Ayudas para las Escrituras
Mateo 26; Marcos 14; Juan 13


“Mateo 26; Marcos 14; Juan 13”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024

Ayudas para las Escrituras

Mateo 26; Marcos 14; Juan 13

Los principales sacerdotes y los escribas conspiraron para matar a Jesús. Judas Iscariote acordó traicionarlo por treinta monedas de plata. Jesús celebró la cena de la Pascua con Sus discípulos e instituyó la Santa Cena; les lavó los pies y los exhortó a servirse unos a otros. Enseñó que el Padre y el Hijo fueron glorificados por medio de Su Expiación. Luego, Jesús sufrió en Getsemaní y fue traicionado y arrestado.

Recursos

Nota: La cita de una fuente no publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no implica que esta o su autor cuenten con el respaldo por la Iglesia ni que representen la posición oficial de la Iglesia.

Antecedentes y contexto

Mateo 26:3–5

¿Por qué los principales sacerdotes, escribas y ancianos del pueblo mantuvieron en secreto sus planes?

A medida que aumentaba la influencia del Salvador, los líderes judíos se inquietaron y buscaron maneras de desacreditarlo y silenciarlo. Sus preocupaciones aumentaron cuando Jesús entró en Jerusalén para la Pascua entre exclamaciones de “Hosanna”. Debido a la popularidad de Jesús, los principales sacerdotes y los ancianos temían que si arrestaban a Jesús durante la fiesta habría un motín, por lo que se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, Caifás, para deliberar en privado sobre cómo arrestar a Jesús en secreto.

Mateo 26:6–13

¿Quién era la mujer que ungió los pies del Salvador?

El Evangelio de Juan identificó a la mujer que ungió los pies del Salvador como María. Para aprender más, véase “Juan 12:1–8. ¿Por qué fue significativo que María ungiera a Jesucristo?”.

Mateo 26:17–30

¿Qué conexión hay entre la Pascua judía y la Santa Cena?

(Compárese con Marcos 14:12–25; Lucas 22:7–30).

Cuando Israel estaba bajo cautiverio de Egipto, el Señor envió diez plagas para persuadir a los egipcios de que dejaran ir a los israelitas. La última plaga fue la muerte de todos los primogénitos varones de la tierra. Dios mandó a Israel que colocara en sus puertas la sangre de un cordero de sacrificio para que el ángel destructor pasara por alto sus hogares y perdonara a sus hijos primogénitos.

un hombre pintando su puerta con sangre de cordero

The Passover Instituted [Se instituye la Pascua judía], por William Henry Margetson

Esa misma noche, el Señor mandó a todas las familias israelitas que comieran una cena especial, la cual les recordaba su liberación de la esclavitud egipcia por medio de la sangre del cordero. A esto se lo llamaba la cena de la Pascua. Los israelitas debían repetir dicha cena anualmente para recordar cómo Dios los había preservado por medio de la sangre del cordero. Recordar era uno de los propósitos principales de la cena de Pascua. Para el pueblo judío, recordar “no es simplemente un ejercicio mental, sino que es la participación en el acontecimiento que se recuerda”.

una familia participando de una cena de Pascua

Passover [Pascua judía], por Robert T. Barrett

Durante la Última Cena, Jesús y Sus apóstoles comieron una cena tradicional de Pascua judía, en la que partir el pan y beber vino eran partes importantes. Fue durante esta cena de Pascua que Jesús impartió un nuevo significado al pan y al vino, que se convirtieron en emblemas del sacrificio expiatorio del Salvador.

Jesús y Sus discípulos participando de la Santa Cena

Tanto la Pascua como la Santa Cena señalan el poder redentor del Salvador. Respecto a la relación entre la Pascua y la Santa Cena, el presidente Jeffrey R. Holland dijo:

“[La Santa Cena] se conoce como ‘la más sagrada, la más santa de todas las reuniones de la Iglesia’ (Joseph Fielding Smith, Doctrina of Salvación, compilado por Bruce R. McConkie, 3 tomos, Salt Lake City: Bookcraft, 1954–1956, tomo II, pág. 320).

Quizás no siempre atribuimos esa clase de significado a la reunión sacramental de todas las semanas. ¿Cuán ‘sagrada’ y ‘santa’ es? ¿La consideramos como nuestra Pascua, la forma de recordar nuestra protección, salvación y redención?”.

Mateo 26:26–28

¿Qué representan los emblemas del pan y el vino?

(Compárese con Marcos 14:22–24; Lucas 22:19–20).

Tanto Lucas como Pablo escribieron que el Salvador introdujo los símbolos del pan y el vino como una manera de recordarlo. El presidente Jeffrey R. Holland enseñó: “Con el trozo de pan, siempre partido, bendecido y ofrecido primero, recordamos Su cuerpo herido y Su corazón quebrantado, Su sufrimiento físico sobre la cruz […].

“Con un vasito de agua recordamos el derramamiento de la sangre de Cristo y la profundidad de Su sufrimiento espiritual, la angustia que comenzó en el huerto de Getsemaní, en donde dijo: ‘Mi alma está muy triste, hasta la muerte’ (Mateo 26:38). ‘Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían a tierra’ (Lucas 22:44).

El sufrimiento espiritual del Salvador y el derramamiento de Su sangre inocente, que Él ofreció en forma tan amorosa y voluntaria, pagó la deuda de lo que las Escrituras llaman la ‘transgresión original’ de Adán (Moisés 6:54). Además, Cristo sufrió por los pecados, los sufrimientos y los dolores de todo el resto de la humanidad, proporcionando también la remisión de todos nuestros pecados, a condición de que obedezcamos los principios y las ordenanzas del Evangelio que Él enseñó (véase 2 Nefi 9:21–23). Como escribió el apóstol Pablo, fuimos ‘comprados por precio’ (1 Corintios 6:20). ¡Qué precio tan caro y cuán misericordiosa compra!”.

Mateo 26:27–29

¿En qué sentido representaba la sangre del Salvador un nuevo convenio?

(Compárese con Marcos 14:23–25; Lucas 22:20).

La copa de vino que Jesucristo dio a Sus apóstoles representaba Su “sangre del nuevo convenio”. En el Antiguo Testamento, la sangre a menudo se asociaba con el sacrificio por el pecado. Por ejemplo, cuando Israel hizo su convenio con Jehová, Moisés ofreció sacrificios de animales; tomó la sangre de estos animales y la roció sobre el pueblo, diciendo: “He aquí la sangre del convenio que Jehová ha hecho con vosotros”. El presidente Dallin H. Oaks enseñó: “La Santa Cena es la ordenanza que reemplaza los sacrificios de sangre y los holocaustos de la ley mosaica”. Mediante el derramamiento de Su sangre, el Salvador cumplió el antiguo convenio y estableció uno nuevo. Se nos recuerda este nuevo convenio cuando participamos de la Santa Cena. El presidente Russell M. Nelson realizó esta observación: “El participar de la Santa Cena renueva los convenios bautismales y también renueva nuestro recuerdo del cuerpo quebrantado del Salvador y la sangre que derramó por nosotros”.

Mateo 26:29

¿Cuándo volverá a participar el Salvador del “fruto de la vid”?

(Compárese con Marcos 14:25).

El “fruto de la vid”, o vino, representa la sangre que Jesucristo derramó para redimirnos. Beber el “fruto de la vid” es participar de la Santa Cena. En Doctrina y Convenios 27, el Señor reveló al profeta José Smith que en los últimos días Él volverá a participar de la Santa Cena en la tierra. Lo hará junto con Sus fieles seguidores, entre ellos muchos profetas de la antigüedad.

Mateo 26:30

¿Qué himno cantaron Jesús y Sus discípulos antes de ir a Getsemaní?

Durante la cena de Pascua, era costumbre cantar partes del Hallel, una recitación de los Salmos 113–118. Estos salmos hablan hermosamente del Mesías. Muchos eruditos creen que es probable que el himno cantado por Jesús y Sus apóstoles fuera el Hallel.

Mateo 26:31–35

¿De qué manera se “escandalizaron” los discípulos del Salvador a causa de Él?

(Compárese con Lucas 22:28–38).

Mientras Jesús y Sus discípulos caminaban hacia el monte de los Olivos, Jesús les dijo que se escandalizarían de Él esa misma noche. La palabra griega traducida como “escandalizar” en la versión Reina-Valera de la Biblia también se puede traducir como “hacer tropezar” o “hacer caer”. Jesús entonces hizo referencia a una profecía del Antiguo Testamento acerca de que el pastor sería herido y las ovejas se dispersarían. Tras el arresto del Salvador más tarde esa misma noche, Sus discípulos se dispersaron por un tiempo y Pedro negó tres veces conocer al Salvador.

Mateo 26:36–46

¿Qué sucedió en Getsemaní?

(Compárese con Marcos 14:32–42).

Para aprender más acerca del sufrimiento del Salvador en Getsemaní, véase “Lucas 22:39, 44. ¿Qué podemos aprender del Jardín de Getsemaní sobre el sacrificio expiatorio del Salvador?”.

Mateo 26:47–50

¿Cuál era el significado de saludar a alguien con un beso?

(Compárese con Lucas 22:47–48).

Entre los primeros cristianos, dar un beso ritual era una práctica importante destinada a simbolizar la amistad y la unidad. Es posible que esta práctica se haya originado con Jesús y Sus discípulos más cercanos. Por lo tanto, había ironía en las palabras de Jesús cuando le dijo a Judas: “Amigo, ¿a qué vienes?” y “¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?”.

Mateo 26:47–68

¿Cómo fue arrestado y juzgado Jesús?

(Compárese con Marcos 14:43–65; Lucas 22:47–65).

Para obtener más información sobre el arresto y juicio de Jesús, consulte las siguientes entradas:

Mateo 26:51–54

¿Por qué no pidió ayuda Jesús a legiones de ángeles?

Después de que Pedro intentó detener el arresto del Salvador, Jesús dijo que podría haber llamado a “más de doce legiones de ángeles” en Su defensa. Una legión romana estaba formada por 6000 soldados. Literalmente, doce legiones de ángeles habrían sido un ejército de 72 000 ángeles. Claramente, Jesucristo tenía el poder para defenderse a Sí mismo, pero no estaba dispuesto “a ejercer Su poder infinito para beneficio personal”. El Salvador se sometió voluntariamente a Su arresto y al maltrato que le siguió.

Mateo 26:59–68

¿Qué fue lo significativo de la acusación de blasfemia?

(Compárese con Marcos 14:53–65).

Blasfemia significa hablar en forma irrespetuosa o irreverente de Dios o de lo que es sagrado, lo que incluye pretender ser divino. Cuando Jesús afirmó que Él era “el Cristo, el Hijo de Dios”, el sumo sacerdote declaró que Jesús era culpable de blasfemia. Sin embargo, la afirmación del Salvador habría sido blasfema solo si hubiera sido falsa. “El único Ser mortal a quien […] era imposible imputar el terrible crimen de blasfemia, los jueces de Israel habían condenado por blasfemo”.

Bajo la ley de Moisés, la blasfemia era una ofensa que se castigaba con la muerte, pero los líderes judíos no tenían ninguna autoridad para llevar a cabo ejecuciones. Solo las autoridades romanas podían ejecutar una sentencia de muerte. Debido a que la blasfemia era un asunto judío y no le concernía a los romanos, los líderes judíos cambiaron el cargo al de sedición cuando llevaron a Jesús ante Pilato.

Marcos 14:36

¿Qué significa el término “abba”?

Marcos es el único escritor de los Evangelios que registró que Jesucristo se dirigió a Su Padre en oración usando el término arameo abba, que significa “padre”. No está claro si abba debe entenderse como el término formal “padre” o como el “papá”, más íntimo y familiar. El presidente Jeffrey R. Holland ofrece la siguiente perspectiva: “En el más oneroso momento de toda la historia de la humanidad, con sangre que le brotaba de cada poro y un clamor angustioso en Sus labios, Cristo buscó al que siempre había buscado: a Su Padre. ‘Abba’, exclamó, ‘Papá’, o lo que de los labios de un niño sería: ‘Papi’. Este es un momento tan personal que casi parece un sacrilegio mencionarlo: un Hijo en pleno dolor; un Padre, Su única fuente verdadera de fortaleza; ambos perseverando hasta el fin, aguantando durante toda la noche, juntos”.

Juan 13:4–12

¿Cuál es la importancia de que el Salvador lavara los pies de Sus discípulos?

En la época del Nuevo Testamento, las personas usaban sandalias y al caminar por caminos mayormente de tierra, los pies se les llenaban de polvo. Los siervos de un anfitrión podían lavar los pies de los invitados, pero un anfitrión nunca lo hacía. Sobre este acontecimiento, el presidente Jeffrey R. Holland dijo: “Durante [la Última Cena], Jesús lentamente se levantó, se ciñó el manto como lo habría hecho un esclavo o un siervo, se puso de rodillas y comenzó a lavar los pies de los Apóstoles […]. No importaba que ninguno de ellos le hubiera lavado los pies. Con la mayor humildad, Él continuó enseñando y lavándoles los pies. Hasta el último momento, y aún después, les brindó su apoyo y les sirvió”.

La Traducción de José Smith de Juan 13:10 agrega la siguiente perspectiva: “Esta era la costumbre de los judíos bajo su ley; por tanto, Jesús hizo esto para que la ley se cumpliese”. No está claro a qué aspecto de la ley de Moisés se hace referencia aquí. Como parte de la Restauración, el profeta José Smith recibió una revelación que requería que quienes asistían a la Escuela de los Profetas participaran en el lavamiento de los pies.

Juan 13:23

¿Por qué había un discípulo apoyado en el pecho del Salvador?

En la época del Nuevo Testamento, quienes participaban en comidas formales solían reclinarse en sofás bajos colocados alrededor de las mesas. Los comensales se apoyaban sobre su brazo izquierdo con la cabeza hacia la mesa y los pies apuntando hacia afuera. Por lo tanto, la cabeza de la persona estaba cerca del pecho de la persona a su izquierda. Esa posición le habría permitido al discípulo “a quien Jesús amaba” mantener conversaciones privadas con el Salvador, como la que tuvo que ver con la traición de Judas.

Juan 13:26–27

¿Qué era el pan mojado?

El pan mojado era un pequeño trozo de pan que se usaba para sacar caldo y carne de un cuenco. Mojar un pan y dárselo unos a otros era un gesto de amabilidad y respeto hacia los amigos.

Más información

La Santa Cena

Para consultar los discursos más recientes de los líderes de la Iglesia sobre la Santa Cena, véase el tema de la conferencia general “Santa Cena”, en la Biblioteca del Evangelio.

Lavamiento de los pies

  • Jeffrey R. Holland, “Aun hasta el final”, Liahona, enero de 1990, pág. 25–27

Contenido multimedia

Video

“La Última Cena” (5:55)

5:55

Imágenes

Cristo y los discípulos en la Última Cena mientras Judas se va

The Last Supper [La Última Cena], por Carl Bloch

Jesús y Sus discípulos en la Última Cena

In Remembrance of Me [En memoria de Mí], por Walter Rane

Cristo lavando un pie

The Servant [El siervo], por Yongsung Kim

Cristo lavando los pies de Sus discípulos

The Greatest in the Kingdom [El mayor en el reino], por J. Kirk Richards

Judas traicionando a Jesús con un beso

James Tissot (1836–1902). El beso de Judas (Le baiser de Judas), 1886–1894. Museo de Brooklyn, 00.159.234