“Mateo 19–20; Marcos 10; Lucas 18”, Ayudas para las Escrituras: Nuevo Testamento, 2024
Ayudas para las Escrituras
Mateo 19–20; Marcos 10; Lucas 18
El Salvador abandonó Galilea y viajó al sur, hacia Judea. Enseñó acerca del matrimonio y el divorcio, bendijo a los niños pequeños y aconsejó al joven rico. Enseñó a Sus discípulos que quienes se sacrifican por Él heredarán la vida eterna. Jesucristo enseñó la parábola de los obreros de la viña, predijo Su propia muerte y resurrección y enseñó a Sus apóstoles a servir a los demás. Sanó a un hombre ciego. Enseñó la parábola del juez injusto y la parábola del fariseo y el publicano.
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Nota: La cita de una fuente no publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no implica que esta o su autor cuenten con el respaldo por la Iglesia ni que representen la posición oficial de la Iglesia.
Antecedentes y contexto
¿Qué enseñó Jesucristo en cuanto al matrimonio y el divorcio?
La pregunta de los fariseos acerca del divorcio reflejaba una disputa entre ellos mismos. Algunos creían que el divorcio no debía permitirse por ninguna razón, excepto por una transgresión sexual, mientras otros creían que el divorcio era aceptable por “cualquier causa”, como “la falta de hijos, la tendencia a discutir o incluso la falta de mantenimiento adecuado de la casa”.
El Señor respondió rechazando la práctica del divorcio por cualquier razón que no fuera la transgresión sexual. También les recordó a los fariseos la intención original del matrimonio, tal como se enseña en Génesis 1:27–28; 2:22–24. Hizo hincapié en que “el matrimonio tenía como fin establecer una relación permanente”. Esa enseñanza rechazaba la “opresión perversa hacia las mujeres” que resultaba del divorcio por causas triviales.
Los lectores modernos pueden llegar a sentirse incómodos con la enseñanza de Jesús de que quien se divorcia de una esposa y luego se vuelve a casar comete adulterio contra ella. Sin embargo, las personas de la época de Jesús podrían haber notado que dicha enseñanza elevaba el estatus de la mujer. En los tiempos bíblicos, se consideraba que una mujer casada “pertenecía” a su marido. Por consiguiente, se consideraba que el adulterio era una ofensa hacia el hombre. “Al enseñar que el adulterio de un hombre era una ofensa contra su esposa, Jesús colocó al esposo bajo ‘la misma obligación moral que la esposa’ y ‘elevó la dignidad y el estatus de la mujer’. Una esposa no simplemente ‘pertenecía’ a su marido como una posesión, sino que cada uno pertenecía al otro y tenía un derecho mutuo sobre la fidelidad del otro (véase 1 Corintios 7:3–4)”.
Al comentar Mateo 19:8–9, el presidente Dallin H. Oaks enseñó: “El tipo de matrimonio que se requiere para la exaltación, de duración eterna y de calidad divina, no considera el divorcio. En los templos del Señor, las parejas se casan por toda la eternidad; pero algunos matrimonios no progresan hacia ese ideal. A causa de ‘la dureza de [nuestros] corazones’, el Señor actualmente no hace valer las consecuencias de la norma celestial. Permite que las personas divorciadas se vuelvan a casar sin la mancha de inmoralidad especificada en la ley superior. A menos que un miembro divorciado haya cometido transgresiones graves, él o ella puede reunir los requisitos para obtener una recomendación para el templo en base a las mismas normas de dignidad que se aplican a los otros miembros”.
¿Qué enseñó Jesús sobre los eunucos?
Los eunucos eran hombres castrados. Un hombre podía ser eunuco de nacimiento, por castración o por elección “por causa del reino de los cielos”. Este último grupo se entiende mejor en sentido figurado. Puede incluir a aquellos que voluntariamente se abstienen de casarse o de tener relaciones sexuales para servir a Dios. Por ejemplo, Pedro y otros discípulos fueron separados de sus esposas durante un tiempo para seguir al Salvador y llevar a cabo Su obra. En lugar de aprobar el celibato de por vida, es posible que el Salvador estuviera enseñando que estos discípulos tendrían que sacrificar temporalmente sus relaciones familiares y matrimoniales mientras viajaban con Él.
El llamado a la abstinencia temporal para seguir al Salvador no cambiaba la importancia del matrimonio. Tanto la revelación antigua como la moderna afirman que el matrimonio y la procreación son mandamientos de Dios y aspectos esenciales de Su Plan de Salvación.
¿Qué significa el mensaje sobre el camello que pasa por el ojo de una aguja?
Es probable que Jesús estuviera utilizando la hipérbole (exageración intencional) para enseñar que una persona rica tendría grandes dificultades para entrar al cielo. La Traducción de José Smith añade: “Para los hombres que confían en las riquezas es imposible; pero no es imposible para los hombres que confían en Dios y dejan todo por mi causa, porque para los tales todas estas cosas son posibles”.
¿Por qué a todos los obreros se les dio el mismo salario?
El presidente Jeffrey R. Holland dijo acerca de esta parábola: “Es importante advertir que a nadie se le trató injustamente aquí. Los primeros obreros aceptaron el jornal de un día y lo recibieron; es más, me imagino que estaban sumamente agradecidos de recibir trabajo. En la época del Salvador, un hombre típico y su familia no podían hacer mucho más que vivir con lo que ganaban ese día. Si no trabajaban, ni cultivaban, ni pescaban ni vendían, probablemente no comían. Puesto que había más obreros que trabajos, esa mañana los primeros hombres que fueron elegidos fueron los más afortunados de toda la población laboral […].
“Pero, justo al terminar el día, de modo sorprendente, ¡el padre de familia regresó una quinta vez con una increíble oferta de última hora! Esos obreros, los últimos y más desalentados, solo al escuchar que se los trataría con justicia, aceptaron el trabajo sin siquiera saber el jornal y sabiendo que cualquier cosa sería mejor que nada, que es lo que tenían hasta ese momento. Luego, al juntarse para recibir su paga, ¡se asombraron cuando recibieron lo mismo que todos los demás! ¡Qué sorprendidos deben haber estado y cuán agradecidos! Ciertamente, nunca habían visto tal compasión en todos sus días como obreros.
“Teniendo en mente la lectura de ese relato, veamos las quejas de los primeros obreros. Como les dice el padre de familia en la parábola (y parafraseo solo un poco): ‘Amigos míos, no estoy siendo injusto con ustedes. Ustedes aceptaron el salario para un día, un buen salario. Estaban muy contentos de conseguir trabajo y yo estoy contento por la forma en que sirvieron. Se les da el salario completo; tomen su paga y disfruten de la bendición. En cuanto a los demás, ciertamente soy libre de hacer lo que yo quiera con mi dinero’. Y luego la pregunta penetrante para el que tenga que escucharla en ese entonces o ahora: ‘¿Por qué debes tú tener celos porque yo elijo ser bondadoso?’”.
¿De qué manera dio Jesucristo “su vida en rescate por muchos”?
“Rescate” se traduce de la palabra griega lytron, que significa precio de liberación o medio por el cual se hace posible la liberación. En la época del Antiguo Testamento, cuando alguien estaba en servidumbre, se esperaba que su familia pagara el precio de la liberación. Como el Primogénito de nuestro Padre Celestial, Jesucristo pagó el rescate requerido para liberar a toda la humanidad de la esclavitud del pecado. Ese rescate no se pagó con dinero ni con oro, sino con la “sangre preciosa de Cristo”.
Los “muchos” que serían redimidos constituyen un contraste con el Uno, Jesucristo, que pagó por la redención de ellos. El profeta Isaías enseñó: “Jehová cargó en él [Jesucristo] la iniquidad de todos nosotros […]. Por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y él llevará las iniquidades de ellos”.
¿Qué podemos aprender de la parábola del juez injusto?
Lucas declaró que el mensaje principal de la parábola del juez injusto es que las personas deben “orar siempre y no desmayar”. La palabra griega traducida como “desmayar” significa desanimarse o perder la esperanza. En la parábola, el orar sin desanimarse está representado por una viuda que pide repetidamente a un juez para rectifique una injusticia.
Esta parábola es también una de varias ocasiones en las que el Salvador enseñó acerca de la perfección de Dios al contrastarla con la imperfección humana. Si un juez inicuo finalmente responde a una viuda suplicante a quien no aprecia, ¿cuánto más Dios, el justo Juez de todos, contestará las oraciones de Su pueblo y le dará justicia?.
¿Por qué comparó el Salvador a un fariseo con un publicano?
Los fariseos, generalmente, eran respetados por obedecer estrictamente la ley. Habían desarrollado muchas reglas y tradiciones, conocidas como la ley oral, para asegurar que se guardara la ley de Moisés. Desafortunadamente, sus enseñanzas redujeron “la religión a la observancia de reglas y fomentaron el orgullo espiritual”, lo que llevó a la adopción de una actitud de superioridad moral. Por el contrario, los publicanos eran recaudadores de impuestos, a quienes se odiaba y se consideraba corruptos. A menudo se los agrupaba con rameras y pecadores, pero, muchos publicanos recibieron humildemente las enseñanzas de Jesús. Los Evangelios no registran ningún caso en el que Jesús reprendiera a aquellos que estaban dispuestos a escuchar y mejorar su vida.
Más información
Matrimonio
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Dallin H. Oaks, “El divorcio”, Liahona, mayo de 2007, págs. 70–73
Discipulado
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M. Russell Ballard, “¿A quién iremos?”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 90–92
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Dallin H. Oaks, “Seguidores de Cristo”, Liahona, mayo de 2013, págs. 96–99
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Larry R. Lawrence, “¿Qué más me falta?”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 33–35
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Jeffrey R. Holland, “Los obreros de la viña”, Liahona, mayo de 2012, págs. 31–33
Contenido multimedia
Videos
“Cristo y el joven rico” (2:25)
“Los obreros de la viña” (2:59)
“Dejad a los niños venir a mí” (2:39)
Imágenes
Christ and the Rich Young Ruler [Cristo y el joven rico], por Heinrich Hofmann
Ilustración por Robert T. Barrett