercados, diseminar información entre los granjeros y los fabricantes, impedir la competencia que fuera dañina para la industria local, y, a veces, regular los salarios y los precios para beneficio de la comunidad25.

CONTINÚA LA OBRA MISIONAL

La obra misional continuó expandiéndose. En 1881, el élder Moses Thatcher dedicó México para la prédica del Evangelio; ya desde 1876 había habido cierto éxito misional en esa tierra. También en 1881 empezó la obra entre los maoríes de Nueva Zelanda. En 1884, Jacob Spori abrió la Misión Turca, que más tarde se extendió para incluir a Palestina26; guiado por una visión que había recibido en Constantinopla, el élder Spori encontró conversos entre los habitantes de Haifa que hablaban alemán y que habían ido a la Tierra Santa para esperar allí la segunda venida de Cristo. La obra misional continuaba con éxito, además, en las Islas Británicas, Escandinavia, Suiza, Holanda y Alemania.

En los Estados Unidos también progresaba. Por ejemplo, John Morgan recordó un sueño que había tenido antes de convertirse a la Iglesia y éste lo condujo a una pequeña comunidad de Georgia donde enseñó el Evangelio y bautizó a casi todos los habitantes del lugar. No obstante, la obra misional tenía sus riesgos, especialmente en el sur de los Estados Unidos; a medida que la Iglesia progresaba en esas regiones, la oposición aumentaba rápidamente.

El 21 de julio de 1879, los élderes Joseph Standing y Rudger Clawson se preparaban para ir a una conferencia de la Iglesia que tendría lugar en Roma, Georgia. Cuando iban por la zona de la Estación Varnell, se vieron de pronto rodeados por diez o doce malhechores armados que empezaron a amenazarlos y los obligaron a meterse en un bosque. Mientras tres de los hombres iban en busca de un lugar más solitario, los demás empezaron a insultar a los élderes; al volver los otros tres, el élder Standing, que no se sabe cómo se había apoderado de un arma, se puso de pie súbitamente y, apuntándoles, les gritó: “¡Ríndanse!” De inmediato, uno de los hombres que estaba junto a él le disparó, hiriéndolo en la cara. Al ver que doce rifles le apuntaban, el élder Clawson cruzó los brazos serenamente para esperar la muerte; pero los hombres bajaron las armas y le permitieron ir en busca de ayuda para su compañero. Cuando volvió acompañado de otras personas, encontró a su amigo muerto con varios balazos que le habían disparado a quemarropa en la cabeza y el cuello. El cuerpo del élder Standing, acompañado por el élder Clawson, fue llevado a Salt Lake City donde los santos le rindieron tributo como otro mártir de la causa divina que tenían en común27.

El día en que lo asesinaron, Joseph Standing había cumplido dieciséis meses de la segunda misión que hacía en los estados del Sur y esperaba recibir el relevo en cualquier momento. El presidente John Morgan y el élder Clawson volvieron después a Georgia para testificar en contra de los asesinos, que, de todos modos, salieron absueltos.

Cinco años después, el 10 de agosto de 1884, tuvo lugar la masacre de Cane Creek, que fue directamente provocada por la amplia diseminación de lo que llamaban “el discurso del obispo West”, que el periódico Salt Lake Tribune había publicado y que era un sermón falso, supuestamente pronunciado en marzo de 1884 por un obispo mormón de Juab, Utah. Aunque inmediatamente se supo que en Juab no existía tal obispo West y que el vil discurso en contra de los gentiles era una invención, de todas maneras el discurso circuló profusamente en los estados del Este y del Sur; una copia apareció en el condado de Lewis, Tennessee, y su contenido se dio a conocer entre los enemigos de la Iglesia.

A consecuencia, un populacho atacó una reunión dominical de los santos, que se realizaba en casa de James Condor, y empezó a disparar. Dos misioneros —los élderes John H. Gibbs y William S. Berry—, dos miembros de la familia Condor y el dirigente del populacho resultaron muertos. En ese momento, el presidente de la misión se hallaba ausente; un joven de nombre B. H. Roberts, que había quedado a cargo de la misión, se disfrazó y arriesgó la vida para ir a Cane Creek, recuperar los cuerpos de los élderes y enviarlos a Utah para que los enterraran28. Más adelante, el hermano Roberts testificó que había recibido ayuda divina. Como sucedió en el caso del élder Standing, también estos asesinos fueron llevados a juicio y absueltos.

SE INTENSIFICA LA TORMENTA

Antes de terminar la década de 188029, en todas las comunidades se intensificó la hostigación de los santos por parte de los agentes de policía. Más de mil hombres, e incluso algunas mujeres, fueron a la cárcel acusados de practicar la poligamia. El presidente Taylor tuvo que ocultarse, así como Wilford Woodruff y otros líderes de la Iglesia.

A fines de 1885, cientos de colonos, particularmente de Arizona y Nuevo México, se trasladaron a colonias establecidas apresuradamente en México a causa de la persecución; el élder George Teasdale presidía a estos exiliados. En 1886 se pidió a Charles Ora Card, presidente de la Estaca Cache, del norte de Utah, que buscara en Canadá un lugar de refugio; él consiguió tierras en la región que actualmente es Cardston, Alberta, y pronto se establecieron colonias mormonas allá.

Mientras continuaba la campaña judicial en oposición a la poligamia, muchos miembros tuvieron que enfrentarse con un nuevo estilo de vida; hombres que eran respetuosos de la ley en todo sentido tenían que ir a esconderse, y muchas veces se trasladaban de lugar en lugar para evitar a los agentes que andaban en su persecución; los “cohabitantes” (como se dio en llamarlos) huían a los cañones, y se ocultaban en los graneros, en los campos y en los sótanos para escapar a sus perseguidores. Debido a esas huidas, los funcionarios federales empezaron a disfrazarse de mendigos o de encargados de un censo para que les abrieran la puerta de las casas. Algunos oficiales allanaban las casas particulares, invadiendo la intimidad de la familia e incluso maltratando a mujeres y niños, con el fin de capturar a los que buscaban. Se ofrecían recompensas de diez y veinte dólares por cada Santo de los Últimos Días capturado, y sumas mucho mayores por el arresto de una Autoridad General. El 16 de diciembre de 1886 ocurrió una tragedia.

Mientras iba a caballo por una calle de Parowan, Edward M. Dalton, originario de allí, fue muerto de un disparo por el agente de policía William Thompson, hijo. El hermano Dalton había sido acusado de “cohabitación ilícita” en 1885, y había escapado a Arizona para evadir el juicio. Estaba de regreso en su pueblo cuando ocurrió el trágico suceso30.

En 1886, el presidente John Taylor, que todavía estaba ocultándose, se mudó a una cómoda casa en la granja de Thomas F. Rouche, alcalde de Kaysville, Utah, desde donde continuó la práctica de comunicarse con los santos enviándoles epístolas de interés general. Él y otros líderes de la Iglesia se intercambiaban mensajes que se llevaban en un carro tirado por caballos, bajo guardia y al amparo de la noche. La salud del Presidente había continuado deteriorándose durante ese tiempo, y el presidente George Q. Cannon se encargaba de la mayoría de los asuntos de la Iglesia a pesar de estar él mismo oculto. El Segundo Consejero, Joseph F. Smith, sufría tanta persecución que al fin partió a cumplir una misión en Hawai.

El 25 de julio de 1887 falleció el presidente Taylor, todavía en exilio. Durante el funeral hubo agentes de policía presentes, pero no se hizo ningún arresto. Wilford Woodruff, que pasaba entonces a presidir la Iglesia, se hallaba escondido. Fue una época en que se puso a prueba la lealtad de los santos a su Dios, que les había mandado practicar el matrimonio con pluralidad de esposas en una nación que se oponía y que había creado leyes contra esa práctica.

A partir de marzo de 1887, con la aprobación de la ley de Edmunds-Tucker, se exigía a las mujeres que testificaran en contra de su marido y todos los casamientos debían registrarse públicamente. La ley también establecía que los jueces de los tribunales locales del condado fueran nombrados por el presidente de los Estados Unidos. Se abolió el sufragio de la mujer en Utah, se disolvieron la Compañía del Fondo Perpetuo para la Emigración y la Legión de Nauvoo, y se estableció un sistema público de educación. Se despojó a la Iglesia de su categoría de corporación, y se dio al fiscal general de los Estados Unidos la autoridad de confiscar para el Estado toda propiedad y bienes de la Iglesia que tuvieran un valor mayor de cincuenta mil dólares. De ese modo, al empezar la administración del presidente Wilford Woodruff, continuó la persecución de la Iglesia fomentada por el gobierno federal.

NOTAS

  1. Este párrafo se ha tomado de la obra de James B. Allen y Glen M. Leonard, The Story of the Latter-day Saints. Salt Lake City: Deseret Book Co., 1976, pág. 377.

  2. Wilford Woodruff Journals, sept. 4 de 1877, Departamento Histórico de la Iglesia SUD, Salt Lake City

  3. “General Conference”, Deseret News Semi-Weekly, 9 de octubre de 1877, pág. 2.

  4. Tomado de la obra de Leonard J. Arrington, Brigham Young: American Moses. Nueva York: Alfred A. Knopf, 1985, págs. 425, 429.

  5. Véase, de B. H. Roberts, The Life of John Taylor, Salt Lake City: Bookcraft, 1963, págs. 334–337.

  6. Los dos párrafos anteriores se tomaron de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, págs. 381–382, 385.

  7. Véase “Journal History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints”, 4 de marzo de 1883, Departamento Histórico, Salt Lake City, págs. 8–10; Territorial Enquirer, 6 de marzo de 1883; “Celestial Marriage: How and When the Revelation Was Given”, Deseret Evening News, 20 de mayo de 1886, pág. 2.

  8. Millennial Star, Suplemento, 1853, pág. 18.

  9. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, pág. 278.

  10. B. H. Roberts, A Comprehensive History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, Century One, 6 tomos; Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1930, 4:61–62.

  11. Gustive O. Larson, “Government, Politics, and Conflict”, citado por Richard D. Poll y otros ed. en Utah’s History, 2a ed. Logan, Utah: Utah State University Press, 1989, pág. 244.

  12. Joseph Fielding Smith, Elementos de la historia de la Iglesia, pág. 575.

  13. Roberts, A Comprehensive History of the Church…, 5:314.

  14. Los dos párrafos anteriores se tomaron de la obra de “Government, Politics, and Conflict”, págs. 252, 254.

  15. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, pág. 358.

  16. Véase, de Bruce A. Van Orden, “George Reynolds: Secretary, Sacrificial Lamb, and Seventy”, disertación para el doctorado, Universidad Brigham Young, 1986, págs. 53, 57–62, 71, 76–77, 80–86, 103, 108.

  17. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, págs. 394, 411.

  18. George Reynolds, A Complete Concordance of the Book of Mormon, 2 tomos, Salt Lake City: Deseret Book Company, 1957.

  19. Roberts, Life of John Taylor, págs. 360, 362.

  20. M. D. Beal, A History of Southeastern Idaho, Caldwell, Idaho: Caxton Printers, 1942, págs. 86, 312–313.

  21. Véase, de Roberts, Life of John Taylor, págs. 349–351.

  22. Véase, de Roberts, Life of John Taylor, págs. 349–351.

  23. En “Conference Report”, 4 de abril de 1941, págs. 4–5.

  24. Paul Thomas Smith, “John Taylor”, citado por Leonard J. Arrington, ed., en The Presidents of the Church; Salt Lake City: Deseret Book Company, 1986, págs. 110–111.

  25. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, págs. 382–385.

  26. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, pág. 388.

  27. Véase “The Murder of Joseph Standing”, Deseret News, 6 de agosto de 1879, págs. 428–429; “The Funeral Services of Elder Joseph Standing”, Deseret News, 6 de agosto de 1879, pág. 429.

  28. Véase de Roberts, A Comprehensive History of The Church… 6:86–93; “Death of James Condor”, Improvement Era, octubre de 1911, págs. 1107–1108.

  29. Tomado de la obra de Allen y Leonard, The Story of the Latter-day Saints, págs. 386–388, 396, 398–400, 406.

  30. Véase de Roberts, A Comprehensive History of The Church, 6:116–121; “Homicide at Parowan”, Deseret News, 22 de diciembre de 1886, pág. 777.

Historia

Fecha

 

Acontecimientos importantes

1862

El Congreso aprueba la ley de Morrill, primera ley en contra de la poligamia.

1874

Se aprueba la ley de Poland, que permite enjuiciar a los hombres que practican de la pluralidad de esposas.

1875

Se condena a George Reynolds en el “caso de prueba”.

1877

El Quórum de los Doce Apóstoles, con John Taylor como su Presidente, toma el liderazgo de la Iglesia a la muerte de Brigham Young.

1879

En el juicio de George Reynolds, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos confirma la ley en contra de la poligamia.

Octubre de 1880

Se sostiene a John Taylor como tercer Presidente de la Iglesia.

1882–1883

Se reorganizan y se renuevan los quórumes de setentas.

1882

Se aprueba ley de Edmunds, intensificando la campaña en contra de la poligamia.

1885

Se establecen colonias de la Iglesia en México.

1885

El presidente Taylor, otras autoridades de la Iglesia y muchos miembros se ven forzados a esconder.

25 de julio de 1887

Muere el presidente John Taylor, en Kaysville, Utah.

1887

Se aprueba la ley de Edmunds-Tucker.

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John Taylor

El presidente John Taylor (1808–1887).

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The Mormon newspaper

El periódico publicado por John Taylor, The Mormon, se imprimía en la misma calle que los dos periódicos principales de Nueva York, el New York Herald y el New York Tribune. La intrepidez del título que el élder Taylor había dado al periódico se manifestaba también en la lista de nombres y direcciones de los responsables, que ocupaba casi la mitad de la primera página. A la izquierda de la figura del águila aparecía un lema mormón: “No nos metamos en asuntos ajenos”.

The Mormon era un periódico semanal, de veintiocho columnas, cuyo primer número apareció el 17 de febrero de 1855 y que continuó publicándose hasta septiembre de 1857.

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Ellis R. Shipp

La Dra. Ellis R. Shipp (1847–1939) nació en Iowa, y en 1853 se trasladó a Utah con sus padres.

La Dra. Shipp, que había entrado en un matrimonio con pluralidad de esposas, opinaba que sin la poligamia jamás habría tenido tiempo para seguir la carrera de medicina, ni tampoco habría tenido la posibilidad de dejar a sus hijos al cuidado de las otras hermanas/esposas que formaban parte de la familia. Recibió su título en 1878, de la facultad de medicina de Filadelfia, siendo la segunda mujer de Utah en practicar medicina. Después, cursó estudios de posgrado en la facultad de medicina de la Universidad de Michigan.

Al mismo tiempo que se dedicaba al cuidado de sus diez hijos, la Dra. Shipp asistió en el alumbramiento de más de seis mil niños en los sesenta años de su carrera. Además, de 1898 a 1907 fue miembro de la mesa directiva general de la Sociedad de Socorro.

Cortesía de la organización “Hijas de los Pioneros de Utah”, Salt Lake City.

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George Reynolds

George Reynolds (1842–1909) se convirtió al Evangelio siendo niño, pero durante varios años no pudo bautizarse debido a la oposición de sus padres. Al fin, se bautizó el 4 de mayo de 1856, cuando tenía catorce años.

El hermano Reynolds ocupó varios cargos de la Iglesia en Inglaterra antes de viajar a los Estados Unidos en 1865. Poco después de llegar, fue nombrado secretario de la Primera Presidencia, cargo que desempeñó hasta el fin de sus días. También fue llamado como Presidente del Primer Quórum de los Setenta en 1890. Escribió una famosa concordancia del Libro de Mormón, obra que le llevó veintiún años completar18.

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Detroit prison

Durante la campaña “antipoligamia”, se arrestó y juzgó a muchos Santos de los Últimos Días que vivían en las montañas del Oeste; cuando se les hallaba culpables, muchas veces se les condenaba a prisión. Uno de los detalles poco conocidos de esa campaña es que muchos de los mormones de Idaho a los que se condenaba por “cohabitación ilícita” cumplieron sus sentencias en la Penitenciaría de Detroit, Michigan. Esta foto muestra el edificio de la cárcel tal como era por esa época.

Cortesía de la Colección histórica de Burton, Biblioteca pública de Detroit.

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Utah Territorial Prison

El 3 de marzo de 1853, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la apropiación de fondos para una penitenciaría en Utah. Varios meses después, Almon W. Babbitt, que era secretario territorial de Utah, eligió el sitio para la prisión. El edificio, construido en los alrededores de Salt Lake City, se terminó en 1854 y ocupaba un área de aproximadamente 2,8 há. Las paredes exteriores eran de adobe y tenían una altura de 3,60 m y un espesor de 1,20 m.

Cortesía de la Sociedad Histórica de Utah.

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James Paxton mementos

Grabado en madera y libro de autógrafos de James Paxton. Durante este período, se encarceló a muchos Santos de los Últimos Días por sus creencias religiosas. Mientras se hallaban en prisión, se dedicaban a tallar objetos de madera, recopilar libros de autógrafos y mantener diarios personales de sus pensamientos y acciones.

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Jacob Spori

Natural de Suiza, el élder Jacob Spori (1847–1903) fue el primer misionero de la Iglesia en Palestina.

Después de emigrar a Utah, se dedicó a la educación. Más tarde se trasladó a Rexburg, Idaho, donde fue nombrado director de la Academia de la Estaca Bannock, que actualmente es el Colegio Universitario Ricks. El hermano Spori hizo grandes sacrificios por lograr el éxito de esa institución; en cierta época, incluso fue a trabajar en la vía férrea para poder pagar los salarios de otros dos maestros con el fin de que la academia siguiera funcionando.

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John Morgan

John Morgan (1842–1894) participó en la Guerra Civil como soldado de la Unión; en 1866, se mudó a Utah donde se dedicó a la enseñanza. El 26 de noviembre de 1867, habiéndose convertido al Evangelio, fue bautizado. Después, el hermano Morgan fue llamado a cumplir una misión en los estados del Sur entre 1875 y 1877. En 1878 regresó para presidir esa misión. En 1884 se le llamó como miembro del Primer Quórum de los Setenta, cargo que ocupó hasta su muerte.

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Joseph Standing

Joseph Standing (1854–1879) es uno de los mártires de la Iglesia. Entre 1875 y 1876 cumplió una misión en los estados del Sur. En 1878 regresó para una segunda misión y, por su modalidad bondadosa, mansa y prudente, el presidente John Morgan lo asignó al distrito de Georgia, que era muy hostil. A principios de 1879, llegó el élder Rudger Clawson para acompañarlo.

La noticia del asesinato de Joseph Standing en Georgia afectó mucho a los miembros de la Iglesia en Utah, y en su funeral, que tuvo lugar en el Tabernáculo de Salt Lake, hubo cerca de diez mil personas.

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B. H. Roberts in disguise

B. H. Roberts (1857–1933) posó para esta foto con el aspecto con que pasó de incógnito a fin de poder sacar los cuerpos de los élderes Gibbs y Berry. La infancia del hermano Roberts transcurrió en Inglaterra. Cuando emigró a los Estados Unidos, recorrió a pie casi todo el camino a través de las planicies hasta llegar a Utah.

Recibió instrucción académica en la Universidad de Deseret, a la cual agregó su educación de autodidacta, y llegó a ser uno de los oradores e historiadores más elocuentes de la Iglesia. Él editó y publicó History of the Church (la historia de José Smith), en siete tomos, y más tarde publicó la obra en seis tomos con la historia del primer siglo de la Iglesia, titulada, A Comprehensive History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints.

En 1888, a la edad de treinta y un años, pasó a ser miembro del Primer Quórum de los Setenta. En 1898 fue elegido representante para la Cámara de Diputados de los Estados Unidos, pero no se le permitió ocupar su puesto debido a la controversia que causó su participación en la poligamia.

De 1917 a 1918, después de haber cumplido sesenta años, fue nombrado Capellán militar en los Estados Unidos y en Francia para los soldados de Utah que servían en las Fuerzas Armadas durante la Primera Guerra Mundial.

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pioneer home

A causa de los severos ataques en contra de la poligamia, el 1º de febrero de 1885, el presidente John Taylor tuvo que huir a un escondite, después de lo cual periódicamente se mudaba de un lugar a otro. El 22 de noviembre de 1886 lo llevaron a la casa de Thomas F. Rouche, en Kaysville, Utah. Esta casa, rodeada de árboles de sombra y con una vista agradable del pueblito de Kaysville, a un kilómetro y medio de distancia a través de los campos, y de las montañas en la parte posterior, fue la última vivienda del presidente Taylor. Los escribientes de su diario personal comentaron que de abril a junio de 1887 estaba enfermo gran parte del tiempo.

Entretanto, su consejero George Q. Cannon viajaba de incógnito entre Kaysville y Salt Lake City a fin de dirigir casi todos los asuntos de la Iglesia. A fines de junio, la condición del presidente Taylor empezó a agravarse; comía muy poco, de a ratos caía en la inconsciencia, y, al atardecer del 25 de julio falleció serenamente.

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Gardo house

La casa Gardo fue la residencia oficial del presidente John Taylor en Salt Lake City. Después de su muerte, se llevó allí el cuerpo a fin de prepararlo para darle sepultura. El 29 de julio de 1887, el cuerpo fue trasladado al Tabernáculo para que el público le rindiera tributo.

La construcción de esta casa se empezó bajo la dirección de Brigham Young y se concluyó durante la administración de John Taylor. Franklin D. Richards la dedicó el 22 de febrero de 1883. Después de la muerte del presidente Taylor, Wilford Woodruff la utilizó como oficina de la Iglesia. Más tarde, el Banco Federal Reserve de San Francisco se la compró a la Iglesia, y en noviembre de 1921 la hizo demoler.